Gambuesa, una novela de Carmen J. Nieto

Es muy interesante descubrir cómo un escritor se va construyendo en escritor novela a novela. Observar cómo deja atrás ese lastre que hizo que sus trabajos anteriores no alcanzaran la madurez que ahora sí se manifiesta y que inclina el brazo de la balanza porque logra que uno deje de lado lo que se está haciendo para continuar sumido en la historia que se narra.

A Carmen J. Nieto la llevó siguiendo desde hace ya unos años, cuando un amigo común me invitó a leerla.

Aquel libro era 9 Corto, una novela”experimental” escribía Alexis Ravelo en el prólogo de la obra. Una historia que la autora distribuye en nueve capítulos.

Más tarde sabría que Carmen J. Nieto es aficionada a las restricciones, por lo que su novela siguiente fue otro juego de manos que, bajo el título de Sin aditivos me reveló a una escritora muy diferente de la que descubrí con 9 Corto. En este ejercicio negro y criminal que se desarrolla en la capital grancanaria, Carmen J. Nieto ampliaba sus ambiciones así que además de estar escrita sin adjetivos, se apreciaba una mayor preocupación por dotar de sustancia a los personajes.

Carmen J. Nieto es una escritora con todas sus letras además de ser una escritora que cultiva el género negro porque su maestro, el ya mencionado Alexis Ravelo, le metió la afición en el cuerpo. Con las herramientas que le reveló Ravelo, la escritora y las ambiciones de la escritora han ido creciendo, lo que demuestra ahora en Gambuesa, que apareció el año pasado en la editorial barcelonesa Alrevés y que de las tres que he leído hasta la fecha, es la que más me ha gustado. Y me ha gustado porque más allá de ser también una literatura con restricciones, destaca porque presenta una galería de personajes que no desentonarían para nada en un relato de Jim Thompson.

Porque Gambuesa tiene ese aire de western negro del autor de 1280 almas. Se desarrolla, además, en la más isla de las islas Canarias, en una afortunadísima definición que hace la autora en las páginas de este libro, y que no es otra que Fuerteventura, aunque Fuerteventura no se menciona nunca. Uno lo intuye no ya solo por la tradición de las apañadas, sino por la venta de quesos en un paraje desértico y próximo al continente africano.

El calor, la calima, las cabras y el polvo que levanta el viento en una geografía a la que siempre, o casi siempre, castiga el sol, son otros de los elementos que da redondez a un libro que una vez cae en tus manos es imposible dejar de lado. Te coge por el cogote y de paso disfrutas con una narrativa plagada de canarismos que suenan a gloria y que aunque ya no formen parte de tu vocabulario, captas por el contexto o porque te suena haber oído hablar así a tus abuelos y a tus padres cuando todo parecía asombroso.

Gambuesa se trata de la novela más canaria de Carmen J. Nieto, escritora que ya empieza a dominar un estilo que convierte su literatura en una literatura con señas de identidad. Y hay que tener talento para conseguirlo en apenas unos pocos libros, pero se tratan al menos los que conozco, de un talento que ha ido trabajando con el paso de los años. Luego no se trata de una escritora que se duerma en los laureles sino, muy al contrario, en una escritora que se preocupa por lo que escribe, por los libros que va dejando en su todavía pequeña bibliografía. Si hay que poner un pero a esta evolución, apuntaría solo que de momento la escritora está más pegada a la forma en cómo escribe, restricciones incluidas, que en contar una historia, aunque en Gambuesa ese problema comienza a desdibujarse. Deja en la boca un regusto vamos a decir que arenoso ya que sí, la novela se cierra, pero deja puertas abiertas.

Lo mejor de Gambuesa es la descripción de las apañadas y cómo en ese escenario se mueven los protagonistas de la historia. En cuánto a lo negro, se denuncia la corrupción no solo turística que devora como un monstruo el paisaje de la isla, sino también cómo está desapareciendo una costumbre ancestral y una manera de conducir el ganado que no tiene desperdicio. En la historia, unas manos negras roban algunas cabras y esto desencadena una serie de vicisitudes que protagonizan unos personajes en los que hay de todo, incluso un funcionario que viene de fuera y al que le chocan las tradiciones que allí todavía se mantienen y respetan.

He disfrutado con la lectura de Gambuesa pero tengo que confesar que, en contra de lo que me pasa con otras novelas, en ésta me he quedado con ganas de más. Se nos va de una manera algo abrupta, aunque el estilo de Carmen J. Nieto es abrupto y a veces incluso extremadamente directo.

Fuerteventura gana con Gambuesa otra de esas novelas que cuentan la isla que es más isla con mirada de autor, personal e intransferible.
Un retrato humano que se confunde con el polvo y que forma parte del atractivo despliegue de protagonistas que aparecen y desaparecen y que consagra la mayoría de edad como narradora de su autora: Carmen J. Nieto

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