‘Banda aparte’
Miércoles, Julio 13th, 2011Entre las muchas cosas que tiene el cortometraje que se está empaquetando en la actualidad en Canarias destaca su variedad temática y su sentido del riesgo involuntario que convierte en marcianas la mayoría de estos trabajos.
También, destacaría, su insólita falta de voluntad para trascender las fronteras insulares. Es decir, mostrar estas incursiones en otras geografías.
Es probable que entonces otro gallo cantara.
Escribo esto porque al margen de las producciones que cuentan con apoyo institucional cohabita un grupo de cineastas que realiza sus películas por la puta cara con una profesionalidad dentro de sus limitaciones que merece, a nuestro juicio, cierta benevolencia como espectadores críticos.
Me explico, esta gente, estos cineastas que literalmente sacrifican parte de sus ahorros para levantar un proyecto son de hecho los que están contribuyendo a nutrir de títulos lo que podríamos llamar nuevo cortometraje canario.
Y si bien la mayoría de estas piezas no terminan de sorprenderme porque –sinceramente– no sé aún lo que pretenden hacerme creer, en otros casos sí que he descubierto miradas interesantes que me hacen plantear hasta donde podría llegar esa banda aparte si contara con presupuesto y tiempo suficiente para desarrollar sus ideas.
Dicho esto, que quede constancia que los cortometrajes canarios que he visto este miércoles 13 de julio en Tenerife Espacio de las Artes (TEA) y que el jueves 14 se exhiben en los Multicines Monopol de la capital grancanaria, sin haberme llenado tampoco me han resultado intelectualmente insultantes.
Los tres trabajos resultan a su manera sinceros aunque se pierdan en reflexiones algo (argo) crípticas por un sentido equivocado de lo que entienden sus directores es la poesía cinematográfica (¿?).
Compruebo así, una vez más, que estos cineastas apuestan más por las historias intimistas que por reflejar la realidad que los rodea. Lo que me apena, aunque es de agradecer que dos de los cortos exhibidos este miércoles hayan apostado por salir a la calle y contar su relato poético aprovechando los exteriores del paisaje urbano de la capital grancanaria.
La noche se inicia con Rota, producida, dirigida y escrita por Daniel León Lacave.
Si la memoria no me falla, Rota es una película que transcurre de hecho en exteriores. Alguna calle, un cementerio, una playa…
Rota es un cortometraje curioso. Con miga y una caracola (rota) como absoluta y muda protagonista a través de la cual se mueven una serie de personajes a la deriva que han perdido la razón de su existencia para transformarse en vivos muertos.
Que no es lo mismo que no muertos.
El grueso de esta triste historia de ausencias se desarrolla en un cementerio y si bien el penoso sonido con el que veo la película no contribuye a que mi valoración sobre ella sea lo pertinente que desearía, Rota sabe transmitir cierta congoja.
Claro que quien le escribe siete debilidad por los trabajos que ha visto de Daniel León Lacave. Y siente debilidad porque reconoce en su director mirada y constantes. Constantes que si bien no terminan de atarse demasido bien en Rota, conservan las señas de identidad de un cineasta que para quien les escribe supo tocarle el alma con Los pechos de Paula, probablemente el corto más arriesgado y narrativo que ha visto de los cineastas banda aparte canarios en los últimos años.
Los protagonistas de la cinta (todos bien pero sin estrindencias) son: Lamberto Guerra, Paula Garodri, Marga Arnau, Juan Peña, Víctor León y David Curtelin.
La reina de las hadas es el segundo cortometraje de la jornada. Se trata de un trabajo dirigido y escrito por Armando Ravelo.
La reina de las hadas es un cuento. Un cuento agridulce que tampoco puedo apreciar como debo por el penoso sonido, lo que me invita a recomendar a TEA a que lo mejore por el bien de sus autores y de todos nosotros, el público.
La reina de las hadas es una cinta sencilla y fantastique. Y si bien no llena tampoco desagrada.
Sus protagonistas son Naira Gómez, Vicente Ayala y Sofía Ojeda.
La tercera película se titula Litio, de Adrián González.
El trabajo tiene su mensaje pero abusa de la voz en off para describir escenas que estás viendo, precisamente, en pantalla.
Tiene su gracia, no obstante. Una gracia amarga.
Sus protagonistas son las actrices Acerina Cruz y Nayra Ortega.
Conclusiones:
Pues que se nota que estos tres trabajos están rodados con entusiasmo y una fe en continuar rodando películas que valoro, por razones obvias, en los que forman la banda aparte del nuevo cine canario.
Su duración, además, es lo suficientemente corta para no indignar a los que formamos –banda aparte– eso que debería empezar a llamarse sacrificados espectadores del nuevo corto canario.
(APLAUSOS)
Saludos, en fin…., desde este lado del ordenador.