Otra vez el Cine Víctor: permanezcan en sintonía
Un nuevo capítulo de la serie Cine Víctor ¿muerto reanimad0? nos lo ofrece hoy La Opinión de Tenerife en su sección de Cultura. Ya escribí en su momento lo que pienso acerca de que tres empresas unan esfuerzos para intentar que las puertas de la vieja sala reabran. También de la posibilidad de que su apertura pudiera y pudiese modificar la inexistente actividad cultural en esta zona de la capital de provincias donde se encuentra; me refiero a la plaza de La Paz (no sé si habrá cambiado de nombre, así que ustedes perdonen por si ya no se llama así) y aledaños. Espacio que fue durante un tiempo el verdadero corazón de esta ciudad que muere en soledad.
He leído con atención el manifiesto del que se hace eco La Opinión de Tenerife que firma la Asociación Profesional Audiovisual Canaria (UPAC), y me parece coherente aunque algunas de sus propuestas me hayan arrugado el entrecejo. Y lo digo porque ha marcado mi frente la sombra de la duda cuando leo que tienen la esperanza de que se impliquen las administraciones públicas, hoy más que nunca reacias a soltar un euro por aquello de que vivimos tiempos de recesión. O crisis. O miedo generalizado al derroche. Aunque si de derroche hablamos por parte de quienes gestionan nuestros dineros mejor sería que corriéramo un (es)tupido velo.
Valoro como buena noticia que el presidente de la UPAC nos explique que si logra sacar adelante esta iniciativa la gestión del futuro Cine será “transparente” en unos tiempos nada trasparentes, y también que revele que de las tres empresas que han mostrado su interés por aliarse se haya ahora sumado una cuarta (aún en conversaciones), porque podría consolidar un proyecto que, como apuntaba en otro post, todavía está en el aire.
Respecto a los miembros de la plataforma Salvemos el Cine Víctor, el presidente de la UPAC, Enrique Bronx, manifiesta su intención de reunirse con ellos, mientras espera conseguir un compromiso de aportación de las cantidades adecuadas por valor de 140.000 a 180.000 euros anuales, por parte de diferentes organismos públicos, en concepto de alquiler y mantenimiento de la sala, “suponiendo esta cuantía el 50 por ciento de las necesidades básicas de reapertura”. A lo que añado, si lo consiguen, bravo. Aunque mucho me temo que no. Enfermizo escéptico en lo que me hanconvertido los golpes de la vida.
En todo caso, las empresas que forman parte de esta especie de santa alianza se comprometen a aportar el restante 50 por ciento “en concepto de dotación de infraestructuras, servicios y gastos de personal”.
Lo único claro de esta historia de amores imposibles es que hay al menos una asociación, la UPAC, que se ha quitado la máscara al mostrarle a la sociedad tinerfeña sus intenciones, que no son otras que la de abrir el Víctor. Francamente, espero que consigan lo que pretenden, y que resuelvan los flecos dinerarios para que nuestro Cine (que podría ser espacio multifucional) opere una vez más.
Y es que a mí, lo confieso, ver sus puertas cerradas todos los días estrangula mi ya cansado corazón.
Saludos ligeramente esperanzados a este lado del ordenador.