Los libreros de la Isla apoyan por unanimidad la reapertura de la Librería del Cabildo de Tenerife

Ni competencia desleal ni otras idioteces por el estilo, eso es lo que uno concluye al escuchar la respuesta de la presidenta de la Asociación de Libreros de Tenerife, Remedios Sosa, sobre qué piensa acerca del cierre de la Librería del Cabildo. También si es verdad que el sector se quejó porque le hacía competencia desleal. El caso es que desde febrero del 2020 está cerrada sin que la institución haya dado desde entonces explicación alguna.

El cambio de color político y una todavía por definir errática apuesta por el libro que ha emprendido el nuevo equipo de gobierno insular, hace presagiar que el destino de “nuestra” librería, como la define un antiguo cliente, vuelva de nuevo a ser noticia pese a la resistencia a su apertura por parte de algunas personas no se sabe con qué objeto y en respuesta a qué intereses. De momento, ninguno de estos argumentos obedecen al del bien común.

Para la presidenta de la Asociación de Libreros la Librería del Cabildo en todo caso nunca significó una competencia desleal para el resto de establecimientos que se diseminan por la isla. La Asociación cuenta actualmente con más de una treintena de socios y es la que se encarga de organizar las dos Ferias del Libro más importantes de la isla. La de Santa Cruz de Tenerife, que volverá a acoger uno de los paseos del parque García Sanabria del 1 al 5 de mayo y la de La Laguna, que tendrá lugar por la zona de la Concepción del 10 al 13 de octubre. Esta última se ha convertido en la Feria del Libro de Tenerife ya que ha tomado el relevo de la fiesta con la que los libreros salen a la calle y que este año contará con el respaldo del Cabildo Insular, así al menos se comprometió el actual consejero de Cultura, el popular José Carlos Acha, ante una representación del gremio de libreros tinerfeños.

De hacerse realidad, la Feria del Libro recuperaría a una de las instituciones colaboradoras que dejó de prestarle su apoyo –sin dar entonces y ahora ningún tipo de explicaciones a la ciudadanía– tras dos largas legislaturas.

Respecto a la Librería del Cabildo, Remedios Sosa cree que cuántas más mejor porque habrá mayor difusión y posibilidad de encontrar libros canarios que hoy son prácticamente inencontrables en cualquier librería ya que carecen de fondos “tan completos” como sí tuvo la que se encontraba en uno de los lados de la fachada del que fue antiguo cine Teatro Baudet, en la avenida de las Islas Canarias, antes del general Mola. “Era toda una referencia, un espacio obligado al que ir”, dice.

La presidenta de los libreros tinerfeños explica que el libro tiene que vivir el día a día y que en este universo el libro canario no se mueve con la comodidad con que sí lo hace un Best Seller. “El libro canario es importante para conocer nuestra señas de identidad, nuestra historia. Es como un árbol que necesita de raíces robustas para poder crecer”. Y reitera que esta función es la que asumía esta librería. “Era compatible con las otras” que se reparten por el territorio insular, ya que unas eran de carácter general y la del Cabildo dedicada específicamente al libro canario.

“Tenemos que tener más referencias y una librería como la del Cabildo solo la puede impulsar una institución como ésta. Pasa así en Gran Canaria, donde se mantiene abierta y es rentable y no hace competencia a las otras librerías. La competencia se hace cuando una institución permite la competencia desleal con el librero y admite la venta en lugares institucionales y en las bibliotecas”.
El caso es que para Remedios Sosa cerrar la librería fue un error. Un error manifiesto porque nunca se preguntó a los libreros. De hecho, celebraron en su día su apertura porque “cuanto más seamos, mucho mejor”.

Remedios Sosa no conoce las causas que motivaron el cierre de la librería, que se hizo en secreto, sin anuncio y mucho menos dando explicaciones. El tiempo ha terminado por darle la razón ante lo que califica como un “error mayúsculo”. Le preocupa además el destino que habrán tenido los libros que reunía, la mayoría de editoriales que desaparecieron con el curso del tiempo. “¿Dónde están todos esos libros?” se pregunta la también librera.

“Como editora y librera con un establecimiento que cuenta con bastante fondo canario, me da tristeza que esos libros se encuentren ahora en un depósito o que hayan desaparecido. He preguntado dónde están y me han respondido que al tratarse de mucho papel y ocupar tanto espacio… Espero que no los hayan tirado a la basura porque ese fondo contaba con auténticas joyas para los que nos gustan los libros”.

El consejero de Cultura del Cabildo Insular, José Carlos Acha, aseguró que el fondo bibliográfico de la antigua librería está reunido en una nave del pabellón de deportes Santiago Martín, la popular Hamburguesa, ahora solo falta conocer en qué estado se encuentran los libros.
Para la presidenta de la Asociación de Libreros de Tenerife en materia de libros el Cabildo insular cometió en el pasado dos errores que le parecen flagrantes: el cierre de la Librería y poner fin a la política editorial y si bien admite que los tiempos han cambiado y que ahora las cosas son muy diferentes a las de aquel entonces, una de las funciones del área de Cultura debe ser la recuperación de “los grandes clásicos de nuestra literatura. ¿Quién editó por primera vez Guad? Si se quiere conocer Canarias y la importancia del agua tenemos que tener como referencia la novela de Alfonso García Ramos”.

El Cabildo de Tenerife lleva sin desarrollar desde hace tiempo una política firme en defensa del libro. Se cerró la librería, las subvenciones a la edición siguen siendo de chiste y se retiró (vaya uno a saber las razones) el apoyo a la Feria del Libro. Ahora, explica Remedios Sosa, parece que la institución insular recobra el interés. Al menos se han producido acercamientos entre el actual consejero de Cultura, José Carlos Acha, con agentes del sector como son los editores y libreros, conversaciones que Remedios Sosa desea que se materialicen en propuestas concretas.

Anima por eso a José Carlos Acha a que apueste por el libro y resalta la importancia que tienen algunos nombres canarios no solo en las letras del archipiélago sino también fuera de sus fronteras como Nicolás Estévanez, de quien se cumplirá en agosto los 110 años de su fallecimiento.

Lo grave, dice la presidenta de los libreros de Tenerife, es que mucha gente no sabe quién fue Nicolás Estévanez, una labor informativa que, opina, debe de emanar de las instituciones oficiales con el fin de dar a conocer a personajes tan carismáticos como el militar y político canario.

José Carlos Acha informó que está decidido a abrir la Librería del Cabildo aunque de momento no sabe cómo ni cuándo. Para complicar las cosas, y así lo expresa, volvería a estar ubicada en el frontis del antiguo teatro Baudet, aunque los trabajos para rehabilitar el edificio son extremadamente complicados debido a su deterioro, sobre todo el techo, que parece que se cae a pedazos.

Insiste en que la Librería debe de estar ubicada en el mismo sitio pero extraña que no apueste por otro lugar. En todo caso, utiliza el argumento de que la idea es convertir al antiguo Baudet en un centro polivalente dedicado a las artes. y calcula (uno no sabe cómo) que el espacio y la librería podrían estar abierto como centro polivalente dentro de dos años, en 2026.

BIEN DE INTERÉS CULTURAL

La librería del Cabildo estaba situada en el teatro Baudet, que fue declarado por su valor arquitectónico Bien de Interés Cultural. Tras dejar de ser cine, sus instalaciones las ocupó un bingo y se utilizó como sala de fiestas para celebrar algún fin de año. En 1999, el Cabildo de Tenerife, presidido en aquél entonces por Adán Martín, de Coalición Canaria, con la promesa de que lo iba a rehabilitar como centro cultural para que fuera la sede de compañías teatrales de la isla, lo compró, con dinero público, a sus dueños por la cantidad de 214 millones de pesetas (casi un millón y medio de euros). El sucesor de Martín fue Ricardo Melchior, también de Coalición Canaria, y aunque se hicieron proyectos de reformas para restaurar el teatro, la realidad es que esas promesas no se han cumplido hasta la fecha.

EL QUIMÉRICO INQUILINO

Si uno se acerca a la entrada de la antigua Librería del Cabildo verá que la puerta está cerradas por una cadena que sostiene un candado que parece de los de antes. El resultado la verdad es que resulta bastante “raro”, sobre todo porque dentro no hay nada de valor. La cadena que rodea al candado tiene un efecto disuasorio y lleva así desde hace unas semanas. La pregunta es ¿por qué?
Al parecer porque sirvió de techo a un sin techo, un inquilino al que hace unos días invitaron a abandonar su improvisada residencia.
El caso es que no sé si se le buscó un nuevo techo a ese quimérico inquilino así que con la duda y con la imagen de la puerta de la que fue librería (y muchos años antes kiosco/librería) con cadena y candado pienso “¿centro de arte?, vaya por Dios”

UN ESPACIO ÚNICO

La Librería del Cabildo de Tenerife se usó además de como librería como área polivalente en la que se realizaron actividades culturales periódicas como recitales, debates y exposiciones, entre otras. En ella se celebraba también un Maratón de Poesía donde participaban centros educativos, colectivos especiales y artistas. La entrada al cine estaba entonces flanqueada por el local que acogió la Librería del Cabildo y un bar, El Gran Vía, de inolvidable recuerdo para los noctámbulos chicharreros.

Saludos, habrá más, desde este lado del ordenador

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