Ulises Bértolo: “Todo abogado lleva un escritor dentro”

Ulises Bértolo (Madrid, 1967) es abogado y escritor. O escritor y abogado aunque no sé si en esta ocasión el orden de los factores afecta a nuestro protagonista. El caso es que Ulises Bértolo habla con mucha pasión de su literatura, casi la misma, me atrevería a decir, que la que emplea cuando desarrolla su trabajo en los juzgados. La voz se le relaja cuando hablamos de Tenerife, isla en la que vivió hace muchos años (“estudié en el Luther King”, recuerda con nostalgia) por lo que asegura que se siente más tinerfeño que cualquier otra cosa porque donde “uno pasa su infancia tiene su casa”. Tenerife, sin embargo, no ha aparecido aún en ninguna de sus novelas aunque le encantaría admite el autor de La sustancia invisible de los cielos, Orthodoxia, La dama del norte y ahora Exitus (Harper Collins, 2025).

- Es abogado además de escritor, ¿de que manera le ha servido la experiencia profesional en su carrera literaria?

“Todo abogado lleva un escritor dentro. Nos pasamos el día escribiendo, intentando enlazar argumentos para seducir a quien tiene que resolver el procedimiento: el juez. Abogados, periodistas, aquellos oficios en los que la escritura forma parte de tu trabajo pueden hacerte sentir en un momento determinado que habitas en universos paralelos en los que la ficción se contrapone a la realidad. En mi caso, la realidad que se vive en los juzgados. Y cuando tocas géneros como la novela negra la experiencia en el ámbito jurídico te sirve para generar tramas e historias”.

-¿Y qué atractivos tiene para usted la novela negra?

“Proponer un juego con el lector. El lector parte de un asesinato y a partir de ahí participa en la búsqueda de un culpable. El lector se incorpora en mi novela al equipo de investigación para averiguar qué pasó y quién fue el responsable de lo ocurrido. El género me sirve también para hacer crítica, que es el sustrato de Exitus que no está inspirada en la vida de nadie pero sí en la realidad que vivimos al tratar temas como el dogmatismo y la corrupción”.

- ¿Y cómo trata estos temas en Exitus?

“En la novela se produce un crimen ritual, hay un juez que mira a otro lado y una Policía Nacional que ha dejado de creer en sí misma. Todo asesinato tiene una firma, así que el equipo de investigación que dirige la protagonista, Elia Sandoval, pese a estar de baja, se implica en la investigación de una mujer que puede estar relacionada con el asesinato ritual, lo que utilizo para mostrar las tripas del sistema judicial y me permite ofrecer una visión de lo que ocurre cuando un procedimiento puede quedar paralizado por causas espurias. Un superior reclama los servicios de la inspectora porque al encontrarse de baja no es sospechosa de haber participado en la sospechosa manera en que se cerró en falso la investigación”.

- ¿Qué es lo que más le interesaba indagar en la novela?

“Me interesaba mucho estudiar el tipo de violencia que se genera cuando una creencia es llevada a un límite. ¿Qué pasa cuando el mal se viste de fe o de una ideología? Pues que puedes destruir sin culpa, y a mi eso me parece muy peligroso porque es un mal que se legitima al entender que está justificado para hacer cualquier cosa. Me interesaba jugar con esa idea, no con la del mal y el bien, sino indagar en esa frontera difusa que te permite la novela negra. La novela negra con un trasfondo oscuro que me ayuda a construir la psicología de los personajes para que en ese juego con el lector le haga pensar si son capaces de llegar a comprender lo imperdonable. Quise jugar con cómo se condiciona a las personas cuando son llevadas a un límite y lo que somos capaces de hacer por necesidad, por supervivencia o la búsqueda de darle sentido a las cosas”.

- En este juego que propone, ¿mezcla elementos fantásticos?

“No, hay una atmósfera perturbadora pero hablo de creencias y personas que tienen sentido de trascendencia y lo que intento es ficcionar con algo que ha acontecido a lo largo de la historia que son los rituales, cuando el cuerpo se convierte en un templo. Exitus es un término forense que es sinónimo de salida o de tránsito a la muerte. El último aliento, y me pareció que era un título que estaba bien en una historia que parece poner al equipo de investigación en un sin sentido, de ahí que el asesinato tenga firma pero ¿qué quiere decir un asesino que se hace llamar el Ángel y que no busca esconderse sino ser comprendido?”

- La protagonista de Exitus es una policía y mujeres son también los personajes principales de otros de sus libros ¿por qué?

“Ana Garrido, la protagonista de La dama del norte, es real, y para contar su historia me basé en su vida tras dos años de conversaciones que mantuve con ella. Tenía que ser la protagonista y por eso la novela está escrita en primera persona. Sandra Márquez y Elia Sandoval están inspiradas en policías reales pero son resultado de mi imaginación”.

- Pero ¿por qué mujeres?

“¿Por qué mujeres? Supongo que porque hay suficientes hombres en los equipos de investigación. A mi me gusta la capacidad de análisis de las mujeres y cómo por su situación y al verse atrapadas en situaciones injustas se sobreponen. En la novela hablo también del juego de poder en el ámbito familiar, en el que la policía se ve condicionada por su padre, un poderoso abogado que quiere que ella sea una prolongación de sí mismo”.

- ¿No se ha planteado iniciar una serie con la protagonista de Exitus?

“No me ha interesado escribir una saga, aunque Sandoval tendrá continuidad casi con seguridad. Trabajo el género negro pero soy un escritor que intento llegar más allá, en Exitus explorando ese miedo ancestral a la muerte que todos llevamos dentro. En la novela el equipo de investigación se enfrenta cara a cara con la muerte y los lectores también”.

- ¿Cómo se documentó para dar credibilidad a la investigación que plantea en la novela?

“Es importante la experiencia que uno tiene en el ámbito judicial, sobre todo a la hora de resultar verosímil. En este caso hice un estudio de una comunidad milenaria y cómo lo que acontece tiene repercusiones en los despachos de Madrid. Tuve que investigar mucho, quizás para terminar usando solo el diez por ciento de lo investigado pero para mi es muy importante crear atmósferas. Exitus no es una historia lineal y se desarrolla en un contexto que es un protagonista más de la novela. Esa situación se produce por la información que he ido adquiriendo. He consultado documentos de muy difícil localización y me he servido de ellos para contar una historia que se desarrolla en dos planos porque se trata de un puzzle en el que deben de encajar todas las piezas. Además, colaboro con la Policía Nacional y conozco cómo piensan y actúan en las investigaciones. Todo eso me ha ayudado para describir el trabajo que hace el equipo de investigación de la novela”.

- Me dicen que un tema habitual en sus libros es la culpa y también la rabia.

“Cuando escribo es porque me siento motivado. En este caso, fascinado por la delgada linea que separa lo sagrado de lo monstruoso. Esa gente que busca un sentido a su vida y que acaba pactando con sus propios demonios. A esto se une una situación personal, una mala comprensión de la muerte por la pérdida de un ser querido, por eso la rabia y la culpa que aparece en la novela es la que arrastran algunos de los personajes porque me gusta que las novelas se muevan no solo por la acción de sus personajes sino por los pensamientos que preceden a esas acciones”.

- ¿La novela habla de satanismo?

“Sí, al tratarse de un crimen de rito de sangre. Los datos que manejan los investigadores es el secuestro de una mujer que parece estar vinculado a un asesinato ritual donde un cuerpo aparece desangrado encima de una estrella de doce puntas. Las pistas las ofrece el mismo asesino, el Ángel, y ante ellas el equipo de investigación tiene que aprender a descifrarlas por lo que se ponen en contacto con un experto satanista, Dante Blanco, que da cierta información y que no deja de sorprenderse por lo que va ocurriendo”.

- ¿Llegó a meterse en ese mundo?

“Leí antiguos grimorios, autopsias no resueltas y la Biblia satánica pero no solo eso, llegué a la conclusión que el satanismo es distinto en función de las culturas. Algunas no consideran a Satán como un ángel caído sino un ángel que recibió de recompensa la Tierra”.

- Ha comentado que la novela cuenta con varias tramas, esto me hace pensar que antes de ponerse a escribir tiene muy bien armada la historia, que no se deja llevar por la improvisación.

“Hay una gran parte que está pensada pero hay otra en la que surgen cosas, hay un margen para la improvisación pero no en el esqueleto, la armazón, que está muy bien diseñada desde el principio. Construyo un puzzle y eso tiene que estar bien pensado”.

- Antes hablaba del contexto, entiendo que Madrid es un personaje más de la novela.

“Hay una tendencia ahora a construir historias en lugares sórdidos y alejados de la civilización, lo que quise plantear con Exitus es que una ciudad no es lugar seguro. Existe un Madrid distinto al que estamos acostumbrados a ver. Un Madrid con conexiones en despachos porque todo está relacionado, más de lo que pensamos”.

- Usted inició su carrera literaria a través de Amazon.

“Conozco autores que publican y que continúan autoeditándose. En mi caso publiqué gracias a un concurso literario de Amazon y en dos meses fui número uno en ventas en varia categorías, lo que hizo que varias editoriales se fijaran en mi. Creo que cualquier escritor aspira a que su obra sea leída y si escribir una novela es difícil que alguien la entienda es maravilloso. No puedes pensar en el éxito, porque el éxito es trabajo duro y tener suerte. Y las plataformas son una buena manera de comenzar. El mundo editorial es muy complicado, se publican muchos libros y es una carrera de largo alcance, así que de lo que se trata es de hacerlo cada día mejor. El que persiste la consigue, esto es una realidad”.

- ¿Y a qué cree que se debe el éxito de la novela negra en España?

“Es un género versátil, cercano y que produce emociones además de la complicidad del lector. Puede engarzar con las novelas del oeste, de terror… Con todos los géneros, ya que absorbe muchas cosas. Aquellos cuentos que nos contaban de pequeño, la novela negra es de alguna forma como su evolución. Genera trampas que tienes que sortear y propone también un juego de inteligencia y de complicidad con el lector pero para mi esos ingredientes se encuentran también en otros géneros. Y yo soy escritor, no solo de novela negra, por lo que me resulta muy saludable cambiar de vez en cuando”.

- ¿Y cómo calificaría Exitus?

“Como una novela que lucha contra todo tipo de dogmatismos. Me pasó lo mismo con una anterior, Orthodoxia. A mi me gusta la novela negra que puede violentar los límites, llevarlos a otros ámbitos. Me interesa la novela para hacer crítica pero también que entretenga, que es muy importante. La novela negra es una manera muy saludable de entretener aunque sea pasándolo mal”.

Saludos, a fuego lento, desde este lado del ordenador

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