‘El hombre de la boina’, un musical

Miércoles, Febrero 29th, 2012

Al fondo, oculto por las sombras, se adivina la figura de un hombre corpulento y con boina que, asegura alguien que ha pasado a su lado, tiene el rostro “como picado por la viruela.”

En la tribuna, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se quita las gafas para mirar desenfocado al centenar de estudiantes resignados que asisten al acto. Rivero consulta sus papeles y sonríe sin mostrar los dientes.

- Uno, uno….- ladra al micrófono sin que la sonrisa que no muestra sus dientes se borre de la boca. Un estudiante golpea con disimulo a la compañera que tiene al lado. La chica ha aprovechado el momento para echar una cabezadita. Pero no hace falta el gesto porque la chica abre los ojos alarmada cuando escucha el grito de Rivero.

- Ustedes, todos ustedes son el futuro de Canarias. Ustedes, mis niñas y niños, son el futuro de un archipiélago que, como cantó al escritor y poeta al que hoy queremos honrar, Pedro García Cabera, fue “un encendido admirador del paisaje isleño.”  

- Braaaavo, señor presidente, braaaavo.- exclama Inés Rojas saltando al escenario. Se acerca a Paulino, se inclina teatralmente y le arrebata el micrófono mientras suena una caja de música que aprovecha la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Viviendas del Gobierno regional para rapear una canción con la dudosa intención de ganarse la complicidad del estudiantado.

INÉS ROJAS (soltándose la melena): ¡¡¡Pedro García Cabrera, / ese gran hombre, / concibió Canarias como una sola isla / y mientras caminaba por el monte y por la playa / nunca dejó de cantar (Rojas pone el micrófono para recoger el griterio de la chiquillada que no abre los labios) a la libertaaaaaad!!!  

Silencio en la audiencia. La chica que quiere dormir vuelve a cerrar los ojos.

La consejera de Cultura, transfigurada en una Teresa Rabal, insiste con sus rap.

INÉS ROJAS: García Cabrera, fue un gomero batallador / que creía en la fuerza de la palabra / para hacer un mundo mejooooor….

Un profesor observa inquieto y por el rabillo del ojo como el hombre de la boina oculto por las sombras tiembla en el fondo del salón de actos.

INÉS ROJAS (dando palmas por encima de la cabeza): ¡¡¡Vamos, cantemos juntos,  que hoy celebramos el Día de las Letras Canarias!!!

- ¿Pero eso no fue el 21 de febrero?- le pregunte el compañero a la compañera que tiene al lado y que intenta echarse un dormida.

- Y yo qué sé.- responde la chica con la esperanza de que la ñora que está dando gritos en el escenario se calle de una puta vez.

Paulino Rivero coge a Inés Rojas por la espalda y le quita el micrófono mientras cambia el registro del rap.  Canta el presidente con voz seductora, con una insólita mezcla de Manolo Escobar y Pepe Benavente.

PAULINO RIVERO: “Sabías, mi Inés, / que Garcíaaaa Cabreraaaa / mantuvo siempre la mano en el agua, / confiado en que llegaría un futuro mejor / para esta Canarias que tanto amaba como túúúú”.

Alberto Delgado y Juan Manuel Castañeda repiten a los coros: “como túúú

Repentinamente las luces se apagan. Rompe la oscuridad un foco cuyo círculo ilumina a Rivero, ahora solo.

En el back stage suena un gritito histérico, de fan.

PAULINO RIVERO: Oh Pedro, mi Pedro, / tu lucha personal y compromiso con la libertad / puede hoy servirnos de ejemplo / para la libertaaaaaaaaaaaaad.- se desgañita el presidente que se pone todo colorado y se tambalea por el escenario.- Libertaaaaaaaaaaaaaad

Pero ni con esas, los alumnos –¡el futuro de Canarias!–  solo aciertan a responder con un enojoso e incómodo silencio.

Rivero, con la cabeza baja y la camisa tricolor empapada en sudor, casi como si aún sintiera dentro el grito libertaaaaaad se retira lentamente del escenario al que sube ahora el alcalde Los Realejos, Manuel Domínguez, la localidad natal donde nació Viera y Clavijo, ese señor por el que se celebra el Día de las Letras Canarias.

A ritmo de pachanga, Domínguez canta: “Yo Paulino, / quisiera aprovechar mientras bailo un cha cha cha / que te mojes un poquito / y dejes de lado tanto cantar… cha cha cha. / Yo lo que reclamo, humilde servidor, / es que haya dinero cha cha cha / para rehabilitar la casa / donde nació tan ilustrado caballero, cha cha cha”.

Paulino, cogido del brazo de Inés Rojas, reaparece en el escenario.

PAULINO RIVERO E INÉS ROJAS: Manolito, recuerda, / la cosa no está para fiestas/ Piensa,  baifito, / que hoy a quien celebramos es a Pedro García Cabrera, / así que no nos molestes más.”

El hombre de la boina y oculto entre las sombras comienza a moverse como si le hubiera dado el mal de San Vito.

La música se apaga. Inés Rojas, cogida de la mano de Rivero y Domínguez, avanza hacia el centro del escenario donde pronuncia con voz entrecortada por la emoción y con los ojos anegados de lágrimas de cocodrilo.

INÉS ROJAS: La poesía es la expresión más directa del ser y, a la vez, la más oscura.

- Me aburro.- grita alguien del público.

Y el hombre de la boina, que por fin sale a la tenue luz del salón de actos, declama moviendo los brazos como un borracho: “Basta de ser colillas apagadas / del cenicero de los mares. / Ombligos de la sed, / sólo un placer de humanidad nos puede.”

- ¿Y quién es ese, qué coño está diciendo?.- pregunta Rivero sorprendido, mientras escucha como el estudiantado estalla en una improvisada ovación.

- Un tipo que lleva boina.- responde Inés Rojas.

 Saludos, ¿la esperanza me mantiene?, desde este lado del ordenador.

¡Se queda!

Martes, Enero 17th, 2012

El heraldo recorre las ciudades y pueblos de las ocho islas anunciando la buena nueva. Grita con potente voz de barítono “¡se queda!, ¡se queda!” mientras su caballo relincha casi como si subrayara el portentoso “¡se queda!, ¡se queda!” que sale de la garganta del jinete, que lleva días y noches cabalgando sin descanso alguno para dar la noticia.

- ¡Se queda!- musitan los culturos que antaño se indignaron mientras se ponen de rodillas.

- ¡No tira la toalla!- recitan los culturos antaño indignados mientras se persignan y le ponen velas a la Virgencita de Candelaria. La Virgencita cuyo rostro moreno parece que resplandece.

- ¡Sonríe la Virgencita!- exclama un teatrero.

- ¡Apartad las cabezas que esto lo grabo yo desde mi móvil!- responde una cineasta que vio el abismo y que ahora, agradecida, apunta su móvil de última generación a la figura de la Morena.

- ¡Un milagro!- coincide la mayoría de los culturos a medida que se va propagando la noticia.

¡Alberto Delgado se queda!

El heraldo, que mantiene las riendas de su alazán con fuerza, continúa gritando la buena nueva.

- ¡Se queda!, ¡Se queda!

Un músico llora emocionado.

- ¡No llores!- le consuelan unos.

- Dejadlo llorar… Llora de alegría….- contestan otros.

En las siete islas se baila y se canta. Se abren barricas de vino y de cerveza Dorada, Reina y Tropical

En el cielo sin estrellas de Canarias aparece de pronto la imagen de Alberto Delgado.

ALBERTO DELGADO (tamborileando con los dedos la superficie de una mesa): Estimados todos… Conste que han sido ustedes los que me pidieron que no dimitiera…

- ¡Con dos cojones!- chilla un exaltado.

- Shhhh.- susurran varias voces.- ¡Dejadlo hablar!

ALBERTO DELGADO (tras un fortísimo carraspeo): Compañeros todos… Una advertencia: “La situación no sólo es dramática, sino que es muy probable que lo sea más en el futuro”.

CULTURETAS: ¿Por qué? Tú puedes…

ALBERTO DELGADO (dejando de tamborilear sobre la mesa): Pues porque habrá que conocer, por ejemplo, “la actitud del nuevo Gobierno central con respecto a Canarias. Hay convenios, que compartimos con otros territorios como Baleares o Ceuta y Melilla, que permiten a nuestros creadores partir en igualdad de condiciones con los del resto del Estado. Esas ayudas son con las que articulamos Canarias Crea y no sabemos si seguirán. Estamos en un compás de espera.”

- No, no, no.- gritan unos.

- Ánimo, Alberto, que tú puedes.- gritan otros.

ALBERTO DELGADO (consultando unos papeles): Ya que entiendo que hay consenso informo que objetivo number one: tenemos que “lograr la transversalidad que plantea el Plan Canario de la Cultura ya que es indispensable trabajar con otros departamentos del Gobierno para de algún modo coadyuvar a sacar adelante los proyectos. Algunos se mantendrán sin excesivas dificultades, como el Canarias Crea Canarias, que facilita el desplazamiento entre Islas, o los circuitos de teatro y danza.”

- ¿Plan Canario de qué?- preguntan unos.

- ¿Coadyuvar?- se atragantan otros.

ALBERTO DELGADO (llamando al silencio): A callarse, coño, que no he terminado. Me pregunto si “la cultura, con toda la abstracción que reúne el término, puede conjugarse con el pragmatismo empresarial. Para muchos, Estados Unidos y su ley de mecenazgo es la panacea (sacude la cabeza algo mosquiado)”. “Nosotros tendremos que recorrer ese camino durante bastante tiempo. Cuando tengamos una ley de mecenazgo, que no digo que no sea un objetivo, nos costará 20 años que funcione. Además, este Gobierno de Canarias con la cultura nunca ha buscado ganar ningún tipo de influencia (se escuchan algunas risas entre el público). Siempre, repito, siempre hemos atendido a todos los ayuntamientos, a todos los cabildos, y nos da exactamente igual su color político. Y si algo puede superar ese riesgo es la cultura. En el caso de Canarias, el patrocinio público es de obligado cumplimiento: los costes son mucho más elevados que en la Península, y además, la gente está acostumbrada a pagar menos por el producto cultural.”

- Y Paulino, ¿ónde está Paulino?

- Eso, eso.- dicen los culturetas que miran al cielo donde la imagen de Alberto Delgado aparece y desaparece porque hay interferencias.

ALBERTO DELGADO (quitándose las gafas): “Hemos mantenido una larga conversación acerca del complejo momento que vivimos. Pero además, tengo mucho interés en que el presidente se reúna con los representantes del sector, el gabinete de crisis, y explique de viva voz cuál es la senda que quiere buscar el Gobierno. Porque el artífice de lo que hemos conseguido en estos últimos cuatro años es Paulino Rivero. Si él no hubiera estado apoyándonos, esto no hubiera salido adelante.”

- Ohhhhhhh.

ALBERTO DELGADO (visiblemente emocionado se limpia una lágrima que resbala por su ojo derecho): “El salto cualitativo en política cultural ha sido enorme, y por eso me gustaría que la gente se convenciera con argumentos de que los recortes no responden a que el presidente haya cambiado su forma de pensar en cuanto al apoyo a la cultura, no, sino a una crisis muy profunda. ¿Yo hubiera hecho otros presupuestos? Seguro, y lo más probable es que habría metido la pata. Pero está claro que habría realizado un reajuste en el documento mayor del que se hizo, aunque no sé cómo y no sé de dónde”.

- ¡Vaya!- exclama el exaltado.

- Shhhhhhh….- le ordena el resto de culturetas antaño igual de exaltados.

ALBERTO DELGADO (que se coloca las gafas): Y han de saber ustedes que “casi todos los días, e incluso, antes de que comenzara todo este jaleo, pensaba en dimitir. Este trabajo es duro y también hay mucha gente, especialmente en algunos medios de comunicación, que considera que todo es negativo, que todo está mal. Pero ha sido el propio sector cultural el que me ha dicho que no quiere que me vaya. Y eso quizás responda a que me reúno con ellos con mucha frecuencia para intentar consensuar las decisiones más importantes.”

- ¡Malditos periodistas!- gritan los más emocionados.- ¡A la hoguera con ellos!

- No te merecemos.- hablan otros.

- ¡Que ahorquen a los malos periodistas!

- Eso, eso…

- En Canarias volvería a amanecer….- recita un poeta con sospechosa camisa tricolor.

- Todo negativo, todo negativo… Son unas malas bestias, Alberto, no les hagas puto caso… Tú a lo tuyo, como siempre… No te dejes amedrentar por los juntaletras que van de ilustrados.

-Y de iluminados.- añade otra voz.

La imagen de Alberto Delgado se contrae y cuando vuelve a recuperar la forma original ésta carece de sonido. La boca de Delgado se mueve de arriba abajo sin que nadie sepa qué demonios está contando.

- ¿Alguien sabe leer los labios?- pregunta un tipo con gafas y barba bien cortada entre los miembros del gabinete de crisis.

La boca de Delgado continúa moviéndose. El Viceconsejero se encoje de hombros y ríe. Claro que su risa, cristalina como las aguas del Atlántico que bañan las costas de Canarias, no se oye.

- A reírse.- recomienda el de las gafitas y barba bien recortada.- A la de tres: Uno, dos y…

- Hahahahahahahaha…

Alberto Delgado asiente satisfecho y de pronto su imagen se desvanece dejando a  la mayoría de los culturetas con la falsa carcajada en la boca mientras miran mesmerizados el cielo.

La noche oscura vuelve a cernir sobre Canarias.

Y nadie reacciona, ni siquiera el exaltado.

Pero de pronto, en la lejanía, llega en oleadas un eco alentador:

- ¡Se queda!, ¡Se queda!- repite el heraldo que no ha dejado de recorrer las ocho islas dando noticia de la buena nueva.

- ¡Se queda!

- Jajajajajajajaja.- ríe el exaltado.

 (*) Las declaraciones entrecomilladas del viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, están tomadas de una entrevista que publica Diario de Avisos en su edición del 16-I-2012.

NOTA: La imagen que ilustra este post corresponde a una de las tres películas de Fantomas protagonizadas por Jean Marais y mi cordialmente detestado Louis de Funès.

Saludos, visitando San Borondón, desde este lado del ordenador.

¿Sueños? ¿Sueños son?

Jueves, Noviembre 17th, 2011

Me parece raro.

Extraño.

En el tiempo que llevo como escribidor con aspiraciones a Baterbly recuerdo pocas notas enviadas por la Viceconsejería de Cultura en las que, entre otras cosas, se informara del coste de la actividad a la que se hacía referencia.

Me ha llamado por eso la atención que la enviada el pasado 11-11-2011 y con el título de La Orquesta de Timples de Canarias clausura su gira nacional en el Festival de Jazz de Madrid, se detallase el respaldo económico prestado por el Gobierno canario –60.000 euros– a través del programa Septenio a esta formación compuesta “por doce músicos emergentes procedentes de varias islas, bajo la dirección de Benito Cabrera.”

Escribo esto porque, curiosamente, tan solo un día antes, el 10 de noviembre, Cabrera  anunciaba públicamente su negativa a que al Ejecutivo regional usase el villancico Una sobre el mismo mar para su tradicional campaña navideña, en señal de protesta por el recorte en los presupuestos que sufrirá la Viceconsejería de Cultura en 2012.

Y que tan solo tres días después –el domingo 13– Totoyo Millares publicara en varios periódicos de las islas su feroz ataque al timplista conejero desatando la de Dios.

Claro que son coincidencias. Curiosas coincidencias las que observo en este singular y amargo culebrón que podría llevar por título El efecto de los timplistas bajo los rayos gamma.

Sin embargo, y cueste o no reconocerlo, si ha sonado en la calle la reclamación del movimiento de los culturetas afectados ha sido precisamente por el gesto de Cabrera de negar que el Ejecutivo regional emplee el dichoso villancico para las tristes navidades que se nos avecinan, así como por la incendiaria misiva de Totoyo. El totoyazo como la definió acertadamente Alfonso González Jerez en una de sus columnas.

Tras unos días de calma tensa, y mientras los representantes de parte del sector cultural movilizado visitan a los distintos grupos del arco parlamentario canario con el fin de que el Gobierno que preside Paulino Rivero recapacite y no afeite al cero el presupuesto del área que gestiona Alberto Delgado, Benito Cabrera publica hoy una carta abierta en la que reflexiona sin demasiada chicha ni limoná sobre el vitriólico escrito de Totoyo Millares.

Con razón, Benito Cabrera escribe que el totoyazo desvía la atención “sobre lo verdaderamente importante en un momento difícil”.

Se refiere obviamente al tijeretazo.

Totoyazo, tijeretazo, recortazo

Y aclara que “este año (no siempre lo hacen) me llamaron de una empresa de publicidad para autorizar el uso de mi villancico para la campaña institucional del Gobierno. Si no me hubiesen consultado, estaría sonando en diciembre por la tele y yo (que veo poca), igual ni me habría enterado. Pero me preguntaron. Y pensé “¿por qué les interesa una canción para hacer publicidad cuando han dejado casi a cero los presupuestos para cultura”? Y dije: “No”. Así de simple. Además, comenté en los medios que era un gesto personal, que no pretendía representar a nadie ni ir en contra de nadie. Sólo un gesto. Obviamente, si hubiera sabido (no soy profeta) que la deriva sería encender una chispa para ponernos a pelear entre nosotros, no lo habría hecho. No creo que nadie quiera ser noticia por polémicas.”

Cabrera se pregunta más adelante: “¿Hay que cambiar el modelo? Pues que se revise y mejore. ¿La solución para modificarlo es despojar de presupuestos a la cultura? No lo creo.”

Y añade: “El modelo lo han propuesto y lo han mantenido nuestros políticos. Además, nos olvidamos que en esta lacerante crisis nos han metido el desgobierno de los mandatarios y la falta de escrúpulos de un grupo de bancarios. Mientras, los ciudadanos de a pie, cual zombis salidos de la peli de Fresnadillo (igual se inspiró en la sociedad canaria), nos dedicamos a dar bandazos y a comernos entre nosotros.”

Y yo aclaro: no, Benito, pongo la mano en el fuego que Fresnadillo no se inspiró en la sociedad canaria para su peli. Escribo peli porque así lo escribes.

Y continúa su lamento: “Admiro y respeto el trabajo de Totoyo Millares y el de los 13.000 creadores (incluido usted, Sr. Millares) que han recibido ayudas del ejecutivo canario. Y más aún el de aquellos que, sin recibir lo que merecen, siguen en la brega.”

Y recuerda con justificada amargura: “Ya pedí –públicamente y por escrito– el Premio Canarias para Totoyo hace unos pocos años. Igual que pedí por escrito que se le concediera (al menos) la medalla de oro de Canarias a mi amigo y compañero José Antonio Ramos. Por cierto, no sé de dónde sale que yo estuve de jurado en la convocatoria en la que no se le dio el premio. Ese año estaba yo propuesto por el Círculo de Amistad XII de Enero como candidato, por lo que no podía formar parte de ese jurado.”

El resto de la carta abierta responde a los totoyazos con desgana. Sabe a carta escrita con frustración.

No percibo en ella rebeldía y sí un resignado vacío.

Benito Cabrera escribe y escribe mientras transmite, a mi juicio, algo así como “esto no se hace.”

Y al final pide que “no entremos en el juego del divide y vencerás.”

 Conclusión como lector:

Me encojo de hombros.

Alea jacta est.

Y atención, pregunta, ¿cómo afectará el recortazo a Deportes?

Lean este artículo de Luis Padillla. (Danke a quien ya sabe…)

Saludos, está escrito, desde este lado del ordenador.

Serán cosas mías…

Martes, Noviembre 15th, 2011

No termino por ubicar a Alberto Delgado, de quien he cuestionado algunas acciones que ha realizado al frente de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno canario, así como sus insólitas salidas de tono e indiferencia ante situaciones que han menoscabado su gestión, pero también es cierto que la mayor parte de las veces ha sabido timonear con pericia digamos que técnica el departamento que dirige en tiempos tan siniestros.

El revuelo provocado en parte del sector cultural ante el anunciado y dramático recorte presupuestario que sufrirá su área en 2012, así como las declaraciones incendiarias que la semana pasada hizo públicas en una carta el timplista Totoyo Millares para desmontar la, según él, “falsa solidaridad” de Benito Cabrera al negar la promoción institucional del Ejecutivo regional de su villancico Una sobre el mismo mar durante las fiestas navideñas, pone de manifiesto, a mi juicio, que se quiere echar balones fuera en torno al verdadero problema que ha puesto el nombre de la Cultura, y de las políticas culturales, por una vez en las primeras planas de los periódicos locales: un recorte brutal y sin sentido alguno que frenará drásticamente la maquinaria cultural de unas islas cuya población todavía es ajena al desierto que supondrá no solo para los que viven de ella sino también para los que se han acostumbrado a consumir los productos que genera.

Hace unos días escribía que Alberto Delgado necesitaba de lecciones urgentes de diplomacia política, pero también es cierto que conociéndolo desde la distancia, nadie puede criticarle que no le falta valentía a la hora de enfrentarse al caos.

Lo digo porque Delgado no rehuyó ayer en rueda de prensa manifestarse sobre el asunto aunque advirtió que serían las últimas palabras que expresaría sobre el tijeretazo antes de su aprobación parlamentaria.

No obstante, el viceconsejero apuntó tener la esperanza de que el Parlamento de Canarias “pueda hacer algunas correcciones al proyecto”. Y quizá, si él mismo lo dice, sugerir que el afeitado presupuestario del área que gestiona no resultará tan drástico como el actual 65 por ciento que ha anunciado por activa y por pasiva el Gobierno canario.

Puede que sea el espíritu de la Navidad.

Pese a todo, Alberto Delgado avisa que nos esperan “cuatro años muy duros”.

Y no, el viceconsejero reconoció que no se ha reunido con el presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, para tratar este tema aunque es probable que él mismo lo haga con esa parte del sector movilizado aunque desea que antes se encuentren con la consejera Inés Rojas.

Mientras tanto, el colectivo anuncia que mantendrá reuniones con los portavoces en Cultura del Partido Popular, Milagros Bethencourt Aguilar,y el socialista, Domingo Pérez Curbelo. Se supone que el cara a cara con CC se producirá tras las elecciones generales del próximo domingo, 20 de noviembre. 

TIMPLAZOS

Por otro lado, y en un divertido pero contundente artículo de Alfonso González Jerez se reflexiona en torno a lo que el columnista califica de Totoyazo.

Alberto Delgado dio también sus impresiones sobre la polémica desatada por Millares con un paternal y quiero pensar emocionado “me da mucha pena.”

Sobre todo porque, como nos hacíamos eco ayer o fue anteayer o el antes del antes de ayer en este mismo blog, la salida a escena de Totoyo Millares solo ha contribuido a despistar el objetivo de “la protesta por el recorte.”

Para Delgado ambos músicos son “dos grandes artistas y la lástima y la parte real de esto es que se difumina lo que está detrás, la protesta por los recortes, con otro tipo de cosas que vienen de más lejos”. (El subrayado es nuestro).

A la espera de que Benito Cabrera y Totoyo Millares arreglen sus diferencias, polémica a la que se suma también otro timplista, Germán López, en apoyo de Millares, Alberto Delgado reitera que no pierde la esperanza de que en el proceso de tramitación de los presupuestos en el Parlamento de Canarias se puedan introducir correcciones, ajeno él a cómo se mueve la pequeña política parlamentaria canaria en una casa, como decía un amigo que ya no está entre nosotros, Apeles Rafael Ortega, “en la que cuando entro siempre me llevo las manos a los bolsillos”.

Son éstas las últimas declaraciones que pronuncia el Viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, quien ahora esperará a observar cómo terminará tan desagradable e injusto asunto…

Y que por razones que entiendo pone nerviosa a tanta gente.

Saludos, hermanos y hermanas, desde este lado del ordenador.

¿Blancas o negras?

Sábado, Noviembre 12th, 2011

Si algo caracteriza al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, es su escaso tacto político. No saber bucear en las profundidades con la agilidad de un pez abisal.

Si hacemos repaso a su gestión al frente del departamento que el próximo año sufrirá un dramático recorte en los presupuestos, concluimos que Delgado no ha estado lo que se dice muy fino en muchas ocasiones.

Recuerdo ahora la carta de respuesta al cineasta Manuel S. Umo y también su defensa con uñas y dientes de Septenio –programa del que todavía me pregunto para qué demonios sirve– entre otras perlas oídas a un hombre que hasta el día de ayer presumía de gestor, de no tener carnet de partido alguno.

Me resulta por eso chiripitifláutico que con la que está cayendo salga ahora de su palacio de invierno para gritar algo así como “qué coño está pasando…”

Y no porque parte del sector cultural canario esté en pie de guerra recuperando un estrafalario espíritu asambleario que recuerda al de los anarquistas en nuestra nefasta Guerra Civil. U hombres y mujeres votando si es necesario atacar la posición que tienen enfrente o la de cenar pan y queso, sino por las insultantes declaraciones del líder de los populares canarios José Manuel Soria, quien ahora se ha dado cuenta que el trabajo realizado por la Viceconsejería de Cultura solo ha servido para beneficiar a un grupo de amiguetes.

¿Qué amiguetes?

Ya dedicamos un post analizando las hipócritas manifestaciones sorianas. Declaraciones fuera de lugar, vomitadas para hacer daño. Venenosas y nada constructivas en un partido, como el PP, que promete tras el 20-N la recuperación de este país llamado España fomentando, precisamente, políticas de estímulo para el empleo.

En fin…

Por eso, y conociéndolo desde la distancia, no me ha sorprendido que Delgado saliera al trapo de lo que ha sido una miserable provocación del presidente de los populares canarios. Estaba en su perfecto derecho aunque piense que tenía que haber medido su respuesta ante el escupitajo soriano.

Creí, iluso, que tras este largo periodo en el que Alberto Delgado no había dado señales de vida estaba reflexionando seriamente en su próximo movimiento ante el tablero de ajedrez en el que se ha convertido la Cultura que emana del Gobierno regional.

¿Blancas o negras?

Más si tenemos en cuenta que cada vez cuenta con menos piezas en esta partida y que el rey, el rey está a punto del jaque mate.

Delgado responde: “Para una vez que Soria habla de cultura dice cosas que no responden a la verdad. Eso me hace pensar que nunca se ha leído las memorias que le enviamos cada año”.

Y remata: “El único caso en el que reconozco que existió amiguismo fueron dos actuaciones de la actriz Blanca Marsillach en Tenerife; donde el señor Soria, cuando era vicepresidente del Gobierno, se encargó de llamarme repetidas veces por teléfono para que la contratase. ¿Cómo puede ahora hablar de amiguetes cuando me tuvo loco con esas llamadas insistiendo para que contratásemos a esta señora?, una gran profesional, dicho sea de paso

Luego concluyo que Alberto Delgado admite que en esa ocasión sí que hubo amiguismo.

Porque Blanca Marsillach actúo efectivamente en Tenerife.

¿Así que cuánto (nos) costó ese rapto de amiguismo?

Amiguismo motivado, explica Delgado, cansado por las continuas llamadas del por aquel entonces –presumo– consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria…

“Me volvió loco”, dice Delgado.

…Ay, Alberto…

… Alberto ay…

Por otro lado, creadores como Benito Cabrera –que ha tenido el gesto de denegar al Gobierno canario el uso de su villancico Una sobre el mismo mar en las fiestas navideñas–, Teodoro Ríos, Enrique Mateu, La Luciérnaga y Una Hora Menos, entre otros, solicitan al Ejecutivo regional que aclare “el alcance real de los recortes presupuestarios en Cultura.”

El mensaje es directo: Esta situación provoca la paralización de la actividad cultural el próximo año. Por eso piden a Paulino Rivero una reunión la próxima semana para que fije “fecha, lugar y hora” para el encuentro.  

No sé lo que pasará porque esto parece una novela por entregas.

¿Habrá reunión?

¿Blancas o negras?

Pero mientras tanto pasa el tiempo y solo observo como se ningunea al sector rebelde pero no confederado y, lo que es peor, como esa indiferencia se extiende como una mancha de aceite entre la sociedad canaria, ajena a tan gravísimo debate.

Lo que me hace sospechar que la partida ya la tienen perdida.

Así que la cosa no quedará en tablas.

Y sí en un patético jaque mate.

 Saludos, ¡chachos, enróquense!, desde este lado del ordenador.

La culpa la tienen los amiguetesss

Miércoles, Noviembre 9th, 2011

A la espera de que Paulino Rivero diga la última y decisiva palabra. O lo que es lo mismo, que levante o baje el dedo para que se salve o cercene el anticuado modelo con el que el Gobierno de Canarias respaldaba la iniciativa cultural en estas islas abandonada de las manos de los dioses, se suma ahora al debate del puchero revolucionado cultureta el presidente de los populares canarios y hoy flamante candidato al Congreso de los Diputados por Las Palmas, José Manuel Soria.

Soria considera que el presupuesto destinado en los últimos años por el Gobierno canario a la Cultura se repartió “entre amiguetes”. Declaraciones cuya crudeza no entiendo, más teniendo en cuenta que hasta el día de ayer fue él mismo un miembro de ese gabinete que tan alegremente distribuía los dineros públicos “entre amiguetes.”

Sus manifestaciones resultan así un condimento más con el que estropear y confundir el sabor de un puchero al que, mucho me temo por activa y por pasiva, se le está anunciando que tiene sus días contados al fuego.

Soria afirma que así lo ha concluido tras recabar informaciones varias entre gentes del sector aunque no cite a ninguno. Y lo que es peor, resalta que esta ahora su percepción se extiende al resto de la sociedad canaria.

No dejan de sorprenderme las reflexiones del líder de los populares canarios. Será, insisto, porque ahora ve la luz y las opacidades en un territorio que si bien nunca ha sido muy transparente, ni él ni su partido se pronunciaron entonces para frenar ese malgasto dinerario que denuncia, vaya uno a saber porqué extrañas y políticas razones.

Soria dice –rascándose donde antes tenía bigote– que el presupuesto dedicado a la Cultura y al programa Septenio no se ha distribuido conforme a criterios objetivos.

Y se queda tan pancho, mostrando esa media sonrisa matadora que no le llega ni a la huella de los zapatos como la que curvaba los labios de Lee Van Cleef antes de desenfundar sus revólveres.

Y es que la política es puro teatro, o maldito simulacro que cantara la incombustible La Lupe. No obstante, recula y susurra que no quiere restar mérito a los artistas que han sido receptores de esas ayudas, pero sí lamenta (puro teatro) que se dejara fuera “a otros que también tenían el mismo mérito.”

Con estas declaraciones, José Manuel Soria pone de manifiesto que la Cultura es un asunto que nunca ha sido prioridad de su partido. Los mismo pasa con las otras formaciones políticas que se reúnen en esa casa en la te pagan para que pierdas el tiempo como es el Parlamento de Canarias.

La Cultura, debe ser, no es buena cosechera de votos. Y si lo fue alguna vez, pensará el señor Soria, fue únicamente para que esos amiguetes se acordaran de la mano que les daba de comer cuando tocaba depositar la papeleta en las urnas.

Las palabras del presidente del PP regional están pues marcadas por un profundo desprecio hacia un sector que en la actualidad está dando demasiadas vueltas y vueltas sobre sí mismo. Sin creerse aún que ya no son bien recibidos por los que administran la cosa pública.

Soria reitera mientras tanto que se debe “revisar a fondo esta política porque hay que gestionar el área de Cultura” en favor de una gestión que fomente la creatividad y desarrolle el talento dejando de lado criterios “descarados de amiguismo con los que los presupuestos se han distribuido en los últimos años”.

Pero no pone ejemplos.

No señala con el dedo.

No cita nombres.  

El señor Soria olvida que él tiene parte de responsabilidad en esa presunta política clientelar que ahora denuncia cuando formó parte del Gobierno canario. Y con un cinismo habitual no solo en su persona sino de los que se han dedicado a vivir de esto que llamamos política, ahora se calienta la boca con denuncias incendiarias que llegan demasiado tarde aunque políticamente puedan resultar tan rentables.

El 20-N está demasiado cerca.

Así que lo que pase después de ese día solo el cielo lo sabe.

Los culturos canarios, por lo pronto, deben asumir que cambiará el modelo que tanto CC como PP contribuyeron a armar en aquellas hoy nostálgicas épocas de vacas gordas.

Aquellos tiempos en los que, asegura Soria, más que las intenciones artísticas y creativas lo que importaba era ser amigo o amiguete del político de turno.

 Saludos, este debate está llegando a un grado de desfachatez alarmante, desde este lado del ordenador.