Doce escritores escriben sobre sus Madres
Madre no hay más que una, esta es una de las conclusiones que saco tras leer la antología Madres (Ediciones La Palma, 2023), que bajo la coordinación del escritor Juan Carlos de Sancho, circula ya en librerías en una cuidada edición a cargo de Ediciones La Palma, que parece haber dado en la diana con este libro en el que colaboran once escritores, doce si contamos también al antólogo ya que participa con uno de los cuentos.
Estamos pues ante uno de los libros del año en Canarias y no sé si fuera. Digo del año por el tema que da origen a este volumen, la madre que no es lo mismo que la maternidad, también porque en apenas un mes ya va por su tercera edición y no para de presentarse no solo en las islas (Gran Canaria y Tenerife) sino en Madrid ya que los planetas se han alineado por una vez en el firmamento.
En la antología participan doce escritores, que no escritoras, así que la visión que se da de las madres de cada uno de ellos es masculina, la del hijo que cuenta desde dentro –diría que en ocasiones más con el corazón que con la cabeza– su amor sin fisura ante la persona que le dio luz y que lo crió.
El libro carece de un prólogo en el que se describe el proceso de selección de los autores y en cuáles fueron las condiciones (si las hubo) para cada una de las historias que publican los escritores que prestaron sus relatos a esta iniciativa, ya hecha realidad, aunque Juan Carlos de Sancho, que es quien ha actuado de compilador, asegura en la contraportada que la idea fue la de ser “minuciosos, veraces, ecuánimes” en su descripción de lo que significó la madre para todos ellos y una vez leídos los cuentos, saco la conclusión que si hay alguna característica común es la de presentarla como una mujer sacrificada y abnegada, una madre coraje que en unos años donde ser mujer era considerado por el régimen imperante solo como la compañera del hombre, amplifica su capacidad de trabajo y de amor por encima de todas las cosas.
Los escritores que reúne el libro son Antonio Arroyo Silva, Jorge Fonte, Emilio González Déniz, Félix Hormiga, Francisco Lezcano Lezcano, Bruno Mesa, Noel Olivares, Anelio Rodríguez Concepción, Ángel Sánchez, Juan Carlos de Sancho, Miguel Ángel Sosa Machín y Bachir Ahmed Aoma.
Como pasa en este tipo de libros hay cuentos que me han resultado mejores que otros aunque el tono general es más o menos el mismo. Se agradece además que cada uno de estos relatos sea relativamente breve, lo que obliga a sus autores a ser concisos y directos en sus historias, historias que mantienen el mismo tono salvo el cuento que aporta Jorge Fonte, que se trata de un monólogo de alguien externo que habla desde fuera de la progenitora del autor de novelas como El hijo del apotalado.
Cuenta Juan Carlos de Sancho que procuró que cada uno de los escritores fuera de una isla diferente, pero no creo que la procedencia del escritor afecte mucho a la historia ya que lo interesa sobre todo es el relato en primera persona del amor inquebrantable que tiene el hijo hacia la madre porque madre, ya se dijo, solo hay una.
No vamos a comentar, reiteramos, cuáles son las historias cuyas dinámicas más nos supieron conmover pero sí me gustaría resaltar que el tono general resulta atinado, sin estridencias. Que los relatos no caen en la cursilería que uno podría prever porque se escribe de algo a lo que se quiere y se quiere mucho, tanto que cuando ya no está sigue estando presente en nuestra memoria, ni tampoco en la trampa de buscar la lágrima fácil en un lector que ya está desarmado a la hora de leer estas historias que, inevitablemente, le van a hacer recordar a su propia madre. Los recuerdos, más cuando se estimulan, hacen estas jugarretas que no son jugarretas.
Por otro lado, es una buena noticia que el libro haya tenido tan buen recibimiento por parte de los lectores aunque sospeche que se debe más a que son historias sobre madres que a la calidad de esas mismas historias que hablan de las madres de cada uno de los doce que colaboran en la antología aunque no hay duda que todos estos relatos están bien escritos, más próximos a la realidad, esa realidad difusa que forma parte de nuestra memoria que a una ficción que aborda un tema de este calado y que podría haberse hecho añicos ante la verdad del amor que llevamos cada uno de nosotros en recuerdo de nuestras respectivas madres. Siempre y cuando esa madre fuera la mujer sacrificada y abnegada que conocimos y no la mujer odiosa que también conocieron otros que no participan con sus cuentos en este libro al que si algo hay que agradecer es su voluntad de reivindicar a la madre solo que desde el punto de vista del hijo.
No sé si esta experiencia tendrá continuación, pero resultaría interesante un libro dedicado a los padres escrito también por hombres y uno de madres y padres escrito por mujeres. También mezclaría los sexos. Es decir, que propondría antologías sobre padres y madres en las que intervinieran por igual escritoras como escritores para percibir si la visión varía según el sexo que lo firme. Personalmente, creo que no, pero vivimos en una isla rodeada por el negro mar del infinito y la ignorancia suele hacernos osados.
De momento, quédense con estas Madres, un antología al cuidado de Juan Carlos de Sancho, quien se puso manos a la obra cuando la poeta, escritora y editora Elsa López le invitó a que reuniera a una serie de autores para que escribieran sobre sus madres. Por otra parte, no sé si es el primer libro que aborda esta temática en el mercado nacional pero me parece un hermoso homenaje a todas ellas. En este aspecto, creo que la iniciativa debería de tener continuación, más en unos días en los que antologías varias y de todo pelaje comienzan a sembrarse en la todavía inquieta literatura que se escribe en Canarias.
Saludos, días nublados, desde este lado del ordenador