¿No era yo el que tenía que esconder la cabeza?
Sábado, Octubre 22nd, 2011Diario de Avisos publica en su edición del sábado 22 de octubre un artículo que bajo el título de Caída histórica de la inversión regional para Cultura del 65 por ciento en 2012 analiza el durísimo y por otro lado poco justificado recorte presupuestario que sufrirá el área que dirige Alberto Delgado para el próximo año: 13,5 millones de euros.
Esta cantidad, muy ajustada, obligará a que el departamento que gestiona Delgado reste más que sume en las iniciativas que en materia cultural el Ejecutivo autonómico diseñe en el apocalíptico 2012 que prácticamente ya se nos viene encima.
Pero, por otro lado, exigirá también que con el dinero que se cuente se apueste por proyectos e iniciativas que realmente estimulen la creación y la reflexión en una islas tan necesitadas de crítica y autocrítica. Elementos que solo se encuentran en sociedades formadas, capaces de pensar por sí mismas.
Las conclusiones de Alberto Delgado tras conocer la partida dineraria que asumirá el próximo año tritura –son sus propias palabras– las expectativas que como Viceconsejero tenía depositadas en el anunciado recorte al que el Gobierno que preside Paulino Rivero iba a someter su área.
Delgado explica así que esperaba un tijeretazo que rondaría el 4,5 por ciento del presupuesto de 2011 pero no los 13,5 millones que finalmente gestionará. Con ese dinero, lamenta, no ve “asumible” la distribución para estimular un sector –como es el cultural en Canarias– que hoy más que nunca debe de plantearse que está ante un Ejecutivo autonómico poco receptivo al hecho cultural.
El Viceconsejero sentencia “con esta rebaja va a ser totalmente imposible mantener los programas y la política cultural que se ha venido desarrollando hasta ahora.”
¿Incluye Septenio?
¿Qué pasará con Canarias Crea?
Partiendo de la base que no lo ha tenido fácil Alberto Delgado desde que ocupó esta responsabilidad en plena y catastrófica crisis que como termitas han terminado por devorar los dineros que en cada ejercicio iba a parar a sus manos, es momento de que se plantee de una vez que las apuesta multimillonaria por determinadas actividades y sus campañas promocionales y de difusión poco o nada han hecho para estimular los atractivos culturales que, desde el Gobierno, se pretendían potenciar que no vender.
Ello hace indicar que la política de repartos para 2012 debe ser afrontada con cabeza, evitando derroches porque ya no estamos en época de vacas cebadas.
Es más, son tiempos que exigen racionalizar los gastos.
También de invertirlos en actividades eficaces que contribuyan a plantar la semilla de la reflexión y el intercambio.
Son momentos de consenso.
Y también de ambiciones.
El discurso, por ello, no debe ser el de tirar la toalla sino el de abrir vías.
Vender el mensaje que se va a continuar hacia adelante con la cabeza bien alta pese a la adversidad.
No me convence por derrotistas las palabras de Alberto Delgado cuando afirma en el artículo que “con estas cuentas se me antoja totalmente imposible seguir adelante con los programas”.
Más en estos tiempos oscuros en los que nos encontramos.
Ya no vale mirar con nostalgia ese pasado disparatado de derroche porque son tiempos que obligan a coger al toro por los cuernos, tiempos que invitan a estudiar con inteligencia donde se van a invertir los escasos recursos que se disponen.
Hacer lo contrario es una invitación al suicido.
Y Alberto Delgado, por lo que lo conozco como gestor de un departamento que, me consta, los que tiene por encima consideran como una molesta maría, ha dado sobradas muestras –con sus aplastantes errores, está bien decirlo– de superarlos.
Si corrige desatinos, sin lugar a dudas es el hombre indicado para gestionar el raquítico presupuesto que tendrá Cultura en ese 2012 apocalíptico para unos pero integradores para otros.
Saludos, cuando me asomé al abismo contemplé mi reflejo, desde este lado del ordenador.