Manuel Hernández: “El campesino blanco cubano era de origen ‘canario’ a inicios del XIX”

Venezuela, Cuba y República Dominicana forman el grueso de las investigaciones del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, historiador que presenta estos días un nuevo y voluminoso trabajo, Resistencia y adaptación. La pugna del campesinado guajiro isleño del occidente de Cuba contra la sacarocracia (1670-1817), muy revelador para conocer no solo la importancia de los isleños que se establecieron a lo largo de ese período en la mayor de las Antillas sino también para estudiar sus relaciones con el poder que se había desarrollado en Cuba. El volumen está publicado en Ediciones Idea (2021).

- Estudia la resistencia y adaptación del campesinado isleño en Cuba de 1670 a1817.

“A partir de 1670 se desarrolla una creciente migración familiar hacia Cuba. Tiene sus raíces en la grave crisis que sufre la economía canaria como consecuencia de la emancipación portuguesa, que repercute especialmente en comarcas que dependían de la exportación de viñedos a las colonias portuguesas. Puso fin a siglo y medio de crecimiento demográfico. Al mismo tiempo en Cuba estas familias que se instalan allí comienzan a cultivar tabaco en áreas próximas a La Habana en tierras generalmente arrendadas a los grandes propietarios.

-¿Cómo se expande este campesinado?

“Ese campesinado se expande gracias a la agricultura de exportación de alta calidad y para abastecer a la ciudad de alimentos aunque ve obstaculizado su progreso por la no disponibilidad de tierras al estar concentradas en manos de la oligarquía habanera y por la política de la Monarquía que controlar en su provecho ese recurso a través del monopolio del tabaco. Ello derivará por un lado en una pugna por establecer jurisdicciones y ayuntamientos independientes en el extrarradio habanero, al que se opone la alianza de intereses entre esa clase dirigente que quiere acaparar esas tierras para imponer una economía de plantación azucarera basada en la trata esclavista y las autoridades, en especial los capitanes generales”.

- ¿Y cómo se refleja esa pugna?

“La pugna se demuestra en la búsqueda de jurisdicciones independientes en Santiago de las Vegas, Guanabacoa o Los Güines y en su batalla contra los señoríos que se trataron de imponer en la región como Santa María del Rosario, San Felipe y Santiago de Bejucal, San Antonio de las Vegas o Jaruco. En la otra perspectiva las rebeliones contra el monopolio del tabaco, que fueron duramente reprimidas, especialmente la tercera asonada, que mostraron su capacidad de resistencia y que obligaron al estado a importar batallones para su represión. El proceso finalizó en 1817 cuando las clases dirigentes cubanas lograron de la Corona todos sus objetivos como la liberalización de la trata en 1789, el freno a las jurisdicciones independientes como demostró la batalla de Güines, la legalización de las tierras en su provecho, la expansión de la plantación azucarera monopolizada por ella, el libre comercio con el extranjero y finalmente la abolición de la factoría de tabaco que monopolizaba su exportación desde 1760 y que ahora deja en manos de la burguesía cubana la creación de fábricas”.

- La obra estudia estos movimientos en el occidente de la isla pero no en el oriente.

“El occidente de la isla concentraba la inmensa mayoría de la población. Su peso en esta época fue decisivo en la economía tabaquera primera y azucarera después. El peso del resto de la isla fue menor. A ella se dirigió durante este período el grueso de la migración canaria, lo que no quiere decir que no hubiera migración en la región central y en el oriente, pero ese no era el objetivo de nuestro trabajo. Tras esta época una significativa parte de la migración isleña se dirigió hacia el oriente de la isla y más tarde hacia la región central”.

-Se habla mucho de la presencia canaria en Cuba pero hasta que punto es determinante en la formación de su campesinado.

“El periódico habanero El Canario publica en 1811 que toda la población blanca del campo cubano era de ascendencia canaria. El análisis demográfico a través de censos, testamentos, libros sacramentales reafirma fehacientemente esa idea. Al ser una migración con un importante componente familiar, explica su arraigo en las manifestaciones culturales de toda índole desde el habla, la alimentación, las labores campesinas. Hay que tener en cuenta que en Cuba hasta 1776 el campesinado blanco era el sector mayoritario de la población. Aunque la trata masiva expandió el peso de la esclavitud, nunca descendió del 45% de la población para superar el 50% desde mediados del siglo XIX. Eso no se dio en ninguna otra región de la América española colonial”.

- Escribe en el libro que hubo una elevada presencia de mujeres isleñas que marcharon a Cuba.

“Es una tradición que se remonta hasta 1670. Las mujeres forman parte de los contingentes porque se va en familias. Además hay numerosas mujeres solteras con hijos que se marchan para superar la nula consideración social y los prejuicios que sufren en las islas. Los maridos incluso traen a sus mujeres e hijas con ellos o cuando ya están consolidados. Emigran también muchas mujeres para la prostitución, que tendrán una presencia en los burdeles en el siglo XIX. Reproduzco una carta sobre el traslado a La Habana en 1790 de 28 procedentes de Santa Cruz de Tenerife. La pobreza y la exclusión social explican su elevado peso en la migración canaria”.

- Además del campesinado, ¿hasta qué punto cree que fue importante la presencia canaria en las zonas urbanas de Cuba?

“Frente a los tópicos tradicionales que afirman que el artesanado era exclusivamente de mulatos y negros, hubo muchos canarios dedicados a él en zapaterías, herrerías, etc. No es objeto de mi trabajo, pero tengo numerosos testamentos de isleños dedicados a esos oficios. Lo mismo cabe decir de los pulperos, los taberneros, los lecheros o los pequeños mercaderes”.

-Se dice que fueron tinerfeños y gomeros los que marcharon a Venezuela mientras que grancanarios y palmeros fueron mayoritariamente a Cuba, ¿es cierto?

“Eso depende de las épocas, la migración a Cuba, como a Venezuela es una constante histórica de las islas. En esta época la tinerfeña era la más numerosa porque Tenerife tenía más población que el resto de las islas juntas. No obstante, fue importante la palmera, la grancanaria e incluso, pese a su escasa población la herreña. Lo curioso es el comportamiento de Tenerife dentro de las conexiones con Cuba y Venezuela. La Isla Baja, el valle de La Orotava y el sur emigró mucho más a Venezuela, mientras que Tacoronte, Acentejo y el entorno lagunero lo hizo más hacia Cuba”.

- ¿Por qué se produce en Cuba el tránsito de la producción tabaquera en favor de la del azúcar?

“Por diversos factores, uno las condiciones naturales óptimas, la existencia de capitales como consecuencia del auge tabaquero, la trata esclavista libre que abarató el precio del esclavo y el fin de la competencia del Santo Domingo francés con la rebelión de sus esclavos, que convirtió a Cuba en el mayor productor de azúcar del mundo y obligó a Napoleón a buscar su alternativa en una nueva tecnología que transformó la remolacha en azúcar”.

-¿Qué características definen a los miembros de la sacarocracia? ¿Hubo canarios que pertenecieran a esa “élite”?

“La sacarocracia se caracterizó en el último tercio del siglo XVIII por su apuesta decisiva por la inversión en la economía de plantación azucarera. Se había enriquecido con la comercialización del tabaco a través de sus molinos y había acaparado enormes extensiones de tierras gracias a su control del ayuntamiento habanero. Hubo algunas familias que procedían en el siglo XVI de Canarias como los palmeros Beltrán de Santa Cruz, condes de Jaruco y marqueses de Santa Cruz de Mopox y en el siglo XVIII hubo algunas familias de hacendados comerciantes de ese origen como los Alfonso, Madan o Diego Antonio Marrero, pero, a diferencia de Venezuela, donde fueron un factor significativo de las élites mantuanas, su peso fue mucho menor, porque estuvo dominada por familias terratenientes peninsulares que acapararon tierras y poder político en los siglos XVII y XVIII”.

- ¿Estas pugnas además de políticas fueron también violentas?

“Las élites dirigentes quisieron desarrollar señoríos y para ello tenían que constituir ciudades. Para crearlas se necesitaban familias de cultivadores. Ahí entraban los canarios y sus hijos que compusieron un elevado número de los fundadores de Santa María del Rosario o Bejucal. A los hacendados les interesaba porque cultivaban tabaco para ellos en tierras arrendadas y podían controlar el poder político. La batalla fue violenta en las asonadas como la de los vegueros, o represiva como las que sufrían los cultivadores de Pinar del Río, pero también políticas fundamentalmente ante la Corona, porque los capitanes generales estaban al servicio de la sacarocracia y defendían sus puntos de vista, incluso recibían gratificaciones en ingenios como acaeció en San Julián de los Güines con De las Casas, los O´Reilly, Arango y el intendente Valiente. Su gran victoria fue Santiago de las Vegas, pero desde entonces los hacendados movilizaron toda su capacidad para paralizarlas como demostró Güines y Guanabacoa, esta última con una jurisdicción surrealista, que solo valía para las tierras que no pertenecían a habaneros”.

- ¿Cómo eran las relaciones del campesinado isleño con España?

“Con la Península eran escasas, pero sí muy elevadas con los familiares insulares como se puede apreciar por la correspondencia. Eran la punta de lanza para traer nuevas personas, atraídas por esa ayuda que suponía el parentesco y el paisanaje. Hay que tenerlo en cuenta incluso en los esclavos canarios, a los que dedico una parte del trabajo y en los numerosos sacerdotes y frailes que emigraron y se establecieron en el mundo rural habanero estrechando esas alianzas sociales, de identidad y de cultura”.

- ¿Cómo observan los campesinos que no eran de origen canario al guajiro isleño?

“En esta época el resto del campesinado que no era de origen canario se podía decir que eran los esclavos porque el mundo rural de esa época fue colonizado por ellos, salvo un mínimo porcentaje de población local y un muy reducido número de peninsulares como se puede ver por el censo de 1787. Para la sacarocracia era un obstáculo para su proyecto de economía de plantación esclavista. De ahí que fuera mirada por ella con profundo desprecio. Ha llegado a nuestros días un dicho que los define con esa carga peyorativa “eres tan bruto como un isleño”.

- En la introducción resalta que “la sacarocracia optó por la continuidad del dominio español?

“El miedo a un Haití español se tradujo en un apoyo a la estabilidad, pero al mismo tiempo la proyectó en una alianza con la Corona. Fernando VII les proporcionó muchas de sus reivindicaciones y una “autonomía pactada”, pero todo cambió con “la revolución burguesa” en el reinado de Isabel II. Desde esa perspectiva el guajiro sufrió un proceso de expulsión de sus tierras, que le condujo a emigrar hacia otras áreas para buscarse la vida, como se puede apreciar en los cambios demográficos en las áreas expansivas de la plantación, donde fueron reemplazados por esclavos, como ejemplifica Los Güines”.

Saludos, nos fuimos pero volvimos, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta