‘El farallón’ de Sabas Martín, editada en alemán

Con el título de Klippe la editorial Konkursbuch acaba de publicar la edición alemana de El farallón, de Sabas Martín, editada en 2013 en español por el sello madrileño Huerga y Fierro.

Klippe se suma así a las tres novelas del ciclo Isla Nacaria (Nacaria, La heredad y Pleamar) dadas a conocer anteriormente a los lectores alemanes por Konkursbuch con los títulos, respectivamente, de Nacaria (2009), Die Schritte kommen näher (2010), finalista del Internationaler Literaturpreis convocado en Alemania por Haus der Kulturen der Welt, y Flut (2014), incluida por la Comisión Europea en su proyecto de difusión de la cultura europea.

Asimismo, otros textos narrativos del autor han sido recogidos en las antologías Kanarische Inseln (Berlín, 2010) y Meereslaunen (Tübingen, 2011).

El farallón es una parábola sobre el vínculo entre los seres y el medio natural. En ella el escritor canario aborda cómo ese vínculo incide en la identidad isleña, al tiempo que advierte de los riesgos y servidumbres que acechan en la explotación arbitraria del entorno. Igualmente, el contraste entre modernidad e historia, entre turismo y tradición, confluyen en la novela, avanzando hacia un futuro colectivo lleno de incertidumbres.

La erupción del volcán submarino de El Hierro en 2011, el devastador incendio de 2012 que asoló el Parque de Garajonay, en La Gomera, y las prospecciones petrolíferas en las costas canarias son los referentes reales de este relato que transcurre en Isla Nacaria, el territorio mítico literario creado por Sabas Martín, cifra y resumen de Canarias. A través de las vicisitudes de un náufrago varado en lo alto de un islote surgido tras la erupción volcánica, con una escritura que mezcla y fusiona radicalmente los límites de lo narrativo y lo poético, el autor ofrece una obra inusual y sorprendente, de difícil etiquetación, que muestra un firme compromiso con la defensa de los valores medioambientales, a la vez que indaga sobre la memoria histórica y la condición insular.

Saludos, game over, desde este lado del ordenador.

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