Un recuerdo sobre la señora: María Rosa Alonso

Recién llegado a la redacción de un periódico de provincias alguien me encargó que entrevistara a María Rosa Alonso.

Me dieron un teléfono fijo –en aquellos años los móviles todavía no estaban de moda– y la llamé con la osadía de un periodista que empezaba a formarse en esta extraña y diabólica provincia.

Recuerdo que quien me ordenó el encargo me advirtió que se trataba de una señora especial.

Ese especial me sonó a malas pulgas.

A señora revirada, a personaje de otros tiempos al que le cabreaba bastante enfrentarse a los tiempos actuales, tan poco dados a gestos generosos.

Pulso las teclas del fijo.

- ¿Diga?

- Con María Rosa Alonso, haga el favor.

- ¿Quién es usted?

- Llamo de La Gaceta de Canarias mi nombre es…

- …

- ¿Oiga?

- …

- ¿Oiga?

- Soy María Rosa Alonso.

- Señora… ¿podría concedernos una entrevista?

Escucho una risa al otro lado del hilo telefónico.

Más risas.

- Señora…

- Siga así, siga así, pero ni se le ocurra llamarme doña

Quedo con ella y hago la entrevista. Y me sorprende la vitalidad de la señora.

Pienso en todo ello ahora que, según un despacho de Europa Press, anuncia que ha fallecido. Y apenas faltan dos días para el Día de Canarias.

La señora ha muerto.

Saludos, señora, desde este lado del ordenador.

Escribe una respuesta