¡Sueños para unos, pesadillas para otros!

El ambiente es espeso aunque la mayoría controla los nervios. Hay un silencio generalizado que solo rompe el ligero chasquido cuando algunos se encoge de hombros. Todos coinciden sin embargo en la incertidumbre de lo que vendrá.

O de si permanece lo que está, en cómo lo organizará estos próximo cuatro años.

Veo el futuro como el río que atraviesa la jungla y termina en el corazón de las tinieblas. Contemplo en mi bola de cristal al próximo/a viceconsejero/a de Cultura del Gobierno de Canarias susurrar el horror, el horror mientras hace malabares con el presupuesto cada vez más raquítico que llega a sus manos rodeado de pigmeos caníbales con forma de gestores culturales y artistas pidiendo argo.

“¡Dame arguito por favor, dame arguito!”, exlaman las criaturas.

Escucho la opinión de algunos inquietos ante la idea de que Cultura caiga en manazas socialistas, que son todos aquellos de la tribu a los que hace tiempo nadie invitaba a cenar y que tras el pacto mefistofélico post elecciones parece que ahora comienzan a recibir llamadas de propios y extraños para invitarlos, precisamente, a cenar.

Otros, los menos la verdad, se cuestionan qué destino tendrá quien a lo largo de todo ese tiempo ha ocupado tan alta responsabilidad mientras se comenta en los mentideros nombres, añadiendo a continuación y con la boca pequeña que el perfil de los sustitutos que se barajan es muy bajo.

“¿Pero tú no suenas como asesora?” pregunto.

Shhhhh”.- me responde.

Otras voces me comentan como si tragaran choricitos de Teror que el presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, quiere Cultura. Y que la quiere tanto –lo que me confunde más de lo que estoy–  que no descarta la posibilidad de desgajarla de Educación, Consejería que en la negociación del pacto mefistofélico cae en manos socialistas.

La pregunta es donde meterían a Cultura.

Unos dicen que en Presidencia y los demás que en el fondo de un armario.

Intento buscar en mi cabeza algún referente literario o cinematográfico para describir la situación de “sálvese quien pueda” que flota en el aire y solo se me viene a la cabeza filmes de zombis. Y escribo zombis porque parece que tantos tipos que parecían muertos de repente han vuelto a la vida para reclamar: ¡dame argo, dame argo!

En la Viceconsejería de Cultura muchos señalan a Alberto Delgado y dibujan un interrogante en el aire y las opiniones que se cruzan suenan a cálculo marciano. 

Fuera del área de Cultura las cábalas se multiplican y todo hiede a falso.

También a filtraciones demasiado interesadas que son más cortina de humo que otra cosa.

Lo mejor en estos casos es asentir y negar con la cabeza y recurrir a la socorrida frase que Guiseppe Tomas di Lampedusa nos dejó escrita en el Gatopardo: todo cambia para que no cambie nada.

Porque no cambiará nada. Se apreciará, eso sí, un notable descenso de actividades artísticas y culturales subvencionadas estos próximos cuatro años porque, reitero, el afeitado del presupuesto será inevitablemente más salvaje que el que se ha venido gestionando hasta el día de hoy.

Ello generará más iniciativas privadas que, contra viento y marea, aportarán su granito de arena al panorama cultural del archipiélago y a buscar otras fórmulas de inversión por parte del Ejecutivo regional en Cultura. Un sector que, pese a los dramáticos días que vivimos, crece.

Me refiero al de la Cultura, obviamente.

Lo más recomendable ante lo que se avecina es que se mire hacia atrás para no repetir las políticas de excesos partidistas que enterró otras iniciativas quién sabe si más provechosas. Claro que eso nunca lo sabremos.

Tengo la esperanza que los cada vez más estoicos repartos dinerarios se hagan con la transparencia que requieren y que los criterios de valoración –que a mi juicio parecen a veces caprichosos por no escribir otra cosa–  estén liberados de prejuicios.

Quiero ser optimista.

Ya saben, esos que creen que al final del túnel hay luz. Aunque sea la de una bombilla.

Y quiero pensar que en estos días de fiesta para unos y derrotas para otros, se tome en cuenta lo que, pese a todo, se ha avanzado en estos cuatros años.

Se cuenta con un Plan Estratégico para la Cultura muy cuestionado pero que espero no sea un documento cerrado sino abierto a debates porque los tiempos que vivimos ya no son los tiempos que vivimos ayer.

Continúa también el programa Septenio que pide a gritos una urgente revisión.

Y otras iniciativas que solo puede impulsar la Viceconsejería como es el universo audiovisual, siempre y cuando lo haga con coherencia y una visión objetiva del sector como elemento cultural y de espectáculo, lo que implica –cosa que se ha ignorado hasta ahora–  no perder de vista sus posibilidades de negocio. Su rendimiento económico. Que un largometraje que cuenta con una aportación dineraria del Gobierno canario no se estrene solo en las dos capitales de provincia del archipiélago para dejar conciencias tranquilas.

Percibo sin asombro que son tiempos de incertidumbres y que hay un temblor que entiendo pero no comparto por lo que podrá cambiar mañana.

Porque si algo espero –continúe gestionando los recursos el hoy en funciones viceconsejero de Cultura u otro u otra– es que en los próximos cuatro años todos tengan derecho a competir en igualdad de condiciones para arañar el dinero que pueda facilitarles este departamento.

Pero me cruzo en la avenida de Anaga con Traci Lords y me suelta una frase que me deja literalmente acojonado: “Baby, ya conozco la película y me sé el final.”

“A mandar, señorita Traci”, tartamudeo con una sonrisa boba en la boca.

Cuando la Lords se disuelve en la calima grito

“¡No, No, Nooooo te me vayas Traci Lords!”

asocio sus sabias palabras con la Cultura que se emana de las instituciones públicas canarias… 

… Conozco la historia y me sé el final.

Pero ¿quién sabe?, igual nos aguardan cuatro años de éxito y fortuna si las cosas se hacen bien siempre y cuando cambien de chip los que hasta ahora no han hecho que nada cambie.

Saludos, buscando desesperadamente a Traci esta noche de San Juan, desde este lado del ordenador.

3 Responses to “¡Sueños para unos, pesadillas para otros!”

  1. Arturo Vilches Says:

    En relación con el reparto de cargos en el gobierno y su idoniedad aporto un link a una presunta historia real:

    http://manologm.wordpress.com/2011/06/24/eureka/

  2. Un artistas en paro Says:

    Editor no sé si lo sabrá pero hoy se publica que Cristóbal de la Rosa repite como coordinador de Cultura en el Cabildo de Tenerife. No sé quien lleva estas funciones en Gran Canaria y el resto de las islas. En cuanto a ayuntamientos parece que en Santa Cruz asume el área los sociatas. Por último, permítame felicitarle por tan interesante y también atípico artículo sobre lo que nos espera como sector.

  3. admin Says:

    Gracias por el enlace, Arturo y gracias por la info, Un artista en paro.

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