Pau Roca (Madrid, 1974) es conocido por ser uno de los miembros del grupo La habitación roja así como por su fotografía aunque la mayoría ignora que también es un escritor que, tras publicar Un día en la vida (Aguilar, 2023), se revela como un narrador dotado de sentido del humor. Sentido del humor que vuelca en una historia de redención en la que su personaje protagonista, Pablo, se encuentra con personajes de nuestra realidad mediática como el mismísimo Rodrigo Rato.
La irrupción de Roca en el panorama literario se recibirse como viento fresco en un mundillo literario como es el español demasiado acostumbrado a repetir fórmulas de éxito sin que le importe demasiado la calidad de los textos que se publican.
Un día en la vida rompe esa regla y cuenta una historia en tres partes que transcurre en un mismo día pero en años diferentes.
El relato está protagonizado por el director de una sucursal bancaria al borde de un ataque de nervios cuando observa cómo se erosiona el contacto con lo que más quiere en la vida, su hija, mientras todo a su alrededor se complica un poco más, en especial la relación que mantiene con su esposa y su amante.
Divertida pero sin caer en la parodia, Un día en la vida está repleta de claves que se van desenterrando de la arena de la historia a medida que se avanza por sus páginas. Es un libro que no deja indiferente a nadie. Es decir, que se trata de una de esas obras que gustan o disgustan pero para los que no vale el término medio.
El músico y escritor presenta Un día en la vida de el jueves 21 de septiembre a las 19 horas en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en Santa Cruz de Tenerife.
- Me cuentan que Un día en la vida se la sugirió un sueño.
“Se trata del momento culmen de la historia, que lo soñé muy vívidamente pero como por lógica ese instante no daba para un libro, para un libro entero, fueron apareciendo las otras tramas que arman la novela”.
- ¿Cuánto tiempo le costó escribirla?
“Lo extraño de escribir en contra de la música es que más que tiempo hubo momentos en los que terminé por conectarme mucho al libro. Avanzaba y avanzaba aunque también hubo meses en los que más que escribir pensaba en cómo resolver algunas de las tramas, de los asuntos que se abordaba en la novela. Han pasado ya dos años pero Un día en la vida se trata de una novela muy meditada porque los libros, como decía Gabriel García Márquez, hay que pensarlos mucho y ese fue el caso. Esta novela está pensada mucho antes de que me sentara a escribirla. Luego tienes el trabajo de leer lo que has escrito, en retocar esto y aquello, buscar el estilo que la haga más profunda y recortar lo que te parece un poco largo y esas cosas”.
- En su caso qué fue primero, ¿la música o la literatura?
“Tengo que agradecerle mucho a mi familia, tanto a mi madre como a mi padre, que en casa siempre hubiera afición a la lectura. En mi caso hago música porque llevo escuchándola desde hace mucho tiempo pero escribo porque leer, he leído también desde hace mucho tiempo. De todas formas, no llegué a la música a través de la enseñanza sino que fui aprendiendo por mi cuenta pero leer y escuchar música son dos cosas esenciales en mi vida. Recuerdo que cuando tenía unos diez u once años lo que más me llamaba la atención era la música pero seguía leyendo y viendo películas a la vez porque sentía la necesidad de irme cultivando”.
- La novela está dividida en tres partes, además de contar con un epílogo. Como avisa el título, la acción se desarrolla en un día, el 14 de marzo de 2017, 2018 y 2019. ¿La fecha la escogió al azar o significa algo para usted?
“El caso es que de repente me di cuenta que el libro pasaba a la vez que la pandemia por lo que cogí el día en que se tomó la decisión de confinarnos a todos, cuando la gente no sabía si encerrarse juntos o no. Quise que fuera ese día porque tenía cierto sentido para la historia”.
- ¿Y recurrir a la primera persona?
“Está escrita en primera persona porque transmite mejor la sensación claustrofóbica. Darle fluidez a esa voz fue lo que más me costó cuando me puse a escribir la novela porque era y soy consciente que es muy difícil terminar un libro. Medité mucho sobre este asunto porque era algo que me importaba y no quería pecar de pesado. La idea era dar ritmo a la historia a través de la utilización de la primera persona pero me di cuenta cuando emprendí la tarea que era lo más difícil”.
- De las tres partes en las que está dividida la novela a mi la que más me gusta es la primera, donde el protagonista resulta bastante patético además de ser la parte más humorística del libro. Con la segunda y tercera parte da un giro que termina por redimir al personaje.
“Me gustaba que el protagonista, Pablo, resultara patético al principio cuando se esfuerza por hacer lo que debe de hacer. Después empieza un proceso lento de redención porque se trata de un libro que culpa a la sociedad que somos todos de muchos de nuestros males, de cómo somos y qué hacemos. Quería que al inicio Pablo resultara un personaje patético pero que al mismo tiempo lo entendieras. Esa fue la intención”.
- En la segunda mitad aparece Rodrigo Rato como personaje. Se de la circunstancias que cuando se publica Un día en la vida coincide en librerías con la publicación de las memorias del ex banquero y político español.
“A mi Rodrigo Rato me interesa como personaje. Leí bastantes entrevistas y el Rato que me interesa es el de ahora no el que estuvo instalado en las altas esferas que imagino tuvo que ser una persona insoportable. Rodrigo Rato representa la España del pelotazo. Que sus memorias coincidieran en las librerías con mi novela fue casualidad. En Un día en la vida me aventuro a comentar cómo fue su relación con los presos del Procés y no voy tan desencaminado en el libro aunque reconozca que se trató de una frivolidad que me dio pie para otras cosas”.
- ¿Sabe si ha leído el libro?
“La verdad es que no lo sé pero sería una buena idea”.
- En Un día en la vida los personajes femeninos resultan a la postre mucho más fuertes que los masculinos.
“Sí, las tres mujeres que rodean a Pablo son las que marcan su vida porque creo que tienen las ideas mucho más claras que él”.
- La hija del protagonista se llama P., Penélope, y su ex esposa Ariadna. Se tratan de dos nombres griegos. ¿Está hecho a posta?
“Un amigo me comentó que si me asaltaban las dudas cuando estuviera escribiendo la novela que me ajustara a la estructuras clásica de inicio-nudo-desenlace. Me gustan mucho, además, los mitos y los dioses griegos por lo que cada uno de los personajes que llevan esos nombres sí que tienen una buscada relación ”.
- Durante la escritura de Un día en la vida contó con un guion férreamente armado o se dejó llevar por la improvisación.
“Te das cuenta cuando creas un universo y lo pueblas de personajes que ellos mismos, los personajes, cobran a veces vida propia. Por ejemplo, Ariadna cobró vida por sí misma y cuando se lo comenté a mi editora, ésta me pidió que hablara más de ella en el libro porque como lectora le interesaba conocerla más”.
– ¿Hay algo de autobiográfico en Un día en la vida?
“Pablo tiene más o menos mi edad pero podría ser yo si hubiera tomado esas decisiones en mi vida. Es decir, que muchas de las tonterías que hace pude haberlas hecho yo o cualquiera si toma ese camino”.
- ¿Y qué pensaría usted de Pablo si no fuera su creador?
“Eso es lo que tiene la primera persona, también que hay cosas que el lector descubre pero no el protagonista del libro. En mi caso, pienso que me hubiera atraído porque es un personaje interesante para bien o para mal”.
- Tras la experiencia, ¿trabaja en alguna nueva novela?
“En estos momento estoy haciendo un disco con el grupo y tengo cinco ideas distintas repartidas en cinco words que tengo abiertos. Al mismo tiempo, continuo con la fotografía, sacando imágenes de los hoteles que visito durante mis compromisos profesionales. La idea es escribir otro libro, pero lo voy a hacer con mucha tranquilidad”.
- Es una pregunta que formulo a escritores y escritoras, ¿recuerda el primer libro que leyó y lo marcó?
“Recuerdo que siendo muy niño mi padre solía leernos y que yo quería que leyera más a medida que pasaban las horas. Es un recuerdo que tengo muy vívido. Después, mi padre me dio a leer mucha novela negra, autores como Dashiell Hammett, que compaginaba con las historias de los Cinco, de Enyd Blyton. También leía libros de guerra, sobre héroes de la II Guerra Mundial. Tuve la suerte de contar en casa de mi padre con una gran biblioteca que incluía muchos libros de escritores norteamericanos, entre otros, John Fante”.
- Por último y por curiosidad ¿ha leído su padre Un día en la vida?
“Sí, y le ha encantado y eso que es muy crítico con cualquier cosa que hago. Siempre me mete mucha caña”.
FIRMA FOTO: Tana Capo
Saludos, miré al abismo y el abismo me devolvió la mirada, desde este lado del ordenador