Nelson Mandela. El camino a la libertad
La vida de Nelson Mandela sirve a Antonio Lozano para escribir una apasionante biografía novelada para públicos de todas las edades aunque el libro está dirigido específicamente a los jóvenes, ya que está editado en la colección juvenil de ediciones Anaya.
Nelson Mandela es un personaje que no parece de este mundo cuando es, precisamente, de este mundo. Seres humanos con este calibre moral, pocos, por eso su trayectoria vital sirve de lección para aproximarnos a un líder político capaz de enfrentarse a los suyos en nombre de la paz. Al final venció su constancia y su fe en cambiar el espíritu de una nación dividida entre negros y blancos como es la Sudáfrica de los años que le tocó vivir. Es probable que nadie, y cuando se escribe nadie se incluye a Nelson Mandela, fuera consciente del cambio radical que iba a transformar su nación y que él mismo, un luchador que sufrió cárcel y tortura tanto física como mental, acabaría siendo el presidente de un país contradictorio y profundamente racista hasta ese entonces.
Para acercarnos a la vida de Mandela, Antonio Lozano recurre a una serie de protagonistas reales y ficticios con la idea de contar su vida, tan repleta de logros como también de fracasos, a lectores de todas las edades. Estos personajes son el biznieto de Mandela, su abuela y el guardián del museo donde se guarda la memoria del luchador sudafricano.
En el libro se cuenta el proceso de cambio político que vivió Mandela y cómo paso a paso, con mucha paciencia, logró derribar un muro que parecía tan inexpugnable como el del apartheid.
Que el relato esté narrado a través de la mirada de otros hace que el personaje resulte inevitablemente un gigante aunque el escritor no cae en el ridículo de la glorificación sino que expone también las muchas contradicciones que marcaron la vida pública de un político capaz de perdonar a sus enemigos con el fin de que todos pudieran vivir en paz.
Si la intención del escritor era que el lector cerrara las tapas del libro con una satisfactoria sensación de que con personajes así no todo está perdido, lo consiguió ya que tras su lectura queda la sensación de que las transformaciones son posibles. Y todo gracias a una obra escrita sin alardes estilísticos (va dirigida a los jóvenes) y sí con una idea fija en la cabeza: mostrar la grandeza de un hombre que si por algo se caracterizó fue por no perder nunca su condición humana.
Rodeado de depredadores, el ejemplo de Nelson Mandela pervive porque solo actuando como hombres de bien se puede acabar con todos aquellos hombres que solo saben hacer el mal.
Saludos, agradecidos, desde este lado del ordenador