Isabel San Sebastián: “La historia es un territorio fascinante y la política actual un pantano maloliente”

Isabel San Sebastián Cabasés (Chile, 1959) son dos personajes diferentes. O esa es la sensación que transmite cuando se la conoce de cerca, sin cámaras incómodas. Por un lado, está la mujer pública, que es la que conocemos a través de los medios, sobre todo cuando aparece en televisión o interviene en la radio para hablar de política actual, que le parece “un pantano maloliente”. Y por otro la del día a día, cuando puede ser ella misma. Una mujer culta, generosa y con un saber estar que ya quisieran muchos de los autores a los que he tenido el gusto de entrevistar.

La escritora pasó unos días en Tenerife para hablar de literatura y recoger en persona el Premio de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte en un acto en el que agradeció este reconocimiento. No iba a ser menos, a ella y a muy poca gente más se le debe el éxito que en la actualidad tiene en España este género, sobre todo en su vertiente medievalista.

- ¿A qué cree que se debe el éxito que actualmente tiene la novela histórica escrita por autores españoles en nuestro país?

“A la necesidad y al anhelo que tiene una buena parte de la sociedad española de conocer su propia historia. Historia que desaparece de los planes de estudios de los colegios y universidades, y al empeño que hay por tergiversar esa historia. Se nos hurta los contenidos de nuestras propias raíces y eso es algo que la novela suple y lo hace con amenidad, entretenimiento y rigor en la mayoría de los casos”.

- ¿Y cómo llega usted al género histórico?

“Leí mucha novela histórica porque mis dos grandes pasiones son la historia y la literatura aunque llegué al género por casualidad, durante una estancia en Asturias con mi buen amigo José Luis Balbín y tras descubrir en Pravia un cartel en el que se mencionaba a los reyes holgazanes. ¿Reyes holgazanes?, le pregunté a José Luis y él me explicó que fueron unos reyes asturianos que pagaban tributos y entregaban doncellas a los musulmanes de Al-Ándalus a cambio de paz y le dije que esa era una historia fascinante, y que escribiera una novela pero me respondió que no, que en todo caso la escribiera yo. Y de ahí salió La visigoda, que tuvo bastante éxito y por la que obtuve el Premio de Novela Histórica Ciudad de Cartagenera y escribí más tarde Astur, una secuela de La visigoda y después una serie de novelas que tuvieron una gran acogida y allí sigo. De hecho, de ahí nació mi proyecto de novelas sobre la Reconquista”.

- ¿Y por qué novelas sobre la Reconquista?

“Desde el punto de vista literario es una epopeya que duró ocho siglos y está repleta de acontecimientos novelables. Hay intriga, traiciones, batallas, reyes, personajes fascinantes como la reina Urraca, que ahora he novelizado su vida en La temeraria. La Reconquista es un acontecimiento determinante en nuestra historia y desde ese punto de vista España entra en Europa y en el mundo occidental gracias a ella. España es la única nación de Europa que luchó durante ocho siglos contra los musulmanes y como dijo Joseph Pérez, para ganarse ese derecho ya que fue el único territorio islamizado que logró desislamizarse en esa época. Y en ese empeño que tardó ocho siglos se formó la España actual”.

- Los protagonistas de la Reconquista suelen ser masculinos…

“Los protagonistas conocidos son hombres pero el papel de las mujeres en la Reconquista fue crucial no solo por personajes como la reina Urraca, entre otros, sino porque la Reconquista no habría sido posible sin la Repoblación que acompañó a las batallas y al avance militar. Ahí está también el matriarcado astur. Y en esa recuperación las mujeres tuvieron un papel determinante lo que pasa es que han sido las grandes despreciadas de la historia, por lo que hay que recuperar y reivindicar su importancia. Y hacerlo me ha reparado personalmente grandes satisfacciones como recibir el Premio de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte”.

- La protagonista de La temeraria es la reina Urraca, ¿qué destacaría de este personaje?

“Su determinación y resilencia. La valentía y la modernidad dentro de su condición medieval. Para empezar fue la primera reina que hubo en España y en Europa, una mujer fascinante que estuvo decidida a ejercer el papel que le había reservado el destino y que fue extraordinariamente capaz de soportar la adversidad a la que tuvo que enfrentarse y contraatacar”.

- La novela la cuenta a través de Muniadona, su doncella más cercana.

“Se trata de un personaje que he creado para poder escrutar a la reina, no solo en sus hechos históricos, que mal que bien son conocidos, sino en sus pasiones, en sus dudas, que había que recrear y para ello me serví de Muniadona. Urraca estuvo rodeada de personajes fascinantes como el obipo Diego Gelmírez; su propio hijo Alfonso, sus padres, su hija Sancha y su tutor, el conde Pedro Ansúrez”.

- En la novela la relación que mantuvo con su esposo, Alfonso el batallador resulta bastante tormentosa.

“A Alfonso no le gustaban las mujeres pero se casó con Urraca con el fin de robarle el trono y el reino pero ella no lo dejó y de ahí surge una relación conflictiva en lo personal y en lo político. Nada más contraer matrimonio, lo primero que hace Alfonso fue invadir con su ejército el reino de Urraca además de maltratarla físicamente. Su relación resultó ser muy tormentosa”.

- Tanto que incluso lleva a la reina a enfrentarse a su propio hijo.

“A sus tutores más bien, su hijo no tuvo capacidad para hacer las cosas que la historia le atribuye. Mi conclusión es que fue manipulado por sus dos tutores: el obispo Gelmírez y el conde Pedro Froilaz, ya que querían ejercer el poder a su sombra, pero ella no se dejó y eso causó una serie de enfrentamientos que se solventaron de forma razonable una vez que el niño creció y se convirtió en un hombre”.

- Y todo esto bajo el telón de fondo de los musulmanes en España.

“No solo en España, sino en plena expansión del imperio almorávide en una situación de debilidad de los reinos cristianos terrible pero que sin embargo se enfrentaron unidos para detener la ofensiva almorávide pese a la mala relación que hubo entre Urraca y Alfonso”.

- Son momentos muy dulces para la novela histórica en España, ¿a qué cree que se debe ese interés por la Edad Media?

“Precisamente porque es la gran desconocida. Cuando escribí La visigoda, que se remonta al siglo VIII y Astur al IX nadie hablaba de godos ni de visigodos, era como un tabú. Algo incluso mal visto porque se identificaba con historias aburridas y sórdidas. Se escribía mucho sobre Roma y la conquista de América pero todo lo demás estaba desaparecido así que de alguna forma me enorgullezco de haber abierto ese camino ya que después han venido otros pero La visigoda se escribió hace veinte años y fue de alguna forma la pionera. La Edad Media suscita ahora interés porque no se conocía. Es, además, un periodo envuelto en la bruma, en el misterio, en las leyendas. En otros países tienen los mitos artúricos, que llevan mucho tiempo generado películas y novelas pero aquí, en España, no. No me preguntes por qué, pero una vez que abrí la espita han llegado otros escritores para abordar este momento de la historia”.

- Pero ¿los españoles de hoy qué aprenden leyendo relatos de su más remoto pasado?, ¿qué interés tiene para suscitar tantas novelas?

“Que el periodo interesa se refleja en la cantidad de novelas que se escriben y se publican y todas ellas tienen en común que no se repiten y enseñan que la unión nos hace fuertes mientras que la división nos debilita. El imperio visigodo se derrumbó por eso. Los primeros reinos cristianos estaban divididos frente a los musulmanes, que sí estaban unidos y por eso arrasaron. La paz que se compra a cambio de tributo es tan efímera como indigna y durante siglos los reinos cristianos pagaron tributos con la idea de no sufrir expediciones de castigo. Más tarde cambiarían las tornas y sucedió lo mismo, solo que ahora eran los cristianos quienes forjaron acero con el oro que les pagaban los musulmanes y así terminaron por reconquistar toda España. Esto nos enseña que la paz que se compra a cambio de un tributo no sirve para nada, es una lección que nuestros gobernantes actuales deberían de tener en cuenta ya que pese a que el tributo haya cambiado, el principio es el mismo”.

- ¿Existió alguna vez una España islamizada en la que convivían en paz musulmanes, cristianos y judíos?

“Eso es mentira. Hubo convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos en bastantes ciudades pero nunca fue pacífica e idílica como se dice ahora. Los musulmanes dejaban vivir a cristianos y judíos siempre que pagaran un impuesto especial mientras practicaban su religión en secreto. Los musulmanes prohibieron por eso las campanas de metal, solo permitían las de madera. Los cristianos hicieron lo mismo, dejaban estar a los musulmanes a cambio de un tributo. Bajo los almorávides, los cristianos fueron pasados a cuchillo o vendidos como esclavos. Lo de la convivencia fueron episodios muy puntuales, en la época de las Taifas y bajo el reinado de Alfonso X el sabio, pero nunca hubo tolerancia y mucho menos una mayor tolerancia de los musulmanes”.

- En este tipo de novelas el trabajo de documentación debe ser una etapa tediosa.

“En mi caso me cuesta más escribir que documentarme porque ya son muchas las novelas que he dedicado a este periodo. Tengo leídas todas las crónicas alto medievales y suelo consultarlas. Tengo un conocimiento de la alta edad media bastante profundo así que no me permito licencias históricas pero sí literarias donde la historia deja hueco. Es decir, que cuando doy datos históricos me ciño a los hechos conocidos pero aquellos en los que la historia deja lagunas, el novelista tiene pie para trenzar tramas de ficción siempre que sean verosímiles y no extemporáneas ni anacrónicas. Al principio, en la fase de documentación, resulta difícil leer libros como la Historia compostelana o la Crónica mozárabe ya que parecen, digamos, un poco tediosos pero cuando los conoces son manejables”.

- En sus novelas históricas no intenta reproducir la forma de hablar de aquel entonces.

“Empleo un lenguaje un pelín arcaizante para ambientar pero si escribiera en castellano antiguo mis novelas serían ilegibles, imposibles de leer y no digamos si aparecieran en latín que es como se escribían las crónicas cultas en los siglo XI o XII. Intento emplear un lenguaje ligeramente arcaizante pero no como se hablaba en la época, que era en latín o en romance”.

- ¿A que le da más prioridad: a la historia o a los personajes que intervienen en ellas?

“A las dos cosas, una novela no es una crónica ni un reportaje, es un conjunto de elementos que reúnen información, emoción, aventura e intriga y todo eso tiene que conjugarse para conseguir que el lector quede atrapado desde las primeras páginas y eso significa saber tejer todos estos elementos”.

- Es decir, que cuando escribe ya sabe como va a terminar la novela.

“Hago un guión, tengo muy claro cómo va a ir el desarrollo de la novela y cómo terminará, si no lo hiciera, me sería muy difícil rematarla”.

- Su trabajo como periodista ¿ha condicionado su manera de escribir novelas?

“Marca mi disciplina, ser rigurosa con los datos históricos y cierta facultad para la escritura ya que llevo escribiendo desde hace cuarenta años”.

- ¿Se siente más periodista que escritora?

“Me siento más escritora. La historia es un territorio fascinante y la política actual, que es de la que escribo como periodista, me parece un pantano maloliente, pero soy periodista y es muy difícil desvincularse de una profesión que he ejercido durante tanto tiempo aunque me siento mucho más escritora”.

- ¿No le ha tentado escribir una novela histórica contemporánea?

“Escribí una, Lo último que verán tus ojos, que trata de la heroica actuación del diplomático español Ángel Sanz Briz para salvar la vida de unos cinco mil judíos húngaros durante el Holocausto. No sé si de este agua no beberé pero de momento quiero terminar mis dos últimas novelas sobre la Reconquista. Tras La temeraria, vendrá la invasión almohade y la siguiente comenzará en las Navas de Tolosa”

FIRMA FOTO: Ricardo Pinillos Toledo

Saludos, a sangre y fuego, desde este lado del ordenador

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