Cómo hacer tu propio diorama naval

Desde pequeño me viene el gusto por los dioramas aunque siempre los haya llamado maquetas. Un arte, si quieren, para el que no nací capacitado. Vamos, que de pequeño me encantaba perderme en la Casa Portuguesa y ver aquellas cajas de colorines que contenían en su interior las piezas de un viejo caza de la II Guerra Mundial o un tanque del mismo conflicto…

Observar cómo algunos de mis amigos eran capaces de armarlos y luego pintarlos es una cosa que todavía me abruma y sorprende. Intenté hacer lo mismo que ellos pero cuando cogía el pincel para pintar, por ejemplo, a un soldadito japonés (de Airfix, escala 1:32, por supuesto) el resultado final siempre era tan desastroso que terminé por desistir.

Viene todo esto a colación de la publicación de un libro práctico, cuenta, que firma un buen amigo, Enrique Carrasco. La obra está editada en Amazon y trata sobre dioramas navales.

La obra resume quince años de trabajo con modelos a escala y se titula Veleros y Dioramas, en el que se incluye cinco ejemplos paso a paso y más de un centenar de fotografías de todos los procesos así como una introducción técnica al concepto del modelismo aplicado a escenarios protagonizados por los antiguos buques de vela.

Enrique, que antes de profesor de la Universidad Europea de Canarias fue periodista, publica el libro en Kindle Direct Publishing (Amazon) y gustará a los aficionados a perder el tiempo construyendo maquetas, de barcos en esta ocasión, mientras fuera, en la calle, un manto de polvo sahariano se hace dueña y selora de las calles. Que es lo que sucede exactamente hoy mientras escribo estas líneas.

Dice Enrique Carrasco que Veleros y Dioramas. Técnicas de Modelismo Naval Escénico es el resultado de un largo trabajo de investigación histórica y de exploración de distintos utensilios y materiales y si bien no sabe si quien lo lea se convertirá en un experto de estas cosas, de las que sí lo es por ejemplo el mismo Carrasco, doy fe de ello, quien lo consulte podrá disfrutar de cómo se hace desde una galera romana hasta un galeón español, pasando por drakkars vikingos y los navíos de línea franceses o ingleses que marcaron la edad de oro de la navegación a vela durante el siglo XVIII.

El autor profundiza en la relación entre la decoración marítima en miniatura y los veleros a escala comercializados en plástico, una “simbiosis pocas veces vista pues normalmente el modelismo naval se vincula a la madera y a la ausencia del diorama”, explica en una nota.

En la publicación, que contiene más de 150 páginas, se incluyen numerosos patrones prácticos y nomenclatura especializada, consejos constructivos y orientaciones para redactar artículos técnicos y fotografiar los trabajos terminados.

Y… eso es todo de momento. Ya les contaré como avanzo en armar barcos cuando me haga con el libro de Enrique Carrasco. Uno de esos marineros en tierra que diría don Rafael Alberti.

Saludos, o lá lá, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta