* Paseo por la Feria del Libro sin demasiadas esperanzas por encontrar algo nuevo. Parece, pienso mientras recorro las carpas, que no me he equivocado. Sin embargo, vade retro Satanás, porque encuentro una caseta distinta. La idea es del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, me cuenta quien lo lleva, y consiste en cambiar un libro por otro. La verdad es que no te topas con cosas demasiado interesantes, pero me permite uno de los mayores placeres fetichistas confesos que tengo, que es la de ensuciarme las manos consultando volúmenes, títulos raros, de esos que ya no vas encontrar. Llevo un libro recién comprado en el bolsillo y no dudo en intercambiarlo por otro. El que ahora está a mi lado es El imperio de la violencia, de Paul L. Wellman, una de esas historias (no novela) sobre el lejano oeste que tanto me gustan. Le digo a quien lo atiende que mañana y pasado volveré a pasar por el puesto. También miro un volumen gastado de François Mauriac y un Somerset Maugham. La caseta contaba con una edición bonita del Puck de Kipling, pero ese delicioso cuento para niños adultos ya disfruta de un lugar privilegiado en mi biblioteca. Me gusta esta iniciativa del Ayuntamiento chicharrero, sobre todo en estos tiempos de crisis, por lo que creo que la iniciativa no debería de morir con la Feria. 

* Continuo con la Feria. Porque siempre que voy a la Feria me detengo un rato en la caseta de la Asociación de Esparantistas de Tenerife. No sé, desde hace tiempo veo con buenos ojos a todos los esperantistas del mundo uníos. Igual hasta termino hablando esperanto. Esa nación de hombres y mujeres que hablan una misma lengua artificial para que todos (blancos y negros, amarillos y rojos, extraterrestres y subterrestres) podamos entendernos sin llegar a los puños sólo puede contar con mi aplauso.   

* Ahora una recomendación cinematográfica. No dejen de ver Déjame entrar, turbadora historia de amistades infantiles. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan mal (bien) viendo una película de estas caractrísticas. Gélida y oscura, de una violencia que te sacude precisamente porque apenas se muestra. Muy redonda, a mi parecer. Europa tiene cosas que decir en cuanto a géneros se refiere.

Saludos flotantes a este lado del ordenador.

Esta anotación fue publicada el Martes, 2 de Junio de 2009 a las 18:59 y está archivada en la categoría de El Blog de El Escobillón. Puedes seguir cualquier respuesta a esta anotación a través de RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer un trackback desde tu página web.