¿Quién no busca entretenimiento para evadirse de la realidad que lo rodea?
“La Laguna, Tenerife. Hace 250 años un asesino en serie aterrorizó la ciudad. Hoy… ha vuelto”
No creo que haya sido intención la del autor, Mariano Gambín, irrumpir como un elefante por una cacharrería con su primera novela en el estrecho mercado editorial de las islas pero tras leer su Ira Dei. La ira de Dios (primer volumen de lo que será una trilogía) no cabe duda que ha hecho historia en la literatura que se cuece en Canarias por varias razones.
La primera de ellas porque se trata de un libro que se está vendiendo. Es decir, que se ha convertido en un pequeño éxito de ventas en Tenerife y espero que pronto en el resto de las islas porque su autor se toma la novela de aventura y misterio muy en serio y se nota que sabe manejar sus claves con oficio y sensatez.
La segunda razón es que estamos ante un título que se deja leer y que entretiene, y la la tercera porque se trata de una novela de género (en este caso una inteligente mezcla de misterio y aventuras con tintes fantásticos) que resulta creíble y atractiva para el lector de las islas porque los escenarios en los que se desarrolla su acción transcurren en su mayor parte en la vieja, fascinante y señorial La Laguna. Ciudad que gracias al libro de Gambín es más que propable que se convierta a partir de ahora en la capital de los enigmas con sabor histórico de Canarias.
Si bien el lector iniciado en las maniobras del género de la novela de acción pueda reprocharle a Gambín que sus estructura resulte demasiado tradicional y que los personajes que se mueven por la historia sean cortados de una sola pieza, le recomiendo que supere el prejuicio y entienda por principio que está ante una novela muy influenciada por escritores especializados en el género como Clive Cussler, entre otros.
Es decir, narradores a los que solo les importa lo que cuentan.
Esta circunstancia en lo que señala a Gambín como una curiosa rareza en el actual panorama narativo que se escribe desde Canarias, ya que su pretensión es la de meter y despertar la atención del lector con su relato.
Como era de esperar Ira Dei. La ira de Dios ha sido descrita por escritores y lectores acostumbrados a libros serios como una de esas tantas novelas de evasión que encontramos en los aeropuertos. Ya saben, uno de esos volúmenes que adquirimos para no pensar demasiado y con el objetivo que el largo viaje en avión se nos haga más leve. Un libro, en definitiva, que esos escritores serios y rigurosos pero perdidos en sus indescifrables mundos interiores rechaza porque se trata de literatura de consumo. Facilona aunque –oh, sorpresa– funcione pese a contar con su hostilidad o resignada indiferencia.
No resulta nada fácil contar –como lo cuenta Gambín– una novela de acción y aventuras, y menos si su escenario son de todos conocidos como las calles y plazas laguneras. Pero su correcto manejo de las claves del género y su capacidad para atraer la atención (capítulos cortos que casi siempre terminan con un continuará que te obliga a iniciar la lectura del siguiente) pone de manifiesto que nos encontramos ante un escritor que no quiere ser escritor sino narrador de historias.
Y esa humildad lo engrandece. Humildad y desconcertante espíritu folletinesco bien escrito (sencillo, claro y conciso) que ha encontrado una insólita respuesta en el público.
En las librerías de La Laguna apenas quedan ejemplares de este curioso fenómeno Stieg Larsson con nombre canario, y es más que probable que el efecto boca oreja se contagie también a la capital tinerfeña y al resto de las islas y más allá si logra cruzar la frontera de agua que nos separa del mercado peninsular.
Y es que Ira Dei. La ira de Dios es una pequeña novela sin pretensiones autorales. Uno de esos títulos que contamina por directos y que convence pese a que su final resulte algo apresurado y decepcionante (¿pero qué novela facilona y de consumo cuando llega su final no resulta apresurada y decepcionante?).
El caso es que entretiene. Y en estos tiempos de crisis ¿quién no busca entretenimiento para evadirse de la realidad que lo rodea?
NOTA: Ira Dei. La ira de Dios está publicado en la colección Sólo Thrillers de la editorial Oristán y Gociano.
Saludos, francamente sorprendidos, desde este lado del ordenador.
Enero 5th, 2011 at 14:57
No he leído el libro, pero me han comentado que está ambientado en La Laguna, en lugares reconocibles y cercanos para los que conocen la ciudad. Esto puede llevar a que no tenga tanto éxito en otras islas, aunque ¿quién sabe? Todos nos tragamos a Lisbeth Salander subiendo por el Fendersgatten y bajando por el Understrassen ¿no?
Enero 6th, 2011 at 22:09
Merece la pena leerla… es una buena novela de evasión como dice el editor.
Enero 9th, 2011 at 9:07
Pues a mi me gustó… Efectivamente no es una novela “seria” pero si que engancha con esos capítulos acabados en “punta” para obligarte a seguir leyendo. Además para los laguneros es cojonudo reconocer cada espacio en el que se desarrolla. De hecho, tras leerla recorro La Laguna en clave “Gambín”.
Enero 9th, 2011 at 9:10
La única crítica que le hago es el precio, 18€, creo que ni la edición no está tan cuidada como para que cueste ese precio, ni Gambín pretenda jubilarse con el dinero de las ventas. Hay libros más cuidados en lo que diseño e imprenta se refieren y que cuestan muchísimo menos dinero.
Agosto 7th, 2011 at 12:58
La verdad es que me gustó. Engancha desde el primer momento y aunque podría parecer un poco en segunda línea de una novela negra(no es chicago ni praga), resarce a uno de ese mal pensamiento y se coloca en la “pole” de cualquier novela negra. Tema de un fil, si, claro; tema de algo al uso como los “London Walks”, absolutamente SI.
Mis felicitaciones, necesitamos mas “cosas hechas en casa”