A pecho descubierto, una novela de James Hilton
James Hilton tuvo la suerte de disfrutar de éxito y cierta popularidad durante los años que forjaron su carrera como escritor y que se extienden desde la década de los años 20 a los años 50, sin que terminara por especializarse en algún género aunque sí que explora la aventura en el que quizá sea su título más famoso: Horizontes perdidos, que se sumerge también en las aguas de lo fantástico y que ha dado origen a varias versiones cinematográficas, la más recordada la que dirigió Frank Capra en los años 30.
Pero la bibliografía de Hilton va más allá de este título sobre civilizaciones perdidas ya que es autor también de un pequeño clásico que explota las “virtudes inglesas” en Adiós mr. Chips y de una estupenda novela de aventuras bélicas que en España circuló con un título espantoso, A pecho descubierto, sin hacer caso con su original que sin ser tampoco una cosa del otro mundo se ajusta más al contenido de este relato, Knight without armour, que sería algo así como Caballero sin armadura.
La novela se desarrolla en un periodo de la historia del siglo XX turbulento, como fue el de la Guerra Civil en Rusia, este momento en el que las fuerzas de la reacciones, dispersas porque cada una contaba con un jefe, se enfrentaban al ejército rojo, perfectamente organizado y bajo una férrea disciplina que consiguió lo que parecía iba a ser imposible: derrotar al enemigo.
El protagonista de la historia, Ainsley Jergwin Fothergill, es un joven británico desubicado que termina con sus huesos en Rusia, donde es captado por los servicios de inteligencia para que trabaje para ellos ya que conoce a la perfección el idioma. Haciéndose pasar por ruso y revolucionario, las autoridades zaristas tras capturarlo lo condena a prisión en un lejano rincón de Siberia, donde será liberado por las tropas bolcheviques. Durante su largo regreso a la Rusia, Fothergill conocerá a una hermosa condesa que viajará con él lo que resta del camino para que no sea asesinada por el revuelto y revoltoso ejército rojo.
No sé si James Hilton llegó a estar en la convulsa Rusia de aquellos años pero la novela tiene un poso de credibilidad que me hace al menos sospechar que sí. Sabe recrear con estilo la atmósfera de caos que se vivieron aquellos días y el desastre que sacudió a un país que había firmado la paz con Alemania para que la guerra abandonara sus fronteras. A lo largo de todo el trayecto que hace la pareja protagonista no hay sin embargo un exceso de crítica sobre el nuevo sistema que comenzaba a dominar aquel gigantesco país, solo apuntes escritos con asombro sobre la manera de pensar de aquellos hombres y mujeres que ya sin nada que perder, se lanzaron a hacer una revolución con la sola idea de conseguir pan. El resto, viene a decir más o menos James Hilton, fue un edificio ideológico que construyeron los cerebros bolcheviques de aquella revolución que fue capaz de descabezar una monarquía que llevaba gobernando desde hacía siglos a la madre Rusia.
Durante la lectura de esta novela, que con suerte se puede encontrar en español en la mítica colección Alcotán de Plaza & Janés, con una magnífica portada de Gracia y traducción más que potable de Sanllehi, recordé el magnifico y novelado relato que el periodista y escritor Manuel Chávez Nogales escribió sobre Rusia y la revolución en El maestro Juan Martínez que estaba allí, crónica de cómo consiguió regresar a España el mismo Juan Martínez del título con su compañera por una Rusia devastada por la guerra que originó aquella revolución. En el caso de Chávez, la historia es real así que las peripecias de sus protagonistas, españoles que no conocían otro idioma que el suyo, se hace mucho más angustiante y conmovedoramente divertida a medida que se lee el libro aunque no creo que Hilton quisiera llegar a la verosimilitud que sí alcanza Nogales porque A pecho descubierto es una novela y el libro de Chávez Nogales un amplio reportaje periodístico que empequeñece las pretensiones del nuevo periodismo estadounidense claro que eso es otra historia.
El caso es que esta novela de James Hilton, uno de esos escritores de los que ya he tomado nota, es como sumergirse en un libro escrito en otro tiempo y en otro lugar. Y no solo porque el autor se tome en serio a sus lectores lo que hoy ya no suele suceder, sino porque cuenta una historia de amor, en este caso con el trasfondo de aquellos días que terminaron por conmover al mundo.
No se trata de una novela crudamente anticomunista ya que esa no era la pretensión de su autor, y sí de un romance en tiempos difíciles que lleva a la pareja protagonista de un lado a otro de un país envuelto en las llamas.
Por desgracia, no creo que se vaya a reeditar este libro pero sí les recomendaría que si tienen la oportunidad de verlo en un estante de una librería de viejo y de ocasión, o en uno de esos rastros que por desgracia están empeñados en cerrar al menos en la ciudad que habito, Santa Cruz de Tenerife, que no lo duden ni un segundo y se hagan con él. Su lectura es como volver a otro tiempo, no sé si mejores pero sí creo que más interesantes.
Saludos, para pasar un buen rato, desde este lado del ordenador