La madre de doce escritores canarios son las protagonistas de una antología, Madres (Ediciones La Palma, 2024), que ha significado todo un revulsivo en el mundo editorial de las islas al despertar un interés entre los lectores inaudito ante un libro de estas características. Quizá sea porque para todos, incluidos los autores que participan con sus textos en el libro, madre solo hay una.
Juan Carlos de Sancho fue el encargado por la editora y también poeta y escritora Elsa López, de buscar a doce autores masculinos (Bachir Ahmed Aomar, Antonio Arroyo Silva, Jorge Fonte, Emilio González Déniz, Félix Hormiga, Francisco Lezcano Lezcano, Bruno Mesa, Noel Olivares, Anelio Rodríguez Concepción, Ángel Sánchez, el mismo Juan Carlos de Sancho y Miguel Ángel Sosa Machín) para participar en esta antología. El resultado, un libro que no llega a las 150 páginas, todas ellas pergeñadas de amor. Amor y devoción a las madres que son las protagonistas de una obra que se presentó esta misma semana en el espacio Desván Blanco, en la capital tinerfeña.
- ¿Por qué Madres y no Madre cuando cada autor escribe sobre su madre?
“Al principio se barajaron varios títulos para el libro. Estuvimos pensando en Madre, pero a medida que iba recibiendo los textos, iba comprobando también que no solo existía un arquetipo Madre, una manera estándar y previsible de ser madre. No fue así, cada una era distinta a las demás; teníamos 12 madres con doce personalidades diferentes, con 12 diferentes circunstancias familiares, económicas, sociales.
Por consenso decidimos que Madres sí reflejaba realmente el espíritu del libro: toda vida es diferente a las otras y cada madre hizo todo lo que pudo y sabía hacer en unas complejas circunstancias políticas donde a la mayoría de ellas les habían arrebatado sus derechos primordiales”.
- El origen de la antología nace a raíz de una idea de la poeta y escritora Elsa López. ¿Por qué cree que la poeta, escritora y editora confió en usted para que reuniera a los doce escritores que colaboran en la obra?
“No sé, ella ha dicho públicamente que por el entusiasmo que pongo siempre en lo que hago, creo que también porque compartimos una sensibilidad parecida hacia estos libros tan delicados y por mi experiencia como antólogo. El tema era muy apasionante, incluso con cierta polémica añadida, al ser solo 12 escritores hombres los que iban a escribir sobre sus madres. El resultado ha sido magnífico, el libro se está convirtiendo en un fenómeno editorial, la idea de Elsa López ha triunfado y en menos de dos semanas ya estamos en la segunda edición, preparando la tercera”.
- Eso quería preguntar, ¿por qué no hay escritoras en la antología y cómo definiría la relación de los autores con sus madres?
“Hay un espléndido libro en el mercado editorial, Madres e Hijas, coordinado por Laura Freixas (Anagrama), solo escrito por mujeres, y que trata también de esta realidad universal, una relación crucial, y sin embargo de muy escasa presencia en la historia de la Literatura.
Leyendo Madres descubres que los vínculos de los hombres con sus madres han sido tan intensos y profundos como el de sus hijas, como si el verdadero amor no tuviera género. Para mí y para los otros once compañeros ha sido una experiencia verdaderamente gratificante, muy dura a veces, incluso terapéutica. No es nada fácil escribir sobre tus propios sentimientos y a cara descubierta, y menos aún sobre tu propia madre”.
-¿Y por qué estos doce autores?
“Siempre me gustó saber el trasfondo de lo que escriben los autores y autoras que suelo leer. Escribía Simone de Beauvoir que “somos el mismo niño/a de siempre pero inflado por la edad”. Con esa idea esencial me acerqué a 18 autores que conocía personalmente (llevo en el mundo de la escritura desde 1977) o por la lectura intensa de sus libros. Finalmente quedaron estos 12, los que sin duda hemos elaborado, casi sin proponérnoslo, una Historia Maternal de las Islas Canarias desde los años cincuenta del siglo pasado hasta la primera década del siglo XXI. Todas nuestras madres han fallecido, excepto Rosita Padrón, la madre del escritor tinerfeño Jorge Fonte (con raíces familiares en la isla del Hierro), y que en la actualidad padece Alzheimer”.
-De quiénes se quedaron fuera, ¿quién le hubiera gustado que participara?
“Algunos de los que había llamado abandonaron desde el principio el proyecto ya que les parecía muy duro y delicado escribir sobre sus propias madres. Otros lo intentaron pero lo dejaron a medias por razones similares. Contar la verdad, tu propia verdad, sobre tu madre, no es tarea nada fácil”.
-Dio libertad absoluta a todos lo autores para escribir sus historias pero imagino que el límite de páginas sí que les fue impuesto, ¿hubo otra condición para contar sus historias?
“Ninguno iba a saber hasta el final, hasta el PDF definitivo que iba a entrar en imprenta, lo que iba a escribir el otro. Es un riesgo que corrí como antólogo pero el resultado final es un libro mágico, profundo, poético, estremecedor, revelador y de alto valor literario. Cómo comprobará el lector, había un límite mínimo y otro máximo de páginas. No hubo otra condición, solo contar la verdad de la relación con tu madre”.
-Leídos los cuentos y es una interpretación muy personal, tengo la sensación de que la mayoría de las autores destacan sobre todo el sacrificio y la abnegación de sus madres. ¿Cómo definiría usted a las madres y también a su madre?
“Creo que todas nuestras madres vivieron una situación muy difícil, una época de carencias y falta de derechos para la mayoría de las mujeres de entonces. Fíjate cómo era la situación que hasta para abrir una cuenta corriente o irse de viaje, tenían que pedir permiso a su marido. Y si sufrían maltratos o palizas de sus esposos debían aguantar tanta humillación con resignación cristiana, como solían escuchar en las homilías que se daban en sus parroquias.
Sin embargo fueron todas mujeres muy valientes, luchadoras, emprendedoras, bondadosas pese a tanto silencio obligado. No concebimos, ninguno de los doce escritores que hemos participado en este libro, la posibilidad de una madre mala. Como escribía Oscar Wilde en “algunas familias se heredan almas heridas que vienen de muy lejos”. Y las más perjudicadas fueron siempre las mujeres, algunas tuvieron que luchar sin descanso con ese injusto destino, con esa herida heredada.
Mi madre era un ángel, no puedo decir otra cosa de ella, era la Bondad en estado puro”.
-La madre sale reforzada en todas las historias que contiene el libro. ¿Cómo cree que sería descrito el padre en una antología escrita solo por mujeres?, ¿y la madre?
“Sinceramente creo que en ese libro futuro el padre también mostraría las diferentes caras de la paternidad así como de la maternidad hemos escrito nosotros. En toda relación paterno-materno-filial se dan amores y desamores profundos. Hay incluso filósofos que han descrito a la familia como el epicentro generador de muchos males sociales: el autoritarismo, la obediencia sumisa, la violencia institucionalizada y justificada, etc ,pero creo que este tipo de libros, tanto el nuestro como el de Laura Freixas, abren el abanico de posibilidades y exponen sin ambages y claridad diferentes formas de relación entre los progenitores y sus hijos/as, por lo que recomiendo leerlos en profundidad en estos tiempos tan confusos, iletrados e inestables”.
- ¿No se plantea una antología de padres (o padre) escrita solo por mujeres?, ¿qué autora seleccionaría?
“Tú como periodista lanzas al aire esta propuesta tan interesante, pero estaría muy bien que fuera una responsabilidad de ellas la elaboración de ese libro, de las escritoras y la antóloga elegida por una editorial. Sería el primero en ir a comprarlo”.
-Y de los escritores canarios que ya no están entre nosotros ¿a quién seleccionaría y por qué para Madres?
“Me pones en un aprieto, porque el abanico es muy espacioso e intenso. Pero me voy a dejar llevar por mi sentir, no por mi pensar. Elegiría a Alonso Quesada y Domingo Rivero por su delicadeza para contar lo cotidiano-esencial, a Agustín Millares por su compromiso social con los más olvidados, a Juan Jiménez por dar voz y protagonismo a los más pobres y desheredados, a Pedro García Cabrera y Agustín Espinosa por su libertad de conciencia, estilo y amplitud de miras…y por supuesto a nuestro paisano, el gran Benito Pérez Galdós, el gran valedor de las mujeres en casi toda su obra literaria”.
-¿Y Padres?
“Creo que elegiría, entre otros que no he nombrado, a los mismos que para Madres y por las mismas razones”.
-Procuró que los escritores de Madres fueran de casi todas Canarias, ¿es diferente la mirada sobre la madre entre un tinerfeño, un grancanario o un palmero?, ¿cree que el territorio es determinante en nuestro crecimiento y relación con los demás o entiende que hay un carácter canario común entre todas las islas?
“La maternidad es un concepto universal. Nuestro libro, Madres, se entenderá perfectamente en Australia, Corea del Sur, Mozambique, Colombia, Palestina, el Polo Norte, Francia o Egipto. De hecho ya hay una propuesta para traducirlo al árabe y otras para presentarlo en la Feria Internacional del libro de México 2024 y en Alemania en el Salón Berlinés (especializado en promover en Berlín la literatura escrita en español).
El territorio influye en nuestro crecimiento y relación con los demás pero hoy el “territorio dominante” es Internet, las identidades nacionales se están transformando, desde hace décadas, en identidades rizomas, en culturas de influencias. La mirada sobre tu madre es la tuya propia, no la que te marca el Gobierno Regional”.
-Usted ya tiene experiencia como antólogo, ¿qué le gusta de esta tarea?, ¿qué impresión piensa que se llevará el lector cuando lo lea?, ¿y las lectoras?
“Me gusta porque aprendo mucho de mis colegas escritores y escritoras. Esta es mi cuarta antología y no sé si será la última, es muy apasionante pero conlleva un enorme trabajo de investigación, selección, difusión, etc y en cierta medida el abandono temporal de mi trabajo de escritor.
Tanto los lectores como las lectoras de Madres disfrutarán de una novedad literaria que hasta ahora no se había editado en España, pero sobre todo disfrutarán de un libro escrito desde el corazón de cada escritor que ha participado en él. Hemos dado voz y presencia a nuestras doce madres y creo que vale la pena que las conozcan de cerca. Se lo merecen, sin duda”.
- ¿Fue difícil encontrar portada?, ¿por qué se escogió El Pesebre de Käsebier?
“Fue una decisión compartida por Elsa López y David Cabrera, director de Ediciones La Palma y yo: Elegimos esa portada por unanimidad, por lo que simbolizaba ese momento íntimo y solitario de la madre con su bebé. Y por la belleza del cuadro”.
-¿Se atreve a dar su visión personal de las doce historias, incluida la suya?, si declina responder, hable de su cuento, ¿fue escrito expresamente para este libro?, ¿lo hicieron así el resto de los colaboradores?
“Por el modus operandis interno de cada historia real (no inventada), considero que este libro podría ser un importante material de trabajo para críticos literarios, sociólogos, historiadores, psicólogos, etc. A título personal me hago eco y hago mías algunas ideas o conceptos tratados en el libro: ¿en realidad hemos querido a nuestras madres tanto como ellas nos quisieron? ¿les preguntamos alguna vez si eran felices o necesitaban más a menudo nuestra compañía y mimo ? ¿Comprendimos amorosamente sus posibles “limitaciones”? ¿Comprendimos que alguna vez fueron niñas y tal vez no recibieron el cariño y cuidado que se merecían?
No puedo hablar de mi relato como un cuento. Los doce relatos de Madres no son cuentos, son realidades contadas de una forma literaria y sincera; ninguna historia que aparece en el libro es inventada o fingida, es la verdad de cada uno en la relación con nuestras madres”.
-Estos cuentos ¿están escritos más con el corazón o con la cabeza?
“Con la cabeza es innegable, sin duda; somos los doce escritores de largo recorrido y pensamos siempre lo que vamos a escribir, lo meditamos con la paciencia que cada página requiere. En el caso de Madres es evidente que los 12 hemos puesto en marcha nuestro corazón porque no era tarea nada fácil lo que íbamos a escribir y porque además nos íbamos a desnudar públicamente, escribiendo no solo lo que pensábamos de nuestras madres sino lo que sentíamos por ellas”.
-¿En qué momento se encuentran las literaturas que se escriben en Canarias y qué le parece los éxitos que están acaparando sobre todo las escritoras jóvenes canarias?
“Creo que el tiempo siempre responde aunque no se le pregunte. Yo soy de la opinión que un libro sin incubación es perecedero, solo responde a expectativas de mercado. ¿Ha visto usted alguna vez una gallina que ponga el pollo vivo directamente en el suelo, sin huevo previo y su posterior incubación?
Mi crítica constructiva es que veo un afán desmedido de fama y popularidad en jóvenes escritores y escritoras que ni siquiera se han cultivado en la lectura nutritiva. Esa prisa por ser famoso/a a toda costa, ese afán de tener éxito inmediato, está llevando a que una cantidad de libros publicados en las islas sean de muy mala calidad literaria, bien escritos pero con muy poco fondo. Escribir es un oficio muy complicado y se tardan décadas en encontrar tu propio estilo y tus argumentos primordiales.
Pese a lo dicho anteriormente vivimos una época muy creativa, mucha gente asistiendo a talleres de escritura, etc. Es una muy buena noticia. Pero insisto, el tiempo responderá aunque no le preguntes. Habrá que esperar a su veredicto”
(*) FOTO: Juan Carlos de Sancho, en la imagen junto a su maestro, Ángel Sánchez, autor también de uno de los cuentos de Madres, prepara ahora más de cinco libros, todos ellos puestos en marcha hace ya varios años. Dice el escritor y también antólogo que irán saliendo “cuando ellos mismos me lo pidan” y adelanta que próximamente estará en las librerías sus Cuentos completos, que reúne relatos escritos entre 2009 a 2024) / Esteban Rodríguez
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