Archive for Febrero, 2012

‘El hombre de la boina’, un musical

Miércoles, Febrero 29th, 2012

Al fondo, oculto por las sombras, se adivina la figura de un hombre corpulento y con boina que, asegura alguien que ha pasado a su lado, tiene el rostro “como picado por la viruela.”

En la tribuna, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se quita las gafas para mirar desenfocado al centenar de estudiantes resignados que asisten al acto. Rivero consulta sus papeles y sonríe sin mostrar los dientes.

- Uno, uno….- ladra al micrófono sin que la sonrisa que no muestra sus dientes se borre de la boca. Un estudiante golpea con disimulo a la compañera que tiene al lado. La chica ha aprovechado el momento para echar una cabezadita. Pero no hace falta el gesto porque la chica abre los ojos alarmada cuando escucha el grito de Rivero.

- Ustedes, todos ustedes son el futuro de Canarias. Ustedes, mis niñas y niños, son el futuro de un archipiélago que, como cantó al escritor y poeta al que hoy queremos honrar, Pedro García Cabera, fue “un encendido admirador del paisaje isleño.”  

- Braaaavo, señor presidente, braaaavo.- exclama Inés Rojas saltando al escenario. Se acerca a Paulino, se inclina teatralmente y le arrebata el micrófono mientras suena una caja de música que aprovecha la consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Viviendas del Gobierno regional para rapear una canción con la dudosa intención de ganarse la complicidad del estudiantado.

INÉS ROJAS (soltándose la melena): ¡¡¡Pedro García Cabrera, / ese gran hombre, / concibió Canarias como una sola isla / y mientras caminaba por el monte y por la playa / nunca dejó de cantar (Rojas pone el micrófono para recoger el griterio de la chiquillada que no abre los labios) a la libertaaaaaad!!!  

Silencio en la audiencia. La chica que quiere dormir vuelve a cerrar los ojos.

La consejera de Cultura, transfigurada en una Teresa Rabal, insiste con sus rap.

INÉS ROJAS: García Cabrera, fue un gomero batallador / que creía en la fuerza de la palabra / para hacer un mundo mejooooor….

Un profesor observa inquieto y por el rabillo del ojo como el hombre de la boina oculto por las sombras tiembla en el fondo del salón de actos.

INÉS ROJAS (dando palmas por encima de la cabeza): ¡¡¡Vamos, cantemos juntos,  que hoy celebramos el Día de las Letras Canarias!!!

- ¿Pero eso no fue el 21 de febrero?- le pregunte el compañero a la compañera que tiene al lado y que intenta echarse un dormida.

- Y yo qué sé.- responde la chica con la esperanza de que la ñora que está dando gritos en el escenario se calle de una puta vez.

Paulino Rivero coge a Inés Rojas por la espalda y le quita el micrófono mientras cambia el registro del rap.  Canta el presidente con voz seductora, con una insólita mezcla de Manolo Escobar y Pepe Benavente.

PAULINO RIVERO: “Sabías, mi Inés, / que Garcíaaaa Cabreraaaa / mantuvo siempre la mano en el agua, / confiado en que llegaría un futuro mejor / para esta Canarias que tanto amaba como túúúú”.

Alberto Delgado y Juan Manuel Castañeda repiten a los coros: “como túúú

Repentinamente las luces se apagan. Rompe la oscuridad un foco cuyo círculo ilumina a Rivero, ahora solo.

En el back stage suena un gritito histérico, de fan.

PAULINO RIVERO: Oh Pedro, mi Pedro, / tu lucha personal y compromiso con la libertad / puede hoy servirnos de ejemplo / para la libertaaaaaaaaaaaaad.- se desgañita el presidente que se pone todo colorado y se tambalea por el escenario.- Libertaaaaaaaaaaaaaad

Pero ni con esas, los alumnos –¡el futuro de Canarias!–  solo aciertan a responder con un enojoso e incómodo silencio.

Rivero, con la cabeza baja y la camisa tricolor empapada en sudor, casi como si aún sintiera dentro el grito libertaaaaaad se retira lentamente del escenario al que sube ahora el alcalde Los Realejos, Manuel Domínguez, la localidad natal donde nació Viera y Clavijo, ese señor por el que se celebra el Día de las Letras Canarias.

A ritmo de pachanga, Domínguez canta: “Yo Paulino, / quisiera aprovechar mientras bailo un cha cha cha / que te mojes un poquito / y dejes de lado tanto cantar… cha cha cha. / Yo lo que reclamo, humilde servidor, / es que haya dinero cha cha cha / para rehabilitar la casa / donde nació tan ilustrado caballero, cha cha cha”.

Paulino, cogido del brazo de Inés Rojas, reaparece en el escenario.

PAULINO RIVERO E INÉS ROJAS: Manolito, recuerda, / la cosa no está para fiestas/ Piensa,  baifito, / que hoy a quien celebramos es a Pedro García Cabrera, / así que no nos molestes más.”

El hombre de la boina y oculto entre las sombras comienza a moverse como si le hubiera dado el mal de San Vito.

La música se apaga. Inés Rojas, cogida de la mano de Rivero y Domínguez, avanza hacia el centro del escenario donde pronuncia con voz entrecortada por la emoción y con los ojos anegados de lágrimas de cocodrilo.

INÉS ROJAS: La poesía es la expresión más directa del ser y, a la vez, la más oscura.

- Me aburro.- grita alguien del público.

Y el hombre de la boina, que por fin sale a la tenue luz del salón de actos, declama moviendo los brazos como un borracho: “Basta de ser colillas apagadas / del cenicero de los mares. / Ombligos de la sed, / sólo un placer de humanidad nos puede.”

- ¿Y quién es ese, qué coño está diciendo?.- pregunta Rivero sorprendido, mientras escucha como el estudiantado estalla en una improvisada ovación.

- Un tipo que lleva boina.- responde Inés Rojas.

 Saludos, ¿la esperanza me mantiene?, desde este lado del ordenador.

Así lo sentí y así lo cuento, con permiso del olvido

Martes, Febrero 28th, 2012

Grabado en 2008 pero estrenado, con permiso del olvido, cinco años después, este martes, 28 de febrero, se exhibió en Tenerife Espacio de las Artes TEA el documental Luis Feria, con permiso del olvido, una producción de Tinglado Film para el Cabildo de Tenerife con motivo del encuentro organizado en torno a la obra poética del autor de Cuchillo casi flor.

Dirigido por David Baute, este trabajo trata de recuperar y reivindicar la figura de un poeta grande y peculiar como deben ser todos los grandes poetas, a través de los comentarios de familiares, poetas y críticos que dibujan una imagen demasiado fragmentaria de Feria. Un Feria del que apenas se dice nada sobre su vida y sobre todo de cuales fueron las razones que motivaron su regreso a una isla donde finalmente quedó enterrado en vida y en muerte.

No, el documental apuesta, y a mi juicio con nula capacidad de riesgo, por dar una visión desordenada y en ocasiones reiterativa de la obra de Feria a través de las reflexiones de esos poetas y críticos que Baute no ha sabido ordenar para darle cierta coherencia a sus múltiples discursos.

Veo así Luis Feria, con permiso del olvido, y no dejo de preguntarme además qué conclusiones podría sacar el espectador no iniciado en la vida y obra del poeta con problemas de asma si ha tenido la oportunidad de verlo.

De preguntarme si esas imágenes, en las que se funden fotografías familiares del poeta con primeros planos de los entrevistados asistentes al Congreso, le encenderá la llama de conocer y sobre todo leer a Luis Feria, que ese era el verdadero objetivo del documental.

Pero no creo que cumpla ese fin.

Porque el documental me resulta distante y plano. Un trabajo que carece de emoción porque el fantasma de Feria, pese a ser nombrado una y mil veces, no planea en ningún momento en pantalla.

Le falta a Luis Feria, con permiso del olvido inspiración y sobre todo una visión subjetiva –el documental no es periodismo–  que permita como lector de la periferia implicarme con un autor que no trascendió como se merece precisamente porque prefirió ¿buscar refugio? al retornar a su periferia. Y en esa periferia, que el documental no se cuestionara las razones de su autoexilio a la periferia.

Salgo de Luis Feria, con permiso del olvido sin tener en la cabeza un retrato ordenado de Luis Feria, con permiso del olvido.

Solo me quedo con alguna reflexión suelta que comenta alguno de los entrevistados, entrevistados por otro lado a los que no se identifica. Casi como si los que han hecho posible este trabajo dieran por hecho que el potencial espectador que no conoce, precisamente, a Luis Feria, sí debe de conocer por lo que hacen o han dejado de hacer a Jordi Doce, Daniel Duque, Cecilia Domínguez Luis, José Miguel Ullán, Miguel Martinón, Rosa Lentini, Isidro Hernández, Víctor Álamo de la Rosa, Cristóbal de la Rosa o Bruno Mesa, por citar solo algunos.

Tengo la sensación, observando los documentales que en los últimos tiempos se están presentando sobre los escritores e intelectuales canarios que están más allá del bien y del mal un incómodo y reverencial respeto que flaco favor les presta para actualizarlos y ponerlos de moda.

El discurso me sabe así a como si se pretendiera solo colorear el nicho donde reposan sus huesos.

En los Mares petrificado, con Pedro Guerra cantando los versos de Domingo López Torres.

En Luis Feria, con permiso del olvido, con las voces de poetas y críticos que parecen que velan al muerto.

Un muerto que tuvo vida. Que fue hombre y como tal tuvo sus días de tristezas y alegrías.

De este fallido, desnortado documental, me quedo solo con las palabras que pronuncia uno de sus familiares al evocarlo joven: “Reía mucho”; y una de sus amigas: “Le gustaba bailar, aunque cuando regresó de Madrid ya no era el mismo.”

Y aquí, en ese “ya no era el mismo”, radica a mi juicio el Rosebud de un documental que podría haber explorado y explotado con inteligencia en la vida y obra de un poeta que además de poeta fue hombre.

 “He venido hasta el mar; aquí he sumado

tanto fracaso, tanta esperanza inútil

al movimiento eterno, a su frente estrellada,

a la de tantos niños que no han nacido nunca

y en el fondo del agua esperan las palabras

del levántate y anda de un inmortal que crea

 

Sobre los pies del agua descanso cuanto he sido.

Le sumo mi tristeza, mi airado preguntar,

como un soldado solo que después de la guerra

sobrevive y pregunta de qué valió la sangre

y llora sobre el pecho enmudecido

de cualquier muerto amigo que ya no le responde.

 

He venido

al mar que se destruye para no morir nunca.

 (El Mar, Luis Feria)

Saludos, así lo sentí y así lo cuento, desde este lado del ordenador.

Los hombres de ‘Geyper’

Lunes, Febrero 27th, 2012

Creo que sentí lo mismo que Palmiro Capón –serie creada por Lalo Kubala– cuando me regalaron el primer Madelman, que fue el del hombre rana: “¿Qué… qué es esto?”

Los Maldeman eran muñecos articulados a los que podías cambiar la ropita y añadir nuevos accesorios para meterlos en cualquier aventura que se encendiera en tu cabeza. Siempre quise tener, aunque nunca lo tuve entre mis manos, el que iba de astronauta, con aquel traje 2001, una odisea espacial, pero sí que disfruté de otros tantos como el de safari y el de soldado (¡¡¡tenía al Maldeman negro vestido de militar verde olivo!!!) que me demostraron que, efectivamente, los Madelman lo pueden todo.

Fue tanta la afición con la que los Maldeman atontaron a mi generación que recuerdo como el hermano mayor de un amigo se montaba espectaculares hazañas con aquellos muñequitos al coserles sus propios sacos de dormir y guantes para que no pasaran frío. Cuando entrabas en casa de mi amigo, recuerdo que podías encontrarte a tres Madelman en sus saquitos en cualquier habitación mientras el hermano se iba de paseo.

Un día le pregunté a mi amigo qué forma de jugar era esa y me contó que su hermano imaginaba largas expediciones Madelman por toda la casa dibujando para ello un mapa con el que cual pudieran orientarse. Llegó a mostrarme uno de aquellos planos, donde un flechita de color rojo recorría la geografía de la vivienda.

Así, las habitaciones se transformaban en ese mapa en extraños territorios. El cuarto de baño, por ejemplo, hacía de uno de los polos en los que se divide la Tierra. La cocina, por el contrario, en un continente infernal y el salón en una difícil cordillera. La terraza se convertía a su vez en una jungla por las plantas depositadas en las macetas, y la azotea en un desierto enorme donde resultaba imposible encontrar sombra.

La moda Maldeman se vino abajo tiempo después con la irrupción de otros muñequitos, como los Big Jim, que movían los brazos si les presionabas un botón de la espalda y sobre todo, porque resultaban más sofisticados, los Geyperman, algo así como las muñecas Nancy pero para niños.

Yo, sin embargo, siempre preferí a los Maldeman. Probablemente porque fueron los primeros muñecos articulados con los que perdí momentos de mi infancia y primera adolescencia. Me encantaban que no tuvieran pies sino una cuña que ensartabas en las botas, aunque más tarde al parecer le añadieron los pinrreles, pero esa época no me tocó afortunadamente.  

El caso es que cuando aparecieron los Geyperman, los Geyper se convirtieron en auténticas estrellas entre mis colegas de colegio.

Solo llegué a tener un Geyperman e iba vestido de cadete de West Point.

Y apenas jugué con él.

Y por varias razones:

1)   El uniforme me resultaba demasiado bonito

2)   No terminaba de creerme que a un cadete West Point le dejaran lucir barba, por muy bien recortada que estuviera y…

3)  Su tamaño era el doble de un Madelman de toda la vida.

Los colegas del colegio intentaron convencerme de las bondades del nuevo juguete al indicarme que el Geyper podía empuñar cualquier cosa, lo que no hacían los Madelman, y que en su oferta de uniformes se encontraba la de oficial y soldado alemán de la II Guerra Mundial.

Pero ni con esas. Yo continúe jugando con mis Madelman dejando en su cajita al Geyperman vestido de cadete de West Point.

Escribo todo esto porque este domingo, 26 de febrero, falleció con 94 años de edad el empresario, Antonio Pérez Sánchez, que los hizo posible. Y su muerte ha significado –ya ven lo sentimental que soy– algo así como otro duro mazazo que me distancia cada día más de mi caprichosa infancia y adolescencia.

De la empresa de Pérez Sánchez salió otro juego que, si no me equivoco, debe aún de encontrarse, aunque sea cubierto de polvo, en cualquier casa de bien de este país llamado las Expañas. Me refiero a los Juegos Reunidos Geyper, en cuya caja aparecía dibujado el rostro alborozado de un crío. Y caja que contenía, entre otros pasatiempos, tableros en cartón con el juego de la Oca y el Parchís. Así como sus correspondientes fichas y cubos de varios colores para agitar los dados.

No sé cuantas tardes me pasé tirando de Oca en Oca porque me toca e intentado llegar primero a la meta en ese juego de locos caníbales que es el Parchís. Pero algo mágico tenían aquellas tardes en las que las horas se iban con la única musiquilla del dado agitado en el cubilete.

Al parecer, la empresa de Pérez Sánchez fue también la que sacó adelante los Walki talki, que a su manera son como una especie de antecedente cavernícola de los teléfonos móviles para una pibada que en aquellos años ni soñaba con esos aparatitos que se han hecho tan molestamente imprescindibles en la actualidad.

Así que yo recuerdo al empresario juguetero sobre todo por los Geyperman y sus fabulosos Juegos Reunidos. Aunque más por los Juegos Reunidos que por los Geyperman. Ya dije que siempre fui más de Madelman.

¡Ah los Madelman…!

¡Y esos extraordinarios Madelman tuneados de mi querido y hoy ausente Enrique Cichosz!

Saludos, aún recuerdo aquello de  ¿qué… qué es esto?, desde este lado del ordenador.

‘Luis Feria, con permiso del olvido’

Domingo, Febrero 26th, 2012

Gracias sobre todo al trabajo de cineastas como Miguel G. Morales y David Baute, pese a lo discutidas que sean algunas de sus aproximaciones, el cine que se rueda a este lado del Atlántico está rescatando en formato documental la memoria de un grupo de grandes escritores nacidos en las islas que merecían y merecen de un mayor reconocimiento que, ahora y gracias al audiovisual, quizá promocionen sus nombres más allá de los estrechos territorios donde han  sido encajonados hasta el día de hoy.

Morales, por ejemplo, ha mostrado en ocasiones con ejemplar originalidad y en otras con resultados discretos, algunos de los protagonistas que hicieron posible el milagro de Gaceta de Arte en una isla donde muchos continuamos observando aquel fenómeno como una extravagante rareza solo posible en una geografía mutante como es la tinerfeña.

Baute, por otro lado, divagó en torno a la escritora Mercedes Pinto en su fallida Ella (s) y sintetizó en el mediometraje Fetasianos (2007) las claves y nombre que hicieron posible un grupo que a día de hoy está por encima del bien y del mal.

Experiencias documentales que el realizador ha simultaneado con otros trabajos como Rosario Miranda (2002) y la coordinación del Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias y MiradasDoc Market, dentro del Festival MiradasDoc, dos encuentros que, desgraciadamente y por cuestiones presupuestarias, han desaparecido del paisaje cultural canario.   

TEA Tenerife Espacio de las Artes estrena este martes, 28 de febrero, a las 20.30 horas un nuevo documental de Baute. Se trata, además, un nuevo documental de David Baute centrado en la figura de un escritor y poeta canario cuya vida y obra ha logrado trascender más allá de las fronteras de los territorios insulares pese a que su voz no (re)suene aún con la justicia que se merece. Nos referimos a Luis Feria, y a un filme, Luis Feria, con permiso del olvido, cuyo estreno coincide ese día con el decimocuarto aniversario del fallecimiento del autor de Dinde, Clepsidra o Cuchillo casi flor.

El estreno será presentado por el director insular de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife, Cristóbal de la Rosa; el director del documental, David Baute, e Isidro Hernández, quien ha ejercido como asesor de este trabajo.

La entrada a esta proyección es libre hasta completar el aforo del Salón de Actos y previa retirada de las invitaciones en la taquilla del centro el mismo día del pase.

Luis Feria, con permiso del olvido, tiene una duración de 25 minutos y es una producción de Tinglado Film para el Cabildo de Tenerife. Rodada en paralelo al encuentro celebrado en Tenerife sobre la poesía de Feria en el año 2008, el documental quiere reubicar a Feria en el panorama de la poesía española a través de las reflexiones de poetas de su generación como Antonio Gamoneda o José Miguel Ullán;  críticos literarios como Miguel Casado o Miguel Martinón; editores como Manuel Borrás o Rosa Lentini; o creadores como Jordi Doce o el propio Isidro Hernández. Alejandro Krawietz firma el guión del documental.

Saludos, sin novedad en el frente, desde este lado del ordenador.

‘Get on your knees, master’!!!

Sábado, Febrero 25th, 2012

Teddy Bautista no es de este mundo. Nunca lo fue.

El hombre, el mutante, nació en unas islas mutantes del Atlántico llamadas…

Y yo, que recibí a tierna edad su bautismo, solo quiero recordar a los que ahora lo lapidan con piedras y lenguas venenosas que en la década de los años setenta, Teddy, el Bautista, parió a uno de los mejores grupos del pop rock español de todos los tiempos. Y que ese grupo se dio a conocer con el nombre de Los Canarios.

Y que cuando se cansó de subir a los escenarios haciendo del canario logró –pese a quien le pese– que una cosa llamada Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) comenzara a tomarse en serio en un país donde aún se cree que lo que hacen los artistas es patrimonio de todos porque, se sostiene, eso lo hace cualquiera.

 “No se necesita de esfuerzo” y mucho menos de un organismo que en plan bulldog se empeñe férreamente en defender lo contrario.

Traicionado –y ahora también abandonado y vilipendiado– por los que una vez fueron los suyos, Bautista que hizo, curiosamente, de Judas en la versión española de la ópera rock Jesucristo Superstar, se ha convertido hoy en una especie de monigote al que golpear sin que apenas nadie se haya preocupado en estudiar su pasado.

Sobre todo su paso por la SGAE antes de que el escándalo lo sacara de la poltrona a base de tortazos puros y duros. En especial cuando inició su campaña para golpear, más que a los piratas, a las colosales plataformas que permiten piratas.

Teddy Bautista, que es un hombre que por mucho que se empeñen no tiene pinta de cavernícola aunque algunas de sus actitudes sí obedecieran a la prehistoria, comenzará a recibir “en breve” después de todo una pensión vitalicia de 23.000 euros tras poner en marcha la SGAE la petición cursada en su día por el polifacético artista.

Y olé tus cojones, Teddy. Olé tus santos cojones.

Olé y olé sobre todo con la que nos está cayendo a otros encima.

La pensión que reclama Bautista es resultado de un acuerdo al que llegó con la SGAE, ya que antes de que estallase la polémica que lo convirtió en uno de los tipos más odiados del país, el compositor canario “prefirió diferir parte de su remuneración hacia un plan de pensiones.”

Así que escrito desde la distancia, como un natural y residente de unas islas africanas donde además de monos he descubierto que hay personas que como Bautista han demostrado la inteligencia de un orangután, solo puedo quitarme el sombrero y reflexionar que, a veces, esto de nacer con una hora menos puede hacernos jugar con ventaja.

Y Teddy, panda de canallas que ahora lo crucifican, lo ha hecho.

Pero aquí no queda la cosa del canario.

Así que les propongo, panda de oligofrénicos, aprender del estilo Bautista.

La demanda de pensión cursada por Teddy coincide con una reclamación en la que el maestro pide, sin que se le caigan los anillos de los dedos, sin que le tiemble la voz, una indemnización de 1,8 millones de euros por haber “renunciado” al cargo de presidente de la SGAE en julio pasado.

Y está en su derecho

Olé, olé y olé…

Teddy, amigo, te mereces no veinte premios Canarias sino veinte premios Nobel.

Eres el más mejor.

Una lástima –y lo escribo con la mano en el pecho– que gente como tú no esté en este archipiélago para sacarnos las castañas del fuego. Claro que, tal y como están apuntando las pruebas, ¿podrías haberte llevado  presuntamente tanto al bolsillo?

Pero Teddy, tú te mereces más.

Más y más.

Get on your knees, master!!!

Saludos, larga vida a Los Canarios, desde este lado del ordenador.

¡Mutantes!

Viernes, Febrero 24th, 2012

I. LA AVENTURA COMIENZA

¡El profesor Xavier ha sido secuestrado!

La banda de mutantes está que se sube por las paredes.

Cíclope, mientras maneja el aeroplano deslizador por el Atlántico, tiene que morderse la lengua mientras observa como Lobezno pasa sus cuchillas por los hombros pecosos de La chica maravillosa. El Ángel mira lánguido la superficie del mar por la ventanilla y la Bestia no deja de engordar devorando los helados que le prepara el Hombre de Hielo, un adolescente con problemas de identidad.

- Maldito Magneto.- masculla el Cíclope sin salir del mosqueo que le taladra por dentro, escuchando como las garras de Lobezno acarician los hombros pecosos de La chica maravillosa, quien de pronto se aproxima al Cíclope para avisarle: “Esa es la isla, aparcarte por ahí…”

El aeroplano deslizador da vuelta y vueltas sobre una geografía en la que despunta una montaña nevada hasta descender con suavidad en una zona que, según indica el GPS de la nave, se llama Punta Brava.

Tras hacer invisible la nave, los cinco mutantes exploran la zona.

Cíclope tiene que hacer uso entonces de su rayo cuando una murga de payasos les sale al frente. Lobezno destripa con sus cuchillas a dos tipos vestidos de señoritas de la Policía Local mientras la Bestia y el Ángel aplastan a una comparsa para poner fin al infernal sonido que hacen, un ruido que se mete en los oídos y que como un gusano solo podría salir de la pérfida imaginación del mutante rebotado: ¡Magneto!

La chica maravillosa recibe con una cómplice sonrisa los racimos de flores de nieve que le sirve un embobado Hombre de Hielo.

- ¡El GPS dice que el profesor Xavier no se encuentra aquí!.- Exclama Cíclope.- hay que trasladarnos a la capital de esta isla infernal.

Cíclope mira a Bestia. Bestia baja la cabeza.

- Yo… Las prisas, me olvide de traer el transportador… Yo, las prisas…

Cíclope al grito de ¡¡¡Bestia!!! quema toda una platanera con su mirada de fuego.

- ¿Y ahora?- pregunta Lobezno lamiendo la sangre que se escurre de entre sus cuchillas.

II.- RUMBO A LA GUARIDA DEL MAL

Los seis mutantes cogen la guagua. Una guagua repleta de presuntos seguidores de Magneto. Gente que parece salida de otra dimensión.

- Parecen borrachos.- exclama La chica maravillosa sintiendo como un osito de peluche le pellizca el trasero.

- Finjamos. No se han percatado de nuestra presencia.- dice el Ángel sintiendo como un Terminator le pellizca el trasero.

La guagua atraviesa una autopista repleta de coches. Suenan pitas y gritos aguardentosos que castigan el sentido auditivo del sexteto de súper héroes.

Al llegar a Santa Cruz todos ellos están durmiendo por los que son despertados con violencia por el chofer, un tipo con malas pulgas y barriga cervecera.

- ¡¡¡A la puta calle!!!, ¡¡¡golfos, más que golfos!!!- exclama el chofer que lleva un palillo de dientes colgando de su labio inferior.

III.- ¡ALERTA!

Los héroes entonces se hacen paso por calles y plazas atestadas de zombis que hacen que bailan.

El GPS que lleva Cíclope comienza a bailarle peligrosamente entre las manos.

- Por aquí, por aquí.- dice el Cíclope que cuando llega ante la fachada de un edificio que parece un búnker se da cuenta que solo lo acompaña Lobezno y la Bestia.

- ¿Y La chica…?

- ¿Y el de hielo y el que tiene alas?.- pregunta Bestia con mirada asesina a un lado y al otro.

Lobezno saca las garras.

- Entremos.- dice.

IV.- ¡ES LA GUERRA!

En un amplio salón encuentran al profesor Xavier maniatado junto a Magneto. Los dos con señales de haber sido torturados. Ambos tienen los ojos cerrados y babean.

- Cuidadín.- resuena en la cabeza de Cíclope, quien rápidamente se gira para barrer la estancia con sus ojos de fuego.

Resuena una sepulcral y maligna carcajada por toda la estancia.

- Mutantes a mi.- susurra una voz.

- Dé la cara.- masculla Lobezno dando zarpazos a la nada mientras Bestia comienza a saltar por toda la habitación, derribando a su paso cuadros de un tal Pedro González y libros de un estante.

- Un respeto por Pedro García Cabrera, Saulo Torón, Viera y Clavijo y las madres que los parió.- resuena en la habitación.

Los mutantes descubren ¡a la voz de ya! que están rodeados.

Un hombrecillo con bata mueve sus dedos como si de un brujo buriguri se tratara. A su izquierda una momia de pelo cano y con los ojos cerrados. A su derecha una momia señora que da miedo, y  a su lado, una momia con mirada hueca y triste que da mucha pena. En otro extremo, un momio larguirucho con pinta de Drácula y otro gordito y uno delgaducho en el que se puede apreciar una barbita que una vez estuvo bien recortada. 

- ¡Al ataquerrrlll!.- ordena el brujo buriguri

CRASH, BOOM, POW, BANG, RATATATATA

Las luces vuelven a apagarse, así que la oscuridad solo la rompe el resplandor de la batalla.

- Te di, estás muerto.- Advierte la momia señora a la Bestia.

Lobezno que levanta por los aires al momio con pintas de Drácula enciende un puro con su mano derecha y tras envenenarse los pulmones exclama: ¡Muy bueno, recórcholis!

- Es palmero, canastos, y hecho a mano peaso baifo.- le informa el brujo buriguri cogiéndolo por las piernas mientras la momia de pelo cano hace lo mismo con la cabeza.

- I surrender…-suplica Lobezno sin dejar caer el cigarro puro de su puta boca.

Cíclope, acorralado por el resto, se percata entonces que no puede incinerarlos a todos con su mirada de fuego.

- Recuerda lo que te enseñé.- le dice el profesor Xavier telepáticamente.- Recuerda lo que te enseñé.

- …

- ¡Recuerda!

V.- AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA

El sol ha salido hace media hora.

La chica maravillosa y el Hombre del Hielo juegan a conocerse mejor entre los jardines del parque García Sanabria mientras son espiados por un equipo de investigación de Telecinco.

Se ríen por nada, pareciera incluso que están borrachos. Y lo que es peor ¡endrogados!

El Hombre de Hielo lleva pegada en sus mejillas rastros de purpurina y parece que no le importa el olor a tabaco que sale de la boca de la mujer con hombros pecosos.

A lo lejos, y muy tiernamente abrazados, contemplan como un pequeño hongo devora media ciudad.

- No sé si te quiero.- le dice el Hombre de Hielo.

- Yo tampoco.- le responde La chica maravillosa.

No muy lejos, y en el mismo jardincillo, el Ángel le pregunta al Terminator:

- Después de lo que hemos hecho ¿nos conocemos mejor?

- ¡Nadie es perfecto!

- ¡Mutante!

 (*) Este blog, escrito con nostálgica ebriedad, está inspirado por el siguiente artículo publicado en Diario de Avisos.

Saludos, hace un año nos dejó Ezequiel Pérez Plasencia, desde este lado del ordenador.