Fue algo más que un ángel. Fue una tía estupenda
Es una historia triste y amarga como suelen ser las grandes historias. De hecho, el mejor papel de su vida lo protagonizó a lo largo de su vida y no en la pequeña y gran pantalla, donde casi siempre interpretó el papel de rubia explosiva pero sin nada en la cabeza.
Como todos, la descubrí en aquella serie para hombres que fue Los ángeles de Charly, donde el tal Charly (sólo una voz varonil y seductora al teléfono) hacía como de dueño de un hárem, aunque sin derecho a pernada, con las tres bellezas que tenía a su servicio. Las chicas tenían como ayudante a un gordito que era el que ponían el acento cómico a esta producción del inefable e inevitable Aaron Spelling, y Farrah Fawcett era la rubia de poderosos ojos azules y algo melacólicos que ha idealizado ese tipo de belleza tan estadounidense. Basta con bucear en su sistema de estrellas, poblado de muñecas rotas como Marilyn Monroe. Fawcett falleció al lado de su compañero sentimental Ryan O’Neal, protagonista de esa empalagosa película que es Love Story, cinta que viene a contar más o menos la misma historia que hoy puso final a la vida de Farrah Facett.
No tuvo una carrera cinematográfica destacable. Fue la coprotagonista junto a un ya envejecido Kirk Douglas de la irregular Saturno 3, de Stanley Donen, que ya no cantaba bajo la lluvia, y apareció en Dr. T, de Robert Altman, una de las peores películas del director de Nasvhille y Short Cuts. No importa. Fawcett queda en grabada en mi memoria de adolescente como aquella aguerrida detective de siluetas cuasi perfectas de Los ángeles de Charly, y en un documental sobre su vida que pillé no hace mucho en el Biographic Channel, donde me di cuenta del coraje que tuvo que tener para soportar los durísimos golpes que recibió a lo largo de su existencia. Infancia de pesadilla, matrimonio con un marido (Lee Major, El hombre biónico) que la usó como un pañuelo sucio y por fin su liberación y tímido ascenso a los cielos, pese a un cáncer que hoy terminó por llevársela de este mundo. No sé, conocer que se ha muerto me pone un poco más triste si cabe de lo que estoy.
Fue algo más que un ángel. Fue una tía estupenda.
Saludos rigurosamente de luto a este lado del ordenador.
Junio 26th, 2009 at 13:33
Discrepo en que fuera una serie para hombres. En absoluto lo era. Cuando era una pequeñaja, cuatro amigas jugábamos en el recreo del comedor a imitarlas, aunque, claro está, sin un ápice de comparación. Dos éramos rubias, y nos peleábamos por hacer de ella, de este ángel; después apareció la otra rubita, la del pelo liso…..pero nada que ver. En estos días una amiga, la que hacía de la audaz Sabrina, lucha contra esta puta enfermedad que pudo con el ángel rubio. En fin. Besos.
PD: hoy Amenábar en el Museo de la Ciencia y el Cosmos. Dicen que aforo completo. Ayer la productora de La Soledad no pudo compartir con nadie su extraordinaria singladura, pues la gente se fue al acabar la peli y yo me quedé mirando a Emilio como tonta. ¡Qué pena!
Junio 26th, 2009 at 15:49
¡Qué bueno vivir aquí!
Junio 28th, 2009 at 0:13
Hay algo obsceno en todo esto. Debemos sufrir las obsesiones privadas y muy privadas, algunas inconfesables del editor de este blog, una rara mezcla de conde Drácula y BorjaMari, que nos inunda cada día con comentarios, sabios algunos, otros totalmente prescindibles sobre series de TV, películas y demás inventos, con los que tenemos que lidiar. Yo le propongo a Willy García que haga un Cine de Barrio canario, con el editor del Blog, con toques de Parada y Concha González Piquer, acompañado del doctor Javaloyes y un poeta amigo suyo. Y que entre los tres comentasen películas de Traci Lords, Rocco Sifredi y el clásico por excelencia: Garganta Profunda. De verdad que sería terapeútico. Y como no, saludos a este lado, que no oscuro, del ordenador.
Junio 28th, 2009 at 6:25
Me cansa usted, señor Crowley. Además, que ose utilizar el apellido del Gran Mago Negro es un quiero y no puedo patético. Respecto a la idea de un cine de barrio en la tele canaria, y más en las condiciones en las que me encuentro ahora, sería uno de esos trabajos en lo que me volcaría por mi profundo cariño al cine. Es más, le contrataria a usted para que tocara el piano cuando se hiciera el debate.
Por último, añadir que poco me conoce usted cuando cita a Tracy Lord y Rocco Sigfredi. Siempre fui del ala Ginger Lynn, y si me apura Tracy Adams. La Lord nunca fue santo de mi devoción. Y el Sigfredi, un bruto descerebrado, como mucho me temo que es usted.
Saludos, muy oscuros, a este lado del ordenador.
Junio 29th, 2009 at 0:26
Siguiendo el ejemplo de Crowley, del que usted lo ignora casi todo, debo enmedarle la plana con respecto a Tracy Lords, de la que usted hablaba maravillas cuando era joven, aunque es lógico que con la edad que lleva encima, una explicación biológica clave para su sempiterna, doliente y acerada nostalgia, se confunda y no se acuerde de sus encendidos y apasionados argumentos en favor de esta actriz porno, de la que, como no, guarda su biografía en su biblioteca. Y debo agradecerle su predisposición a realizar ese cine de barrio y contar con este humilde satanista para tocar el piano. Sería un enorme placer verlo sentado junto a esos dos colegas que le recomende, hablando, como no, de las películas que le indique y todas con las que diariamente nos castiga en su blog. Y como siempre, saludos, como no, a este lado blando, perdón, creí que estaba en el suyo, del ordenador.
Junio 29th, 2009 at 16:51
Señor Crowley, sus diarrias mentales tienen cierta gracia pero le insisto, no me conoce usted: Tracy Lord nunca ha sido santo de mi devocíón. Respecto a lo de esa presunta biografía de la actriz, presumo que al menos sabe quién soy, dé la cara y no se esconda detrás del ilustre Mago Negro, personaje, le aseguro, del que conozco más cosas que el de su devota Tracy.
Junio 29th, 2009 at 18:12
Disculpen si interrumpo este apasionado romance post-al, pero me descoloca un poco el tono que va adquiriendo.
Yo creía que era todo más sencillo: te gusta un blog, lo lees. No te gusta un blog, no lo lees. A veces te gusta y a veces no, pues compartes, criticas, aceptas y/o aportas.
No entiendo la parte en la que uno escribe sólo para decir que nunca le gusta lo que dice el editor, ni sus palabras ni su tono. Desde mi punto de vista, el Editor puede elegir la decoración que desee para su lado del ordenador. Nosotros elegimos si asomarnos a ella o no.
Fácil ¿no?
Junio 29th, 2009 at 21:15
Mi hermano detesta esta palabreja en francés pero creo que es la que mejor ilustra el comentario de Siemprecorriendo: touché.
Junio 29th, 2009 at 22:10
Siempre corriendo y yo llegando. Y al editor le agradezco su conocimiento del francés, que los pone a los dos en el mismo frente de batalla, donde el decoro, el buen rollito, siempre walking, se impone sobre cualquier otra consideración. Antes que nada debo agradecer la gentileza del editor de permitir que un personaje como Crowley, detestable cien por cien, se detenga a cuestionar, criticar los contenidos de su admirable blog, pero lo que es insoportable es esa mansedumbre que al final es un as de espadas al someterlo a uno a la disyuntiva de si no te gusta lo que lees, pues no lo leas y pasa de él. Y no es acaso esta opción, aunque sea desagradable, ácida o como uno quiera llamarla, tan legítima como las que ambos plantean. Y noto una cierta inclinación por encasillar los más que complejos comportamientos humanos: bueno, malo, me gusta, no me gusta, falta muy poquito para ser como un perrito de Pavlov: leo El Escobillón, babeo, no lo leo, no babeo. En fin, lo único condenable es quizás, como practicante de la magia negra, usar grimorios y claves que se escapan al resto de los profanos, que no captan lo que uno escribe y lo que a uno le responden. Y para seguir el buen rollito al que me condenan estas dos almas cristianas, diré violentando mi alma pagana, que la noticia de Castañeda y La Laguna publicada por el editor, la devoré en un instante. Muy bien escrita y muy bien planteada. Au revouir
Junio 29th, 2009 at 23:39
Me ha gustado lo del perro de Paulov. Y gracias por sus palabras elogiosas en cuanto a la noticia Castañeda. No obstante, arrugué el ceño cuando leí lo de alma cristiana precisamente porque si usted supiera… cristiano, si usted supiera…
Julio 6th, 2009 at 11:45
Editor, ¿quién es el cretino de Crowley?
Julio 6th, 2009 at 12:45
Estimados y Estimadas, independientemente del tono que ha tenido este post, ruego que cuiden el estilo y las formas.