Archive for Julio, 2020

Fallece el escritor, músico y periodista Manuel Almeida

Martes, Julio 14th, 2020

Martes de fuertes vientos. Y de una noticia que cae como una pieda en las aparentemente tranquilas aguas de la república de las letras canarisa: fallece el escritor, músico y periodista Manuel Almeida (Las Palmas de Gran Canaria, 1962) tras una larga enfermedad.

En el campo de las letras, Manuel Almedida trabajó para los periódicos La Tribuna de Canarias, El Mundo/La Gaceta de Canarias, La Provincia o Canarias7 y puso en marcha un blog de referencia Mangas verdes, por el que obtuvo varios premios como el de Mejor Comunicador en Internet, otorgado por la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) en 2010, Mejor Blog Español en los premios 20Blogs, del periódico 20minutos en 2008 o el Premio Especial del Jurado de los premios bitacoras.com en 2008. Publicaba sus relatos y poemas en otro blog mmedia.

Autor de novelas como El Manifiesto Ñ y Evanescencia y de libros como Tres en raya y El líder de las alcantarilla y doce psicorelatos ilustrados, dirigía desde 2017 la revista digital literaria Dragaria. Publicó dos discos como cantautor, Nueva Semilla y En Movimiento Presentó y dirigió además el programa de radio dedicado al pop rock canario Canarias a 100.

Fallo de la X edición del certamen Visionaria

Martes, Julio 14th, 2020

La décima edición de la Muestra Concurso de cine Visionaria, conceptos de isla se dio a conocer recientemente. Este certamen de cortometrajes está organizado por la Asociación de cine Vértigo y pueden participar cineastas de todas las latitudes si expresan una visión sobre un lema elegido por la organización que en esta ocasión fue “Interiores”.

El primer premio, dotado con 600 euros, correspondió a Herzog estuvo aquí, de Cayetana H. Cuyas, “por la originalidad en su apuesta por el falso documental a la hora de acercarse a una figura fundamental en la historia del cine. Partiendo de la presencia real de Herzog en Canarias, se realiza una sentida defensa del medio ambiente, apoyándose en un sorprendente uso del metraje encontrado”.

El segundo premio, 300 euros, lo recibió Casa de oro, de Marta Torrecilla. Según el jurado, se trata de un cortometraje en el que “la directora muestra una habilidad especial para ajustar de forma precisa sus ideas a las limitaciones de tiempo. Apoyándose en un cuidadoso empleo del sonido y en una mirada refinada, demuestra una gran capacidad para mostrar distintos tipos de interiores, puestos al servicio de una historia de choques entre lo moderno y lo ancestral.”

Por último, el jurado decidió conceder una mención especial a Después, de Marine Discazeaux, “por defender la complejidad de lo sencillo y demostrar que es posible decir mucho con poco. Afronta con sobriedad un tema tan duro y complejo como el de la migración, evitando caer en la condescendencia.”

El Jurado estuvo formado Víctor Rosales (periodista, programador y cofundador de Visionaria), Luisa del Rosario (doctora en Filosofía y periodista, redactora de Canarias7) y Yanara Moreno (actriz y profesora de teatro), que tuvieron que valorar 31 trabajos finalistas.

De momento, Visionaria está a la espera de que el público designe su cortometraje favorita a través de las votaciones que reciban hasta mañana, miércoles 15 de julio , en el canal de YouTube de de la Asociación de cine Vértigo.

Saludos, The End, desde este lado del ordenador

El III Festival Hispanoamericano de Escritores espera poder celebrarse en septiembre

Lunes, Julio 13th, 2020

La localidad de Los Llanos de Aridane espera poder celebrar el III Festival Hispanoamericano de Escritores entre los días lunes 14 de septiembre y sábado 19 de septiembre, en esta ocasión promovido por el Gobierno de Canarias, el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, el Cabildo Insular de La Palma y la Cátedra Vargas Llosa.

Medio centenar de escritores y escritoras de distintas nacionalidades, pero residentes en su mayoría en España, han confirmado su participación en esta tercera edición, entre ellos el reciente galardonado con el premio Ribera del Duero de libros de cuentos, el argentino Marcelo Luján, el autor francés Patrick Deville, la poeta española Olvido García Valdés, Premio Nacional de poesía y ex Directora General del Libro y Fomento de la Lectura, el finalista del Premio de novela Bienal Mario Vargas Llosa 2019, el peruano Gustavo Faverón, el novelista español Ricardo Menéndez Salmón y la autora de la más reciente biografía de Benito Pérez Galdós, la grancanaria Yolanda Arencibia.

Esta tercera edición del festival espera contar también con la presencia del Premio Cervantes de Literatura Sergio Ramírez, si finalmente es posible que realice el viaje desde su país, Nicaragua.

Han confirmado su presencia novelistas como los peruanos Jorge Eduardo Benavides, Santiago Roncagliolo y Raúl Tola (este último adjunto a la dirección de la Cátedra Mario Vargas Llosa), los mexicanos David Toscana y Jorge F. Hernández, los venezolanos Juan Carlos Méndez Guédez, Rodrigo Blanco Calderón (Premio Internacional de novela Bienal Mario Vargas Llosa 2019) y Juan Carlos Chirinos, la debutante narradora chilena Isabel Mellado, la ecuatoriana Mónica Ojeda y los españoles Ernesto Pérez Zúñiga, Nuria Barrios, Lara Moreno, Marta Robles y Carmen Posadas. También las poetas españolas Ana Rossetti y Yolanda Castaño, así como la Premio Nacional de poesía Ángeles Mora.

Entre los participantes de excepción se encontrarán el fotógrafo de escritores francoargentino Daniel Mordzinski, la fundadora de la revista Granta en español Valerie Miles, el editor Juan Casamayor (Páginas de Espuma), los editores Olga Martínez y Paco Robles (Candaya) y el guionista y director de cine Fernando León Rodríguez.

Entre los escritores de las islas Canarias, este año el festival contará con la presencia del poeta y ensayista Andrés Sánchez Robayna, el novelista y director de la Cátedra Mario Vargas Llosa, impulsora de este festival, J.J. Armas Marcelo, las poetas Elsa López, Alicia Llarena y Tina Suárez Rojas, los narradores Anelio Rodríguez Concepción, Santiago Gil, José Luis Correa, Nicolás Melini y Bruno Mesa, el poeta Iván Cabrera Cartaya y strong>Andrea Abreu.

Completan la cincuentena de participantes y prescriptores el escritor José Esteban, el poeta y traductor Aurelio Major, el secretario general de ASALE Francisco Javier Pérez, la traductora Lana Kalandia, la editora Guadalupe Martín Santana, el agente de ensayo Diego Alfonso, la periodista Adriana Bertorelli, la delegada de la Agencia Ansa de noticias, Mónica Uriel, el crítico J. A. Juristo y la mexicanista Sarah Kuźmicz.

El III Festival Hispanoamericano de Escritores se celebrará cumpliendo con las medidas sanitarias precisas. Los actos se celebrarán al aire libre y cumpliendo los aforos que sean recomendables en el momento de la celebración del festival.

Saludos, ¿continuará?, desde este lado del ordenador

Chocolate negro

Lunes, Julio 13th, 2020

Pascal Buniet es un caso aparte dentro del aún pequeño universo negro y criminal que genera la literatura que se escribe en Canarias. Además de esta peculiaridad que explicaremos revelando que se trata de un escritor francés que vive en las islas y que se esfuerza en escribir en español sus novelas, las historias de Buniet aportan originalidad al género policíaco porque se desarrollan fundamentalmente en el sur de la isla de Tenerife. Ese vasto territorio en el que conviven (o convivían antes de la crisis de la Covid-19) residentes españoles con extranjeros.

Los extranjeros, los que viven y los turistas, los que visitan determinados meses del año la isla, son los personajes protagonistas de muchas de las historias de Pascal Buniet aunque el escritor se ocupa sobre todo de estudiar a los extranjeros que han decidido mantener en Tenerife su segunda residencia o el lugar en el que pasar su jubilación. Este grupo, que en La muerte sabía a chocolate (M.A.R. , 2020) es de nacionalidad belga, ha reproducido la vida que hacía en su país de origen de manera milimétrica. Comen en el mismo restaurante, belga por supuesto; ven los mismos programas de televisión, belgas por supuesto también y no se relacionan con nadie más salvo con los que son de su lugar de procedencia. Esto genera comunidades muy cerradas y en cierto sentido pueblerinas porque todos se conocen, solo que el contraste de mantener vivo el espíritu belga (lo mismo sucede con los residentes británicos, alemanes…) se produce en un escenario donde luce el sol, hace calor y cuenta con buenas playas.

El escritor denomina a toda esta fauna turistas profesionales y los diferencia muy bien de los que siendo turistas terminaron viviendo en la isla porque estos se preocuparon en hablar el español y en relacionarse con los originales de esa tierra a la que llegaron de paso y que convirtieron finalmente en suya.

Me dijo que sus clientes no hacían ese esfuerzo, se quedan al margen e incluso muchos evitan frecuentar los lugares donde van los españoles. En fin, que habían venido a reconstruir su mismo pueblo aquí –Bernard sonrió recordando–. Me contó, burlándose, como si esto fuera el colmo que había restaurantes belgas que importaban mayonesa y croquetas de Bélgica. Y no te hablo de las papas fritas –terminó riéndose”.

Pascal Buniet obtuvo con La muerte sabía a chocolate el IX Premio Wilkie Collins de Novela Negra que concede la editorial que ha publicado hasta la fecha tres de las cuatro novelas del escritor y sin temor a equivocarnos no creo que se haya equivocado el jurado al conceder este galardón ya que La muerte sabía a chocolate se trata del mejor libro que Buniet ha escrito hasta la fecha. Ya iba apuntando maneras con su novela anterior, Sombras en la meta, solo que ha domesticado más y mejor sus ambiciones narrativas en La muerte sabía a chocolate, una novela que más que negra es de misterio ya que se trata de resolver un crimen, el del empresario Alfred Van Der Mersch, propietario de la fábrica de chocolate Otelo, que vive en el pequeño y tranquilo pueblo de Steveren. Previamente, Van Der Mersch, tras solicitar los servicios de un investigador privado, Bernard Decrequi, que ha perdido a su mujer recientemente por una enfermedad, lo invita en señal de agradecimiento por un trabajo realizado a olvidar su tragedia personal en una casa que tiene a su nombre en un lugar sin determinar pero reconocible del sur de Tenerife.

La acción de la novela se desarrolla así en el pequeño pueblo de Steveren y en esa ciudad turística del sur de la isla, lo que da ocasión a Buniet para plantear una investigación paralela tanto en Bélgica como en Tenerife con el fin de averiguar quién asesinó al empresario ya que el detective inicia una serie de pesquisas junto a Laura, una amiga italiana. La pareja de detectives mantendrá informado de sus investigaciones al joven e inexperto inspector Tony Bellanger, que trata de resolver el caso con lo medios que tiene a su alcance en Bélgica.

Narrada en tercera persona, otros personajes con calado en este suspense son Pepe el Belga, un hombre con misterioso pasado que lleva años residiendo en la isla donde regenta un restaurante que ha hecho suyo la comunidad belga de la zona y que, entre otras funciones, sirve de confesor de todos ellos, sobre todo cuando los clientes abusan de la cerveza. Belga, por supuesto.

Más allá de la trama y de seguir paso a paso el trabajo detectivesco que emprenden Decrequi en Tenerife y Bellanger en Bélgica, el atractivo mayor de La muerte sabía a chocolate como pasa con sus anteriores novelas es conocer las miserias de esos turistas profesionales solo que ahora ese universo está mucho mejor descrito. Es un elemento fundamental que pone en pie el relato, una mirada distante y socarrona con la que el escritor observa todo ese ecosistema de “turistas profesionales” que viven en el sur no solo de Tenerife sino del resto de Canarias, al tiempo que describe más que sus grandezas, sus miserias y hace que nos preguntemos una vez se resuelva el caso si el escritor volverá a recurrir a Bernard Decrequi y Tony Bellanger en nuevas historias cuya trama se desarrollen en unas costas que, como las nuestras, disfrutan de momento de seguro de sol.

Saludos, la recuperación comienza a ser muy lenta, desde este lado del ordenador

La mirada perversa de Tod Browning

Domingo, Julio 12th, 2020

La primera vez que vi Freaks (1932) fue en casa de un amigo y rodeado de otros amigos. Creo que fue un sábado así que nadie quería ver una película y sí prepararse para salir de fiesta. El problema era que yo no había visto Freaks y que llevaba un tiempo con muchas ganas de verla por lo que salir de jolgorio no me convencía demasiado salvo después de haber visto aquel largometraje del que tanto había leído.

Sobre la mesa había un par de litronas y un plato de papas fritas de bolsa. Los ceniceros estaban repletos de colillas apagadas lo que explicaba que la atmósfera estuviera repleta de humo. Alguien sugirió abrir la ventana pero era tanto el frío que hacía que el resto nos negamos al unísono con un naaa que pareció flotar en el ambiente enrarecido.

Y en eso comenzó Freaks. Y si bien costaba entender algo de lo que decían en la película por las conversaciones que se tejían a mi alrededor pronto se fueron apagando como se apaga la luz de una vela, reinando un fascinante silencio en todo el grupo, grupo que tenía la mirada pendiente en el televisor, viendo aquella película en blanco y negro.

Cuando terminó la sesión el silencio reinante continuaba instalado en aquella habitación de piso de estudiantes. Nadie pudo decir nada salvo sacudir la cabeza y comentar que mejor, mejor salimos otro día, ¿verdad?

Nacido Charles Albert Browning, Jr. (Louisville, Kentucky, EE. UU.; 12 de julio de 1880 – Hollywood, California, EE. UU.; 6 de octubre de 1962) pero conocido como Tod Browning, la vida del cineasta resulta casi igual de apasionante que sus perturbadoras películas. Es probable que muchos no tengan ni idea de quien hablo pero les invito a que vean su obra maestra, Freaks, para que se inicien en el trabajo de un cineasta producto de su tiempo, los felices años treinta, una década realmente interesante dentro del cine norteamericano por excéntrica y salvaje. Sobre todo en el terreno fantástico aunque la onda expansiva alcanzó al resto de los géneros. Los treinta, sobre todo hasta su primera mitad, resultan un periodo extremadamente libertario en el cine estadounidense, un cine sin compromisos, abierto y políticamente incorrecto para los tiempos que vivimos, estos de post-corona virus.

Tod Browning practicó toda clase de oficios antes de llegar a Hollywood, uno de ellos fue en un circo así que el circo es bastante recurrente en su cine. O al menos en dos de sus más grandes películas: Freaks y Garras humanas (1927), en esta última oficia como actor Lon Chaney padre, una estrella rompe taquillas de su tiempo y con quien trabajaría en ocho ocasiones.

Drácula y Freaks son dos de las películas más reconocidas de Browning . Drácula porque contó con Bela Lugosi encarnando al rey de los vampiros aunque el filme se ha quedado bastante anclado con el paso de los años. Freaks (1931) porque todavía sigue conmoviendo, perturbando… Basada en un relato corto de Tod Robbins, un escritor de relatos y novelitas de todo a un euro, Freaks aún continúa desarmando porque además de enseñarnos que los monstruos no son los seres deformes sinos los humanos que presumen de ser gente normal y corriente, narra una trágica historia de amor y venganza que vence el paso del tiempo.

Y sí, el filme hace justicia a la tropa de criaturas extrañas que reúne y explota el circo en el que han hecho familia, una justicia que, ya lo verán si se atreven a visionarla, no deja de merecerse la bella Cleopatra, la trapecista que osó desafiar a las bestias. Bestias en su sentido figurado, claro está.

El cineasta, que cuenta con una interesante producción de cine silente en su filmografía, rodó unas pocas más películas sonoras adscritas al género. Destacaría entre otras Muñecos infernales (1936) pero le falta sin embargo el músculo de Freaks para convertirse en un clásico.

Ahora, mientras escribo esto, recuerdo cómo aquellos amigos con los que la vi la primera vez se quedaron con la vista clavada en el televisor una vez finalizado el largometraje. De pronto veíamos sin ver el aluvión de comerciales hasta que alguien apagó el aparato con el mando a distancia. Me di cuenta entonces observando el reflejo de todos nosotros en la pantalla apagada del televisor que más que vivos lo que parecíamos eran fantasmas. Gente, o gentuza como prefieran, convertidos en espectros sin rostros.

Saludos, se acabó el juego, desde este lado del ordenador

Que éramos –somos– solo sombras.

Más libros, libros, libros

Viernes, Julio 10th, 2020

* Cuarteto de arritmias, que ha publicado la editorial BaraBara en Santa Cruz de Tenerife, se presenmta este viernes, 10 de julio y a partir de las 19 horas en la librería El Libro en Blanco en Santa Cruz de Tenerife. Se trata de un volumen coordinado y editado por el periodista Román Delgado, también coautor del mismo, e incluye firmas de otros periodistas y narradores colaboradores de varios periódicos digitales.

Junto a Román Delgado, participan en ese experimento literario Indra Kishinchand López, natural de Santa Cruz de Tenerife, periodista y residente en Madrid; Fer D. Padilla, también grado en Periodismo y nacido en La Laguna, y Cristina Quirantes Sánchez, con titulación en Historia del Arte y origen santacrucero.

Gran parte de las narraciones y poemas de Cuarteto de arritmias fueron concebidos para su difusión en cabeceras digitales de Canarias, entre ellas Tenerifeahora.com. La edición está prologada por Claudio Colina Pontes y el libro ha sido diseñado y montado por Juan Manuel Santos.

La presentación de esta tarde respetará las condiciones que impone la nueva normalidad por lo que el aforo será reducido y la presencia en el acto estará sujeta a la invitación por parte de la organización.

* Reflicciones es el título de la nueva propuesta literaria del periodista y escritor Agustín Gajate, que acaba de ser publicada en colaboración por Ediciones Aguere y Ediciones Idea. La obra reúne cuarenta relatos escritos entre 1982 y 2019 a partir de una idea, un sueño, un sentimiento o una experiencia.

El contenido de los textos no guarda ninguna relación entre sí y su disposición dentro del libro no obedece a ningún criterio cronológico, temático o alfabético en cuanto a su contenido o sus títulos, algunos de los cuales contienen palabras guanches. Los asuntos y situaciones que abordan son muy diferentes pero, sobre todo, constituyen un recorrido por las emociones y pensamientos del autor a lo largo del tiempo.

El propio título hace referencia a los dos principales ingredientes que articulan todos los relatos: la reflexión y la ficción, aunque algunos de ellos describen momentos y escenarios reales.

Saludos, informando que es gerundio, desde este lado del ordenador