Francisco Clavijo ¿Director General de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife?

A estas alturas no creo que nadie iniciado en las pantanosas aguas de la curtura oficial canaria ignore, y si no lo ignora al menos lo intuya, que algo huele a… en los despachos donde se dirige la curtura del Gobierno canario (tan chachi piruli aunque tenga a medio sector en pie de guerra), Cabildo insular (en nuestro caso el de Tenerife, con una dirección que no ha dejado de mirar la musaraña desde que ocupa tan alto deber) y, por último, en la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Salvo la etapa de la socialista Clara Segura no he observado una apuesta sensata por dotar a esta capital de provincias de una eficaz armadura cultural (ahora sí). Responsabilidad que, salvo el caso antes mencionado, parece que se asume sin demasiado entusiasmo… Lo mismo pasa en el gobierno canario con los gatopardos a la cabeza; el cabildo insular con los gorgoritos a la cabeza y las concejalías de cultura que se han convertido en algo así como un vivo sin vivir en mi.

Hace unos años nos hicimos eco del nombramiento de Carlota Cobo Hernández como gerente del Organismo Autónomo de Cultural tras superar un concurso que, qué quieren que les diga, resultó sospechoso desde el minuto 1. ¿La razón? Se conocía desde meses antes a quién se iba a designar. Esta maniobra, que pone de manifiesto el franco desprecio que se tuvo hacia el resto de los que presentaron sus currículos profesionales, apenas tuvo eco ya que la mayoría de los que optaron a la terna prefirieron dejar estar lo que sigue oliendo a pucherazo no sabe uno muy bien las razones. ¿Miedo?, creo que la respuesta en este caso es afirmativa. Y así nos va. A ellos, los cobardicas y a nosotros, la sufrida ciudadanía. Mientras tanto, se resiente la cultura, ahora curtura, que desde el Ayuntamiento se gestiona.

El paso del tiempo y los chismes que me llegan han terminado porque me solidarice con Carlota Cobo Hernández. Me comentan desde distintos frentes que la mujer no lo está pasando bien aunque el sueldo, y más en estos tiempos que corren, la obligan a estar sentada allí donde estuvieron sentados otros. Cuentan, no obstante, que la concejala no se habla con Carlota, y que a la concejala se le ha ido amargando el carácter a medida que pasan los años.

Hace unas semanas y desde la misma casa consistorial se anunció que se iba a elegir una figura hasta ese momento novedosa en la curtura municipal, el nombramiento de un Director Insular de Cultura que, al modo del comandante Fidel Castro de la canción, mande a parar.

Se convocó un nuevo concurso al que optaron la mayoría de los que se presentaron en su día al de Gerente y si bien el fallo se ha prorrogado hasta el 10 de julio de este año, día que cae un domingo luego se conocerá el fallo al día siguiente, parece que “habemus Papa”. Es decir, que ya hay fumata blanca por mucho que su nombramiento se dilate en el tiempo. Que se dilate en el tiempo puede deberse a vaya uno a saber, aunque pudo ser por la cercanía de esos carnavales de verano que vivimos en la ciudad la semana pasada. Es como si el Ayuntamiento insistiera en una política del pan y circo para despistar a vecinos y visitantes de lo descuidada que está la capital de Tenerife, bastante sucia por otra parte y con todo sin hacer o medio hacer cuando su alcalde deja de soñar con convertirse en senador y se dedica a lo que debe dedicarse, que es gobernar la ciudad.

El caso es que ya suena como probable director general de Cultura y Patrimonio Histórico Francisco Clavijo Rodríguez, en la actualidad oficial mayor del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y secretario delegado del Organismo Autónomo de Cultura. A tenor de lo que me dicen varias fuentes, el cargo sería lo que en política llaman “un traje cortado a su medida”.

De momento no se ha hecho oficial el nombramiento, se supone que lo sabremos en unas semanas pero todo apunta a que Clavijo Rodríguez sea nombrado Director Insular de Cultura y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.

Saludos, oh, mamá,bandera tricolor, desde este lado del ordenador.

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