El desfile de los malditos, una novela de Antonio Lozano
Antonio Lozano fue uno de los primeros escritores que se dieron cuenta de las posibilidades que reunía el archipiélago canario para adaptarlo a los territorios de la literatura negra y criminal.
Antes habían tanteado el género con bastante fortuna en las islas escritores como Carlos Álvarez y Jaime Mir, quien proponía en El caso del cliente de Nouakchott el que se puede considerar como el primer detective privado de la novela negra en Canarias. Un tal Jeque que se mueve y refleja cómo era Tenerife en los años ochenta.
Las historias de José García Gago consolidaron no solo lo negro y criminal en las islas sino que marcaron las pautas del detective privado con acento canario de otros escritores.
La primera novela de la serie, Preludio para una muerte, es clave para entender la evolución del personaje y la influencia que emanó en otros escritores. Es probable que Antonio Lozano fuera consciente de la que iba a liar como buen conocedor de una literatura que hoy se reivindica social, un instrumento en el que escribir “verdades como puños” sobre esas realidades que no suelen aparecer en los medios de comunicación.
Tras sembrar la semilla, de la que brotaron escritores que recogieron su antorcha, Antonio Lozano no volvió a publicar otra novela protagonizada por Gago hasta cinco años después con La sombra del minotauro, título que significó para los que lo conocían el reencuentro con un buen amigo. La espera habría merecido la pena ya que se trata de un libro escrito con ironía, que hace gala de una sátira que arremete contra la burguesía canaria. En la novela, García Gago debe sumergirse en los bajos fondos para resolver un caso aunque lo que de verdad importa, más allá del suspense, es el retrato que hace de los personajes que en ella aparecen.
Tras dejarnos hambrientos y con ganas de más García Gago, Antonio Lozano publicó en esos años otras novelas como El caso Sankara, Las cenizas de Bagdad y Un largo sueño en Tánger, mientras rumiaba otros proyectos como una nueva entrega protagonizada por José García Gago, que se presenta ahora con el título de El desfile de los malditos, un libro que reúne lo mejor del escritor, enteramente volcado en un personaje al que aprecia y que tiene mucho de él mismo.
El primer capítulo de El desfile de los malditos resulta demoledor. Nos presenta a la víctima, un hombre que lo ha perdido todo mientras mendiga por las calles de Madrid. El tono se vuelve luminoso a partir del segundo capítulo y que se desarrolla en Las Palmas de Gran Canaria donde presenta a un José García Gago pletórico y enamorado que recibe el encargo de encontrar al sin techo que conocimos en las primeras páginas del libro. Esta investigación llevará a García Gago a la capital de España y a Barcelona. El caso se complica cuando se escora al tráfico de órganos humanos.
En su investigación el detective descubrirá un universo sórdido que convive entre nosotros. Se intercala para el lector varios relatos que suceden en países pobres del planeta donde se mata a niños, mujeres y hombres para extirparles sus órganos y venderlos al mejor postor en los países ricos.
Contra este monstruo se enfrenta García Gago y durante el camino se rodeará de gente con corazón y sin él mientras se enfrenta como un mosquito a un elefante. Vale la pena el esfuerzo aunque sea un solo pinchazo, reflexiona el detective privado que defiende y cree en la justicia.
El desfile de lo malditos cierra la trilogía de nuestro ya para siempre detective –Antonio Lozano falleció en febrero de este año– pero termina con honores un ciclo literario que ya pertenece a la literatura negra y criminal escrita en español.
En la novela, el escritor hace guiños a escritores canarios y hermanos en el género como Alexis Ravelo –José García Gago lee en sus raros ratos de ocio La estrategia del pequinés– y propone un recorrido gastronómico por algunos de los restaurantes de Barcelona que recomendó su admirado Manuel Vázquez Montalbán.
Montalbán y Carvalho son los padres literarios de José García Gago y de la hornada siguiente de detectives privados e investigadores por libre de la novela negra canaria.
El desfile de los malditos es un libro que se ajusta con comodidad a los cánones tradicionales del género, un género que reinterpreta con festivo y desprejuiciado acento canario.
Saludos, con algo de nostalgia, desde este lado del ordenador