¡Atis Tirma!

He vuelto a ver Tirma.

En esta ocasión a color y en el salón de mi casa.

El Gobierno autónomo, a través de Filmoteca Canaria, e Impulso Records han colaborado en la feliz y oportuna edición de un dvd que me parece un título necesario para todos aquellos que se parten la cara por el cine rodado en Canarias por nativos y foráneos.

La copia, versión española, of course, cuenta además con un atractivo añadido, y es haber incluido en los extras de siempre (ficha técnica, ficha artística, fotografías) entrevistas con algunos de los actores, técnicos y figurantes de esta producción que en Gran Canaria araña la categoría de mito como araña esa misma categoría el Moby Dyck de John Huston.

Y la verdad, me lo he pasado en grande viendo esas entrevistas que forman parte del proyecto Salvar la memoria.

Primero porque entre las divertidas anécdotas de quienes interpretaron a los aborígenes canarios todos coinciden en recordar que cuando se rodaban las batallitas contra los conquistadores castellanos los que hacían de canarios se resistían a perder. pese a los gritos desaforados de su director, Paolo Moffa.

He descubierto además entre los que hicieron de figurantes y que ha sido entrevistado por Salvar la memoria a un señor que para mi encarna lo más hermoso que entiendo como canariedad: aplastante sorna e ironía. También sana cabezonería. Su apodo El Palmero.

Bravo bravísimo.

Desgranan también sus recuerdos el mejicano Gustavo Rojo (hijo de la escritora tinerfeña Mercedes Pinto) y ese mito del cine zeta que es Jesús Franco, cineasta que no tuvo nada que ver con Tirma pero sí que conoció de cerca a quien iba a ser su primero director Carlos Serrano de Osma.

El dvd cuenta también con un imprescindible libreto informativo con artículos de Rafael de España (Perdidos en Gran Canaria. La accidentada gestación de Tirma, conocida en Italia como La pricipessa delle Canarie (1954) y Luis Roca Arencibia (Una conquista legendaria).

¿Qué me ha parecido Tirma vuelta a ver después de tantos años?

Una entrañable nadería. Una especie de western psicotrónico con aroma Pocahontas con algo de picante.

Y una cinta con, mucho me temo, involuntaria lectura política.

Intentaré explicarme.

Los castellanos en Tirma son, por razones históricas obvias, los invasores. Y unos invasores con muy malas pulgas con el mohicano pueblo nativo.

Si se sienten ultrajados: queman y asesinan en nombre de la civilización aunque el sacerdote de la expedición llame a la paz.

En cuanto a los aborígenes canarios es precisamente el faycán o sacerdote el malo de la peli. El roñoso conspirador intelectual que desea echar a los castellanos de la isla recurriendo a métodos poco ortodoxos como envenenar a su guanarteme porque éste es un hombre de paz.

Entre medio, un triángulo romántico entra la neumática princesa Guayarmina (voluptuosa Silvana Pampanini), el conquistador Hernán (Marcello Mastroianni) y el apolíneo Bentejuí (Gustavo Rojo). También destacar una serie de batallitas que me recordaron a las que uno veía alborozado en aquellas sesiones inolvidables de cine a las cuatro de la tarde.

Conclusión.

Pues que Tirma es una rareza donde los indios visten fantasía guanche (por generalizar a los primeros pobladores del archipiélago) y los conquistadores fantasía castellana que no deberíamos dejar de ver como lo que es: una insólita mutación marciana.

Al guardar el dvd pensé en lo interesante que resultaría rodar una nueva versión de esta película intentando en todo momento mantener su espíritu naïf.

Tarea imposible porque ya no se fabrican Pampanini aunque quizá… y por mantener el mestizaje italiano, ¿no quedaría bien Monica Bellucci como nueva princesa Guayarmina? 

 Saludos, gritando como Bentejuí ¡Atis Tirma!, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “¡Atis Tirma!”

  1. Javier Says:

    ¿Dónde se puede adquirir la cinta, amigo Eduardo?

  2. admin Says:

    En El Corte Inglés y Saturn, al menos en Santa Cruz de Tenerife.

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