Gustavo Rojo, el primer Bentejeuí
Hay actores y actores galanes o galanes actores. Gustavo Rojo, hijo de la escritora tinerfeña Mercedes Pinto y hermano de Rubén Rojo y Pituka de Foronda, fue uno de ellos.
El arte lo heredó de su madre. Una mujer indómita autora de Él, entre otras novelas, que fue adaptada al cine por Luis Buñuel. “Quizá es la película dónde más he puesto yo, hay algo de mí en el protagonista”, dijo el cineasta. Aunque la historia original se desarrolla en La Laguna, la adaptación cinematográfica discurre en una ciudad mejicana y cuenta la historia de Francisco Galván, un joven soltero, religioso, de buena posición social y virgen que tras casarse con la novia de uno de sus mejores amigos, no la dejará en paz por culpa de los celos.
Con elementos autobiográficos, Mercedes Pinto tuvo una notable influencia en la vida de su hijo, quien aprovechó su atractivo para introducirse en el cine y convertirse en uno de sus galanes de referencia.
En el esplendor de su carrera, Gustavo Rojo visitó España para rodar en Canarias Tirma, (Paolo Moffa y Carlos Serrano de Osma, 1954), una película de época que se desarrolla durante la conquista de Gran Canaria y en la que Rojo, que interpreta al irreductible Bentejeuí, comparte protagonismo con Silvana Pampanini y un por aquel entonces debutante Marcello Mastroianni, quien escribiría en sus memorias acerca de aquella experiencia:
“Pasé dos o tres meses en las Islas Canarias, en verano, embutido en un traje de Cristóbal Colón. Siempre he tenido las piernas delgadas, así que tenía que ponerme también esos pantalones tan ceñidos de terciopelo que llegan hasta medio muslo. ¡Hacía un calor infernal! Y por si fuera poco, las armas, los caballos, cosas para las que jamás he tenido la menor aptitud. Por cierto aquellos caballos (que yo llevaba a la princesa como presente del rey de España) no tenían ni colas ni crines, por lo que tuvieron que deshilachar unas cuerdas para hacer falsas colas y falsas crines, Algo verdaderamente espantoso.”
Y la película, tal y como la recuerda Mastroianni no supera la prueba del tiempo, aunque es una de las primeras que sin confiar en las posibilidades cinematográficas que fue ese encuentro de la civilización europea con la indígena, recrea una fantasía sobre cómo se lo montaban los antiguos canarios.
La historia suena a la de Pocahontas, porque en ella se narra como un apuesto capitán castellano que interpreta Marcello Mastroianni, seduce a la princesa Guayarmina, que interpreta la actriz Silvanna Pampanini. En la película, Guayarmina le da calabazas a Bentejeuí porque está enamorada del bravo capitán, lo que significará el fin de la resistencia de los rebeldes canarios…
La película está basada en el romance de Juan del Río Ayala, autor también de Iballa, llevada al cine por Josep Vilageliú, y no hay que tomársela demasiado en serio.
Aunque ¿quién sabe? ¿Pensarán lo mismo sus señorías, esas que forman el arco parlamentario canario, si ven la película?
Tirma vista con esa falsa mirada indigenista es humillación. Una ofensa al pasado de los antiguos canarios que se debe corregir.
Gustavo Rojo tuvo una carrera profesional longeva. El año pasado intervino en la telenovela Un camino hacia el destino y mantuvo hasta el final su actitud de galán.
La de tipo guapo y discreto.
Vaya con Dios, Gustavo Rojo, y olvídese de la totolinadas que se cuecen en Canarias
Saludos, fundimos a negro, desde este lado del ordenador.