A garrotazo limpio
Domingo, Noviembre 13th, 2011El gesto de Benito Cabrera de negar al Gobierno de Canarias que utilice este año el villancico Una sobre un mismo mar en señal de rechazo ante el brutal recorte que sufrirá el área de Cultura en los presupuestos de 2012 ha dado hoy un giro de ciento ochenta grados con la carta que el también timplista Totoyo Millares publica en varios medios de comunicación de las islas bajo el título de “Benito Cabrera y la falsa solidaridad.”
En un arranque de sinceridad que solo me explico por las convulsiones que está sacudiendo a parte del sector movilizado ante el tijeretazo, Millares llama de todo a Cabrera menos bonito y tritura –en ocasiones con pésimo gusto– el acto a lo Juana de Arco que el compositor del maldito villancico hizo público, ya digo, hace apenas unos días.
Leyendo la carta del maestro Millares no dejo sin embargo de sacudir la cabeza.
Si a quien ahora les escribe le ha dolido leer reflexiones como “Si Benito Cabrera hubiese sido solidario, hubiese dimitido del jurado del que formaba parte, aquel que negó el Premio Canarias a mi recordado discípulo José Antonio Ramos a los meses de su fallecimiento”, imagino como tiene que haberle sentado a Cabrera. Y solo selecciono algunas de las perlas que, a mi juicio, me han parecido más vitriólicas del texto escrito por Millares. Un caballero que no se corta un pelo en desmontar –ahora, precisamente ahora– la honorabilidad de un músico que –imagino que en un rapto por continuar dando titulares al movimiento de indignados– anunció hace unos días que este año el Gobierno de Canarias se quedaba sin su villancico.
Todo este dislate, el gesto que unos han querido reivindicar como heroico de Benito Cabrera y la demoledora carta de Totoyo Millares me huele a jaque, no sé yo si mate, y pone de manifiesto que efectivamente hay un abismo cada vez más grande entre artistas y empresarios culturales con los que gestionarán los recursos públicos de esta comunidad autónoma en 2012.
Como siempre, me hago la pregunta de por qué el señor Millares no denunció en su momento las supuestas tropelías cometidas por el timplista Cabrera. Pero su carta –sea o no verdad lo que expresa– me parece muy oportuna para justificar el hachazo que el Gobierno regional pretende ejecutar en los presupuestos a Cultura del próximo año.
No quiero decir con esto que a Totoyo Millares lo animara nadie a escribir tan polémica misiva, pero sí que llega en un momento idóneo para quitar hierro al anuncio de Benito Cabrera de dejar al Gobierno canario sin villancico para estas Navidades.
Más cuando leo que fuentes sin identificar del sector indignado asegura que el Ejecutivo regional “ha ordenado un informe sobre todas las cantidades que ha recibido Benito Cabrera de los fondos públicos.”
¿Quién elaborará el informe? Probablemente la policía canaria.
Una sobre el mismo mar.
Al margen de estas consideraciones y de la revuelta popular de parte de los culturetas, debo decir que a mi el villancico del señor Cabrera me pareció y parece de una cursilada sonrojante, y que probablemente con su gesto al menos le ha dado una de las escasas satisfacciones a quien ahora les escribe de cara a las próximas Navidades. Fiestas, todo sea dicho de paso, por las que siento un inquietante rechazo.
Pero debe ser porque soy judío y masón.
El dichoso villancico ha estado acompañando a esta tierra loca pero poco excéntrica desde hace demasiado tiempo a través de unos vídeoclips almibarados rodados, entre otros, por los hermanos Ríos y por Juan Carlos Fresnadillo con Pedro Guerra y Rosana Arbelo como protagonistas.
Este vídeo, el de Fresnadillo con Pedro Guerra y Rosana, fue objeto de una provinciana polémica porque no mostraba las bellezas canarias y sí a Guerra y Arbelo cantando a dúo en estudio mientras la nieve artificial caía sobres sus rizadas cabezas.
Ustedes no se acuerdan porque son muy jóvenes, pero para eso está el doctor Zaius. Osease, yo mismo.
Concluyendo que es gerundio…
Esto cada día se parece más a la guerra.
A una guerra sin cuartel.
La carta de Totoyo Millares puede ser, en este sentido, un aviso.
Un aviso a los culturos revoltosos de que si continúan por ese camino les va a caer, probablemente, más mierda.
Pero para algo tiene que servir la Academia Canaria de Seguridad.
Tal y como está el patio la pregunta ahora es ¿mantendrán su postura los indignados?
¿Hasta el final?
Eso, amigos y enemigos míos, sólo los dioses lo saben.
Saludos, ohhhhh yeahhhhh, desde este lado del ordenador.