Cristina Morató: “Me cansan los libros de viajes escritos por hombres”

La periodista, reportera y escritora Cristina Morató (Barcelona, 1961) presentó Divina Lola en el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras del Puerto de la Cruz, edición que se desarrolló la última semana de octubre con gran éxito de público.

Cristina Morató se ha especializado en la literatura de viajes, por lo que rescata en sus obras el papel como viajeras de las mujeres, especialmente en el siglo XIX.

En Divina Lola escribe sobre una de las mujeres más fascinantes de su época, la irlandesa Elizabeth Rosanna Gilbert, una artista y cortesana que para sobrevivir se creó otra identidad, la de Lola Montes, una supuesta baila sevillana de madre noble y padre matador de toros.

- ¿Cómo fue su encuentro con Lola Montes?
“Mis anteriores libros, salvo Divas rebeldes y Reinas malditas, recogen hazañas que realizaron mujeres que han sido olvidadas por la Historia, sobre todo las grandes viajeras del siglo XIX, así que llegué a Lola Montes investigando para un libro cuando la descubrí en una imagen de 1853 vestida de hombre en la que se leía: la célebre artista española Lola Montes, pero no le di mayor importancia pese a que la imagen se me grabó en la cabeza en un momento en el que no sabía que se trataba de una impostora con mucho garbo y gracia, y que no era española sino irlandesa. Y la incluí en el libro Viajeras intrépidas y aventureras porque recorrió medio mundo en un siglo, primera mitad del XIX, donde las señoras no hacían esto, y quien lo hacía como ella era tachada de dama poco honorable”.

- ¿Y cómo es la Lola Montes que hasta entonces refleja la literatura?
“La retratan como una cortesana y aventurera aunque a mi lo que de verdad me interesaba del personaje era explotar su vena viajera”.
- Primero se llamó Elizabeth Rosanna Gilbert y más tarde Lola Montes. ¿Por qué?
“Porque en un momento de su vida tiene que crearse una falsa identidad para sobrevivir. Desaparece como Elizabeth Rosanna Gilbert y renace como Lola Montes. Tiene veinte años y es una mujer divorciada en un siglo en el que el divorcio marcaba y estigmatizaba a la mujer, aunque sale adelante aprovechando su belleza y debuta en 1844 como bailarina andaluza en un teatro de Londres. Y llama la atención por su voluptuosidad y fuerte carácter y el público se entusiasma con esa andaluza fogosa de ojos azules”.

- ¿Divina Lola es una biografía o un libro de viajes?
“Divina Lola es un libro de viajes. Elizabeth Gilbert con tan solo dos años se traslada a vivir a La India colonial donde permanece cinco años que le marcaron. Al morir su padre, su madre vuelve a casarse y la envía a un internado y no la ve hasta que cumple once. No justifico su temperamento y lo manipuladora que fue en algunos momentos de su vida pero tuvo que ser muy duro tener una madre que no quiso saber nada de ella y que incluso guardó luto cuando supo que su hija se ganaba la vida en Londres como bailarina, así que hablamos de una mujer, Lola Montes, que explotó su mejor arma para sobrevivir completamente sola en el mundo: la seducción. Y entre los seducidos, el compositor Franz Listz y durante dos años Luis I de Baviera. El rey tenía entonces sesenta años y Lola 24″.

- ¿Cómo se conocieron?
“Lola llegó a Munich dispuesta a actuar en el teatro y lo conseguí gracias al rey aunque su debut fue un estrepitoso fracaso, tanto que fue solo el rey quien aplaudió aquella representación. Pero Luis I ya tenía su virgen de Botticelli en carne y hueso, tan prendado quedó de ella, más incluso cuando supo que era española. Le regala un palacio y hasta le concede un título, el de condesa de Landsfeld, que es falso por supuesto, pero no entendió nunca que Lola, Lola Montes no era una cortesana cualquiera, sino una mujer dispuesta incluso a intervenir en los asuntos de Estado, una actitud que sella finalmente su destino en Munich, una gota más que colmó el vaso del descontento de los muniqueses que se levantan en la revolución de 1848”.

- Con todo este perfil, ¿cuál es su visión de Lola Montes?
“Lola Montes es una mujer con sus luces y sombras por lo que no me corresponde juzgarla sino narrar lo que vivió. Lola escapa de Munich pero es una decisión personal porque podía haber continuado como la amante del rey y vivir cómodamente el resto de sus días… Pero Lola se aburría en Munich”.

- En la bibliografía que maneja incluye alguna de las cartas que se cruzó con el rey.
“Y son cientos. Muchas se conservan en los archivos estatales de Munich pero no está permitido acceder a ellas porque se quiere seguir manteniendo la imagen de buen rey de Luis I. Un buen rey, por otro lado, que hizo mucho por su pueblo. En una de las cartas que pude conseguir, el monarca escribe a Lola que ya no puede más, que necesita un pedazo de tela que haya estado en contacto con su cuerpo para dormir con él, lo que hace imaginar que esta correspondencia contiene un elevado erotismo. El rey se entregó a ella, tanto que encargó a un escultor la reproducción exacta y en mármol de su pie para tenerlo en su alcoba y en una de esas cartas describe cómo todas las noches acaricia y besa sus dedos para sentirla cerca. Fue una relación que ni la reina Teresa ni nadie pudo imaginar, y menos las consecuencias que iba a acarrear porque hasta ese momento todos pensaban que esa mujer iba a ser otra más de las muchas conquistas del rey”.

- Y tarda dos años y medio en escribir este libro.
“Ha sido un libro difícil de escribir porque Lola Montes es una impostora y el mito que la sustenta se sustenta en mentiras y ella lo sabía. Miente cuando asegura que ha nacido en Sevilla de madre aristocrática y padre matador de toros, así que no escribo una novela de Lola Montes, sino una biografía novelada de Lola Montes”.

- En su biografía novelada Lola Montes llega a América del Norte.

“Tras abandonar Munich se traslada a Norteamérica en 1859 donde ya es toda una celebridad. La prensa ha seguido sus escándalos en Europa y ocupa tantas portadas en periódicos y revistas como la reina Victoria, pero de su etapa americana lo que más me interesa es que vuelve a estar sola y se levanta de nuevo para montar una compañía de teatro con la que recorre los escenarios con la obra Lola Montes en Baviera, en la que se interpreta así misma y que resulta un éxito en Broadway. Como actriz, es la mejor pagada de su tiempo y me encanta esa Lola a la que no se le caen los anillos y se reinventa continuamente. Tanto, que se saca de la manga La danza de la araña que es anterior al Baile de la pulga de la Bella Otero”.

- Y se traslada al oeste.
“Se entera que hay mucho dinero en los pueblos mineros y llega en diligencia a Nevada City o Sacramento y actúa en escenarios improvisados donde interpreta La danza de la araña y gana una fortuna. Hay que recordar que en aquella época todas las grandes estrellas de Europa habían actuado en escenarios similares porque los mineros que iban al saloon llevaban su bolsita de pepitas de oro y si les gustaba el espectáculo las lanzaban sobre el escenario”.

- Pero regresa al este, donde imparte conferencias…
“Cuando empieza a dejar de funcionar La danza de la araña Lola Montes regresa a Nueva York pero ya no es la hermosa mujer de antes y apenas le queda dinero porque no supo administrar todo lo que ganó. Le comentan que dé una serie de charlas sobre lo que ha vivido y se va de gira por las ciudades más importantes de Norteamérica y la apodan como La Reina de la oratoria en América y llega a ganar más dinero que Charles Dickens, que también estaba de gira como conferenciante. Tuvo que ser una gran oradora, sobre todo con su charla de más éxito Las heroínas de la Historia, en la que hablaba de Cleopatra, Catalina la grande y… Lola Montes… aunque en estos discursos se refería a ella misma en tercera persona. Fue tal el éxito que en 1858 un editor de Nueva York le pidió que escribiese un libro, y ese libro es Las artes de la belleza o consejos de tocador de Lola Montes, condesa de Landsfeld, en el que ofrece una serie de consejos caseros y anima a las mujeres a que hagan ejercicio y mantengan una dieta equilibrada.”

- A lo largo del libro mantiene cierta distancia con el personaje, ¿por qué?

“Porque se tiene que enmarcar en su época, la victoriana, donde las mujeres lo tenían todo muy complicado, más las que viajaban como ella porque se las consideraba inmorales y masculinas. En ese contexto en el que la mujer es invisible, Lola Montes se convierte en un personaje subversivo”.

- ¿Qué opina de la literatura de viaje escrita por hombres?
“Me cansan un poco algunos libros de viajes donde los hombres lo único que cuentan son sus batallas. Recomiendo la literatura de viajes escrita por mujeres, vamos a llamarla así, porque es divertida y sus autoras no se dan tanta importancia. Es una literatura escrita desde la sencillez y en la que el viaje es una escuela de vida, no una competencia deportiva, como escalar la montaña más grande. Ninguna sociedad geográfica apoyó a estas viajeras y eso las diferencia también de los hombres. Las grandes escritoras de viaje, pese a las dificultades, viajan con tiempo, conviven con otros pueblos, no tienen prisa por llegar a un lugar como Livingstone. La mirada de la mujer en la literatura de viajes es complementaria pero totalmente distinta a la de los hombres, y es muy importante contar con esas dos miradas,

Saludos, ¡¡¡NO AL CIERRE DEL TEATRO TIMANFAYA!!!, desde este lado del ordenador

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