No es la misma película que vi tantas veces…

Debe ser por la fecha. Pero veo en casa dos películas que forman parte del disco duro de mi memoria.

Algunos dirán que esto no es cine serio sino facilón. Caza menor como gusta repetir a los que no salen de su torre de marfil pero que a mí me continúan pareciendo largometrajes caídos del cielo.

Sobre todo porque antes de que tuviera la gracia de verlos eran títulos de culto entre unos adolescentes enganchados a la ciencia ficción y la fantasía. Y entre esos nombres –algunos de cuyos filmes vimos en azoteas en la que se improvisaba con una sábana una sesión de cine de verano aunque fuera feroz invierno– si uno sonaba con reverencial respeto entre todos nosotros era Jack Arnold.

- He conseguido La mujer y el monstruo.- decía nuestro habitual proveedor por teléfono. Así que bastaba aquel mensaje para que la noticia se propagara en aquella pequeña jauría de aficionados de provincias para que nos citáramos en casa del camello para ver la de Arnold. Aunque se tratara de una versión reducidísima de treinta minutos.

Más tarde, afortunadamente, pude ver las películas de su director como tenía que verlas. Cierto es que sin el encanto pirata de contemplarlas mutiladas en una sábana blanca que parecía reírse de nosotros si soplaba el viento, pero al menos sí descubrirlas en cintas de vhs o en cine como me pasó solo con una de ellas.

El jueves pasado volví a verlas en dvd y en rigurosas versión original. Y volví a quedar noqueado por las dos historias que nos contó en pantalla este señor.

Las disfruté, además, obedeciendo a un criterio cronológico. Primero La mujer y el monstruo (1954) y después El increíble hombre menguante (1957), que fue el único de estos títulos que aprecié en pantalla grande.

Dejé para otra ocasión otras películas de Arnold de ciencia y ficción y fantasía como Llegó del más allá… y Tarántula pero fue hecho a posta porque para mi el mejor Arnold es el que se esconde en La mujer y el monstruo y El increíble hombre menguante.

Dos películas marcianas y deliciosamente claves para tomarse en serio este género antes de que llegara Stanley Kurick con su discurso solemne: 2001, una odisea en el espacio.

Claro que La mujer y el monstruo y El increíble hombre menguante trascienden las fronteras del género. No sé si será por su versión enfermiza del sexo.

Asunto que, a mi juicio, es más latente en La mujer y el monstruo que  en El increíble hombre menguante aunque el autor de la novela original, Richard Matheson, sí que incidió en este planteamiento: un hombre felizmente casado empieza a empequeñecer por culpa de una nube ¿radioactiva?

Por el contrario, en La mujer y el monstruo es la criatura quien se rebela ante la agresión que sufre su Laguna Negra por culpa de unos primos lejanos que se llaman humanos. Especie, sin embargo, que en su expedición a este remoto lugar del Amazonas trae a Eva. La mujer.

Claro que… lo que la bestia entiende bajo el agua como una ofrenda que le despierta sus más bajos instintos choca con los razonamientos de sus parientes en la noche de los tiempos. En especial el de su prima lejana.

El monstruo, sin embargo, no se resigna a estar sólo en su pequeño paraíso y hará lo imposible por conseguir a la mujer. Quién sabe si para formar una familia de mutantes…

Vistas hoy estas dos obras maestras imperfectas resulta curioso que me quede con el subtexto más que con el texto.

Es decir, que es verdad que al volver a verlas me encanta contemplar las pezuñas del monstruo de la Laguna Negra saliendo del agua para atrapar el tobillo desnudo de Julie Adams, o al protagonista de El increíble hombre menguante hacerle frente al gato como a la araña que reside en el sótano de lo que fue su casa siendo normal.

Pero no es lo mismo.

No, no es lo mismo.

Así que supongo que esto es lo que hace grandes a estas dos películas.

Que las vuelva a ver y no sea la misma película que vi tantas veces.

Saludos, arnoldianos, desde este lado del ordenador.

4 Responses to “No es la misma película que vi tantas veces…”

  1. Nando Parrado Says:

    El otro día vi casualmente ‘El increíble hombre menguante’ en un canal perdido de la TDT y me fascinó, aunque el final me desconcertó un tanto. Lo que me sorprende, además de la calidad de los efectos especiales para los medios de la época, es el hecho de que los copiones y agotados guionistas de Hollywood no hayan planteado todavía un ‘remake’. ¿O ya lo han hecho?

  2. admin Says:

    Remake lo que se dice remake no. Aunque la serie Cariños, he encogido a los niños y variantes sí que están inspiradas en la novela de Matheson así como la frustrada comedia Las increíble mujer menguante.

  3. Damián Marrero Says:

    Hace unos minutos terminé de ver “La humanidad en peligro” (1954) en la que unas hormigas gigantes (mutantes debido a las pruebas nucleares) amenazaban varias ciudades de EE.UU. Comparto la misma pasión por estas pelis de ciencia ficción de serie B de los años 50. No sé por qué será.

  4. admin Says:

    Estimado Damián será porque eran, sencillamente, buenas. La humanidad en peligro es otro de esos títulos que forman parte del disco duro de mi memoria. La dirigió el potente Gordon Douglas, un excelente cineasta al que vale la pena revisar en estos tiempos de idiotez generalizada.

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