¿Verdad o consecuencia? (La cursiva es nuestra)

 

LA SEÑORA

Leo la intervención de la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Inés Rojas,  en esa especie de guachinche en que se ha convertido el Parlamento regional y siento escalofríos.

De hecho, el churro grasiento que estoy a punto de zamparme para que caiga como una bomba en mi estómago se queda congelado entre mis dedos cuando Rojas admite, imagino que mirando a sus aburridas señorías, que la rebaja de 1.500 millones de euros en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para políticas activas de empleo “obligará a reformular la elaboración de un plan de empleo específico para el sector cultural canario.”

Ello hace, informa la consejera, que los recortes que contemplan los PGE obliguen aplantear los objetivos –¿objetivos?– de este año y de los años en que dure la crisis.

Dejo prudentemente el churro sobre el platito y tomo un sorbo de café con leche, ya tibio.

Inés Rojas menciona el tan cacareado, el tan orquestado Plan Estratégico de la Cultura aprobado por el Ejecutivo canario el año pasado. Ya saben, aquella hoja de ruta que nació con el fin de convertirse en el documento de acción para el sector cultural los próximos años y estructurado, recuerda la consejera, en dos fases: diagnóstico y estrategia de futuro.

Es hora pues, apunta Rojas, de profundizar en la estrategia y olvidarnos del diagnóstico. Diagnóstico, cabe señalar, que se limitó a detectar las carencias pero no a detectar el cáncer que ya por el aquel entonces devoraba a un sector acostumbrado a vivir de la sopa boba de las subvenciones.

La consejera propone ahora a los empresarios de la cultura que busquen nichos de oportunidades pero, precisa, “fuera del ámbito de lo público.”

Me pregunto, mientras observo como el churro se encoge en el plato cuál será ahora el paso que darán los miembros que componen el denominado gabinete de crisis. Rojas afirma que el asunto cuenta con el consenso del sector –gabinete de crisis, que son los únicos que han mantenido conversaciones con la señora– para la elaboración de un plan de empleo específico para la cultura aunque, y aquí está el quid, éste deberá ser reformulado ante el anuncio de la rebaja del Estado para políticas activas de empleo. “Trabajaremos desde la transversalidad, con el resto de administraciones públicas y con el sector privado”, anuncia desde su tribuna la consejera quien, entre otras propuestas, reclama intensificar la coordinación con el área de Turismo para la supervivencia de los dos sectores; completar la elaboración de un mapa de equipamientos culturales en las islas y potenciar el binomio Educación-Cultura en el que apuesta — e ignoro quien la habrá asesorado, pero es para ponerse a temblar– impulsar la oferta de estudios superiores en el audiovisual, como si Canarias contara con espacio para sostener a titulados superiores en esta materia.

No hay más que estudiar esa formidable escuela de parados a nivel nacional. Con un cine y unas televisiones en franco retroceso. Reflexiono pues, manía la que se tiene para dar títulos a futuros muertos de hambre.

El churro se parte de la risa en el platito. Algo esmirriado, es la verdad.

UN HÉROE DE NUESTRO TIEMPO

Leo una entrevista con el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado Prieto. El hombre vuelve a recordar que cuando se anunció el recorte en un 60 por ciento de la inversión al área que gestiona casi dimite. Si uno continúa leyendo, entiendo que aquello fue un calentón porque insiste: “Claro que se me pasó por la cabeza presentar la dimisión. Todos somos humanos, y hay momentos que te encuentras desesperado” y añade más adelante: “También es cierto que desde las distintas asociaciones sectoriales se insistía en que querían tener al frente a alguien que conociera bien la actividad cultural. Y eso me animó a seguir.”

Ahhhhh, suspiro aliviado al entender que Alberto Delgado enfrió el calentón al pedirle el sector, en plural, es decir que hay que suponer que fue todo el sector y no parte del sector cultural, que ni se le pasase por la cabeza dimitir porque “más vale viceconsejero conocido que bueno por conocer…”

Delgado Prieto explica a continuación que con el raquítico presupuesto con que dispone se mantendrá el circuito de teatro, música y danza, el programa Canarias Crea Canarias y, con interrogantes, Canarias Crea. En cuanto a la joya de la corona, Septenio, lean y no se me desmayen: “Cuando no hablábamos de crisis, Septenio supuso una inyección de 4 millones de euros al presupuesto de cultura, fue una subida tremenda. Se quedan pendientes unas ideas fantásticas de cara al futuro. El presupuesto queda en 1,2 millones de euros cuando el año pasado hubo 3 millones. Si restamos los pagos de personal y alquiler, para proyectos quedará en torno a unos 500.000 euros, porque hay algunos proyectos plurianuales que aún estamos pagando, e incluso alguno que acababa el año pasado y les dijimos a los promotores que avanzaran un año para poder fraccionar las ayudas. La situación es la que es, y ya hemos dejado claro que hay que recortar en todos los frentes, no se pueden asumir esos grandes viajes. Creo que hemos puesto nuestro granito de arena en la internacionalización de la cultura canaria, cosa que hace diez años era imposible, habrá que seguir peleando en esa línea porque en las Islas tenemos un mercado de dos millones de personas y hay mucho artista para este público. Y no lo digo en sentido peyorativo (la cursiva es nuestra). Y que esto lo haga a quien le toque desde luego, porque a mí no me va a tocar tal como está el tema (la cursiva vuelve a ser nuestra).”

Hombre de verbo fácil, y refiriéndose a que ahora toca mirar hacia dentro, hacia lo que se hace en las islas, Delgado Prieto insiste en que “hay que ajustarse al dinero que tenemos. Ahora por ejemplo se programa teatro canario. ¿Qué pasa? ¿Nos ha dado el nacionalismo cultural? (la cursiva es nuestra) Pues que no hay dinero para compañías ni artistas nacionales y te llevas a Delirium Teatro y luego resulta que funciona. El sistema es perverso en sí mismo.”

Reconozco que he soltado la risa.

El sistema es perverso en sí mismo… Caray.

El maestro recula ante el sarampión de conciertazos programados en Tenerife y Gran Canaria en mayo y junio próximos. Observen como da una de cal y otra de arena. “Desde luego que hay que ayudar a los grandes conciertos pero este año no podemos. Un concierto como el de Sting el año pasado son 180.000 euros del Gobierno. Y si no es así no lo vemos, ni el público puede pagar las entradas. Lo que no se puede pretender es pagar el caché al grupo para que el empresario se infle. No vamos a intervenir en ninguno de los grandes conciertos programados, porque un gasto de 100.000 euros supone salvar a seis o siete empresas.”

Salvar a seis o siete empresas.

Un héroe, esto solo puede decirlo un héroe. Un héroe de nuestro tiempo.

Ya que un tipo que dice que pensó en dimitir pero que al final no dimite porque ante la presión de los culturetas (todos, parte o uno o dos de los culturetas) lo conveció para continuar adelante y sufrir en sus carnes los latigazos de Inés Rojas y sacrificarse para que el sector no se desintegre por completo, solo lo hace una especie de Sísifo, aquel tipo que subía sobre sus hombros una piedra a la cima de la montaña para ver como ésta volvía a rodar cuesta abajo y vuelta a comenzar… Arriba y abajo. Como la cultura oficial en este territorio desvertebrado. 

Concluyo: un héroe de nuestro tiempo.

Con todas sus letras.

Saludos, en las fronteras sombrías, desde este lado del ordenador.

6 Responses to “¿Verdad o consecuencia? (La cursiva es nuestra)”

  1. ebra Says:

    ha visualizar?

  2. admin Says:

    Gracias Ebra por el elegante tirón de orejas. Donde antes se leía “ha visualizar” (¡a la hoguera, chaval!) ahora se lee “a detectar”. Mea culpa.

  3. Juan Says:

    Hay Rojas y Rojas. Eduardo García es cuestión aparte o letras mayores.

  4. lester freamon Says:

    Y yo que pensaba que estaba soñando cuando leí esas entrevistas? Ahora, maldito sea usted escobillón, me doy cuenta de que eran verdad.

  5. Arcade Says:

    “Alicia en el país de las maravillas” se queda en nada al lado de este cuento chino sobre la cultura canaria a 1 euro. El personaje central, esto es, el Vice, es magnífico.

  6. cautivo y desarmado Says:

    Yo he venido aquí a hablar de mi libro…

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