La literatura policiaca en Miami se escribe con acento español
“La suya es una literatura que ha respirado y transpirado la ciudad por los cuatro costados, asimilada a la nueva urbe, en la que Miami está presente como personaje, la presentan marginal, lumpen y violenta; con un lenguaje propia que no es el espanglish ni el español que dejó el narrador en su país sino un blend de acentos y modismos que rompen con las reglas lingüísticas, pero que en el contexto de Miami es el único válido para retratar la ciudad”.
(Noir Tropical Miami, del prólogo de Pedro Medina León, Suburbano Ediciones, 2023)
La ciudad de Nueva York, Los Ángeles y también Chicago han sido y son los grandes centros urbanos en los que se ha desarrollado una literatura negra y criminal potente, con señas de identidad que al final han terminado siendo adoptadas por algunos escritores de otros territorios aunque, sin observamos de cerca el mapa de los Estados Unidos, Miami, situada en el extremo sureste del país y en el estado de Florida, poco a poco ha ido instalándose en el noir, más allá de la operística y violenta El precio del poder (Brian de Palma, 1983) y de series de televisión que como Corrupción en Miami, creada por Anthony Yerkovich, nos dio a conocer una ciudad que en los años 80 se enriqueció por la cocaína que llegaba del sur.
Resultaba extraño que en esta ciudad en la que se concentra una gran población de origen hispano no contara con una tradición literaria en la novela negra, una seña de identidad que reivindica ahora Noir Tropical Miami, una antología de relatos criminales sobre Miami escritos en español por narradores de origen hispano. Sus historias son muy diferente a las escritas por los anglos ya que estos no suelen sumergirse “en las entrañas del Miami contemporáneo”.
Desde hace dos años circula Noir Tropical Miami (Suburbano Ediciones) en una edición que corre a cargo de Vera, Pedro Medina León y Gastón Virkel. Los tres han reunido dieciocho cuentos de otros tantos escritores/as que residen en Miami, y todos ellos presentan las sombras más que las luces de una ciudad en la que si uno penetra en sus barriadas descubrirá que allí, apenas, se habla en inglés.
La calidad de los cuentos reunidos es notable aunque la mayoría de los escritores me resultaran auténticos desconocidos. No así el cubano Vladimir Hernández; la argentina Valeria Correa Fiz y los españoles Juan Carlos Castillón y José Luis Muñoz. El resto de los colaboradores del libro son Carlos Gámez Pérez, Rodolfo Pérez Valero, Kelly Martínez-Grandal, Uva de Aragón, Ivón Osorio, Leandro Eddy Campa, Luis de la Paz, Andrés Hernández Alende, Anjabette Delgado, Leonardo Caparrós y Xalbador García y los mismos antólogos, Pedro Medina León, Gastón Virkel y Vera, que participan también en un libro que da una panorámica interesante sobre la realidad de este género escrito en español en la ciudad de Miami, y las potencialidades que las caracterizan para que sus obras se lean en otros territorios.
En la contraportada se asegura que se trata de un libro “indispensable”, y creo que no le falta razón porque debe de ser el primero de este tipo que se presenta allí y que espero que pronto se presente aquí y en otros lugares y en otros sitios.
Noir Tropical Miami, que nace como marca, como seña de identidad de una literatura negra que hoy se escribe en la ciudad, queda bien reflejado en las historias que reúne. Todos los que participan son escritores y escritoras que proceden de Argentina, Perú, Cuba, Puerto Rico, México y España, y en sus cuentos revelan la realidad de estas comunidades, lo que hace que se palpe los ambientes de la ciudad en la que se ha convertido Miami, una capital de la multiculturalidad con acento español, y que cuenta con un lado amargo y miserable que no aparece nunca o casi nunca en el cine y mucho menos en la literatura aunque ahora parece que esta tendencia está cambiando.
Esa es, al menos, una de las lectura que se entresaca de una antología que como ésta además de tender puentes también propone un diálogo con las literaturas de Estados Unidos con las de América Latina, eso quiere al menos Pedro Medina León en el prólogo, un prólogo que titula Playa oscuras, y en el que repasa la historia del noir literario en Miami. Un trabajo que pone los puntos sobre las íes, aunque olvide mencionar en su extenso repaso Crimen, de Irvine Welsh, ésta se desarrolla en gran parte en Miami.
En este aspecto, y tras leer los cuentos que reúne la antología, no le falta a la verdad Pedro Medina León cuando dice que el noir en español de Miami tiene patente propia y observa la ciudad como “una frontera que se nutre de lo anglo y de lo latinoamericano” ya que su lenguaje es híbrido, “no solo aborda crímenes, sino que también plantea conflictos de corrupción y violencia que suelen recaer en personas inmigrantes que ocupan una porción invisible en la pirámide social, desmitificando así la quimera del Sueño Americano que alguna vez los trajo acá”.
Saludos, bang, bang, bang, desde este lado del ordenador