Un agosto de cine… Canario
Vivimos en un país al que le cuesta reconocer que tiene memoria, así que más que disfrutar, vive mirando al futuro sin darse cuenta que mucho de lo que hace, que las cosas que ha construido con esfuerzo y el paso de los años, se debe en gran parte a que otros, antes que ellos, pusieron la primera piedra para que se consolidaran proyectos que, actualmente en Canarias, y debido a la política a veces acertada y otras no tanto de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno regional, está configurando para hacer realidad un “posible todavía” cine canario.
Este, supongo, será uno de los temas que se plantearán en este ciclo, Un agosto de cine… Canario, una muestra cinematográfica que rescata cortos y largometrajes que fueron rodados y estrenados en los años 90, aunque también se da cabida a trabajos más recientes en el tiempo, lo que les dará una idea del entusiasmo que aquellos “pioneros” –en parte los responsables que hoy Canarias cuente con una industria pequeña, pero industria al fin y al cabo– realizaron.
De hecho, y creo que en parte gracias a todos ellos, las islas cuentan hoy con una notable cinematografía que merece un estudio permanentemente actualizado.
El ciclo incluye desde cintas de ficción a documentales y cine de animación. Una oportunidad para contemplar la variedad de experiencias cinematográficas y la sobresaliente producción de unos trabajos que, en algunos de los casos, se hicieron posible sin contar con apoyos oficiales.
Al finalizar las sesiones habrá un encuentro con los autores de estos trabajos, experiencias que en su tiempo significaron un importante impacto en la sociedad canaria de aquellos años ya que nos demostró que desde aquí se podía hacer un cine de calidad.
El sueño ya venía de atrás, sobre todo a raíz del estreno del largometraje Guarapo (1987), de Teodoro y Santiago Ríos, que abrió los ojos a muchos de los cineastas que vinieron después y sobre todo a algunos de los miembros que pertenecen a la generación que hicieron posible muchos de los trabajos que se incluyen en Un agosto… de cine canario.
La selección de películas que ha previsto Ricardo Ramos, y que desde hoy y los restantes jueves de agosto se podrán ver a partir de las 21 horas en Café Teatro Rayuela, en Santa Cruz de Tenerife, incluye esta noche los cortometrajes El último latido (1994), La criada (2013) y el vídeo clip In the Pines, de Javier Fernández Caldas; Ruleta (1999) de Roberto Santiago y La raya, (1997) de Andrés M. Koppel.
Para hablar de estos cortos contamos con la presencia del cineasta Javier Fernández Caldas, el técnico de sonido Christian Jonhansen y del director de fotografía Juan Antonio Castaño.
El próximo jueves, 11 de agosto, Un agosto de cine…Canario recordará al cineasta Roberto Pérez Toledo, fallecido a finales de enero de este año, y de quien podremos ver Vuelco (2005) y Seis puntos sobre Emma (2011).
Para hablar de Roberto Pérez Toledo y sobre su cine el ciclo contará con la productora Ana Sánchez Gijón, de la Mirada Producciones y la periodista Raquel Toste.
Ana es una de las “culpables” de que muchas de las películas que se rodaron entonces y que se siguen rodando en la actualidad se sean una realidad. Así que mil gracias, Ana, porque tu mirada ha sido vital para el despegue y la posterior consolidación de un cine vamos a llamarlo canario.
El jueves 18 de agosto se exhibirá el largometraje documental El último arquero (2020) de Dácil Manrique de Lara. Se trata de un atractivo e inteligente retrato del pintor Alberto Manrique y de su esposa, la violinista Yeya Millares.n
La sesión contará con la presencia de su directora, Dácil Manrique de Lara y de Alfonso Ruiz, quienes mantendrán un diálogo con la periodista Raquel Toste.
Estas sesiones finalizarán el jueves 25 con la exhibición del corto La noche de los feos y del largometraje Hiroku. Defensores de Gaia, de Manuel González Mauricio, quien hablará de esta experiencia con el compositor y músico Raúl Capote.
Cuatro jornadas, como ven, muy particulares. Y que traerá muchos recuerdos para los que lo vivimos y mostrará a los que no tuvieran esa suerte una forma de hacer cine que dejó su huella aunque algunos no quieran reconocerlo.
FOTO: En la imagen la actriz Florinda Díaz, protagonista del cortometraje El último latido.
Saludos, vayamos a verlas, desde este lado del ordenador