Javier Díez Carmona: “Los perdedores de la crisis deciden en la novela convertir en víctimas a los que les llevaron a esta situación”
Los dos últimas títulos de Javier Díez Carmona (Bilbao, 1969), Justicia y Solas, son las dos primeras novelas de una trilogía en la que en su primer libro rinde un emocionado homenaje a Bilbao, pero ese Bilbao que no conocen los turistas, y en el segundo a sus campestres alrededores. En esta ciudad que nunca duerme se mueve como pez en el agua aunque eso sí aterido de frío, su protagonista, Osmany Arechabala, un cubano que visita la ciudad para investigar quién asesinó a su hijo y de paso conocer a su nuera y a su nieto porque Arechabala descubre en esa tierra tan extraña a la suya –el Bilbao que retrata Díez Carmona es oscuro y lluvioso– que ha sido abuelo.
El pasado del protagonista se va perfilando a lo largo de los capítulos de Justicia, por lo que el lector conocerá que Osmany Arechabala no es un cubano cualquiera sino un ex Avispa Negra, que así es como se conoce en Cuba a los miembros de sus fuerzas especiales. Osmany, por lo tanto, es un guerrero, sí, pero también un guerrero que se siente viejo y cansado.
Javier Díez Carmona es licenciado en Económicas, pero su pasión es la escritura. Premiado en más de cien certámenes literarios (fundamentalmente relato, pero también de poesía y teatro), ha participado en diversas antologías aunque inició su carrera literaria con dos novelas juveniles y otras dos para el público adulto. Ahora, con Justicia, Solas y el tercer libro que vendrá y en el que se encuentra trabajando ahora, adquiere una voz con sed de denuncia, y que mejor género para cantar las cuarenta a los que tienen las sartén por el mango que una novela, como es la negra y criminal, acostumbrada a reflexionar sobre lo mal repartido que esta el mundo y a señalar con el dedo a los que desde arriba, los poderosos, manejan este extraordinario teatro de títeres que llamamos sociedad.
- Primero Justicia y ahora Solas… ¿Cuándo se incorpora al género negro y criminal?
“Empecé escribiendo relatos cortos de temática muy variada y que no tenían nada que ver con el género negro. Mi primera novela se publicó en 2012, Correr a ciegas, e iba sobre un colaborador de ETA que huye de Euskadi y acaba en Nicaragua, pero fue con mi segunda novela, E-King, en 2013 cuando me metí de cabeza en el género. La novela se ambienta en el Raval, Barcelona, y transmite las sensaciones que tuve cuando recorrí ese submundo, submundo que desde entonces ha estado presente en lo que he ido escribiendo”.
- Justicia y ahora Solas son las dos primeras novelas de una trilogía que protagoniza un investigador muy peculiar: Osmany Arechabala. El otro gran protagonista de Justicia es Bilbao.
“Quería hacer un homenaje a Bilbao aunque con esta novela no me darán un premio de turismo pero quería describir la ciudad desde el punto de vista de un extranjero que llega sin un céntimo. Por comodidad, quise que este personaje hablara castellano y como entre los países que conozco de América Latina Cuba es de los que más sé, convertí a Osmany Arechabala en un cubano. Cuba tiene una historia muy rica y eso me ayudó a crear una biografía del personaje al que sitúo en hechos históricos transcendentales para su país como fue la toma de Santa Clara, donde conoce al Che Guevara hasta la guerra de Angola”.
- Y al fondo, Bilbao.
“La novela nació de mis ganas de rendir un homenaje a esta ciudad y en concreto a esa parte de la ciudad por la que no pasean los turistas y en la que hay más africanos que gente nacida en Bilbao y en la que la policía se encuentra en las esquinas con un actitud muy diferente que la que presenta al otro lado de la Ría. Aquí se concentra gente que vive de manera diferente, hay más ruido en los que se pronuncian diferentes lenguas y a mi me parece que tiene más vida que la que hay en el Bilbao convencional. Justicia es un homenaje a una ciudad en continua mutación que probablemente sea hoy diferente a la de 2014 porque continuamente recibe flujos de gente que viene a ganarse la vida y hace que cambie la ciudad cada vez más, que la haga reconocible e irreconocible al mismo tiempo. He jugado también con la climatología, la oscuridad, esos clichés que tenemos en del País Vasco y que influyen en nuestra forma de ser y de actuar así que Bilbao es el gran protagonista de la novela”.
- Sin embargo Bilbao no aparece en Solas, la segunda entrega de la trilogía.
“Pero por el mismo motivo ha sido el paisaje el que me ha hecho escribir Solas. Se trata de un paisaje que está a 30 o 35 km de Bilbao y es un paisaje de caseríos dispersos, montañas abruptas, nieblas casi perpetuas. Es un paisaje para ambientar no sé si una novela negra o una novela de suspense pero que es ideal y eso fue lo que me inspiró para escribir el libro. Osmany vuelve porque me cae muy bien y lo he trasladado hasta aquí porque utiliza el tren súper lento que une ambas comarcas”.
- ¿Y en la tercera parte que ahora mismo está escribiendo Osmany regresa a Bilbao?
“La acción regresa a Bilbao porque Osmany no se ha ido de la ciudad. En Solas va a esta zona rural que se llama Las Encantaciones pero en la tercera regresa a Bilbao. Lo que he hecho en esta novela es buscar y encontrar una conexión con las dos anteriores por lo que termino cerrando por completo la trilogía en el Bilbao más oscuro, el de la calle de San Francisco y el de Las Cortes a ritmo de thriller”.
- En justicia no se corta al criticar con dureza a determinadas instituciones por corruptas.
“Hay una visión social de lo que ha generado la actividad económica de los grandes capitostes de la economía. Hemos vivido una crisis que fue más aguda que la del corona virus, la del 2008, cuando se hundió todo el sistema financiero internacional y tuvo al final un efecto para cuatro o cinco bancos en el mundo y para todos los trabajadores con el argumento de que había que acabar con la deuda externa que estaba lastrando sus cuentas de resultados. El caso español es paradigmático ya que acabó con todas las pretensiones sociales que se habían construido y comenzaron los despidos sin indemnizaciones con una reforma laboral que los empresarios entregaron al gobierno del PP para que la firmara. Se popularizaron los desahucios y se agravó la situación con la irrupción del corona virus. Hay personas que dice que hemos superado esa crisis pero las consecuencias siguen ahí porque hay gente que con cincuenta años se fue al paro y viven con subvenciones de 450 o 600 euros al mes. Se trata de gente desahuciada que no tiene vivienda. Y quería hablar de todo esto en la novela, denunciarlo desde el punto de vista literario”.
- Paco Ignacio Taibo II dice que la novela negra es la novela social y también realista de nuestro tiempo.
“En mi caso siempre intento entrar en temas sociales sin hacer apología, sin posicionarme pero sí trazando una descripción muy clara de lo que está sucediendo. Y creí que describir lo que le ha sucedido a una persona que ha perdido su empleo, su vivienda y que ha sido abandonado por su familia porque ya no puede llevar el sueldo a casa era una denuncia en sí mismo, luego se crea la trama criminal en la que los perdedores de la crisis deciden convertir en víctimas a quienes les han llevado a esta situación”.
- Usted no escribe en vasco.
“No soy euskaldun de nacimiento, aprendí el euskera de mayorcito porque no se estudiaba cuando iba al colegio. Mi euskera sirve para hablarlo pero no soy capaz de escribirlo”.
- ¿Cómo va el mundo editorial en el País Vasco?
“El problema que veo cuando se publica en una editorial vasca es que apenas tienes repercusión fuera de Euskadi. Hay dos grandes editoriales, Erin, una editorial muy conocida pero con poca repercusión fuera, y Elkar, que es un monstruo pero está dedicada a la producción en euskera. Ahora publico en Penguin y Grijalbo pero con esto de las nuevas tecnologías no conozco a nadie de la editorial. Todo ha sido por teléfono, internet y zoom… Conocí de hecho a mi editora un año después de se publicara Justicia. Las nuevas tecnologías nos ayudan un poquito más a los escritores”.
- ¿Tiene ya planificado lo que va a escribir cuando finalice la trilogía que protagoniza Osmany Arechabala?
“No me veo escribiendo una historia que se limite a contar los problemas personales del protagonista. Me gusta escribir y denunciar lo que veo a mi alrededor”.
- ¿Cómo entiende el escritor pero también el bilbaíno que lleva dentro la ciudad en la que nació?
“He escrito una novela negra y tengo que jugar con los ambientes así que en mi caso estoy acostumbrado a que llueva siempre en Bilbao. Bilbao es, por otra parte, una ciudad muy acogedora y bastante segura. Mi novela por fortuna es solo ficción”.
FIRMA FOTO: Andrew Gallego
Saludos, parece que fue ayer, desde este lado del ordenador