Blanca Hernández Quintana: “La poesía de Natalia Sosa reclama su identidad rechazada por la sociedad”

La editorial madrileña Torremozas recupera parte de la poesía de Natalia Sosa Ayala (Las Palmas de Gran Canaria, 1938-2000), una voz poética silenciada que ahora rescata del olvido la doctora en Filología Hispánica, Blanca Hernández Quintana, en una edición que nace con el fin de hacer justicia y reivindicar la obra de una poeta que luchó literariamente contra la sociedad de su tiempo.

- ¿Cómo definiría la obra de Natalia Sosa Ayala?

“Se trata de una poesía directa, dura y desgarradora. Reclama su identidad rechazada por la sociedad y denuncia la amenaza de un mundo que la obliga a negarse y a emprender un proceso de aceptación, un mundo que la oprime y la encasilla por no adaptarse a los roles de género y al sistema heteropatriarcal, y que considera que la homosexualidad es una enfermedad, un pecado o vivir en la ilegalidad”.

- ¿Qué etapas y qué temas predominan en ella?

“Construye su subjetividad a través de su trayectoria poética como resistencia a la normalización en diferentes etapas que se corresponden con la negación, invisibilidad, opresión y búsqueda. Si bien, las obras que se presentan en esta edición pertenecen a las primeras etapas, en su poesía no deja nunca de buscar y la propia búsqueda no solo se convierte en un proceso de escritura, sino también en la deconstrucción y reconstrucción de nueva actitudes y de diferentes códigos con los que descifrar su identidad y mostrarlas en sociedad.

-¿Y cuáles cree que son las constantes de su producción poética?

“Natalia Sosa se acerca a la poesía para construir su identidad en un sistema que le reprocha su homosexualidad y para encontrar un lugar desde el que ubicarse en el mundo. Asimismo, crea su poesía sintiendo ser un cuerpo abyecto y excluido y, a partir de ese sentimiento de exclusión, se sirve de la palabra poética para darle visibilidad y legitimidad”.

- Torremozas edita parte de su obra. ¿Sabe si se baraja la idea de publicar el resto de sus trabajos?

“Confío en que se reedite el resto de su obra que conforma una trayectoria poética que evoluciona y se cierra con su último poemario.”

- Natalia Sosa continúa siendo una poeta relativamente poco conocida en Canarias, ¿por qué?

“En Canarias, a la condición de ser mujer, se añade la desventaja de la distancia geográfica con respecto al epicentro cultural. La singularidad isleña supone un obstáculo, pero, aun así, se ha ido consolidando una tradición de escritoras que contribuye a la creación de una identidad femenina alternativa a la tradicional, y Natalia Sosa es una de ellas. De alguna forma, hay que reivindicarlas en el canon institucional para que se lean, para que se divulgue su obra, para que formen parte de la historia de la literatura. El canon es más que una simple lista de obras de autores, es el espejo cultural reflejo de una serie de valores, más allá de los estéticos, en los que participan factores políticos, sociales e ideológicos. Y son los valores sociales e ideológicos los que se intentan desmontar para ampliar la nómina de autores y autoras que forman parte del mundo literario”.

- En el caso de Natalia Sosa ¿desde qué miradas feministas y queer puede abordarse?, ¿qué cree que destacarían de su labor como poeta y narradora?

“Primero desde su voz de mujer, ninguneada por el hecho de ser mujer o no reconocida en su justa medida. También, supone enriquecer el mundo de la literatura porque aporta una mirada diferente, la de una mujer. La literatura es arte, es una expresión artística, pero también es una expresión cultural y el escritor o escritora lo hace condicionado por una determinada situación personal, cultural y por un momento histórico concreto. Todos estos factores influyen en la creación de una obra literaria porque condicionan la creación de la subjetividad y bajo esa subjetividad se escribe. La teoría queer reclama la existencia en igualdad y visibilizar aquellas identidades que se alejan del binarismo hombre-mujer y del heterocentrismo. Identidades alternativas que, como en el caso de Natalia Sosa, reclaman su derecho a existir y vivir bajo el respeto y la igualdad, dentro de la diversidad. La procedencia étnica, social o sexual son factores que inciden en la creación literaria y también deben tenerse en cuenta a la hora de la construcción no solo de un canon, que puede ser algo subjetivo, sino a la hora de reivindicar, analizar y divulgar una obra”.

- Pero ¿quién pudo ningunear a la poeta y hasta qué punto la condicionó como mujer y como artista?

“El sistema social, el sistema heteropatriarcal, el sistema cultural que le tocó vivir. Además, desarrolla su obra durante el franquismo que, amparado en el ideario del nacionalcatolicismo, refuerza el cumplimiento de una férrea moral que recae, principalmente, en la mujer como esposa, ama de casa y madre, y en una fortalecida persecución a la homosexualidad. Todos estos factores condicionan su escritura”.

- ¿Y qué piensa que aporta su trabajo poético en los tiempos que vivimos?

“La obra de Natalia Sosa se erige como una representación simbólica que desordena el imaginario colectivo construido bajo el orden normativo tradicional, y esta obra es necesaria como referente, como modelo de identificación y de reivindicación de identidades alternativas. También para conocer bajo qué circunstancias han vivido estos cuerpos rechazados por la sociedad y para reivindicar otras formas de amar y de estar en el mundo, sin olvidar, por supuesto, la calidad literaria de sus versos”.

- ¿Hasta qué punto influye el lesbianismo en su obra y cómo queda registrado en su producción literaria?

“Su lesbianismo traspasa toda su obra porque vivió bajo el rechazo y el miedo a vivir libremente su condición homosexual”.

- Publica cinco poemarios, dos novelas, cuentos y artículos en prensa, ¿cómo calificaría su labor como narradora?, ¿qué temas aborda en estas obras?

“Su obra es autobiográfica. A través de su literatura intenta conocerse y conocer el mundo en el que vive, entender el porqué de su rechazo y llegar a su aceptación. Se trata de un recorrido vital”.

- Por último, ¿cree que ya se ha superado en Canarias el protagonismo masculino en la literatura?

“Creo que, en general, no. Se están dando algunos pasos en el reconocimiento de las aportaciones de las mujeres en el mundo de la literatura, como el hecho de haber dedicado el Día de las Letras Canarias a Pino Ojeda en 2018, es un ejemplo, pero contribuye considerablemente a su conocimiento y a su divulgación. Creo que aún nos queda mucho por hacer”.

Saludos, nuevas visiones, desde este lado del ordenador

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