Icaria, el mundo (in) feliz según Uwe Timm
Los extremos se tocan. No hace falta comprobarlo leyendo Icaria, una novela del escritor alemán Uwe Timm pero sí que resulta necesaria su lectura para armarse de argumentos con los que silenciar a los que dicen permanecer a un lado u al otro de las derechas y las izquierdas…
Icaria comienza con la investigación que emprende un militar norteamericano de origen alemán en el Berlín devastado de 1945. Sus averiguaciones giran en torno a la eugenesia y la escuela de seguidores que generó a lo largo de los años por lo que el material que vaya encontrando será altamente sensible para los que continúan defendiendo sus argumentos. La sociedad ideal, esa Icaria que, curiosamente como otras comunas que se prodigaron en el siglo XIX y comienzos del XX se establecieron en los Estados Unidos de Norteamérica, dice que los sueños sueños son, y que las obras que comienzan de buena fe suelen torcerse cuando hay un grupo humano por medio. Más cuando ese grupo humano busca la igualdad.
¿Igualad en un entorno donde se cuece la división porque hay miembros que llevan relojes y otros no?
Uwe Timm pone el dedo en la llaga al contarnos como la mayoría de estas comunidades fueron fundadas por comunistas y como posteriormente muchos de estos comunistas, pasados los años, terminaron militando en el partido nacionalsocialista. El método científico de los nazis casaba muy bien con el que habían seguido hasta la fecha ideólogos de la muerte por la ciencia. Sus experimentos contaron el respaldo de Adolf Hitler, quien apoyó con entusiasmo el exterminio de hombres y mujeres deficientes física y mentalmente. Para Hitler las teorías del profesor Alfred Ploetz se adaptaban a su ideario de un mundo ario y Ploetz no dudó en pactar con el sistema que representaba y que lo trató y cuidó como un premio Nobel.
Icaria más que una novela de personajes es una larga novela sobre la investigación que inicia este militar norteamericano a través de largas entrevistas con hombres que conocieron a Ploetz. Paralelamente, Uwe Timm esboza una historia de amor en la que se ve inmerso el protagonista con una alemana en esa ciudad devastada por el cáncer de la guerra aunque es consciente que lo que interesa es lo que va descubriendo a medida que se avanza en las páginas.
La sombra de la utopía es oscura y enfermiza. Más cuando quienes la dirigen se reconocen como hombres de ciencia con corazón de hierro. Así lo defendió Darwin, y así influyó en generaciones de investigadores que dejaron en algún lugar de su recorrido vital esa parte que conocemos como humanidad.
Si hay una novela necesaria para leer en estos tiempos confusos y con mala memoria es Icaria, una novela valiente, dura en ocasiones, que dice las cosas por su nombre: cuidado y vigilad a los que prometen una vida mejor.
Saludos, justicia, no venganza, desde este lado del ordenador
Ellos son los asesinos