Fallece Víctor Arrocha, Pistol, batería de Ataúd Vacante
Viernes, Octubre 31st, 2025La noticia corrió como pólvora encendida ayer, en redes sociales, y como suele pasar con ese tipo de noticias pronto se sumaron comentarios laudatorios y también teñidos de tristeza ante el anuncio del fallecimiento de Víctor Arrocha, o Pistol que era como se le conocía en los ambientes rockeros y punkarras en esta isla en la que nací y en la que resido.
El caso es que me entero que se llamaba Víctor, que lo de Pistol era un nombre de guerra, pero sí que lo recuerdo a la batería apoyando a Ataúd Vacante, que fue uno de los pocos grupos a este lado del Atlántico que alcanzó el grado de leyenda. Luego fueron otra cosa. Lo digo cuando cambiaron de nombre, pero como Ataúd Vacante aún evoco con cierta nostalgia el estupendo concierto que ofrecieron en el psiquiátrico de la capital tinerfeña. Gente que iba de normal mezclada con otros a los que se les había ido la olla, contaban. Nunca tuve muy claro quienes eran los enfermos en aquel concierto que ya ha hecho historia en la historia del rock canario, y al vocalista de la banda, Silver, decir algo así como que los locos eran sus hermanos.
No crucé con Pistol una palabra pero mira que nos veíamos y nos saludábamos con la mano o una inclinación de cabeza fuera donde fuera. Si algo caracterizó a los que crecimos en los ochenta es que nunca perdimos el respeto por el amigo y el conocido. Y Pistol era eso, un desconocido conocido al que saludar cuando te lo encontrabas en cualquier parte.
Dicen que nació junto al establo de una casa tradicional de La Gomera, y en una entrevista dijo que fue allí, rodeado de palmeras y montañas, donde descubrió que “el silencio tiene sonido”. En su currículo musical, Pistol llevó el ritmo a Familia Real, Ataúd Vacante, Brutalizzed Kids y 13 Motos.
Los que lo conocieron coinciden en calificarlo como “un punk nihilista”, lo que no restó para que estuviese tan vinculado a su madre, una mujer de “si Dios quiere” y que votaba a la derecha.
En Tenerife residió en Los Gladiolos y tras iniciarse en la música punk y conseguir hacerse un nombre que fuera reconocido entre todas las tribus que por aquel entonces pululaban con o sin crestas por esta tierra, fue el protagonista en 2015 de un documental, Pistol, que no he visto pero que espero que le haga justicia. El filme lo dirige José María de Paiz y no estaría mal que se volviera a reponer un día de estos. No digo en la Televisión Canaria que mira a todas partes menos a donde debería de mirar, que es su propia tierra, pero sí en algún otro sitio que podría acoger también un tributo a un tipo cuya muerte ha levantado tanto dolor y pena entre los que lo conocieron. Lo que me hace pensar que fue muy buena gente porque los que lamentan ahora su ausencia lo son en su mayoría…
Muere Víctor Arrocha en un año que aquí, en Canarias, se ha cobrado ya demasiada gente. Entre ellos, artistas, periodistas y escritores y poetas a los que conocí y respeté porque se dedicaban a hacer lo que mejor hacían, escribir, pintar, o hacer música que es lo que Arrocha hizo. Y lo hizo tan bien, o al menos el público le dio su aprobado por unanimidad que a partir de entonces Víctor Arrocha se fue diluyendo hasta convertirse en Pistol… y así es como se quedó. En la vida y en la muerte.
Y uno que, como se dijo, lo conocía solo de verlo y saludarlo porque entonces si algo nos enseñaron era el respeto a los demás, me sumo a esa pena general que inunda a los rockeros de aquí y de allá ante el fallecimiento de uno de sus hijos más queridos y respetados. Un tipo que se llamaba Víctor Arrocha pero que para todos fue y será siempre Pistol.







