A garrotazo limpio

Domingo, Noviembre 13th, 2011

El gesto de Benito Cabrera de negar al Gobierno de Canarias que utilice este año el villancico Una sobre un mismo mar en señal de rechazo ante el brutal recorte que sufrirá el área de Cultura en los presupuestos de 2012 ha dado hoy un giro de ciento ochenta grados con la carta que el también timplista Totoyo Millares publica en varios medios de comunicación de las islas bajo el título de “Benito Cabrera y la falsa solidaridad.”

En un arranque de sinceridad que solo me explico por las convulsiones que está sacudiendo a parte del sector movilizado ante el tijeretazo, Millares llama de todo a Cabrera menos bonito y tritura –en ocasiones con pésimo gusto–  el acto a lo Juana de Arco que el compositor del maldito villancico hizo público, ya digo, hace apenas unos días.

Leyendo la carta del maestro Millares no dejo sin embargo de sacudir la cabeza.

Si a quien ahora les escribe le ha dolido leer reflexiones como “Si Benito Cabrera hubiese sido solidario, hubiese dimitido del jurado del que formaba parte, aquel que negó el Premio Canarias a mi recordado discípulo José Antonio Ramos a los meses de su fallecimiento”, imagino como tiene que haberle sentado a Cabrera. Y solo selecciono algunas de las perlas que, a mi juicio, me han parecido más vitriólicas del texto escrito por Millares. Un caballero que no se corta un pelo en desmontar –ahora, precisamente ahora–  la honorabilidad de un músico que –imagino que en un rapto por continuar dando titulares al movimiento de indignados– anunció hace unos días que este año el Gobierno de Canarias se quedaba sin su villancico.

Todo este dislate, el gesto que unos han querido reivindicar como heroico de Benito Cabrera y la demoledora carta de Totoyo Millares me huele a jaque, no sé yo si mate, y pone de manifiesto que efectivamente hay un abismo cada vez más grande entre artistas y empresarios culturales con los que gestionarán los recursos públicos de esta comunidad autónoma en 2012.

Como siempre, me hago la pregunta de por qué el señor Millares no denunció en su momento las supuestas tropelías cometidas por el timplista Cabrera. Pero su carta –sea o no verdad lo que expresa– me parece muy oportuna para justificar el hachazo que el Gobierno regional pretende ejecutar en los presupuestos a Cultura del próximo año.

No quiero decir con esto que a Totoyo Millares lo animara nadie a escribir tan polémica misiva, pero sí que llega en un momento idóneo para quitar hierro al anuncio de Benito Cabrera de dejar al Gobierno canario sin villancico para estas Navidades.

Más cuando leo que fuentes sin identificar del sector indignado asegura que el Ejecutivo regional “ha ordenado un informe sobre todas las cantidades que ha recibido Benito Cabrera de los fondos públicos.”

¿Quién elaborará el informe? Probablemente la policía canaria.

Una sobre el mismo mar.

Al margen de estas consideraciones y de la revuelta popular de parte de los culturetas, debo decir que a mi el villancico del señor Cabrera me pareció y parece de una cursilada sonrojante, y que probablemente con su gesto al menos le ha dado una de las escasas satisfacciones a quien ahora les escribe de cara a las próximas Navidades. Fiestas, todo sea dicho de paso, por las que siento un inquietante rechazo.

Pero debe ser porque soy judío y masón.

El dichoso villancico ha estado acompañando a esta tierra loca pero poco excéntrica desde hace demasiado tiempo a través de unos vídeoclips almibarados rodados, entre otros, por los hermanos Ríos y por Juan Carlos Fresnadillo con Pedro Guerra y Rosana Arbelo como protagonistas.

Este vídeo, el de Fresnadillo con Pedro Guerra y Rosana, fue objeto de una provinciana polémica porque no mostraba las bellezas canarias y sí a Guerra y Arbelo cantando a dúo en estudio mientras la nieve artificial caía sobres sus rizadas cabezas.

Ustedes no se acuerdan porque son muy jóvenes, pero para eso está el doctor Zaius. Osease, yo mismo.

Concluyendo que es gerundio…

Esto cada día se parece más a la guerra.

A una guerra sin cuartel.

La carta de Totoyo Millares puede ser, en este sentido, un aviso.

Un aviso a los culturos revoltosos de que si continúan por ese camino les va a caer, probablemente, más mierda.

Pero para algo tiene que servir la Academia Canaria de Seguridad.

Tal y como está el patio la pregunta ahora es ¿mantendrán su postura los indignados?

¿Hasta el final?

Eso, amigos y enemigos míos, sólo los dioses lo saben.

Saludos, ohhhhh yeahhhhh, desde este lado del ordenador.

¿Blancas o negras?

Sábado, Noviembre 12th, 2011

Si algo caracteriza al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Alberto Delgado, es su escaso tacto político. No saber bucear en las profundidades con la agilidad de un pez abisal.

Si hacemos repaso a su gestión al frente del departamento que el próximo año sufrirá un dramático recorte en los presupuestos, concluimos que Delgado no ha estado lo que se dice muy fino en muchas ocasiones.

Recuerdo ahora la carta de respuesta al cineasta Manuel S. Umo y también su defensa con uñas y dientes de Septenio –programa del que todavía me pregunto para qué demonios sirve– entre otras perlas oídas a un hombre que hasta el día de ayer presumía de gestor, de no tener carnet de partido alguno.

Me resulta por eso chiripitifláutico que con la que está cayendo salga ahora de su palacio de invierno para gritar algo así como “qué coño está pasando…”

Y no porque parte del sector cultural canario esté en pie de guerra recuperando un estrafalario espíritu asambleario que recuerda al de los anarquistas en nuestra nefasta Guerra Civil. U hombres y mujeres votando si es necesario atacar la posición que tienen enfrente o la de cenar pan y queso, sino por las insultantes declaraciones del líder de los populares canarios José Manuel Soria, quien ahora se ha dado cuenta que el trabajo realizado por la Viceconsejería de Cultura solo ha servido para beneficiar a un grupo de amiguetes.

¿Qué amiguetes?

Ya dedicamos un post analizando las hipócritas manifestaciones sorianas. Declaraciones fuera de lugar, vomitadas para hacer daño. Venenosas y nada constructivas en un partido, como el PP, que promete tras el 20-N la recuperación de este país llamado España fomentando, precisamente, políticas de estímulo para el empleo.

En fin…

Por eso, y conociéndolo desde la distancia, no me ha sorprendido que Delgado saliera al trapo de lo que ha sido una miserable provocación del presidente de los populares canarios. Estaba en su perfecto derecho aunque piense que tenía que haber medido su respuesta ante el escupitajo soriano.

Creí, iluso, que tras este largo periodo en el que Alberto Delgado no había dado señales de vida estaba reflexionando seriamente en su próximo movimiento ante el tablero de ajedrez en el que se ha convertido la Cultura que emana del Gobierno regional.

¿Blancas o negras?

Más si tenemos en cuenta que cada vez cuenta con menos piezas en esta partida y que el rey, el rey está a punto del jaque mate.

Delgado responde: “Para una vez que Soria habla de cultura dice cosas que no responden a la verdad. Eso me hace pensar que nunca se ha leído las memorias que le enviamos cada año”.

Y remata: “El único caso en el que reconozco que existió amiguismo fueron dos actuaciones de la actriz Blanca Marsillach en Tenerife; donde el señor Soria, cuando era vicepresidente del Gobierno, se encargó de llamarme repetidas veces por teléfono para que la contratase. ¿Cómo puede ahora hablar de amiguetes cuando me tuvo loco con esas llamadas insistiendo para que contratásemos a esta señora?, una gran profesional, dicho sea de paso

Luego concluyo que Alberto Delgado admite que en esa ocasión sí que hubo amiguismo.

Porque Blanca Marsillach actúo efectivamente en Tenerife.

¿Así que cuánto (nos) costó ese rapto de amiguismo?

Amiguismo motivado, explica Delgado, cansado por las continuas llamadas del por aquel entonces –presumo– consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria…

“Me volvió loco”, dice Delgado.

…Ay, Alberto…

… Alberto ay…

Por otro lado, creadores como Benito Cabrera –que ha tenido el gesto de denegar al Gobierno canario el uso de su villancico Una sobre el mismo mar en las fiestas navideñas–, Teodoro Ríos, Enrique Mateu, La Luciérnaga y Una Hora Menos, entre otros, solicitan al Ejecutivo regional que aclare “el alcance real de los recortes presupuestarios en Cultura.”

El mensaje es directo: Esta situación provoca la paralización de la actividad cultural el próximo año. Por eso piden a Paulino Rivero una reunión la próxima semana para que fije “fecha, lugar y hora” para el encuentro.  

No sé lo que pasará porque esto parece una novela por entregas.

¿Habrá reunión?

¿Blancas o negras?

Pero mientras tanto pasa el tiempo y solo observo como se ningunea al sector rebelde pero no confederado y, lo que es peor, como esa indiferencia se extiende como una mancha de aceite entre la sociedad canaria, ajena a tan gravísimo debate.

Lo que me hace sospechar que la partida ya la tienen perdida.

Así que la cosa no quedará en tablas.

Y sí en un patético jaque mate.

 Saludos, ¡chachos, enróquense!, desde este lado del ordenador.

La culpa la tienen los amiguetesss

Miércoles, Noviembre 9th, 2011

A la espera de que Paulino Rivero diga la última y decisiva palabra. O lo que es lo mismo, que levante o baje el dedo para que se salve o cercene el anticuado modelo con el que el Gobierno de Canarias respaldaba la iniciativa cultural en estas islas abandonada de las manos de los dioses, se suma ahora al debate del puchero revolucionado cultureta el presidente de los populares canarios y hoy flamante candidato al Congreso de los Diputados por Las Palmas, José Manuel Soria.

Soria considera que el presupuesto destinado en los últimos años por el Gobierno canario a la Cultura se repartió “entre amiguetes”. Declaraciones cuya crudeza no entiendo, más teniendo en cuenta que hasta el día de ayer fue él mismo un miembro de ese gabinete que tan alegremente distribuía los dineros públicos “entre amiguetes.”

Sus manifestaciones resultan así un condimento más con el que estropear y confundir el sabor de un puchero al que, mucho me temo por activa y por pasiva, se le está anunciando que tiene sus días contados al fuego.

Soria afirma que así lo ha concluido tras recabar informaciones varias entre gentes del sector aunque no cite a ninguno. Y lo que es peor, resalta que esta ahora su percepción se extiende al resto de la sociedad canaria.

No dejan de sorprenderme las reflexiones del líder de los populares canarios. Será, insisto, porque ahora ve la luz y las opacidades en un territorio que si bien nunca ha sido muy transparente, ni él ni su partido se pronunciaron entonces para frenar ese malgasto dinerario que denuncia, vaya uno a saber porqué extrañas y políticas razones.

Soria dice –rascándose donde antes tenía bigote– que el presupuesto dedicado a la Cultura y al programa Septenio no se ha distribuido conforme a criterios objetivos.

Y se queda tan pancho, mostrando esa media sonrisa matadora que no le llega ni a la huella de los zapatos como la que curvaba los labios de Lee Van Cleef antes de desenfundar sus revólveres.

Y es que la política es puro teatro, o maldito simulacro que cantara la incombustible La Lupe. No obstante, recula y susurra que no quiere restar mérito a los artistas que han sido receptores de esas ayudas, pero sí lamenta (puro teatro) que se dejara fuera “a otros que también tenían el mismo mérito.”

Con estas declaraciones, José Manuel Soria pone de manifiesto que la Cultura es un asunto que nunca ha sido prioridad de su partido. Los mismo pasa con las otras formaciones políticas que se reúnen en esa casa en la te pagan para que pierdas el tiempo como es el Parlamento de Canarias.

La Cultura, debe ser, no es buena cosechera de votos. Y si lo fue alguna vez, pensará el señor Soria, fue únicamente para que esos amiguetes se acordaran de la mano que les daba de comer cuando tocaba depositar la papeleta en las urnas.

Las palabras del presidente del PP regional están pues marcadas por un profundo desprecio hacia un sector que en la actualidad está dando demasiadas vueltas y vueltas sobre sí mismo. Sin creerse aún que ya no son bien recibidos por los que administran la cosa pública.

Soria reitera mientras tanto que se debe “revisar a fondo esta política porque hay que gestionar el área de Cultura” en favor de una gestión que fomente la creatividad y desarrolle el talento dejando de lado criterios “descarados de amiguismo con los que los presupuestos se han distribuido en los últimos años”.

Pero no pone ejemplos.

No señala con el dedo.

No cita nombres.  

El señor Soria olvida que él tiene parte de responsabilidad en esa presunta política clientelar que ahora denuncia cuando formó parte del Gobierno canario. Y con un cinismo habitual no solo en su persona sino de los que se han dedicado a vivir de esto que llamamos política, ahora se calienta la boca con denuncias incendiarias que llegan demasiado tarde aunque políticamente puedan resultar tan rentables.

El 20-N está demasiado cerca.

Así que lo que pase después de ese día solo el cielo lo sabe.

Los culturos canarios, por lo pronto, deben asumir que cambiará el modelo que tanto CC como PP contribuyeron a armar en aquellas hoy nostálgicas épocas de vacas gordas.

Aquellos tiempos en los que, asegura Soria, más que las intenciones artísticas y creativas lo que importaba era ser amigo o amiguete del político de turno.

 Saludos, este debate está llegando a un grado de desfachatez alarmante, desde este lado del ordenador.

Ni está ni se le espera

Lunes, Noviembre 7th, 2011

Mientras a Alberto Delgado ni está ni se le espera. O mejor, no lo espera Paulino Rivero, la maquinaria puesta en marcha para el tijeretazo a los presupuestos de 2012 destinados a Cultura sigue imparable su marcha anunciando el final inevitable de un modelo que, por razones que espero a nadie se le escape, augura un año apocalíptico en cuanto a fastos (y gastos) culturales se refiere.

Me inquieta, en este sentido, cómo nos están preparando ante el panorama que se avecina. También, obviamente, por cómo se invertirá la patética cantidad que le tocará gestionar a la Viceconsejería que hasta ahora dirigía Delgado. Tengo, no obstante, la esperanza de que eso animará a los agentes implicados del sector –el desatado y el indiferente ante todo este follón– a investigar y fiscalizar en la medida que puedan por dónde se moverán unos recursos públicos que ya no pueden repartirse entre tanta gente.

Espero, con la mano en elcorazón, que eso obligue a detener el despilfarro de viajes con todo incluido que abonaba el departamento que gestionaba hasta ahorita mismito Delgado para acudir a festivales como el de San Sebastián, por poner un ejemplo, en el que no se hacía nada salvo el dejarse ver entre tanta estrella y estrellado.

También la de que por una vez alguien se digne a explicarnos para qué sirve el programa Septenio –que de los tres millones que contó en 2011 pasa a gestionar 800 en 2012– para promocionar la Cultura canaria en el mundo mundial, entre otros poco juiciosos drenajes realizados.

Y a todas estas, mientras tanto, Alberto Delgado ni está ni se les espera.

Él, que fue quien levantó la liebre y puso nervioso a los que integran un movimiento que, mucho me temo, al final va a optar por el sálvese quien pueda.

De todas formas –y está escrito sin ruda ironía– Alberto Delgado igual sorprende y se nos vuelve un hombre fuerte, disciplinado y experto en las artes de la alta diplomacia. Así que cuando se levante del lecho y se mire frente al espejo llamará por teléfono a Paulino para cantarle las cuarenta.

- Hazme caso, Paulino, hazme caso. Mira que si no te boto a la calle a los culturos

Tiembla Paulino… Tiembla… Que no sabes la que te espera…

O sí sabe la que le espera y quizá eso explique el inexplicable empeño por dotar de más dinero a ese invento que llama Policía Canaria.

Paulino dobla de dinero y recursos a los aspirantes a polisía (con s) casi como si quisiera que salieran a la calle para repartir estopa a esos chicos malcriados que una vez se creyeron aquello de que en Canarias y bajo el paraguas del Gobierno de Canarias era posible lo de “mamá, quiero ser artista.”

No sé dan cuenta, criaturas, que el mensaje sufre ahora una violenta metamorfosis.

Lo dejó caer, y quiero pensar que con la peculiar voz de Gracita Morales, la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda, Inés Rojas:

- Niños, el modeeelito cambia en 2012.

Así que ahora solo cabe gritar: “¡mamá, yo lo que quiero ser es de la polisía canaria!”

Y los más listos, como siempre, “¡mamá, yo lo que quiero ser es director de la Televisión Canaria!”

¿Por qué quieres ser poli, mijo?

Porque me gusta la curtura y vigilar al que tengo al lado.

¿Por qué quiere ser director de la Televisión Canaria, mijo?

Porque quiero ser como Willy.

Saludos, vacaguaré, desde este lado del ordenador.

Des(es)perados

Viernes, Noviembre 4th, 2011

Los acontecimientos se suceden con velocidad de vértigo y ya comienza a palparse el desánimo entre los gestores y creadores canarios puestos en pie de guerra ante el anunciado recorte presupuestario que el Gobierno regional aplicará el próximo año a un área cuyos beneficiados e ignorados parecen que no han superado aún la edad del pavo. Mala cosa, sobre todo si a quien quieren convencer es a todo un presidente que, entre sus muchas virtudes y defectos, parece que no ha salido aún de la adolescencia.

Las declaraciones que publica Diario de Avisos de uno de los integrantes del colectivo indignado, el presidente de Réplica y la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Canarias, Ricardo del Castillo, me resultan así además de atrevidas dictadas más por la desesperación que con la cabeza. Del Castillo propone –pero no dispone– y contando con el respaldo de los que han hecho movimiento, que si  el Ejecutivo sigue en sus trece –esto es aplicar el tijeretazo–  ¿para qué mantener un organigrama que no va a tener nada que gestionar?

Pensando con generosidad, quiero imaginar que Del Castillo hace esta sugerencia siguiendo una política de titulares  pero si no fuera así, me parecen muy desafortunadas unas palabras que entonces solo puedo entender como desesperadas. O una honda frustración hacia un final que intuyen inevitable.

En este sentido, y aunque al Gobierno de Canarias le gustase la idea de teletransportar a San Borondón la Viceconsejería de Cultura, ¿qué soluciones se propone para que la Cultura siga caminando por esta tierra?

Ninguna, a tenor de la información leída. Luego el grito de ¡que desaparezca la Viceconsejería!, puede entenderse como precisamente lo que es. Y lo que es, es precisamente lo contrario: no dejen el área que gestiona Alberto Delgado (quien por otro lado se quedaría sin trabajo) con la ridícula cifra que manejará para fomentar y promocionar el modelo de cultura que los nacionalistas canarios contribuyeron a tejer en estas siete islas alejadas de la mano de los dioses desde que dirigen nuestros destinos universales.

El discurso de Ricardo del Castillo no suena así a radical y rompedor, sino a falta de estrategia, a tirar a todos los lados sin orden ni concierto. Es decir, sin coherencia. Por mucho que el actor diga ahora que debe desaparecer Cultura de la estructura del Gobierno regional porque  “lo contrario sería emplear esa partida tan reducida para acabar con el sector pero manteniendo, eso sí, a los gestores en sus sillones”.

Al menos Martín Rivero, de Rider Producciones, intenta calmar las aguas anunciando una batería de medidas para dotar de grasa el esqueleto de un movimiento que a estas alturas parece más al de un grupo de conjurados asamblearios.

Rivero dice que esperan mantener rondas de contactos con los grupos parlamentarios de CC y de PSOE, y que aguardan a que tanto Paulino Rivero, como la consejera Inés Rojas, “pongan día, lugar y hora” para reunirse con el sector y exponer qué soluciones barajan para afrontar el panorama que se ha abierto.

Y mientras tanto el tiempo pasa.

Y la gente, lógicamente, se pone nerviosa.

Esto es el fin cantaba Jim Morrison.

Yo prefiero pensar que la unión sí que hace la fuerza.

Saludos, carraspeando, desde este lado del ordenador.

¡Corta el cable rojo!, ¡el cable rojo!

Jueves, Noviembre 3rd, 2011

“Hasta que no vea a parte del sector cultural en Canarias que se ha puesto en pie de guerra acantonado en la plaza de La Candelaria y el Parque Santa Catalina no voy a tomarme muy en serio su desgarrado grito de que el recorte significa la sentencia de muerte de la Cultura”. Me lo cuenta, más o menos con estas mismas palabras, un amigo en paro que hasta el día de ayer disfrutaba de un regularmente remunerado trabajo en un concesionario de automóviles.

Y yo no me veo a los cabecillas de la revuelta haciendo noche al raso, aunque la propuesta del amigo pondría de manifiesto a la ciudadanía la indignación y su profundo rechazo ante el tijeretazo anunciado por el Gobierno de Canarias a los presupuestos en Cultura para 2012 y no esa especie de a verlas venir que está emanando de un colectivo que si bien cree que la unión hace la fuerza ha dejado fuera de juego a otros compañeros de fatigas creativas e intelectuales que, por omisión o sencillamente porque nadie se acordó de ellos, han decidido no participar en el movimiento.

Cambia el modelo, resalta Inés Rojas.

Y algún que otro portavoz de los cabreados culturales defiende que Paulino Rivero es un hombre sabio y que al final, como en las películas de acción, se atreverá a cortar el cable rojo que evitará que active el detonador que hará volar por los aires el esquema que desde hace años han mantenido los nacionalistas canarios para estimular la Cultura en unas islas cuyas ciudadanía no se ha dado cuenta de que, efectivamente, estamos en crisis.

Y que la crisis es una puta crisis.

Leo que en la asamblea celebrada este miércoles en la capital grancanaria se aprobó solicitar una entrevista con la consejera Inés Rojas “para discutir medidas que sirvan para amortiguar el recorte y clarificar el escenario que se abre”, así como la de impulsar “mucho más el tema de los artistas locales, darles más protagonismo, así como repasar historias como el Festival de Música o Septenio. “ Programa éste en el que se planteará pedir que se termine y después solicitar una auditoría”, explica Pino Luzardo, de la Unión de Actores de Canarias.

Ummmm. No sé si se habrá dado cuenta Luzardo que muchos de los que integran la plataforma de protesta cuentan y contaron con proyectos beneficiados por un programa que en su momento a casi todo el mundo le pareció chiripitifláutico. La cosa dejó de resultar tan chiripitifláutica cuando los proyectos dejaron de lado a unos y sí que beneficiaron a otros. Mosqueo que justificó el actual viceconsejero de Cultura, Alberto Delgado, porque los protestones no se habían llevado nada.

El señor Delgado, que necesita con carácter de urgencia clases de diplomacia intensiva, se esconde mientras tanto en las sombras mientras parte del sector arde y anuncia una guerra sin cuartel siempre y cuando Paulino, que es un hombre sabio, no ceda. Claro que como Paulino es un hombre sabio esperan que al final ceda y desvíe algunas perritas para que parte del sector indignado pueda respirar en 2012 y preparar entonces el traspaso al nuevo modelo (sin definir) que de la noche a la mañana sugiere el Gobierno a través de la consejera Inés Rojas.

Explicada así la cosa, este follón se parece cada día más al de un culebrón hecho en Canarias: Paulino vive en otra dimensión mientras una parte de la Cultura reclama su amor tras conocer por boca de Alberto Delgado la realidad de un tijeretazo demasiado pronto anunciado. Al final a la Cultura no le quedará más remedio que revelar a Paulino que con la decisión que tomará su gabinete en diciembre deshereda a parte de un sector que ahora discute qué hacer para que el presidente se decida de una puta vez y corte el cable.

El cable rojo.

¿Conmoverá su corazón?

Él es bueno y comprenderá…

A la espera de las conclusiones que saquen los miembros de la asamblea en Tenerife, en Gran Canaria los indignados sugieren pedir una auditoría de Septenio para ver en qué se han gastado esos dineros y saber si se ha hecho un seguimiento de sus actividades. El objetivo es transmitir a la opinión pública que los culturetas “no somos todos oportunistas”.

Por su lado, el cineasta Jaime Falero escribe un artículo con ganas de avivar la polémica en el que se manifiesta a favor de los recortes en Cultura. Falero explica los por qué de sus razonamientos y viene a decir que tras los habituales ninguneos con el que fue objeto en las distintas convocatoria de Canarias Cultura en Red para promocionar un audioviosual que apenas trasciende las salas de las islas en sus estrenos, él ha rodado sus cortos, documentales y ahora un largo (pinchen enlace para ver el teaser) buscándose la vida.

Entiendo la rabia y las ganas por meter cizaña de Falero, aunque su pieza queda descompensando por un obsesivo yo, yo, yo que desluce sus intenciones críticas. Esto no descarta las ganas que ha despertado por ver El clan, título de su ópera prima como director de largometraje.

En la asamblea celebrada en la capital grancanaria se habló también del Festival de Música, que “se lleva una parte consistente del presupuesto y aquí nos repercute, es un dinero que se va afuera, apenas participa gente de aquí”; de convocar manifestaciones y acciones en señal de protesta, utilizar la fórmula parlamentarias para presentar una enmienda a los presupuestos y crear una web para mantener informado al sector.

La idea es escenificar que este sector que está indignado continúa con sus movilizaciones y que está trabajando en ella a través de la constitución de mesas de trabajo para sugerir propuestas con las que seguir adelante antes del hachazo presupuestario que vislumbra se producirá a finales de año.

No sé, como sugiere mi amigo, si otras de las medidas que podrían adoptar resultado de estos encuentros es la toma de las plazas de las dos capitales canarias aunque espero, francamente, que las ideas que están debatiendo se articulen finalmente en un programa que convenza a un Ejecutivo autonómico cuyo presidente, la verdad, no tengo nada claro que sea bueno y mucho menos un sabio.

Saludos, no se vayan todavía que aún hay más, desde este lado del ordenador.