En la presentación de ‘Cucarachas con Chanel’

Sábado, Mayo 5th, 2012

Muy buen rollo en la presentación de Cucarachas con Chanel de Dr. R (JRamallo) en el Ateneo de Miraflores, un espacio que junto a El Generador se está convirtiendo en un reducto en el que disfrutar de cultura sin nombres ni apellidos en esta capital de provincias que es Santa Cruz de Tenerife.

En la mesa además de Dr. R se encuentra el editor Ánghel Morales y el escritor Jesús Castellano. También quien ahora escribe estas líneas. Hay bastante gente y se nota en el aire lo dicho con anterioridad y sin alevosía: muy buen rollo.

Mantengo un diálogo con el autor del libro, pero lo mejor es el turno de preguntas, donde los asistentes por una vez levantan la mano y proponen preguntas realmente interesantes. Dr. R responde, así que lo que podría haberse convertido en otra más de esas aburridas presentaciones de libros en las que se leen loas y más loas al autor, se me pasa volando porque me lo paso bien.

Muy bien.

¿Debo escribir algo más de lo que se ha escrito sobre Cucarachas con Chanel?

No.

El libro ya está presentado oficialmente y ahora pertenece no ya a su autor sino a sus lectores. A partir de este momento, ellos son los que juzgarán los atractivos de una obra que no va a dejar indiferente a nadie.

Entre los asistentes se encuentra Pablo Martín Carbajal y Javier Hernández Velásquez, dos de los escritores cuyos cuentos aparecieron publicados en el volumen G 21: Narrativa Canaria Actual, e iniciativa que hoy se ha convertido en editorial con la publicación de cuatro novelas: Murmullo de hojarasca (José Luis Correa), Biografía reciclada de Manolito el Camborio (Cristo Hernández), Malpaís (Víctor Conde) y estas Cucarachas con Chanel. Ánghel Morales anuncia un quinto título, una novela de Carlos Cruz, autor de la excelente  h.

También están Agustín Díaz Pacheco y Eduardo Montelongo, Antonio Jiménez PazRamón Herar y Gonzalo, y la gente de Lucha Libro y alguno más que se me escapa…

Termina el encuentro y, en torno a unos vinos, acabo hablando de lo que más me gusta que son los libros.

Con el escritor Juan Ignacio Royo Iranzo termino conversando de ciencia ficción británica. Coincidimos en autores: J. G. Ballard y John Wyndham. Recuerdo también a Brian W. Aldiss.

Cae mientras tanto la noche en Santa Cruz de Tenerife.

Terminamos cenando frente al teatro Guimerá, que abre sus puertas de la que sale un puñado de cucarachas con forma de  espectadores que han visto una obra de teatro que protagoniza, informa alguien, Lola Herrera.

Lola Herrera.

Siempre que me hablan de Lola Herrera recuerdo Cinco horas con Mario.

Y eso que no soy buen espectador de teatro. Tampoco, lo confieso, lector de poesía.

La gente se levanta de la mesa y se marcha a El Generador donde va a continuar la fiesta de Cucarachas con Chanel.

Pablo Martín Carbajal y quien ahora les escribe nos retiramos rumbo a nuestras guaridas.

Durante el largo paseo y mientras subimos la cuesta en esta ciudad de cuestas que es Santa Pus (Dr. Dixit) continuamos hablando de libros.

Y más libros.

Libros.

Llego a casa, enciendo el ordenador y pienso: qué buena tarde y noche he pasado.

Y todo se lo debo a unas cucarachas empapadas no sé si de Chanel pero sí del perfume que tienen los libros.

Saludos, ya es noche cerrada, desde este lado del ordenador.

Diario de un esclavo sin amo

Miércoles, Marzo 7th, 2012

MAÑANA

Hace tiempo me regalaron la novela Petróleo del escritor norteamericano Upton Sinclair, título en el que se basa la película Pozos de ambición del interesante cineasta Paul Thomas Anderson. Con el paso de los años, y gracias a una de esas cada vez menos afortunadas visitas que realizo al Rastro de la capital tinerfeña me encontré con otra obra de Sinclair: Los dientes del dragón, que por inercia y debido al precio me procuré con una torva sonrisa dibujada en los labios.

Lo de la torva sonrisa es porque, pensé, el volumen iba a descansar en mi mesilla de noche donde se amontona una columna de libros que espera con resignada paciencia que les toque el turno de que me alimente de ellos o los tire a esa otra montaña de ejemplares donde descansan los que, a mi juicio, fueron lecturas condenadas, frustradas.

El caso, les contaba, es que pese a sus ochocientas y apretadas páginas, Los dientes del dragón me ha inoculado el veneno Sinclair como no supo inoculármelo en su momento Petróleo. Quizá se deba a que es una novela “europea” escrita por un escritor norteamericano comprometido con unas ideas que hoy muchos de los que la defendieron en el pasado les suena a chino mandarín.

Cabe destacar que Sinclair es autor también de una emocionante y propagandística historia que con el título de ¡No pasarán! Un relato sobre el sitio de Madrid rinde homenaje a la defensa numantina que la caótica II República, con la ayuda desinteresada de las Brigadas Internacionales, realizó en la capital de España durante los años de la Guerra Civil.

Lamento decir, sin embargo, que ésta no es una de las mejores novelas del escritor, aunque sí que se trata de una de las menos densas al no alcanzar las trescientas páginas. Con todo, es un título recomendable para los que, como quien les escribe, se confiesa aficionado lector de la literatura –con independencia de su signo ideológico–  que se escribió sobre aquel conflicto fraticida del que todavía los nietos y bisnietos de quienes se vieron las caras en las trincheras así como de sus víctimas en retaguardia, no quiere que cicatrice por aquello del navajeo entre imbéciles.

Todo esto viene a colación de que me encuentro esta mañana en una céntrica librería de la capital tinerfeña con, ¡oh, extraña sorpresa!, La jungla, uno de los primeros títulos de Sinclair que ha sido ahora editado en España.

Así que pienso, ¿me empujó el fantasma del señor Sinclair a entrar en esa céntrica librería de la capital tinerfeña que tiene molestos chivatos electrónicos en su puerta de entrada y salida a continuar descubriéndolo tras la gratísima experiencia que me está resultado devorar Los dientes del dragón?

Quiero pensar que sí.

MEDIODÍA

Llega a mis manos un ejemplar de Cucarachas con Chanel, de Dr. R (JRamallo), volumen que hace el cuarto de la colección G21 Narrativa Canaria Actual que dirige con mucha vista y sentido de la oportunidad Ánghel Morales, un tipo al que un día de estos habría que hacerle el homenaje que se merece por mucho que le pese a los que integran la tribu de los Morlocks de la patética –ahora que nadie nos lee– literatura que se escribe en Canarias.

Eso no evita que haga el signo de los ateos ante los elogios que me hacen de un libro que, sí, he comenzado a leer esta misma tarde dejando aparcado de momento las reflexiones simpre aleccionadoras del maestro Josep Pla, la vitalísima El diablo en cuerpo de Raymond Radiguet, los desarmantes relatos de Desde ahora te acompañaré a casa, de Kjell Askildsen y el ambicioso fresco que hace Sinclair de la Europa de entreguerras.

Vade retro Satanás, informo a los que se empeñan en venderme las excelencias de unas cucarachas perfumadas antes de que acabe su lectura.

Dejad que lo lea en paz, escupo mientras cojo el tranvía y subo la cuesta de esta ciudad de calvarios varios hasta bajarme en la parada del Puente Zurita, donde tres gorilas con chaquetas rojas comprueban la validez del billete de los que descendemos. Lo que me hace sentir como un espía británico en el Berlín de los nazis cuando uno de ellos, tras dejar pasar a una abuela que empuja el cochecito donde duerme plácidamente su nieta, observa mi bono como un SS de la Cuesta Piedra.

- Siga, siga usted.- me indica devolviéndomelo irritado mientras una estudiante de Solfeo ocupa mi lugar.

TARDE

Por la tarde, sobre las 18.30 horas, me dirijo a Tenerife Espacio de las Artes TEA para adquirir gratuitamente una entrada para ver el cortometraje El círculo, de Eugenia Arteaga. Una co-producción de Digital 104 y Funcasor, pero el hombre de la entrada me informa que las localidades para las sesiones de las 20 y 21 horas están agotadas. Me invita a que asista a la que se exhibirá a las 21.45, creo entender, pero niego con la cabeza.

Demasiado tarde, demasiado tarde.

Como no tengo nada mejor que hacer salvo la de ver a conocidos a los que no quiero ver cuando comienza a morir el día me meto en esa catedral del consumo que es el Corte Inglés mientras suena en mi cabeza la banda sonora de El manuscrito encontrado en Zaragoza, del maestro Penderecki.

TARDE NOCHE

Vuelvo a subir a casa en el tranvía. Vuelvo a bajarme en la parada del Puente Zurita donde ahora no hay chaquetas rojas y me tropiezo con un amigo recién llegado de Madrid con el que me tomo unas cervezas en el Callejón Sitjá.

Mi colega, con tres birras en el estómago, me confiesa que no pudo con Madrid por el mar.

- ¿Cómo que el mar?- le pregunto inquieto.

- Echaba de menos el mar.- responde agitando los brazos.

No se si ponerme a llorar o reír. Por deferencia a mi amigo no hago ninguna de las dos cosas y sí que pido otra ronda de cervezas.

Y mientras habla del mar y de lo caro que es la capital de España y de lo difícil que está la cosa, y de la puta crisis, y de que si seguimos así Europa va comenzar con lo del vicio griego –pero de verdad, destaca– con este país que antaño poblaron Quijotes y Sancho Panzas, veo en la esquina como un hombre bien vestido rebusca en un cubo de basura yo qué sé.

Y me levanto, tras eructar en silencio, diciéndole a mi amigo que me voy a casa porque estoy cansado y mañana, que es jueves, tengo que madrugar.

Doy media vuelta con la esperanza de que mi amigo el-que-echa-tanto-de-menos-el-mar dé por entendido que él pagará la cuenta y me dirijo a mi vetusta mansión mientras pienso que el mar tiene muchos colores y olores.

El mar…

En donde vivo, cuando me doy cuenta que está ahí, lo veo de azul marino pero en Cádiz lo recuerdo con un extravagante verde turbio y en Portugal de un verde profundo que me dio miedo y el del Caribe de un azul pálido que casi lo hacía blanco.

NOCHE

Llego a casa pensando en los parientes de los que hablaba tanto mi padre y tras revisar el buzón me encuentro con un paquete que lleva dentro un libro.

Mientras subo las escaleras con la lengua fuera intento abrir el sobre con los dedos pero tengo que utilizar las tijeras cuando cierro las puertas de mi vetusta mansión.

Enciendo el equipo de música, donde suena Schoolboys in Disgrace o esa gloriosa obra maestra de The Kinks, y saco el volumen.

Leo el título: Sobre el imaginario narrativo atlántico.

Y concluyo citando ebrio al ebrio Gérard de Nerval: Pardieu! Vive le Fantastique!

Saludos, pienso ¿luego existo?, desde este lado del ordenador.

Lo leyeron en ‘El Escobillón’

Lunes, Diciembre 5th, 2011

¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?

Tras publicar en 2008 un interesante trabajo sobre el cineasta norteamericano Oliver Stone, el especialista tinerfeño Jorge Fonte pareció que dormía como investigador cinematográfico –tras sus recomendables volúmenes sobre Walt Disney y  Speilberg–. Afortunadamente fue eso. Un sueño. Fonte, de palabra, anuncia que romperá en 2012 no con un nuevo libro sino con tres ambiciosos estudios sobre cine. El primero de los títulos que aparecerá analizará la literatura en los filmes del neurótico Woody Allen y lo editará La Página. El segundo se trata de un estudio sobre Robert Zemeckis (Cátedra), el hombre que nos regaló la trilogía de viajes temporales más divertida de los últimos años, Regreso al futuro, así como de la entrañable crónica sentimental de las últimas décadas de Estados Unidos en Forrest Gump. Pero eso no es todo porque aún hay más. Fonte anuncia también para el próximo y apocalíptico año que se nos viene encima un libro sobre la vida y obra del estrafalario y subversivo Russ Meyer (JC). Director que cuenta en castellano con una espléndida monografía firmada por Pedro Calleja (Meyerama: la película y las supermujeres, Midons Editorial, S.L, 1995).

SANGRE NUEVA

La colección G21 Narrativa Canaria Actual que dirige Ánghel Morales, probablemente el más visionario de los editores con que contamos en estas islas desafortunadas, anuncia nuevos títulos tras la publicación de Biografía reciclada de Manolito el Camborio y Murmullo de hojarasca de Cristo Hernández y José Luis Correa, respectivamente. Las nuevas novelas que se suman a este proyecto que ha sido como una especie de maremoto en las habitualmente empantanadas y envidiosas aguas literarias canarias son Cucarachas con Chanel, de Dr. R (JR Ramallo); Malpaís, de Víctor Conde y No es la noche, de Carlos Cruz.

UNO DE LOS NUESTROS

Yo sigo sosteniendo, aunque los idiotas digan lo contrario, que uno de nuestros mejores escritores es Carlos Álvarez, con quien no puedo estar de acuerdo en muchas cosas pero en otras tantas sí. El caso es que  Álvarez acaba de presentar su última novela,  Si le digo le engaño, una historia sobre dos jóvenes que salen a pescar en la costa noroeste de Gran Canaria y se encuentran con cien kilos de cocaína flotando en el mar y no saben que hacer con ella. La historia está narrada en clave de novela negra. Si le digo le engaño es el primer título de Hora Antes, la editorial de la que es socio, y que proyecta especializarse en ediciones digitales en formatos para e-book y tablet. Álvarez es autor de la absorbente La Pluma del Arcángel (Premio Benito Pérez Armas, 1998) y Negra hora menos (Premio Narrativa Santa Cruz de Tenerife, 1991). En la actualidad trabaja en una novela histórica, la biografía de una mujer adelantada a su tiempo como fue Beatriz de Bobadilla. En cine le debemos ser co-guionista de Mararía y la co-dirección y el guión del fallido  documental Ciudadano Negrín. Trabajos ambos que fueron finalistas a los premios Goya. Al parecer, y junto a Sigfrido Monleón, proyecta un documental sobre César Manrique y Lanzarote.
 
DANKE, NICOLÁS

Nicolás Melini me recomienda Chulapos Manbo. Y como de Melini pongo la mano en el fuego en cuanto a recomendaciones literarias se refiere, intento hacerme con ella. La escribe el venezolano Juan Carlos Méndez Guédez y esta es la descripción de uno de sus personajes: “Candelaria apareció junto a él. Hola, mi niño. Alejandro contó hasta quince. Cada vez que le decía “mi niño”, él sentía que las uñas se le llenaban… de patatas, le parecía que en la cabeza le aparecía un sombrero de mago tinerfeño. Tantos años en Madrid y a ella no se le quitaba ese puto acento. ¿Por qué no podía hablar normal, como él había aprendido a hacerlo, como tantos miles, millones de madrileños lo hacían, sin todas esas eses, sin esos cantaditos insulares?”. Y pienso con una inevitable y resignada sonrisa: ¿En quién se habrá inspirado?

Y AQUÍ NADIE SIN ENTERARSE

El pasado miércoles, 30 de noviembre, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) entregó en Casa América los premios nacionales de teatro Tirso de Molina y Margarita Xirgu que convoca cada año.  En la convocatoria de 2010, un autor canario, Antonio Tabares, obtuvo el XXXVIII premio Tirso de Molina por la obra La punta del iceberg ex aequo con Fernando Epelde García por Ud. No está aquí. Manuel Ismael Serrano recibió el galardón de Teatro Radiofónico Margarita Xirgu por El oscuro túnel de la Mirilla.

VALE LA PENA SUBIR LOS 39 ESCALONES

Ediciones Escalera es una pequeña pero inquieta editorial fundada por dos canarios en la capital de España que se ha especializado en la recuperación, entre otros autores, de escritores a los que el sistema no termina por instalar. Tras la presentación reciente de la magnífica novela corta Piercing, de Ryu Murakami, los de Escalera anuncian publican ahora la traducción de un nuevo título de la extensa pero irregular bibliografía de Jack Kerouac como es Tristessa. El Cultural del periódico El Mundo se hizo eco de ella. Pinchen enlace y pónganse al día.

¡VIVAN LOS COLORINES!

Aplaudo la iniciativa de Lagenda, en colaboración con aficionados al tebeo, para celebrar la I Semana del Cómic de La Laguna, aunque no entienda –por mucho que me esfuerce, lo que ya es decir– en que la celebren del 1 al 10 de diciembre por aquello del puentazo que caracteriza estos días de poco vino y menos rosas. Así las cosas, el Café Siete acoge una exposición de originales de Francisco Medina, Pedri Autero, Oliver Berhmann y Luis Suárez, y se presentarán trabajos de la editorial palmera Ediciones Alternativas. El miércoles, además, se darán a conocer a las 20 horas álbumes de Eduardo González y Jorge García, quienes han editado recientemente en Dolmen y Edicions de Ponent los álbumes Dentro de la noche y Los dientes de la eternidad, respectivamente.  El jueves se proyectarán en el Café Siete los dos capítulos de la serie de animación La Herencia Valdemar.

Saludos, va por tí, Enrique Cichosz, el mejor de todos nosotros, desde este lado del ordenador.

Homenaje a Orlando Cova

Lunes, Octubre 24th, 2011

La Librería del Cabildo acogerá este martes, 25 ocrtubre y  a partir de las 20 horas, un acto en homenaje al poeta y novelista  Orlando Cova, fallecido el pasado 2 de octubre. Durante este acto, que presentará el poeta y editor Ánghel Morales, un grupo de amigos y familiares del escritor recitarán algunos de sus versos y recordarán su figura y su obra.

José Rivero Vivas, Jesús Rodríguez Castellano, Marcelino Marichal, Antonio Arozena, Fernando Senante, Rubén Díaz, Lourdes Hernández, José Marrero, Francisco Padilla, Antonio Carmona o Alfonso García, entre otros, son algunas de las personas que formarán parte de este homenaje. 

Saludos desde este lado del ordenador.

Fallece el poeta y escritor tinerfeño Orlando Cova

Jueves, Octubre 6th, 2011

La república de las letras en Canarias pierde al poeta y escritor Orlando Cova, nacido en el pueblo de San Andrés en 1957.

Para el también escritor y editor Ánghel Morales, la obra de Cova se caracteriza por su compromiso social. También por su vinculación con el mar y San Andrés.

Algunos libros del autor son Cosas del Lago Rojo y Pueblo, ambos series de tres libros;  La Espera, Un punto de la Costa, Pedazos de Tiempo, Verbo Amar en Voz Activa y Latidos.

En las afueras del Balayo fue su primera obra de narrativa y Hospital Principal del Norte, su segundo libro de cuentos. Otros trabajos suyos son: De Círculos y espectros, Tras la Enorme Hilera de Casas Amarillas, Del Minuto que transcurre, Manifiesto y La última fuerza. Así como la novela Nadie contó los días exactos.

Su último poemario publicado fue Como saliva de balas.

Amigos del poeta esperan rendirle homenaje el último martes de octubre en la Librería del Cabildo de Tenerife, en la capital tinerfeña.

Saludos desde este lado del ordenador.

‘Murmullo de hojarasca’, una novela bolero

Martes, Septiembre 6th, 2011

José Luis Correa es un buen narrador de novelas policíacas, género al que ha dedicado hasta ahora cuatro interesantes historias, todas ellas protagonizadas por el detective Ricardo Blanco. Los títulos son Quince días de noviembre, Muerte en abril, Muerte de un violinista y Un rastro de sirena.

Su última novela, titulada Murmullo de hojarasca, forma parte de la nueva colección Generación 21 que con una fe inquebrantable ha puesto en marcha el editor Ánghel Morales con Ediciones Aguere y Ediciones Idea.

La nueva apuesta narrativa de Correa se aparta de los territorios negros y criminales, aunque el pilar a través del cuál gira la acción se trate en su primera parte de una investigación que comienza siendo periodística y la segunda en desvelar el trágico pasado de un misterioso pordiosero.

No se trata de una novela extensa Murmullo de hojarasca, apenas supera las doscientas páginas, y está bien contada aunque no termine de convencerme.

Y no acaba de convencerme por el fondo que esconde el relato, tampoco la voz que ha escogido el autor para contarnos en primera persona lo que pasa. Una periodista que, pese a las necesarias justificaciones que esgrime el escritor, resulta digamos que demasiado masculina.

Lo mejor, a mi juicio, de Murmullo de hojarasca es la primera parte de la novela. Está muy bien descrito el ambiente de miseria en el que vive un puñado de parias de la tierra en el parque San Luis (trasunto, se lee en la contraportada del libro, del Parque de Santa Catalina de la capital grancanaria), así como el retrato que ofrece de algunos de sus moradores.

También es reseñable la primera aparición del pordiosero que protagonizará la segunda entrega de la historia, Diego Córdoba, y la inyección de curiosidad que inocula en la periodista y su compañero fotógrafo, casi la misma que despertará entre los lectores.

El problema es que el misterio, con ecos al Rey pescador, que así mismo lo reconoce el autor en la propia novela, no cumple con las expectativas una vez ha sido resuelto.

Pese a todo, Murmullo de hojarasca cuenta con interesantes reflexiones, todas ellas productos de los debates internos y externos que mantiene la protagonista. He aquí uno: “Solo dos o tres de cada cien eligen permanecer al lado de un marido a que no quieren. Al que, incluso, detestan. El resto se echa la manta a la cabeza y lo manda a hacer puñetas. Tiene que ver con el valor. O con la incomodidad. O con la inconveniencia. Los hombres son cobardes, cómodos y convenientes. ¿Prefieren lo malo conocido?

Ni siquiera eso. Simplemente se dejarían cortar un brazo antes que tener que elegir. Prefieren que sean ellas quienes elijan. Y si no les dejan opción, se quedan a vivir con lo malo conocido. Pero le montan un picadero a lo bueno por conocer.”

Pero también frustrados –por tópicos y típicos– como el debate que propone en torno a la prostitución.

Llega a sorprender en este aspecto el extraño moralismo que tiene la periodista protagonista sobre un mundo que necesita ser explorado con la misma libertad (ingenuidad) como el que inicia en su descenso a los infiernos de la pobreza.

Esta disquisición llega a ocupar casi tres páginas de una novela cuyas intenciones, creo, eran otras. Y empaña de una extravagante doctrina un relato que si bien no renuncia a ser moral, parecía que iba a decantarse por una visión de las cosas más coherente y serena.

Con todo, Murmullo de hojarasca es una entretenida novela bolero, una canción de amor desesperada con tintes en ocasiones afortunadamente poéticos: “La calle Zaragoza quedaba a un tiro de piedra del mar. Y a un océano de la de Los Tilos.”

Y un título que araña el retrato de un grupo de marginales que habita en una capital de provincias “sin esperanza dentro de otra sin alma.”

Cruenta descripción, entre otras muchas, que revela a un escritor notable que si sabe limar estilo y centrar objetivos se convertirá en una voz muy a tener en cuenta no solo en la nueva e interesante narrativa canaria, sino la que trasciende fronteras. Esa literatura, cambiando el sentido de las palabras del mismo Correa, que sí tiene esperanza y por lo tanto alma.

 Saludos, va por ti, Piper, desde este lado del ordenador.