Juan Miguel Baquero: “La Guerra Civil no fue entre hermanos sino el resultado del fracaso de un Golpe de Estado”

Juan Miguel Baquero es un periodista andaluz especializado en Memoria Histórica y Derechos Humanos, temas que ocupan sus investigaciones y que ahora ha cristalizado en un libro El país de la desmemoria. Del genocidio franquista al silencio interminable (Roca, 2019) que, además de contar con un prólogo de Baltasar Garzón, procura demostrar en sus doce capítulos cómo el franquismo aplicó el terror organizado sobre el contrario.

- ¿Dice que Andalucía fue la zona donde más se ejerció la represión franquista durante la Guerra Civil?

“Durante y después. En cifras es la que suma mayor número de víctimas, victimas ejecutadas y que fueron enterradas en fosas comunes. Las cifras que dejó el franquismo durante la postguerra podría estar en torno a los 159.000 desaparecidos forzados y solo en Andalucía hay un tercio. El mapa de Andalucía tiene registrados oficialmente con nombre y apellidos 45.566 víctimas en 708 fosas comunes y son las cifras oficiales porque otros estudios las amplían a más de 50.000”.

- ¿Y por qué Andalucía?

“Porque sobre todo la parte occidental, Huelva, Cádiz y Sevilla fueron territorios en los que prácticamente no hubo guerra convencional y los rebeldes lo tomaron casi al día siguiente salvo algunas zonas de resistencia como la cuenca minera. Además, tener Sevilla garantizaba el control del tráfico aéreo con el aeródromo de Tablada y con Cádiz se aseguraban los rebeldes el tráfico marítimo y la entrada de tropas africanas, los legionarios y regulares, las tropas moras que le decían. La estrategia del terror que esgrimieron los generales rebeldes como única opción para ganar lo que esperaban que se iba a convertir en una guerra si fracasaba el Golpe de Estado, como así sucedió, hizo que empezasen a ejercitar la pedagogía del terror en Andalucía. Por eso son tantos numéricamente los asesinatos, asesinatos que prosiguen con la conocida columna de la muerte que se dirige hacia Badajoz”.

- Las víctimas del terror rojo, como lo llamaban los nacionales, cuentan con un lugar paradigmático: Paracuellos del Jarama, ¿Los que cayeron por defender la II República también?

“Hay muchas capitales de provincia que tienen miles de ejecutados en sus cementerios: Paterna, en Valencia; Badajoz”.

- Badajoz.

“El general Yagüe le dijo a un corresponsal norteamericano que había ejecutado a 4.000 presos rojos. Se le conoció como El Carnicero de Badajoz y, cosa extraña, en este país un pueblo sigue teniendo sus apellidos, San Leonardo de Yagüe. Por otro lado está la matanza que se conoció como La Desbandá, el mayor crimen de guerra del franquismo ya que se produjo contra decenas de miles de refugiados del sur de Andalucía que confluyeron en Málaga, ciudad que hasta febrero de 1937 estuvo en manos del gobierno republicano. Cuando entran las tropas nacionales en la capital de la costa del Sol provoca una desbandada, la desbandá. Si bien establecer cifras es complejo, diversos estudios han ido avanzando que podrían tratarse de 150.000 los refugiados que huían de esa carretera de la muerte, Málaga-Almería, aunque hay otros que duplican la cantidad a 250.000 personas entre ancianos, mujeres y niños. Y este río humano es atacado por tierra, mar y aire por las tropas rebeldes, las de la Italia fascista y la Alemania nazi, y tiene como saldo la muerte de entre cinco a diez mil personas. Y esto ocurre antes del bombardeo de Guernica y Xátiva pero es menos conocido”.

- En el libro escribe sobre las víctimas de la represión durante y después del triunfo de los rebeldes pero ¿y las del otro lado?

“En este libro intento hacer un relato de unas de las páginas más oscuras de este país sin complejos ni falsas equidistancias. Aquí no vale hablar de guerra entre hermanos o que la II República era un caos y había que dar un Golpe de Estado porque eso es memoria histórica del franquismo y del franquismo sociológico. No fue una guerra entre hermanos, fue un Golpe de Estado que fracasa y obliga a que las oligarquías españolas, económicas, eclesiásticas, políticas de derechas y militares desencadenen la guerra. Y hubo muertes en todos sitios, el paradigma es Paracuellos para los rebeldes pero lo que ocurre es que, numéricamente, la represión de un lado con la del otro no es comparable”.

- No obstante y durante la guerra, los comunistas deciden acabar con anarquistas y trotskistas.

“La estrategia del terror numéricamente no es equiparable en cuanto a muertos fuera de los campos de batalla. Hablo de ejecuciones y de 150.000 desaparecidos forzados, tirados en la cuneta, en fosas comunes o al mar y en simas como sucedió en Canarias. En la zona gubernamental los desaparecidos no llegan ni a un tercio. Las cifras ya no son iguales y hay que tener en cuenta que en esta país se han restañado las heridas de la violencia gubernamental durante décadas de dictadura de por Dios y por la patria pero las del otro lado aún no han sido reparadas. No podemos equiparar a quien da un golpe de Estado con quien defiende una democracia”.

- Muchos no lo ven como usted.

“Solo hay que leer los discursos de los militares rebeldes, como el del director del golpe, el general Emilio Mola, quien tras proclamar el estado de guerra en Pamplona anuncia que serán encarcelados todo los directivos de partidos políticos, sindicatos y sociedades no afectos al movimiento y esto, literalmente, es una incitación al exterminio del rival ideológico. La estrategia que se lleva a cabo es un genocidio de manual”.

– ¿Genocidio?

“Sí, porque habla de exterminar al rival político e ideológico. Más allá de que en algunas zonas superen el cinco por ciento de las muertes que en teoría habría de tener para ser o no un genocidio, que lo fue. Queipo de Llano, el responsable de las matanzas en Andalucía, animaba en Radio Sevilla durante su parte diario de guerra –pura propaganda– a “los valientes legionarios y regulares” que demostraran a los “rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad” con la violación de sus mujeres, una acción que estaba justificada porque, según él, esas comunistas y anarquistas predicaban el amor libre “y ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones”. Es decir, se anima a la violencia sistemática sobre la mujer y a matar rojos y si eso no es genocidio, no sé lo que es. Hay que recodar, además, que el mismo Franco tras fracasar el golpe le responde a un periodista del Chicago Tribune a la pregunta de ¿qué pasará ahora? que no habrá compromiso ni tregua, que tomará Madrid y que salvará a España del marxismo porque sus tropas pacificarán el país. Entonces tendrá que fusilar a media España, le contesta el periodista y Franco responde que “a cualquier precio”. En este aspecto y aunque las cifras de la represión hubieran sido iguales en los dos lados, que no lo fue, unos aplicaban una estrategia de terror y los otros no. Es verdad que existe Paracuellos del Jarama y las matanzas en la capital de España pero no hay que olvidar que se trataba de una ciudad continuamente bombardeada y que fue una violencia que el gobierno republicano consiguió detener porque la democracia española nunca ejerció la estrategia del terror. Está el caso del anarquista Melchor Rodríguez, sevillano, que durante aquellos años en Madrid logró parar las ejecuciones a derechistas lo que le valió que se le conociera como El Ángel Rojo”.

- No sé si cuenta con familiares que fueron victimas de un lado o del otro de aquel conflicto. La pregunta es, en todo caso, si intentó ser objetivo a la hora de exponer estos hechos.

“Aunque tengo en mi familia víctimas de la violencia franquista puedo escribir de estos temas con rigor y honestidad profesional porque son de Derechos Humanos. Llevo años yendo a fosas comunes, haciendo seguimiento, hablando con familiares de las víctimas. Conozco a ancianos cuyos padres fueron asesinados por pensar diferente así que quién crea que la memoria de este país no le atañe se equivoca porque este país está totalmente atado de pies y manos con respecto a su Historia”.

- Pero no termina de cuajar entre la población lo de la Memoria Histórica.

“Estos temas van calando poco a poco aunque necesitan de un relato claro y diáfano. Si no se plantea un relato así damos lugar a que cualquiera pueda contarlo, y ahí están los negacionistas. El problema de este país es de educación porque no nos enseñan en qué país estamos y esa fue una de las razones por las que escribí este libro. La gente no entiende que esto son derechos humanos, el fallo es que no se ha sembrado cultura de paz, pedagogía de derechos humanos y sí, cuando menos, un relato equidistante, que esto fue una guerra entre hermanos en la que todos mataron por igual lo que es radicalmente falso. Esto no se conseguirá hasta que la derecha española no avance como sí lo ha hecho la de otros países, como la alemana, por ejemplo. La derecha española se niega a que se saque los restos de Franco del Valle de los Caídos con argumentos tan peregrinos como ¿para qué hacerlo si es costosísimo?, que no lo es. Franco está enterrado en un mausoleo que fue construido con trabajo de esclavos y en el que se alberga más de33.000 personas de las que 12.000 fueron enterradas sin saberse sus nombres y apellidos, republicanos que están enterrados ahí para dar ese aire de supuesta concordia. Nos han habituado a que vivamos en el olvido y en el silencio, en el no te metas en política, en la desmemoria cuando la raíz de estos temas es que es un problema de Derechos Humanos por lo que se debe restituir a las familias de las víctimas los restos de sus allegados que fueron ejecutados por sus ideas en favor de la defensa de la democracia”.

- Sin embargo, ¿por qué cree que hay gente que crítica tanto la Memoria Histórica?

“Solo hay dos opciones: por ignorancia o por malicia”.

- ¿Y quiénes, según usted, actúa por malicia?

“Algunos estamentos políticos cuando se tiene que entender que se trata de una cuestión de Derechos Humanos y de reparar a las familias de las víctimas del franquismo que no piden venganza a pesar de que hayan sido olvidadas durante tantos años”.

– ¿Qué otros temas trata en el libro?

“Intenté tocar algunas de las páginas que aún quedan por resolver. Desde las experiencias del genocidio fundacional del franquismo a la repercusión que tuvieron en aquellos años las Brigadas Internacionales, que estaban formadas por jóvenes de muchas partes del mundo con la determinación de combatir al fascismo. También estudio las empresas que contaron con esclavos, muchas de las cuales son el germen de las que en la actualidad forman parte del Ibex 35 y cómo la parafernalia simbólica franquista continúa vigente en nuestras calles, entre otros temas. No obstante, el asunto más duro es el de las fosas comunes, al que llevo haciendo un seguimiento desde hace años. En otro de los capítulos relato la memoria de los colectivos homosexuales, que cuenta con una figura paradigmática, Federico García Lorca, quien teóricamente sigue tirado en una cuneta y los más de cinco mil presos que hubo en el tardo franquismo por amar a una persona de su mismo sexo y, dentro de esos colectivos, cómo la mujer fue completamente invisibilizada bajo el patriarcado nacional católico lo que frustró el camino de emancipación que el colectivo de mujeres había iniciado durante la II República para conseguir ser un sujeto social como el hombre”.

Alejandro Torrealba Crepiemx, un superviviente

Para elaborar este libro su autor recorrió muchos pueblos y rebuscó en archivos de historiadores locales que se han convertido en “las fuentes más fiables” para construir un relato sobre los desaparecidos en España durante y después de la Guerra Civil española. Juan Miguel Baquero recurrió además al testimonio de algunos supervivientes de la tragedia española, uno de los cuales, Alejandro Torrealba Crepiemx, superviviente de la Desbandá, la caravana de civiles que huyó de Málaga en febrero de 1937 y que fue atacada sistemáticamente por los rebeldes, reside desde los años 50 en La Laguna sin que se haya borrado de su memoria el drama que vivió siendo entonces un niño. En cuanto a los historiadores locales, Juan Miguel Baquero dice que han realizado un trabajo ingente ya que en muchos de los casos se han convertido en “notarios de lo que ocurrió en cada población”.” Se habla muchas veces de 114.226 desaparecidos forzados, todos con nombres y apellidos, una cifra que sale del censo oficial que abrió la macro causa en la Audiencia Nacional el entonces juez Baltasar Garzón, autor del prólogo del libro, que solicitó a las asociaciones de Memoria Histórica y a las comunidades autónomas el envío de estos censos aunque es evidente que hay muchos más muertos que nunca se sabrán porque no constan en el registro civil”

Saludos, recuerdos, desde este lado del ordenador

One Response to “Juan Miguel Baquero: “La Guerra Civil no fue entre hermanos sino el resultado del fracaso de un Golpe de Estado””

  1. José María Lizundia Says:

    Excelente entrevista y difícil ante un fanático de poco monta en contenidos, pero largo en propaganda panfletaria, un poco desfasado y absurdo, que escoge como presunto investigador su apriori moral, la cuña de su mundo obsesivo. Va a investigar la CONFIRMACIÓN de sus prejuicios ahistóricos -no espera a ver que descubre,no-, su sectarismo guerracivilista y su dogmática moralizadora tan repugnante y dar rienda suelta a un afán de inquisidor y purificador del mal, realmente deslumbrante. Persigue nuestra iluminación y conversión antifranquista, somos demasiado laxos y tibios, descuidados, no hemos reflexionado lo suficiente. De él emerge la luz, apenas visible entre tantas pulsiones, visceralidad, humores, instintos de limpieza de sangre o de criterios personales, que cuenta con que no los tenemos.
    Yo fui antifranquista de verdad y en tiempo real. Me río de estos antifranquistas, que se fanatizan tontamente con espectros y fantasmas como este verificador imparcial que buscara su dinerillo en observatorios para gubernamentales.
    Que paciencia Eduardo, y un ejemplo de hacer periodismo y no someterse a la primera de cambio al manistream de la corrección político proveniente en esta caso de la esfera gubernamental y la judicatura afortunademante deputada por corrupta

Escribe una respuesta