No tan leves

Viernes, Marzo 8th, 2013

RUIDO.- Dirección: Daniel León Lacave, 2012. Guión: Borja Texeira y Daniel León Lacave. Intérpretes: Ragüel Santana y Cathy Pulido. (Duración: 7 minutos)

MIRANDO HACIA ATRÁS.- Dirección y guión: Daniel León Lacave, 2013. Dirección de actores: Emma León. Sonido: Mónica Tirado y Pablo González. Intérpretes: Borja Texeira, Penélope Acín y Víctor León. (Duración: 11 minutos)

SILVIA.- Dirección, guión, producción: Adrián González Barreto, 2012. Música: Juan Carlos Ortega. Intérpretes: Acerina Cruz, Rubén Sastre y Dara Abrante. (Duración: 10 minutos)

RONDÓ.- Dirección, guión y montaje: Josep Vilageliú, 2013. Producción: La Mirada Gorostiza, Factoría Estudio y PROIM Canarias. Producción: Laly Díaz. Sonido y música original: René Martín. Fotografía: Eduardo Gorostiza, Ramón Santos. Ayudante producción: Chantal Rodríguez. Ayudante dirección: Macario García Calvo. Vestuario: Elena de Vera. Maquillaje: Cristina López. Foto Fija: Françoise Mascaraque. Intérpretes: Enzo Scala, Idaira Santana, Leonor Cifuentes, Winslow Iwaki, Chema Menéndez. (Duración: 39 minutos)

A base de insistir, no ya con palabras sino con hechos, ha terminado por formar parte de mi vocabulario como aficionado al espectáculo cinematográfico la denominación de cine leve porque los que integran este me atrevería a definir como movimiento, además de incansables son prácticamente los únicos que a este lado del Atlántico insisten en rodar y presentar películas cuando el sueño del subvencionado cine canario se ha difuminado en la nada de un sueño para unos o en la pesadilla para otros.

Afortunadamente, y ya hemos dado constancia en este mismo su blog, la tribu del cine leve continúa enriqueciendo el panorama de cine rodado en Canarias pese a la crisis, pese al fantasma del antaño multimillonario cine rodado en Canarias cuyos productos nacían y muchos morían –sin que viéramos resultados objetivos de tanto dinero invertido– nada más nacer tras recibir luz verde de aquellas chiripitifláuticas (des)comisiones que, por norma general, ninguneaba el trabajo de directores que, hartos de esa situación, decantaron sus esfuerzos por elaborar un cine independiente caracterizado desde sus orígenes por la indigencia presupuestaria pero no su profundo amor al cine.

Cine leve que desde ese entonces no ha dejado de rodar y crecer.

Y cine leve que desde ese entonces estrena con puntualidad germana sus últimas propuestas porque cuenta ya con propia filmografía y un público leal y entregado que suele llenar la sala de TEA.

En este sentido, y mientras existan los leves, aún le queda mucha cuerda a ese cine rodado en Canarias con presupuesto de risa pero en el que late más el corazón que la cabeza. Más el furor que genera los sentimientos que la pretenciosa y homogénea intención de tomarse en serio porque es profesional.

No, en eso que se conoce como cine leve palpita –por modesta y humilde que sea la propuesta– un aliento que en ocasiones araña y conmueve el corazón del espectador.

TEA Tenerife Espacio de las Artes acogió el jueves pasado, 7 de marzo, una nueva sesión leve en la que mostraron sus nuevas experiencias los veteranos Daniel León Lacave y Josep Vilageliú, así como Adrián González Barreto.

Me interesa el trabajo que realiza Daniel León Lacave porque su cine, que tiene mirada, está realizado por un francotirador al que le gusta contar historias adaptándose a las circunstancias –el puñetero coste cero– que maneja disfrazando la pobreza presupuestaria con un poético minimalismo que me resulta además de muy personal, desconcertante.

Por otro lado, no deja de sorprenderme los nuevos trabajos que presenta Josep Vilageliú porque está comprometido con su universo personal, narrando casi siempre la misma historia desde perspectivas diferentes que enriquecen cada uno de sus últimos títulos, caracterizados ellos por una compleja y atractiva armadura cinéfila, un potente sentido del erotismo y un cuidado en la puesta de escena que lo hace, paradójicamente,  el menos leve de los miembros de la tribu.

Desconocía trabajos anteriores de Adrián González Barreto, aunque intuyo a un cineasta con personalidad en su emocional cortometraje Silvia, cuya lectura no deja de inquietarme sin apenas salir de las cuatro paredes de un salón que se transforma –en violentos tránsitos a color y a blanco y negro– en antesala de un purgatorio.

Cuatro trabajos –dos de Lacave y uno de González Barreto y Vilagelú– en los que veo, no descubro, miradas en continúa evolución que no renuncian a ser ellas mismas. Señas de identidad en las que coincide capacidad de trabajo y un amor a esto del cine que, a mi juicio, no hace tan leve su cine como ellos reiteradamente insisten.

Ruido y Mirando hacia atrás son las dos piezas que firma Daniel León Lacave.

La primera experiencia cuenta una historia pequeña que se mastica y digiere sin pesadez intelectual y en la que su autor, porque Lacave es un autor, prescinde de diálogos que absorbe el ruido que genera una manifestación donde se encuentran sus dos protagonistas, papeles que interpretan Ragüel Santana y Cathy Pulido.

Me parece una pieza original y rompedora, en la que late cine en lo que solo, y escribo solo, es una historia más del más naturalista de los leves.

Mirando hacia atrás es un cortometraje áspero y feroz sobre un hombre y una mujer que ya no tienen nada en común salvo el fruto de aquella relación: un niño. Tiene miga este trabajo que si por algo se caracteriza es por su economía de medios y unos actores –Borja Teixeira, Penélope Acín y Víctor León, el niño–que hacen creíble ese vacío existencial mientras la ex pareja se saca las tripas sentados en un parque.

Adrián González Barreto explora también en Silvia el cosmos de la pareja pero desde una perspectiva sobrenatural. Ya comenté antes que su corto transcurre en apenas una habitación que podría ser antesala del purgatorio, pero captura la atención porque pone al servicio de su historia una realización que contribuye a reforzar un relato que en clave poética termina, entiendo, como una condena.

Rondó, de Josep Vilageliú no es un corto sino un mediometraje (39 minutos) y –es una cuestión de gustos– a mi me parece la mejor película que ha firmado el realizador hasta la fecha.

Es Rondó una película cuidadísima, con elegante factura técnica en la que Vilageliú rinde un peculiar homenaje al cine en cuatro cuadros (Exterior día, Interior día, Interior noche, Exterior noche) sin chirriante sentimentalismo y sí mucho amor a eso que llaman séptimo arte.

En Rondó confluye además muchas constantes que podríamos ya definir como vilageliunianas, pero sin sus molestas pretensiones intelectuales y sí un sano y refrescante sentido del humor en el que revela con estilo el desgaste de una pareja madura que pese a todo se soporta, y el de una joven y sana pareja de jóvenes que probablemente terminará acostumbrándose a sus rutinas.

Vilageliú, apoyado por la música de René Martín, reiterativa como todo Rondó que se precie, muestra el óxido de esas relaciones mostrando a la joven leyendo un libro y a su pareja absorto con un video juego que, pudorosamente no muestra el director en pantalla; así como al hombre maduro dejando camisas sueltas sobre la cama mientras su compañera observa en televisión El eclipse, el filme de Antonioni que parece que devora al mismo Rondó de un Vilageliú en estado de gracia.

Un cineasta que en este mediometraje termina su interesante tributo al cine y a la mirada del espectador con uno de los finales más bellos de su traviesa, poética y siempre a contracorriente carrera.

Saludos, suena The Kinks, desde este lado del ordenador.

Noticias sobre ese cine que tanto nos (dis)gusta

Miércoles, Marzo 6th, 2013

CINE LEVE

TEA Tenerife Espacio de las Artes acoge este jueves, 7 de marzo, y a partir de las 20.30 horas, la exhibición de cuatro cortometrajes rodados en Canarias bajo las claves de lo que ya se conoce como cine leve.

Los trabajos son Ruido y Mirando hacia atrás, de Daniel León Lacave; Silvia, de Adrián González Barreto, y Rondó, de Josep Vilageliu. La entrada es gratuita previa retirada de las invitaciones en taquilla.

Ruido tiene una duración de siete minutos y está protagonizado por Ragüel Santana y Cathy Puliudo, según una historia escrita por el mismo director y Borja Teixera. En Mirando hacia atrás (11 minutos), cortometraje en el que actúan Borja Texeira, Penélope Acín y Víctor León, León Lacave propone “una íntima y personal mirada, dolorosamente autobiográfica, de cómo las relaciones sentimentales pueden quebrarse en una insalvable y gélida fractura.”

El tercer corto de la jornada, Silvia (10 minutos) está dirigido por Adrián González y Acerina Cruz, Rubén Sastre y Dara Abrante son sus actores protagonistas.

Rondó, con una duración de 40 minutos está escrito y dirigido por Josep Vilageliú y, entre otros, actúan Enzo Scala, Idaira Santana, Leonor Cifuentes, Winslow Iwaki y Chema Menéndez. Rondó comienzas cuando “un día, dos parejas se miran la una a la otra sin querer reconocer sus carencias y sus miedos.”

UN DOCUMENTAL

TEA Tenerife Espacio de las Artes exhibirá este fin de semana, coincidiendo el viernes 8 de marzo con el Día de la Mujer Trabajadora, el documental Viudas Blancas, título que ya se estrenó en esta misma sala el año pasado.

La producción canaria está dirigida por Ana Pérez Pinto, Dailo Barco Machado y Estrella Monterrey y fue rodada en la isla de La Palma, para narrar la historia personal de varias mujeres que vivieron la otra cara de la emigración canaria a Venezuela.

Viudas Blancas se proyectará el viernes, sábado y domingo, en dos pases: 19 y 21:30 horas.

UN CICLO

El Espacio Cultural CajaCanarias-Fundación Cristino de Vera en La Laguna acoge este jueves, 7 de marzo, la primera película de un ciclo en el que se plantea la relación entre cine y literatura. El primer título, que se exhibirá a las 19.30 horas es Las uvas de la ira, filme dirigido por el cineasta norteamericano John Ford en 1940 según la novela de John Steinbeck. El 14 y 21 de marzo y el 4 de abril, se proyectarán, respectivamente, las películas Zazie en el metro (Louis Malle, 1959), según la novela de Raymond Queneau; El proceso (Orson Welles, 1962), según el libro de Franz Kafka y Las amistades peligrosas (Stepehen Frears, 1988), basado en el título de Pierre Choderlos de Laclos.

Saludos, cámara y acción, desde este lado del ordenador.

Lo que dio de sí el cine en Canarias en 2012

Viernes, Diciembre 21st, 2012

“Nací cuando ella me besó, morí el día que me abandonó, y viví el tiempo que me amó”. (En un lugar solitario, Nicholas Ray, 1950)

INTRO

Cosas de la crisis, este 2012 termina culturalmente con rancio olor a podrido.

El anunciado, aunque parece ahora frustrado cierre de la Escuela de Actores de Canarias, la disolución del programa Septenio, los recortes feroces a una Viceconsejería hasta el día de hoy ensimismada en sus regalías, viajes y fiestorros; la amenaza de cierre de los Multicines Monopol y la obligada metamorfosis del Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria en algo así como un chiste son circunstancias que si bien han encendido debates polémicos en la red, su eco apenas ha sacudido el alma de una ciudadanía con demasiadas preocupaciones en la cabeza como para prestar atención a la forma de ejercer las políticas culturales que está caracterizando a este Gobierno de Canarias. Cada día más regresivo y salvaje en su toma de decisiones.

Es cierto que los miembros de las distintas empresas y artistas implicados intentaron elevar su voz este año que se acaba, pero sin táctica ni estrategia resultó imposible encontrar algo de coherencia en su discurso salvo el de “se ponen tontas las subvenciones. Salve quien pueda la vida.”

Ante este panorama desolador, El Escobillón tiene la intención de repasar en este post lo que ha supuesto cinematográficamente en Canarias este año que termina con sangre, sudor y lágrimas. Aunque ha sido un año que, pese a los mordiscos de la bestia, no ha resultado malo en cuanto a la cantidad de sus propuestas. Otra historia sería hablar de su calidad.

Lo que sí está tan claro como el agua es que el Gobierno de Canarias vuelve a reducir el presupuesto destinado a Cultura en 2013. Y que el programa Canarias y el Cine dispondrá de 300.000 euros para “seguir manteniendo el trabajo desarrollado en anteriores ejercicios” como el Plan Canario Audiovisual y la labor de conservación y difusión del patrimonio audiovisual que realiza la Filmoteca Canaria.

Sin embargo y a punto de tomar las uvas que supondrán la sentencia de muerte de 2012, Canarias Cultura en Red no ha publicado aún convocatoria alguna para proyectos de coproducción para el próximo año…

… Lo que nos hace pensar si realmente habrá proyectos de coproducción para el próximo año…

En cuanto a los trabajos que hemos podido ver a lo largo de estos doce meses, se aprecia un aumento notable en la producción de documentales y una avalancha de estrenos de obras de los cineastas levelistas, bendita sea su santa obstinación.

En el terreno de las publicaciones, la Filmoteca Canaria presentó el catálogo Rodajes en Canarias, 1951-1970 y el especialista tinerfeño Jorge Fonte los libros Robert Zemeckis (Cátedra), Russ Meyer, el indiscutible rey del cine erótico (Ediciones JC) y Woody Allen. Escritor y cineasta (colección Escrituras La Página).

Los paisajes de la isla sirvieron también de exteriores para, entre otras, El dictador y Fast on Furious 6. Y nos dijo adiós la actriz Patricia Medina y el coleccionista Antonio Pérez Arnay, el hombre que supo más de Maria Montez, la reina del technicolor.

Resistieron la tormenta de la bestia festivales como Fimucité, MiradasDoc, CineEsCena y Animayo, entre otros… Y sin ser cinematográfico, Mueca, el festival de teatro en la calle volvió a tomar las arterias del Puerto de la Cruz tras varios años en coma.

En 2012 algunos pocos celebramos el 80 aniversario de la película Tenerife (Yves Allegret y Eli Lotar, 1932), escrita por Jacques Prévert… Y se habló y se discutió sobre cine canario, cine rodado en Canarias y cine la madre que los parió sin el mismo entusiasmo que en 2011.

No ha sido, pese a todo, un mal año ya que entiendo que pudo haber sido peor.

Así que si se atreven a leer este post observarán que tuvo su no sé qué en un archipiélago en el que, aparentemente, nunca pasa nada porque parece que han lobotomizado su memoria.

DOCUMENTALES

El 2012 pasará a la historia del cine canario como el año del puñetero documental. Escribo puñetero porque salvo Stipo Pranyko con cuadros blancos, el resto de los trabajos se han limitado a poner imágenes a rutinarios reportajes. Olvidando que el documental es un género cinematográfico.

Me han contado a través de esta mecánica la historia de muchos personajes canarios, aunque ninguno logró que formara parte de las alforjas de mi memoria salvo Cubillo, historia de un crimen de Estado (Eduardo Cubillo), un trabajo que todavía no es consciente de lo que ha significado para tonificar la historia reciente de este archipiélago.

Mientras tanto, Víctor Moreno presentó Edificio España en el Festival de San Sebastián pero no en la isla en la que habito; Miguel G. Morales, Los mares petrificados, una fallida aproximación a la vida y obra del poeta Domingo Pérez Torres; Las alas verdes del dragón. Drake en el mar de Canarias y Taro. El eco de Manrique.

Alejandro Togores hizo lo mismo con Evolución de la comunicación visual y Martín Chirino, el escultor del hierro. Por otro lado, Ana Pérez Pinto, Dailo Barco Machado y Estrella Monterrey ofrecieron Viudas blancas, un trabajo sobre mujeres y emigración

El veterano David Baute, sin mucha inspiración la verdad, ofreció Con permiso del olvido un recorrido por la vida y obra del poeta Luis Feria y Manuel Mora Morales su Historia de la emigración canaria a Puerto Rico.

No podría olvidar a Belén Santos y David Alfaro, quienes en la tercera edición del Salón Internacional del Libro Africano el año pasado, antes de que el SILA se trasladara a las Palmas de Gran Canaria, estrenaron Los dioses de verdad tienen huesos.

Con guión de Chema Menéndez y Josep Vilageliú, se pudo ver también Otros tiempos, otras vidas, dirigida por Vilageliú, una producción de PROIM Canarias y AMTT (Asociación Mayores Telefónica Tenerife) y, cómo no, el único trabajo que propuso otra mirada, otra manera de entender el documental como género cinematográfico: Stipo Pranyko con cuadros blancos, de David Delgado San Ginés.

FICCIÓN

Por mediación de una mano generosa pude ver la cansina La luz de Mafasca, de Zacarías de la Rosa/José Víctor Fuentes. Y escribí en este mismo blog sobre El clan, de Jaime Falero, una cinta en inquietante estado de hibernación; La senda, de Miguel Ángel Toledo que se abre camino en el mercado mejicano sin que aún se haya podido ver en Canarias y sobre el estreno de La última isla, de Dácil Pérez de Guzmán, así como el catálogo Canarias en corto 2011-2012, que recogió los trabajos Cosas que olvidamos, de Iván López; La caja de Medea, de Samuel Alarcón y José Cabrera; Una historia de amor, de Chedey Reyes; En un momento, de Vasni Ramos; El círculo, de Eugenia Arteaga; La vida en las manos, de Mercedes Afonso y Velando a los muertos, de Sebastián Álvarez.

Otros cortometrajes que se estrenaron en 2012 fueron los presentados por los levelistas, los mohicanos de eso que podríamos conocer como cine independiente canario.

Bendita sea su santa obstinación.

Y bendito sean todos ellos porque, desde un punto de vista cuantitativo y cualitativo, prácticamente han sido los únicos –salvo alguna que otra excepción– en estrenar y estrenar sus piezas.

Así, hemos podido ver a lo largo de 2012 El hijo de Pasolini y La voz del padre, de Pedro García; Naturaleza viva y Nube9, de Josep Vilageliú; El último plano, Ángeles y Madrid sin ti, de Daniel León Lacave; El duelo y Basado en alguna historia real, de Borja Texeira y Filmología Imaginaria, de David Delgado; así como los reestrenos de Naturaleza muerta y Entre los arrozales, de Vilageliú y una retrospectiva sobre el cine de Lacave que incluyó Autorretrato (2002); Hanna después del tiempo (2004); Los pechos de Paula (2009) y las recientes El último plano, la ya citada Una puta crítica y Las ovejas nunca vienen solas.

Larga vida pues a los levelistas.

Luis Sánchez-Gijón volvió al ruedo con El eterno retorno, hombre con quien me encuentro casualmente esta mañana por las calles de Santa Cruz de Tenerife donde además de recordar a ese gigante que fue Enrique Cichosz, quien hace ahora exactamente un año nos dejó un poco más huérfanos con su temprana desaparición, me comenta que ha terminado un documental sobre la vida y obra de Max Linder que dirige el grancanario Elio Quiroga.

Disfruté y bastante con la extravagante Antilia. Navigatio Sancti Brandani, del cineasta palmero Jorge Lozano y ví Veneno, el último cortometraje de Digital 104 que dirigió Jonay García.

TEA Tenerife Espacio de las Artes acogió también los cortometrajes Los últimos días de Berto Plof y En mi casa todos los días son lunes, de Domingo Damián Ojeda y El descanso, de Cándido Pérez de Armas. Pérez de Armas mostró también junto a Vasni Ramos y Juan José Ramallo los trabajos finalistas que realizaron con motivo de la convocatoria internacional de la banda musical islandesa Sigur Rós para escoger un videoclip para su último trabajo discográfico.

Veo Solos, de Paco M G, una producción de Zoo punto cero, y Tocando fondo, de Jonathan Guttman.

Seis puntos sobre Emma, de Roberto Pérez Toledo obtiene, por otro lado, el premio de mejor Ópera prima en Madrid Imagen 2012. Y el cineasta Iván López recurre al crowdfunding para poner en marcha su primer largometraje, Hazme lo que quieras.

Se genera además una polvareda que desaparece entre los dedos invisibles del viento en torno a la presunta censura que la Televisión Canaria aplicó sobre un programa que protagonizaba el grupo cómico Abubukaka.

Voice Over, de Martín Rosete, producida por Volcano Films, acapara premios y muchos disgustos allá donde se estrena y Antonia San Juan repite tras las cámaras con Del verano y Maite Rivera, Las carpetas

Soy consciente mientras elaboro este repaso que me dejo otros tantos títulos y otros tantos aconteceres relacionados con el pequeño pero agitadillo universo audiovisual en Canarias, así que me perdonen los ausentes. Su omisión ha sido involuntaria.

Ahora, queridos amigos y amigas, queridos enemigos y enemigas, solo sé que no sé nada.

Y solo sé que no sé que nos deparará este 2013.

“La cosa irá a peor”, vaticina la gente.

“El año cae en 13″, me cuenta otra gente.

Saludos, la esperanza me mantiene, desde este lado del ordenador.

Con la ‘Pasión de los fuertes’

Viernes, Diciembre 7th, 2012

Entre los méritos de Daniel León Lacave se encuentra que es uno de los pocos directores canarios que se atreve con un género tan difícil como la comedia.

Claro que no sé si lo que pretende Lacave es hacer comedia, ya que sus experiencias en este territorio más que provocar risa genera sonrisa. Una sonrisa cómplice porque el cineasta que forma parte de esa cuadrilla que insiste en la levedad de su cine –no sé porqué, pero me los imagino a todos ellos enarbolando esa bandera como los marines en la cima del monte Suribasi en Iwo Jima–  saca lo mejor que tiene dentro al mirar con ironía la relación de amor-odio que mantiene, precisamente, con el cine.

Desde que nació como espectáculo de feria, el cine ha marcado a generaciones de espectadores que no podrían entender la vida sin las películas. Sin embargo a mi, últimamente, ver cine me está aburriendo bastante.

Supongo que como a muchos espectadores, cada vez me entra más la pereza por seguir las novedades que semana tras semana se estrenan. De hecho, si las veo es meses después y en la acogedora soledad de mi cueva en formato dvd con la agradable sensación de que no me perdí nada gastando el escaso puñado de euros que aún me queda en la cuenta corriente.

Con el paso de los años, y mientras cada mañana descubro frente al espejo un yo algo más deformado por la edad, me he dado cuenta que el cine que consumo ya no me provoca las mismas sensaciones que recibo cuando leo una novela.

Ya he contado que últimamente veo en casa películas en avance rápido porque, damas y caballeros, la mayoría de ellas me aburren. Así que voy menos al cine porque como no tengo el mando a distancia en una sala, y rodeado encima de otros espectadores, asistir a una sesión se está convirtiendo en algo así como una pesadilla.

Me pongo a pensar en otras cosas mientras mi vista hace que está clavada ante la pantalla por lo que ahora espero que, por Dios, cuanto antes termine la película mejor y no que no acabe como sí me sucedía antaño, cuando entre mis aficiones favoritas estaba la de acurrucarme en posición fetal en la incómoda butaca de la sala oscura.

He llegado por eso a la conclusión que en estos días sin gloria mi refugio está en los libros. Solo a través de ellos encuentro respuestas, y muchas veces incluso –también lo he contado, luego soy una especie de abuelito Cebolleta– demoro adrede su lectura con el único objetivo de que dure.

Estas ideas me la suscita la pieza Las ovejas nunca vienen solas, de León Lacave, un corto que sube a su Facebook (1) y que despertó en mi conciencia dormida aquellos tiempos en los que yo también fui cinéfilo, aunque el personaje que me encontré en esa parte hoy recuperada de mi memoria tiene poco o nada que ver con mi presente.

No obstante, que esta simpática pieza me haya hecho rememorar un tiempo perdido, no una busca de un tiempo perdido, pone de manifiesto que Lacave sabe hurgar inconscientemente “en una memoria donde ya no quedan recuerdos”, citando a mi maestro míster Arkadin.

En contra de los personajes del cortometraje, llevado al extremo porque se trata de una pieza aparentemente intrascendente pero que tiene más profundidad de la que parece, nunca me peleé con otros por defender el cine que me gustaba y que aún me sigue gustando, pero sí que tuve que soportar ovejas que nunca vienen solas por algo que en aquel momento vendían como cine de autor y con el que yo me castigaba por las cosas del amor.

Mientras quien les escribe prefería ver Pasión de los fuertes (1946) de John Ford, un cineasta al que la progresía había puesto en la picota porque era norteamericano, facha y tuerto, otros me animaban a que descubriera la poética de un cineasta de nombre impronunciable cuyo mayor logro era no contar absolutamente nada en una hora, hora y media o dos horas.

- Tú déjate llevar por la imágenes y olvida a ese fascista que se hizo famoso masacrando indios en el cine….- me decían como quien no quiere la cosa.

La historia, afortunadamente, no les dio la razón. Porque no dejo de poner en mi gastado dvd Pasión de los fuertes. Del otro director, ni me acuerdo. Pero cosas de la edad, digamos que le he perdonado porque el tiempo lo cura todo.

En la cinta de Lacave dos amigos presuntamente cinéfilos llegan a las manos por Amenábar y Kiarostami. En la pieza, se le ha cambiado alguna letra al nombre del cineasta iraní… Clave, por otro lado, para entender el título del corto: Las ovejas nunca vienen solas, aunque tiene más miga. O lecturas en lo que unos podrán señalar como simpático ejercicio de estilo rodado entre amigos y para que sea visto solo por amigos, y que a mi juicio trasciende ese círculo perverso en el que suele incurrir todas las modestas producciones de los levelistas.

El caso es que miro Las ovejas nunca vienen solas y sonrío. Y también, ya dije, porque me retrotrae a un tiempo en el que el cine me parecía uno de esos amores que nunca me traicionaría.

Como pasa en las mejores familias, me equivoqué. Porque el cine, el cine que llega a las pantallas y que repesco en ediciones piratas o alquilándolo en vídeo clubes, ya no me provoca aquel chispazo de nieve, esa luz cegadora que sí me erotizaba antaño.

Me quedan, claro está, los títulos de siempre. Los que me conmovieron y aún continúan conmoviéndome. Los que pertenecen a la estirpe de Pasión de los fuertes.

Y es que aquellas películas sí me hablaban. Tanto, que todavía continúan hablándome. Casi, casi, con las mismas palabras de un libro que me atrapa, me abduce, que logra lo imposible en estos tiempos desesperados en los que me encuentro.

Hace mucho, muchísimo tiempo y una de las épocas más catastróficas de mi existencia, un escritor considerado por casi todos un mediocre me ayudó a salir del abismo.

No he vuelto a leerlo pero su mano salvadora, la que me rescató del foso estuvo ahí.

Su nombre: H. Rider Haggard.

En la misma época, y en una sala de reestreno madrileño, un cineasta fascista y tuerto hizo lo mismo.

Pasión de los fuertes.

Así que debo de darle las gracias a Daniel León Lacave.

Ha conseguido que vuelva a verme en el espejo. Y a recuperar un pasado que creía enterrado en lo más recóndito de mi cerebro.

Y si bien la experiencia no ha terminado a cachetadas, me ha enseñado a entenderme un poquito mejor.

Ya ven. Todo por un corto intrascendental.

 Bueno, digamos que aparentemente intrascendental.

(*) En la imagen Henry Fonda como Wyatt Herp y al fondo Linda Darnell como Chihuahua en Pasión de los fuertes.

(1) No enlazo el cortometraje al estar en el Facebook de su autor. 

Saludos, les dejo que me voy a ver Centauros del desierto, otra del facha tuerto que solo liquidó indios en el cine, desde este lado del ordenador.

Noticias sobre ese cine que tanto nos (dis)gusta

Lunes, Noviembre 26th, 2012

* TEA Tenerife Espacio de las Artes acoge este martes, 27 de noviembre, a las 20 horas el estreno del mediometraje Antilia, del realizador palmero Jorge Lozano VandewalleAntilia. Navigatio Sancti Brandani es la primera serie histórico-fantástica que se rueda y produce en Canarias. El número cero del relato, dividido en trece episodios, aborda los antecedentes de una leyenda europea que desde el siglo VIII después de Cristo corrió por toda Europa y se quedó situada en Canarias.

Realizada íntegramente en La Palma, en cuyo rodaje participaron más de un centenar de personas, Antilia supone el regreso de Lozano (Santa Cruz de La Palma, 1946) y de Loló Fernández tras una intensa etapa que va de las fotografías en blanco y negro, reveladas en el laboratorio doméstico, a las películas con tomavistas de ocho y súper ocho y, más tarde los dieciséis milímetros –“con una Beaulieu de segunda mano”—hasta el video analógico y digital. Para desarrollar el guión Antilia, firmado por el periodista Luis Ortega y Loló Fernández, Jorge Lozano contó con la participación de, entre otros, José Antonio Hernández, Javier de León García, Carlos de León García, Ángel Prieto Groizard, Andoni Madariaga, Pascual Carlos Jordá, Cristóbal Moreno García, Richard Pérez, Javier Mezquia y Luis Cobiella.

* El Aguere Espacio Cultural, en La Laguna, Tenerife, acoge el 4 de diciembre una retrospectiva del que probablemente sea uno de los cineastas más obstinados y guerrilleros a este lado del Atlántico. Me refiero al grancanario Daniel León Lacave –si pinchan el enlace se sumergirán en su gratamente corrosivo blog, Algo que se parece a cine, que es de donde recojo esta noticia– de quien se exhibirá Autorretrato (2002); Hanna después del tiempo (2004); Los pechos de Paula (2009) y los últimos y gamberros trabajos rodados este año como son El último plano,  Una puta crítica y Las ovejas nunca vienen solas.

He visto la mayoría de los cortos que componen este ¿ciclo?, y de ellos he dado fe en esta bitácora escobillonera, así que animo a profanos e iniciados a repetir la experiencia porque pese a su raquitismo presupuestario se nota que detrás de todas estas experiencias hay una mirada, un sello, una forma de contar historias Lacave. Y esa, a mi juicio, es una característica muy a tomar en cuenta en unos tiempos donde el cine que nos llega de fuera y de dentro si por algo se caracteriza es por su profunda y desarmante fabricación en serie.

* En unos tiempos donde la crisis muerde nuestros bolsillos con descarnada ferocidad es una buena noticia anunciar que este lunes, 26 de noviembre, se celebra la segunda edición del Festival de Cine Gastronómico Ciudad de La Laguna CineEsCena, jornadas que hasta el 1 de diciembre se desarrollará en el Espacio Cultural Aguere. Con Méjico como país invitado, el certamen incluye una interesante retrospectiva dedicada a Alfred Hitchcock y una sección oficial de largometrajes, documentales y cortometrajes. En esta última sección, compite entre otros, Naturaleza viva, de Josep Vilageliú, otro obstinado guerrillero de los que hacen cine en Canarias.

* El  festival Madridimagen, que del 26 de noviembre al 1 de diciembre se celebra en la capital de España, incluye en su sección oficial La senda, de Miguel Ángel Toledo, La última isla, de Dácil Pérez de Guzmán y Seis puntos sobre Emma, de Roberto Pérez Toledo. También se exhibe Fotos, de Elio Quiroga (1996), La vida en las manos, de Mercedes Afonso y En un momento, de Vasni Ramos.

(1) Para los interesados en la leyenda del monje irlandés San Brandán le recomendamos la lectura del libro Mitos y leyendas guanches del escritor y periodista tinerfeño Sabas Martín.

Saludos, lluvia y viento, desde este lado del ordenador.

¿Los últimos mohicanos?

Viernes, Septiembre 14th, 2012

Se me hace enormemente difícil comentar los tres cortometrajes que el jueves 13 de septiembre se estrenaron y con notable presencia de público en TEA Tenerife Espacio de las Artes (1).

Las razones giran en torno a que estas experiencias están realizadas al menos por dos de los últimos mohicanos de lo que podríamos denominar como cine independiente rodado en estas islas, lo que siempre revela audacia y un conmovedor entusiasmo por hacer lo que les salga en gana, motivación que genera que sus propuestas no estén encadenadas a lo que un espectador meridianamente iniciado en cortos espera recibir.

También, porque estos trabajos, al menos en los casos concretos de Daniel León Lacave y Josep Vilageliú, y pese a que no salgan del pequeño circuito de exhibición que impone las islas, se caracterizan por una voluntariosa y persistente insistencia en lo que denominan –como quien se agarra a un clavo ardiendo– cine leve no sé si con la idea de justificar sus flaquezas presupuestarias.

Si partimos de esta premisa, y guste o no guste lo que hacen, si por algo hay que reivindicar el trabajo de estos dos mohicanos es por su constancia y no traicionar su no tan críptica mirada a sus obsesiones particulares porque éstas forman parte indisociable de su manera de entender el cine. Una actitud, quiero entender, radical, sincera y valiente aunque tropiece con la indiferencia de un público que no está acostumbrado a someterse al ejercicio intelectual que supone ir desgranando sus claves.

Pienso así que ésa y no otra es una de las razones que explica la congelada reacción de un espectador que no sabe donde se mete ni a donde lo llevan cuando se enfrenta a esta forma de hacer cine, pero espero que ese mismo espectador no condene a la hoguera una manera de plantearlo solo por ser diferente.

Detecto en dos de los cortos –lamento afirmar que desconozco anteriores trabajos de Borja Texeira– piezas de un rompecabezas a través de las cuales ambos cineastas insisten y experimentan, no tan caprichosamente como pudiera parecer, en los mismos temas de sus anteriores películas solo que desde otro prisma pero siempre con la misma mirada.

Dos de los cortometrajes contienen además elementos comunes.

No se ubica al espectador en el espacio geográfico en el que se desarrollan sus propuestas y cada uno y a su manera reflexiona sobre las relaciones entre hombres y mujeres; y más que por la narración, se apuesta por un lenguaje poético que proporciona imágenes de una belleza cuanto menos insólita.

En esta ocasión, además, Borja Texeira, Lacave y Vilageliú tantean géneros tan reconocibles como el fantástico, el espagueti western y la ciencia ficción pero reinterpretados a su gusto. Es decir, que rompen sin pudor alguno sus límites fronterizos para asumirlos como propios, por lo que los géneros son finas capas de barniz para indagar en sus reflexiones acerca de las relaciones de pareja, la incomunicación, la soledad y el sexo. Los cuatro grandes ejes que tratan con mejor y peor fortuna estos tres cortometrajes.

El visionado de Ángeles, de Daniel León Lacave, permitirá a los iniciados comprender qué demonios es eso de cine leve, o cine de coste cero, o cine indigente. Rodado en Madrid aunque en ningún momento se mencione la capital de España, se trata, a mi juicio, de un curioso corto en el que se detecta influencias de El cielo sobre Berlín y Tan lejos, tan cerca, de Win Wender, con los últimos y laberínticos largometrajes al fondo de la psique humana de David Lynch.

Lacave planifica con regulares resultados el relato, y revela, e incluso a veces sorprende, sus claves cinéfilas (¿Picnic at Hanging Rock?) para construir excelentes planos que destilan inquietud. Desgraciadamente, no son elementos suficientes para seguir con meridiana atención una historia que se disuelve por no estar nada clara en la cabeza de su director, aunque tiene vida. O ese sello que ya es una marca que caracteriza otros de los trabajos de su director.

Me conmueve y sorprende a ratos estos Ángeles, pero no es un trabajo redondo cuyos diálogos lastra, desafortunadamente, un sonido que no le hace justicia a lo que estamos viendo.

Borja Texeira propone con El duelo una divertida y salvaje metáfora sobre parejas e infidelidades. El formato escogido por el actor y director es el de un duelo que casi parece mimetiza los que en su día rodara Sergio Leones para su ya célebre trilogía de los dólares. La estética, por otro lado, quizá recuerde al Reservoir Dogs, de Quentin Tarantino.

Lo mejor de El duelo es la ácida ironía que introduce al final. Y el estupor que despierta en el espectador.

Más profunda y ambiciosa es la reflexión que suscita Josep Vilageliú con Nube9, una historia de ciencia ficción que parece recoger elementos de Soylent Green, como los hombres y mujeres que están para el disfrute sexual de los poderosos y que se reconocían en el filme de Richard Fleischer como mobiliario, y explorar hacia donde se están escorando las relaciones humanas con la aparición de las redes sociales y sus “amistades virtuales.”

El filme despierta el interés de todo aficionado al género, aunque Vilageliú, que es un cineasta al que le preocupa más el cuidado de la imagen que la narración, lo emplea para indagar de manera un tanto confusa sobre esa nueva ¿deshumanización? que nos caracteriza como especie y en la que ya incidió en su mediometraje Entre los arrozales.

Con todo, y si se cribase el abusivo empleo de la voz en off, se me antoja un trabajo notable en el que su autor convierte –en un principio casi en clave de comedia del absurdo– lo que prometía ser una utopía en una alienante distopía en la que se vacía a los visitantes de esa misteriosa Nube9 de sus recuerdos para convertirlos en voraces voyeurs.

Ya lo anuncia el mismo Vilageliú en la estupenda frase que publicita el cartel de su último trabajo: “cuando el sexo es obligatorio y la intimidad está prohibida.”

Conclusión:

No se tratan de trabajos redondos pero sí de piezas que generan sensaciones y hace trabajar, al menos a quien le escribe, la cabeza.

La modestia y el entusiasmo con el que están realizadas no les quita convicción y sí pone de manifiesto madurez y lealtad a unos principios que son los que les sigue animando a continuar en esto del cine.

En este aspecto, solo espero que más salvajes se sumen a esta tribu de infatigables mohicanos.

Palabra de Uncas, hijo de Chingachguk.

(1) A destacar el meritorio trabajo que está desarrollando Emilio Ramal al frente del departamento de actividades y audiovisuales de TEA Tenerife Espacio de las Artes en su más que elogiable empeño en dar a conocer lo que en la actualidad se está rodando en largos y cortos independientes en Canarias.

Saludos, hao, desde este lado del ordenador.