Libros para todos los gustos. Y muchos, afortunadamente, los que hemos recibido este año en cuanto a editoriales canarias se refiere, también de sus autores/as. Es decir, que en este año que ya se nos va, hemos tenido la oportunidad de conocer nuevas voces narrativas que amplían un universo que aumenta significativamente aunque es verdad que otra cosa sería afirmar que cualitativamente. El caso es que el siguiente repaso que proponemos no pretende ser exhaustivo pero sí un inicio para evaluar cómo se mueve el sector en las islas y el nivel de lo que escriben algunos escritores/as que ya estaban y los que ahora aparecen.
No descendió, sino que me atrevería a decir que aumentó sensiblemente, el número de publicaciones en el archipiélago. Tanto, que incluso se asistió al nacimiento de nuevos proyectos editoriales como Cyberpress y al número cada vez más creciente de libros, alguno de ellos autoeditados, que siguen ahí pese a las ausentes, y si no erráticas, políticas de apoyo al sector que tanto el Gobierno de Canarias como los cabildos insulares ningunean salvo, afortunadamente, la encomiable labor que desarrolla en esta línea el Cabildo de Gran Canaria.
En este año fugaz y de continuas transformaciones se nos fueron creadores como el escultor y poeta Fernando García-Ramos y periodistas y escritores como Fernando Delgado, Olga Álvarez, José Manuel de Pablos, Pedro Guerra, Pedro González Sosa y Fran Domínguez, uno de los mejores críticos de cine que hemos tenido en estas tierras y subdirector de Diario de Avisos. También nos dijeron adiós el investigador Nicolás González Lemus y el pionero en contar en cómic la historia de Canarias, Luis Pérez Aguado. Otros que se marcharon fueron la artista y escritora referente del movimiento LGTBIQ+, Roberta Marrero, y la artista grancanaria Yolanda Graziani, el bailarín Miguel Montañez y la cantante cubana Yudith Porto.
En cuanto a políticas en favor del libro, el consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Carlos Acha, anunció la intención de reabrir la librería del Cabildo para este año entrante o el próximo, lo que habrá que ver… José Carlos Acha recuperó además la colaboración de la institución con la Feria del Libro con resultados de momento bastante irregulares y en ocasiones frustrantes como fue calendario de actividades que organizó para las ferias del libro de Santa Cruz de Tenerife como La Laguna.
La viceconsejería de Cultura lidió con los usuarios de la biblioteca infantil y juvenil de la Biblioteca Púbica del Estado de Santa Cruz de Tenerife al cerrarla por no contar con personal. El hecho movilizó protestas ante la Casa de la Cultura, sede de la Biblioteca Pública, para presionar por su reapertura. No obstante parece que este problema que pudo haber degenerado en una escandalosa ruptura espera ser subsanado antes de que finalice el año. Por otro lado, y en una de esas decisiones marcianas que a veces adopta el Ayuntamiento de la capital tinerfeña, se acordó trasladar el Rastro a un enclave que parece haber sido diseñado por su peor enemigo: la zona de aparcamientos frente al edificio de Hacienda.
El Día de las Letras Canarias estuvo dedicado al escritor Ángel Guerra, pseudónimo tras el que se encontraba el periodista y escritor José Betancort Cabrera (Teguise, 19 de marzo de 1874-Madrid, 18 de noviembre de 1950). Entre las publicaciones que recuperaron su obra apareció en Ediciones Remotas con la colaboración del Gobierno de Canarias, Relatos canarios, en una edición al cuidado de Zebensuí Rodríguez Álvarez. El área de Cultura del Gobierno de Canarias anunció también la publicación de nuevos libros en sus distintas colecciones literarias: Leopoldo, de Jorge Fonte, que se añadió a la colección Agustín Espinosa de narrativa; el poemario Lluvia de fuego en Canaán, de Juan Castro Gaviño, en Nuevas Escrituras Canarias; La latitud irreparable, de Marta Giménez, que se sumó a la biblioteca Natalia Sosa Ayala de poesía y el ensayo Turisferia, de Samir Delgado, en la colección Clavijo y Fajardo.
La Real Academia Canaria de Bellas Artes de San Miguel Arcángel presentó los actos institucionales programados para la celebración del 175 aniversario de su creación y que prevé para el 14 de febrero de 2025, en TEA Tenerife Espacio de las Artes, una exposición en la que estarán representados todos los académicos y académicas que tengan obra en las disciplinas artísticas: pintura, escultura, arquitectura, fotografía y cine. En la Televisión Canaria, asistimos a la emisión del programa Lavadora de textos, dedicado a divulgar el buen uso del español con especial atención al dialecto canario, y que presentan la periodista Selene Melián y el corrector Ramón Alemán.
Por otro lado se celebraron festivales literarios para todos los gustos. Citamos solo unos pocos: Aridane Criminal, Tenerife Noir, el Observatorio Negrocriminal de Fuerteventura y Lanzarote Negra y los festivales de novela histórica que se desarrollan en Tacoronte como en La Orotava, y el de Cuentos de los Silos como el Orlando Hernández Martín dedicado a las literaturas fantásticas, de terror y de ciencia ficción en Agüímes.
También se celebraron Letras Verdes, dedicado a la literatura sobre naturaleza y mundo rural en Buenavista del Norte, Los Silos y San Miguel de Abona y la XII edición del Festival Internacional de Literaturas de Viajes y Aventuras Periplo en el Puerto de la Cruz. La poesía tuvo sus encuentros con la celebración de Voces del Extremo-Encuentro de Poesía de la Conciencia Crítica (La Laguna) y Mazapé. Festival Internacional de Poesía, en la localidad de San Juan de la Rambla, también en Tenerife. Por último, el Festival Hispanoamericano de Escritores que estuvo dedicado a Venezuela, se celebró en Los Llanos de Aridane donde la organización aprovechó para presentar la publicación de la antología El adiós de Telémaco, una rapsodia llamada Venezuela.
Antonio Álvarez de la Rosa obtuvo el Premio Ensayo de Málaga 2024 por Flaubert a la carta (Una brújula en el laberinto) (Páginas de Espuma) y presentó en Tenerife Destino de la Luz (Edalibros), una antología de la obra de Luis Feria. Otros escritores canarios que recibieron reconocimiento este año fueron Elio Quiroga, al obtener el III premio en la categoría de Novela Histórica del certamen de Vallirana por El vientre de la tierra y Pedro Flores, que fue premiado con el 21 premio César Simón con el poemario A veces la poesía es un desguace a la orilla de una carretera secundaria y el Alegría de Poesía con Nuestro nombre es piedra y el Emeterio Gutiérrez Albelo con Bajo el fuego de los altos hornos.
Sophia Hildalgo recibió por Costillas de bytes el XIV Premio Nacional de Poesía Joven del Ateneo de La Laguna y Sergio Mira Jordán, el I Premio Alexis Ravelo de Novela Negra por La sombra del océano.
Noticia triste, sobre todo para los lectores de lo oculto, medicinas alternativas y adivinaciones varias, fue el cierre de la Librería Unicornio en Santa Cruz de Tenerife, aunque abrió en La Laguna El Refugio, que presta su espacio en la calle Maya a presentaciones literarias. Por otro lado, la Librería El Águila, en La Laguna, celebró 90 años de compromiso con el libro y con los lectores.
En cuanto a nombramientos, TEA Tenerife Espacio de las Artes cuenta ya con director, Sergio Rubira y el Círculo de Bellas Artes de Tenerife nombró presidente a José Valladares. La sede de la institución, por desgracia, sigue cerrada, como la del Ateneo de La Laguna aunque los ateneístas se han preocupado por celebrar actividades si no en su sede sí que en otros espacios.
La revista digital BienMeSabe.org presentó el libro Mujer e identidad y Diego Pun, una editorial tinerfeña que se ha especializado en literatura infantil y juvenil, Vida del noticioso Jorge Sargo, una novela picaresca que José de Viera y Clavijo escribió cuando era un adolescente. El libro Umiko, de Mónica Rodríguez y Daniel Piqueras Fisk, publicado también por Diego Pun, recibió el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2024. Y ya que hablamos de literaturas para jóvenes, Víctor Álamo de la Rosa publicó La pandilla del mero Pancho en la editorial Siete islas.
Los veteranos Juan Manuel García Ramos, Alberto Vázquez Figueroa, Juan Cruz, Elsa López y Andrés Sánchez Robayna publicaron nuevas obras durante este 2024 sacudido por guerras y la amenaza, ya real, del cambio climático.
El escritor y periodista Juan Cruz presentó Érase una vez Alfaguara y La Laguna, largo paseo por el arte (Tinta blanca), un libro en el que rinde tributo a la ciudad y que cuenta con ilustraciones de José Luis Fajardo. Esta ciudad también es la protagonista de La Laguna, un aperitivo infinito (Mercurio), de Juan Manuel García Ramos, un texto que evoca a Aguere y su Universidad. El escritor y periodista Alberto Vázquez Figueroa volvió a demostrar su notable pulso narrativo en 1622. El barco de las ratas (Herques), que incluye además de la novela del autor de Tuareg, un ensayo histórico que firman los investigadores Daniel García Pulido, Manuel Lorenzo Arrocha y Juan Francisco Delgado Gómez. Luis León Barreto firmó Reguetón (Mercurio).
La poeta y escritora Elsa López amadrinó la antología Te pondrán flores en el estómago. Nuevos flujos de literatura canaria (Ediciones La Palma) y Andrés Sánchez Robayna dio a conocer el ensayo Las ruinas y la rosa (Galaxia Gutemberg-Círculo de lectores).
En cuanto a libros recibidos nos llegó La siesta del fauno (Egales editorial). Escrita en forma de diario firma la obra Ramona Gautier, pseudónimo de una reconocida escritora tinerfena. También nos llegó El Johnny en llamas (Baile del sol), de Dani Ortiz y Arenas blancas (Mercurio), de Juan R. Tramunt y El bajío (Idea), de Marcos Cova.
Mientras, y en uno de los géneros más populares ayer, hoy y mañana entre los lectores como es el negro y criminal, pudimos leer con acento de aquí una nueva entrega de las pesquisas del investigador privado Ricardo Blanco en Un arpegio de lluvia en el cristal (Alba), de José Luis Correa, que también presentó La gitanilla de Ankara (Mercurio), una historia que deambula “por todos los callejones de la narrativa: comienza como novela de viaje, que de repente se vuelve erótica, se trasviste luego en romántica y acaba en el más puro negro”. Recibimos también Muerto el viejo se acabó la rabia (Fatiga Books), de Guillermo Alemán; Gambuesa (Alrevés), de Carmen J. Nieto; la divertida La secta del volcán, de Rafa Avero, El eco de Cobain (M.A.R. Editor), de Javier Hernández Velázquez; La huésped de la casa amarilla (Suma), de Jorge Laguna y Agua mortal, La riada y El camaleón, de Jorge Rojas, que dio a conocer también Crímenes en el escenario, que reúne cuatro textos teatrales de este incombustible escritor tinerfeño.
Destacó también la novela con tintes policíacos Cuando las aguas bajen (ACEN Editorial); La chica que leía a Faulkner (Ediciones Oblivium), de Juan Capote que no es estrictamente de género pero sí que bebe de algunas de sus fuentes y Yo no seré La implorante (M.A.R. Editor), de Pablo Martín Carbajal, que tampoco es de género aunque juega con unos pocos para contar una historia en cuyo fondo domina la escultora francesa Camile Claudel. Esta novela puede ser entendida, además, como una prolongación del universo que su autor inició con Tú eres azul cobalto, libro consagrado a Frida Kalho.
Josefa Molina dio a conocer La Taxista (Mercurio); Miguel Aguerralde Las cinco muertes de Jacinto Samitier (Siete Islas) y Mónica Munch Cuento sin hada (Titanium) una novela de suspense inspirada en La Sirenita de Hans Christian Andersen.
En el apartado negro y criminal apareció en Nectarina El juego de caer, primera novela “negra” del también editor David Cabrera y en este mismo sello, Rayos X, del argentino Carlos Salem. Por último, apareció una antología de cuentos policíacos bajo el nombre de Tenerife noir (M.A.R.) que incluyó trabajos de autores/as canarios y peninsulares con resultados meridianos. Narrada desde dos puntos de vista, se publicó también 181 (Círculo rojo), de Miguel Ángel Rolland.
En los territorios de la novela histórica Jorge Fonte presentó Yo, Florentina de Llarena (Ediciones Idea) y Dulce Mª Rodríguez González la biografía novelada Delfts Blauw. De cuando Luis Van de Walller el viejo llegó a la isla de La Palma en el siglo XVI (Cartas Diferentes Ediciones) y Víctor M. Bello Jiménez la también novela Un sueño ajeno (Caballos Azules Editorial). Anaga (Idea/Aguere) de Marta Reyna Fay, resume por otro lado la historia de este macizo y La isla de las abejas (Baile del sol), de Ulises Martín Hernández, cuenta de otra forma capítulos de la historia de Canarias. En este apartado, brilló con otra luz Retrato del fin del mundo (Alba), de Carlos Ruiz Caballero, una historia de amor frustrado que transcurre entre La Palma y Tenerife antes, durante y tras el golpe militar perpetrado el 18 de julio de 1936.
En ciencia ficción y fantasía en general, se publicó la kafkiana Alteración y fugas (Mercurio), de Elena Villamandos, que presentó este año también un volumen de cuentos, Curiosas ataduras (Cuentario) (Mercurio) y la estremecedora y también cachonda Pluto, la bestia de Georgia (Idea), de Ángell Marr. Elio Quiroga regresó a librerías con Efecto túnel (Dimensiones ocultas) y Víctor Conde se metió de lleno en el universo de los Kaijus con La sombra del coloso, en una publicación del Isla Calavera Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna y dentro de la colección Crónicas de La Laguna Negra.
Ya con otro carácter, Maca Martinón publicó Islas íntimas (Escritura entre las nubes) y se presentaron volúmenes de cuentos como la antología Te pondrán flores en el estómago. Nuevos flujos de literatura canaria, bajo el cuidado de Elsa López; Rastros de vidas y palabras (Mercurio), de Santiago Gil; Escritos antivíricos (Baile del sol), de José Manuel Marrero Henríquez; No es culpa de ellos, ellos no tienen la culpa (Diego Pun Ediciones), de Nicolás Melini y Madres, volumen en el que doce escritores rinden tributo a sus progenitoras, y que coordinó y promocionó como muy pocas veces se ha visto en estas isla el también escritor Juan Carlos de Sancho. Claudio Colina Pontes publicó Tranquilo en las montañas de Rusia (Ediciones Camelot), 99 microcuentos de 99 palabras cada uno.
En el apartado de poesía recibimos Estación definitiva, cuarenta y un sonetos de amor, furia y otras pasiones de Ramón Alemán con ilustraciones de Marta Rosado Armas. Se trata de la primera obra de carácter no lingüístico del primero, corrector y asesor lingüístico, además de ser el creador de la marca Lavadora de textos. Nicolás Dorta presentó Papel platino (Ediciones La Palma) y en la colección Ministerio del Aire de la misma editorial, Álvaro Marcos Arvelo presentó el poemario Si los pájaros hablaran y Félix Viñas El Poema es la Red Social (Ápeiron Ediciones), que se suma a La Palabra Poesía (ediciones Carena), que vio la luz también durante este 2024. Por último, Felipe García Landín dio a conocer una reedición de Poemas de andar y ver (Mercurio Editorial) muy recomendable para acercarse al universo poético de Ventura Doreste. Otros títulos publicados de poesía este año fueron País natal (El Sastre de Apollinaire), de Samir Delgado; Tiempo de entrega (Beginbook Editorial), de Susana de la Torre con ilustraciones de Augusto Vives; Indicios (Beginbook Editorial), de Javier Cabrera y En la cúpula del aire (Farallón), de José Orive.
En cuanto a libros de historia, ensayos e iniciativas varias nos encontramos con La memoria inmune, un volumen que recoge poemas y textos inéditos de Alfonso y Fernando García-Ramos; Grandes guerreras de la historia (Singularidad), de Jesús Barranco Reyes. El proyecto Amaro Pargo. Documentos de una vida (Idea), bajo el cuidado de Manuel de Paz Sánchez y Daniel García Pulido, presentó los volúmenes Compañeros de viaje y Candelaria entre guanches. También leímos Masonería, criollismo y cuestión nacional en Cuba (1808-1823), del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández y el investigador David Suárez nos reveló la Historia del esoterismo en España (Almuzara).
Domingo Garí publicó en la colección Memoria Histórica el libro Historia de un mitin de 1977. El dilema eurocomunista (Idea) y tanto la periodistas Carmen del Puerto como el arquitecto Carlos Pallés presentaron dos de las obras más bellamente editadas este año. Se tratan de los títulos Estos niños no existen (Círculo rojo), en la que cuenta la vida imaginada de unos niños creados por Inteligencia Artificial y Templo masónico de Tenerife, un libro recomendado a los interesados en conocer un poco más sobre esta sociedad discreta y no secreta.
Virginia González Dorta publicó en el Centro de la Cultura Popular Canaria (CCPC) La Gomera, entre Aguamul y Tejiade, un recorrido apasionado y apasionante por estos dos hermosos rincones de la isla colombina.
LA NOVELA ‘GUANCHE’ ESTÁ DE MODA
En este año que se despide asistimos a la publicación de dos novelas inspiradas en la conquista de Canarias escritas no por escritores/as de las islas sino de territorio peninsular aunque uno de ellos, Ana García y que escribe bajo el pseudónimo de Ana Salamanca, reside en Gran Canaria desde hace varios años. Este no es el caso del madrileño Santiago Díaz, aunque no le quedó más remedio que viajar a Tenerife y La Gomera varias veces para escribir Los siete reinos (Alfaguara).
Los últimos guanches (Pàmies) es la obra por la que Ana Salamanca se hizo con el XIII Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda, un libro que tiene la ambición de narrar la conquista de La Palma y Tenerife como la de describir aquella formidable empresa desde los ojos de dos mujeres: Gazmira, benahorí capturada por los castellanos que la utilizan como lengua o traductora y doña Beatriz de Bobadilla, que también aparece en la novela de Díaz. ¿Merecen la pena ambos textos?, si se obvian las licencias históricas a la que recurren ambos autores, no deja de sorprender en estas dos novelas el posicionamiento a favor de los guanches que adoptan ambos relatos, lo que es comprensible porque fueron los grandes derrotados (y también traicionados) de aquel conflicto.
BUENOS TIEMPOS PARA LOS CÓMICS
El 2024 fue un buen año en cuanto a cómics, historietas, colorines o chistes se refiere. La edición de tebeos con acento canario la encabezó la Fundación Canaria Cine + Cómics, que además de organizar Santa Cruz Cómic, este año en la plaza del Príncipe de la capital tinerfeña, publicó en la colección Delta los estudios Cómics & estudios culturales 4. Imágenes en movimiento, coordinado por Francisco Pomares y Lucas Morales y EntreVistas, de Manuel Darias, que recoge una selección de sus conversaciones con artistas del noveno arte publicadas en su página La historieta , primero en La Tarde y en la actualidad en Diario de Avisos. En la colección Archivos de la Fundación, se presentaron Gladiadores de la piscina. Historias de la Acidalio, de David Torres de Miguel; Burrow, de Moño (Mónica Umpiérrez); Un clavel ha crecido sobre tu tumba, de Javier Corzo; R&R Show, de Jonathan D. e Ibrahim C.; Isla de tisones, de Sara Cumplido Castillo; Fabiolada y otras historias, de Carlos Fabio Cabrera Martín y Humor isleño, de Eduardo Millares Sall. Se publicó también La pistola que Millán Astray le regaló a mi abuelo, con guión y dibujo de Eduardo González sobre un texto de Francisco Pomares y Espantos de Santa Cruz, de Ángell Marr. ¡¡¡Estamos jodidos!!! (Diego Pun) reunió viñetas en clave de humor de Gustavo Mederos.
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