Pero… Pero ¿esto qué es?
Reproduzco a continuación una nota que me encontré ayer en un libro que adquirí en el Rastro de la capital tinerfeña. El Rastro no es el de antes, que creció y se expandió por la zona como una enfermedad invasora, pero dentro de sus limitaciones uno se puede encontrar con pequeñas sorpresas. Hace un par de domingos, por ejemplo, me topé en uno de los puestos con la novela Capitán Cautela, de Kenneth Roberts, que es un escritor que no les dirá nada si no son aficionados a la literatura de aventuras, pero que sí lo son recordarán automáticamente esa obra maestra que es El paso al noroeste. Capitán Cautela sin llegar a esa redondez, casi. Pero no hablamos de Roberts (otro día, quizá) sino de esa nota en papel amarillento que me encuentro dentro de Secuestrado, la novela de Robert Louis Stevenson que ya tengo y que ya leí, solo que en la edición de Bruguera y con prólogo y traducción de Marcelo Cohen.
Dicen así estas líneas, crípticas por oscuras pero a la vez tan extrañamente atractivas, que es lo que me anima a reproducirla a continuación:
“Me dijo que leer es un verbo muy bonito en español. Decía que cuando lo pronunciaba se imaginaba que estaba mordiendo un fruto lleno de agua y que el agua resbalaba por su garganta cuando repetía una y otra vez leer la palabra frente al espejo o mientras viajaba en guagua.
Le preocupaba que últimamente lo que se dice leer no le resultara tan grato como antaño. Quizá se deba, se dijo, a que ahora la mitad de las veces leía por cuestiones laborales, obligado por las circunstancias y él nunca fue un tipo al que le gustara que le ordenasen hacer las cosas. Un rebelde, un ácrata pero de los de verdad que son todos aquellos que viven una especie de revolución individual y permanente.
De revolucionario no tiene nada quién sabe. No va a decirlo, más que nada por cansancio. Parece que la gente tiene tiempo para estar enganchados a cualquier cosa. La cuestión es que estén enganchados a algo. Lo llaman por teléfono, consulta el número y en la pantalla aparece Desconocido. Tiembla por dentro y tiembla por fuera. No lo coge, por supuesto.
Hablaba de leer. Leer es un verbo bonito y que suena además muy bien en español.”
Y punto pelota. En el papel amarillento no viene ninguna indicación que me ayude a averiguar quién escribió esas líneas tan raras por no decir, diciendo, estrafalarias. Eso sí, la doblo cuidadosamente y la dejo en el interior de las páginas del libro. Libro que dejo en el estante donde están las obras de Stevenson que he leído, ese verbo otra vez, a lo largo de una vida que como decía Nexus 6 es como una lágrima en la lluvia.
Saludos, eso es todo por hoy, desde este lado del ordenador