Archive for Diciembre, 2010

Un maratón de películas cuya acción se desarrolla en Fin de Año

Viernes, Diciembre 31st, 2010

El asunto que tratamos en este post da para mucho pero como no tengo ánimo para quemarme demasiado la cabeza les propongo una serie de películas donde la Nochevieja ha sido de alguna manera protagonista directa o indirecta de la trama. Soy consciente que hay mucho más títulos de los escasísimos que recopilo, pero confieso que me he divertido bastante estrujándome el cerebro pensando qué cintas –por una u otra razón– me impactaron porque parte de su acción, precisamente, se desarrolla en tan señalado día.

El crepúsculo de los dioses (1950).- Vista sin prejuicios probablemente se trate de una de las mejores películas de terror de todos los tiempos. El filme está narrado por la voz en off de su protagonista, el cadáver de William Holden flotando en una piscina, quien interpreta a un guionista en horas muy bajas que evoca su relación de “chico de compañía” con Norma Desmond (Gloria Swanson), a quien reconoce en uno de esos diálogos que valen 20 premios Nobel:

William Holden:  Usted es Norma Desmond. Salía en las películas mudas. Era usted grande.
Gloria Swanson: Soy grande. Son las películas las que se han hecho pequeñas.

La escena que transcurre en Nochevieja se desarrolla en la ruinosa pero cargada de recuerdos sentimentales mansión de Desmond, donde Holden, el único invitado de la fiesta, baila tangos con la actriz/fantasma bajo la atenta mirada triste y resignada de Max, su criado que interpreta con enfermiza ambigüedad germana Erich von Stroheim. Tras un intento de suicidio de la actriz esa misma noche, Holden le desea “Feliz Año Nuevo, Norma” a lo que ella le susurra con un cadavérico pero también victorioso “Feliz Año Nuevo, cariño”. Dirige un maestro, Billy Wilder.

Tú y yo (1957).- Un melodrama de los de antes dirigido con pulso por Leo McCarey, responsable también de una de las mejores películas de los hermanos Marx, Sopa de ganso. La historia de amor entre un maduro playboy (Cary Grant) y una cantante (Deborah Kerr) –ambos comprometidos– que quedan la noche de despedir el año en el Empire State todavía me hace saltar alguna que otra lágrima.

El apartamento (1960).- La película no transcurre sólo en Nochevieja pero la fiesta de despedida del año juega un importante protagonismo en la última parte de esta obra redonda, maestra, del gran Billy Wilder. No me canso de verla y aún se me pone la carne de la gallina cuando Shirley MacLaine se detiene frente a la puerta cerrada del apartamento de Jack Lemmon y escucha un disparo que nos hace prever –a ella y a todos los espectadores– lo peor. Al final, Lemmon con cara de perro apaleado abre la puerta con una burbujeante botella de champán en la mano.

La aventura del Poseidón (1972).- Me refiero, claro está, a la original y no al innecesario remake que firmó el habitualmente potable Wolfgang Petersen en 2005. La primera y única Poseidón es la de Ronald Neame, protagonizada por, entre otros, Gene Hackman, Shelley Winters, Ernest Borgnine y Leslie Nielsen, entrañable actor que nos dejó en 2010 y que en esta redondísima cinta de catástrofes interpretaba al capitán del barco. Todavía recuerdo el impacto que me produjo cuando la vi acompañado de mi padre y de mis hermanos en el hoy desaparecido teatro San Martín de Santa Cruz de Tenerife y de comentarle a la salida del cine que La aventura del Poseidón era la mejor película que había visto hasta la fecha. Aún recuerdo la mirada de irónico asombro que me lanzó. Para quienes no lo recuerden, basta decir que la ola gigantesca que da la vuelta literal al crucero de placer se produce en Nochevieja.

EL PADRINO II (1974).- O cuando segundas partes son igual (o superior) a la primera. La escena de fin de año se desarrolla en La Habana, concretamente la Nochevieja de 1958 cuando el gobierno de Fulgencio Batista se desmorona estrepitosamente al ser incapaz de detener el avance de las fuerzas castristas. En esta escena, dirigida con mano maestra por Francis Ford Coppola, y que se desarrolla en el Capitolio habanero, el hijo pequeño de los Corleone, Michael (Al Pacino) convertido ya en Padrino, le revela a su hermano Fredo (John Cazale) que sabe de su traición a la familia.

Cuando Harry encontró a Sally (1989).- Nunca me cayeron demasiado bien ni Billy Crystal ni Meg Ryan pero me reconcilio con ambos gracias a esta comedia romántica dirigida por Rob Reiner. Además de la ya legendaria escena de la cafetería en la que Ryan finge un orgasmo, Sally y Harry se encuentran y desencuentra en esta película en varias fiestas de fin de año.

Días extraños (1995).- Dirigida probablemente por la directora más masculina de la historia del cine, Kathryn Bigelow, y protagonizada por Ralph Fiennes, Juliette Lewis, Angela Bassett y Tom Sizemore, entre otros actores, Días extraños se desarrolla los últimos días de diciembre de 1999, en medio de unos caóticos festejos por el fin del milenio. Entre medio, un ex policía y su antigua compañera unen fuerzas para combatir una droga ilegal de alta tecnología denominada SQUID, que permite al usuario experimentar como propios los recuerdos y sensaciones grabados por otros. No la he vuelto ver desde su estreno así que no sé como habrá envejecido para mis actuales apetencias, pero sí que me gustó bastante la primera y no sé si última vez que la contemplé en pantalla.

Four Rooms (1995).- Películas de cuatro episodios dirigidos por Allison Anders, Alexandre Rockwell, Robert Rodriguez y Quentin Tarantino que se desarrolla en un hotel la noche de fin de año. Lo mejor de esta película además de su notable banda sonora es el capítulo que firma Rodriguez y que interpreta, si no lo recuerdo mal, Antonio Banderas con dos niños que parecían sacados del mismísimo infierno. Se trata de una comedia loca, eso es lo que tengo registrado en el disco duro de mi memoria al menos. El último episodio, el que firma Quentin Tarantino, pone al día un viejo capítulo de la serie Alfred Hitchcock presenta que, si no me equivoco, está inspirado en un relato del excelente escritor Roald Dahl.

BOOGIE NIGHTS (1997).- En esta larga e interesante crónica sobre los comienzos del cine pornográfico y del ascenso, caída y posterior rehabilitación de una de sus estrellas, Dick Griers (personaje inspirado en John Holmes, muy popular en esta industria por sus 27 centímetros aproximados de carne cruda), su interesante director Paul Thomas Anderson relata el paso del tiempo sirviéndose de varias fiestas de Nochevieja en la que en una de ellas el ayudante del dirección (William H. Macey) del equipo que dirige Burt Reynolds opta por el suicidio tras disparar a su mujer (papel que interpreta una star real del porno Nina Hartley) y sus amantes cansado de sus constantes infidelidades. La muerte de Macey en la película sirve además para que el director nos diga que en 1979 se puso fin a los hedonistas años 70 para dejar paso a los conservadores 80.

El fin de los días (1999).- Ya nos hemos olvidado pero la transición de 1999 a 2000 resultó un filón para explotar la idea de que el siglo XXI no iba a traernos nada bueno. En esta ocasión el hipervitaminado Arnold Schwarzenegger se las ve y se las desea con el mismísimo diablo, un divertidísimo y gamberro Gabriel Byrne. Dirige Peter Hyams.

Para completar esta improvisada lista y a modo de aperitivo, yo escogería para iniciar o finalizar esta maratónica sesión exhibir el cortometraje canario Como siempre, de Jairo López. Una cinta intimista y de amigos que transcurre, era inevitable, en una noche de fin de año.

Saludos, desordenadamente cinéfilos, desde este lado del ordenador.

El día en que recordé a Ed Wood

Jueves, Diciembre 30th, 2010

El martes pasado, día de los Santos Inocentes que ya no lo son tanto, asistí a la función de los Cuentos chinos del Cuarteto Catón. El espectáculo se desarrolló en el Kstillo, un espacio lagunero que pide a gritos convertirse en referente del agitado e independiente mundillo cultural que se agita en esta isla abonada a la tontuna, y contó con una respetable presencia de público, que permitió a los catoneses regalar a los que allí estábamos presentes con instantes de risas, reflexiones e incluso momentos que para quien les escribe resultaron muy emocionantes.

Esa noche de martes fría y húmeda como son casi todas las noches invernales laguneras, los del Cuarteto Catón tuvieron la generosidad de escoger uno de los textos que almacena El Escobillón para ponerlo en escena con parte del público asistente al acto. Ver en vivo lo que escribí con peor o mejor fortuna hace mucho tiempo produjo reacciones encontradas. Sentí nervios, me calmé cuando algunos espectadores soltaron la risa e incluso recordé como Ed Wood –en el memorable biopic que Tim Burton realizó sobre el presunto peor director de la historia del cine– se emociona cuando asiste a la primera proyección de su ¿obra maestra? Plan 9 del espacio exterior indeferente a la monumental y gamberra indignación de los espectadores.

En esa escena,  Ed Wood/Johnny Depp ajeno al desastre y con mirada de loco, susurra entre dientes los disparatados diálogos de su película.

Algo parecido me pasó a mi la noche del martes, aunque quiero creer que las risas del respetable más que de diabólica burla estuvieron provocadas porque les hacía gracia lo que representaba ese improvisado grupo de actores al sacar no sé si lo mejor o lo peor de un texto que fue escrito (como casi todos) en un rapto de (¿in?)sensatez.

Cuentos chinos lo conforman una serie de lecturas dramatizadas que los miembros de Cuarteto Catón escogieron de, entre otros, Angélica Liddell, Antonio Jiménez Paz y Eduardo Mendoza. Y lograron lo que parecía imposible, que yo como espectador visualizara cada una de esas piezas sin el esfuerzo de recrearlas en la cabeza.

Como persona poco habituada al teatro y a su candente directo puedo asegurarles que con independencia de que dieran sangre a uno de mis post, la experiencia me resultó muy gratificadora puesto que contribuyó a subir un poco más esa bolsa valores en la que se ha convertido mi autoestima.

Quizá sea por la aparente sencillez de la propuesta que oferta el Cuarteto Catón. Y escribo lo de sencillez porque lo que leen y logran que el espectador vea no es para nada sencillo y en ocasiones tranquilizador.

Por esas y otras muchas razones, sólo puedo expresarles mis gracias más sinceras a este grupo independiente de teatreros. 

Lo dice, con el corazón en la mano, la momia.

Saludos desde este lado del ordenador.

Está pasando, lo están viendo

Miércoles, Diciembre 29th, 2010

Que 2011 va a resultar un año funesto pese a que aún sigamos nadando en las aguas de una opulencia falsa que ya es prácticamente inexistente, es algo que espero no se le escape a casi nadie.

Cosas de la crisis, el sistema se quita la careta del despilfarro para además de recortar derechos laborales que han costado sangre, sudor y lágrimas conseguir a lo largo de la historia, reconducir la situación hacia un amenazador fascismo con sabor a regaliz al que ahora suma a esa desquiciada (y censurable) política de prohibiciones varias, la de fundir a negro (en el caso que me toca) medios de comunicación que, como CNN+ , han sido irrepochables profesionalmente pero poco rentables desde el punto de vista empresarial.

Entre los aspectos más sangrantes y trágicamente cómicos –a mi juicio– del cierre de CNN+, tras once años emitiendo noticias en español salpicados de animados debates en los que la pluralidad era una de sus señas de identidad, es que su desprecio a los trabajadores que dejan en la calle y a esa audiencia minoritaria pero fiel -– su cuota de pantalla en noviembre se situaba en el 0,5 por ciento–  será sustituida ahora por la emisión en pruebas de Gran Hermano 24 horas.

Paradójico y cruel final para CCN+, que deja este hueco de noticias y debates para que su nueva audiencia ¿disfrute? de lo que hacen y dejan de hacer un grupo de escogidos papanatas que representa los más bajos instintos de este país que todavía me atrevo a llamar España.

No cuestiono, así son las reglas del juego, la durísima decisión empresarial que ha ordenado apagar definitivamente y con el mando a distancia la emisión de CNN+, pero no deja de conmoverme el mensaje final que el presentador de su último informativo, Benjamín López, pronunció en su discurso de despedida: “probablemente, todos pagamos ahora, los errores de otros”.

La negativa de PRISA Televisión a continuar produciendo el canal tras la fusión de Telecinco y Cuatro revela por donde iban los tiros de Benjamín López, y también a por donde irán en ese nuevo orden mundial que nos espera el próximo año. Tiempo en el que ya nadie entenderá de sueños ni de ilusiones pero sí “de cifras puras y duras”.

Tal y como está el panorama, con una televisión cada día más tonta, al espectador con algo de luces en la cabeza sólo le queda la opción de mandar al carajo este y mucho me temo que otros medios de comunicación para buscar refugio en otros territorios que aún no han sido contaminados por la rueda de la mediocridad informativa y cultural que nos aplasta.

No podemos así claudicar ante las grandes cadenas (por ejemplo, ese monstruo cuya fusión se hará efectiva en 2011 y que ha dado al traste con un canal donde aún se respiraba pluralidad) por una sencilla cuestión de higiene mental. Y sí animarnos, por el contrario, a rastrear oasis donde se hable y discuta en libertad.

Asumir, en definitiva, que somos las víctimas de lo que está pasando y que ha llegado el momento de decir basta.

Saludos, así están las cosas, desde este lado del ordenador.

En vísperas del día de los Santos Inocentes

Lunes, Diciembre 27th, 2010

REAPARACE EL CUARTETO CATÓN…

Buen día han escogido los del Cuarteto Catón para presentar sus Cuentos chinos: el 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes) en el Kstillo, a las 19.30 horas.

Un aire de sabroso misterio rodea a este cuarteto que ya suena con fuerza en los mentideros culturales de las islas porque apenas se han dejado ver salvo–y por el momento– en esas catacumbas que sirven de refugio a los que quieren respirar una cultura hecha aquí pero sin presiones de aquí.

¿De qué va esta pandilla? Pues por lo que me chivan algunos de los elegidos que han tenido la suerte de disfrutar de sus ensayos, de un espectáculo sanamente provocador en una escena como la canaria tan necesitada de espectáculos sanamente provocadores. Una inyección que espero regenere el cuerpo enfermo del teatro en Canarias, demasiado dividido en los últimos tiempos entre los que apuestan por seguir haciendo de cómicos de la legua independientes y los que resignadamente han optado por bajar la cabeza.

Cuarteto Catón está formado por profesionales de la escena, gente que se ha curtido en las tablas y que han decidido ahora recuperar una iniciativa que hunde sus raíces en 1993 y cuyo nombre se inspira en las antiguas cartillas que los escolares empleaban para aprender a leer.

Y de eso debe tratarse: que aprendamos a ver otro teatro.

OTRA VISIÓN DE LA LEY SINDE

Interesante reflexión la que el cineasta Nacho Vigalondo propone en su blog alojado en la edición digital de El País sobre la polémica Ley Sinde.

CACHONDEO, MUCHO CACHONDEO…

Recibo el número de invierno del fanzine 2000 Maníacos, que dirige desde la tierras de la naranjas, Valencia, Manuel Valencia (no es redundancia). El número, hace el 41, convierte a 2000 Maníacos en la revista más longeva de este tipo en España y dedica la mayor parte de sus contenidos al Grindhouse o lo que popularmente se conoce en estas tierras como programa doble y cine de barrio. Una práctica que si bien no se desarrolló bastante en Canarias (lo más cercano que tuvimos fueron las sesiones de las cuatro de la tarde los domingos y ver las películas para adultos que reestrenaban en los cines de barrio) te hace despertar una rara nostalgia.

Entre los artículos que se puede leer está uno dedicado a sir Benjamín Turner, que firma Charly Álvarez. Me pregunto todavía si ese señor, Turner, existió realmente (es una broma porque Turner es una broma). Entre otras piezas dice su biógrafo oficial, Álvarez, que dirigió Boilerplate and me (1907), una comedia fantástica donde cuenta “sus divertidos intentos de enseñar modales a su robot victoriano” o Horny Pandemonium (1917), en la que “una caterva de demonios saca los horny pandemonium colores a las damas de Newport con sus acrobacias genitales” (¡!). 

UNA DE ROMANOS

Veo en dvd debidamente alquilado Centurión, una de romanos dirigida por el interesante realizador británico Neil Marshall y la verdad es que descubro una película de aventuras al viejo estilo, más cerca del western que del cine de romanos de toda la vida. Marshall es director también de ese curioso remake de Zulú que es Dog Soldier (un grupo de soldados británicos en maniobras se las ve y se las desea al verse rodeado en una casa perdida en el bosque por una horda de hombres lobos) y The Descent, en la que unos aficionados a los deportes de riesgo se las ven y se las desean con los miembros de una especie que va un poco más allá de la de los gárrulos con aficiones sodomizadoras de Delivarance, del casi siempre correcto John Boorman.

GRACIAS A USTED, LECTOR

Vuelvo a leer por recomendación de un lector del blog Cárcel de mujeres de Sinclair Lewis y confieso que en poco menos de dos días estoy a punto de finiquitar esta novela que iba acumulando polvo en la fantástica biblioteca de mi padre.

Es tanta la pasión que me entra por Lewis que visito el domingo el Rastro con la esperanza de encontrarme con otras de sus novelas y como los dioses acompañan me encuentro con Aire libre pero en un estado tan lamentable que descarto llevármela a casa.

Cárcel de mujeres se llevó al cine el mismo año de su publicación, 1933, con el título original de Anne Vickers. El filme estuvo protagonizado por Irene Dunne (nunca terminó por llegarme esta actriz) y dirigida por John Cromwell, un cienasta clásico que pide a gritos su recuperación.

Mientras tanto me pregunto si debo cometer un delito como es pedirle a un amigo que me haga el favor de bajarla…

Pero no sé, no sé…

Saludos, en vísperas del día de los Santos Inocentes, desde este lado del ordenador.

Poesía canaria: ‘Uni-Verso’

Domingo, Diciembre 26th, 2010

Nunca he entendido a los que van de poetas por la vida. Será porque desde pequeño me enseñaron que la poesía son todas aquellas cosas que eres capaz de apreciar sin necesidad (ni necedad) de poblarla de metáforas. En fin, que todos los que pensamos somos de alguna manera poetas aunque no te subas la bragueta.

Canarias es un territorio presuntamente poblado de poetas. Vates infelices que afortunadamente mantienen un respetable tren de vida gracias a dedicarse a otros menesteres. Eso sí, los fines de semana lo dedican a sus versos que terminarán por convertirse en libros que sus familiares, un puñado de amigos que ya tienen reserva en el paraíso y algún despistado adquirirán –no por amor al arte– sino por solidaridad y con independencia de que su autor sea hombre o mujer. O mujer u hombre.

He llegado a la conclusión –tras muchos años compartiendo mesa y mantel con ellos, con los que dicen son poetas– que a la mayoría hay que darles de comer aparte porque siempre tengo la sensación de que al estar rodeado de poetas huelo a círculo privado y ponzoñoso con todas las heces que genera esto de los círculos privados y ponzoñosos.

Y pese a todo (inocente e ingenuo que soy) reconocer que no deja de abrumarme que pese a la peste estoy curado del odio que se ventila en estos cenáculos sin ventilación y por lo tanto cerrados. Me pregunto, eso sí, ¿por qué no ponen fin a esa falta de objetividad y envidia radioactiva que los alimenta?

En mi caso le debo a estas batallitas entre poetas de uno y otro signo que, como lector, haya despertado una indiferencia ante lo que trabajan al constatar que esos mismos vicios que los devoran están muy por encima para todos ellos de la calidad de la obra a la que ponen en la picota.

Por muy buena o mala que sea.

El problema es que como son tantos… Tantos como cucarachas, al final termino casi siempre conmoviéndome con todos ellos. Será porque me asomo a ese grandioso pozo de estupidez humana en el que se encuentran y me quedo sin palabras.

 Unos se señalan (con el dedo meñique) a otros y los otros se señalan (también con el dedo meñique) a esos unos que los señalan.

Entonces pienso, no obstante, que cuando las cucarachas digo los poetas pueden verse las caras y discutir todo es vomitiva y patética corrección política.

Así que perdonen las cucarachas (vaya, digo los poetas canarios) pero siempre me he preguntado porque pasa esto con los que van de poetas en este territorio cuando en otros establos culturales no he visto esta hipócrita manía depredadora muy obsesionada –eso sí– en que la peste no salga de sus ridículos petit comité.

Cuando era muy pero lo que se dice muy joven recuerdo que había un grupo de poetas que se hacía llamar Uni-Verso que se reunía en una cafetería céntrica de la capital tinerfeña donde sus miembros leían sus poemas y hablaban de lo divino y de lo humano sin apenas llegar al nivel de El libro gordo de Petete.

No molestaban a nadie, esa es la verdad, salvo a los lectores no iniciados que tropezaban con sus versos en la sección Versos cada Día del (inevitable) periódico El Día.

Por otro lado, en una tasca que se decía canaria otros poetas iluminados imitaban el mismo estilo que los del Uni-Verso sólo que con más (aparente) rigor. Eso aseguraban ellos.

Mientras tanto, en la Universidad de La Laguna otra panda presuntamente con luces hacía ídem de ídem creyéndose lo más en un mundo (uni-verso) que no salía de sus sucios ombligos.

Este enrarecido ambiente me hizo concluir que mi cuarentena hacia la poesía que se hacía en Canarias tenía toda la razón de ser al comprobar que todos sus miembros eran (¿son?) diletantes uni-verso. Y como tales, iluminados que se creeen con derecho de pernada siempre y cuando no salgan sus descacharrantes reflexiones de sus círculos enfermizos.

Voy concluyendo: el poeta canario (o esa criatura que se cree poeta canario) piensa realmente que es poeta cuando –a mi juicio– no es nada y mucho menos poeta. Y lo escribo porque no siento (¡afortunadamente!) lo mismo con la gente que hace rock, canción de autor y cine en estas islas desordenadas.

Esa pibada (rockeros, cantautores y cineastas) crea y arriesga porque por sus cojones crea y arriesga. En la mayor parte de las veces contra viento y marea. El poeta canario no, el poeta canario es poeta canario porque nadie (y mucho menos los que forman parte de esa gran enemistad que no hermandad que son los poetas canarios) quiere molestarse en decirle a la cara lo que piensa de su obra.

El único poeta de verdad que he conocido en vida en esta tierra de cobardes fue un poeta canario que ninguno de los que van de poetas reivindicaría. Ese poeta, Eugenio (Yeyo) Millet, no perteneció a ningún grupúsculo casposo aunque sí practicó involuntariamente el venenoso onanismo que los poetas de aquí practican entre ellos mismos porque –mucho me temo– sus (in)felices creaciones quedan reducidas generalmente a ese pequeño círculo de enemistades peligrosas que son los poetas uni-verso canarios. 

Y escribo uni-verso porque los que van teñidos de poetas en mi patria es un almendro son, precisamente, eso: uni-verso.

Es decir que ellos (independientemente de las familias a las que pertenezcan) no practican más versos que uno.

Y sobre ese uno giran todas esas escuelitas poéticas canarias que se devoran (ya por costumbre) en petit comité.

Ya saben: “ese/a es malo/a, ese es maricón, esa es tortillera, ese/a no sabe escribir, ese/a es hijo del…”

Ya saben…

Poetas canarios.

Saludos, vergüenza debería de darles, desde este lado del ordenador.

Un debate que no hace ningún bien ni a creadores ni a usuarios

Sábado, Diciembre 25th, 2010

No creo que se deba a mi profundo desconocimiento de la ciencia de la red, más bien a una buena crianza en la que me enseñaron a amar los objetos culturales. Es cierto, reflexiono, que esta costumbre puede degenerar en eso que llaman fetichismo y aún admitiendo que algo de eso hay dentro de mi cabeza, confieso que debo ser de los pocos españoles (y ciudadanos del mundo) que no se descarga cosas de la Internet primero porque no se ha preocupado en conocer cómo se descargan esas cosas y segundo porque le gusta (pese a que su cuenta bancaria mengue con la misma celeridad que el protagonista de la novela de Richard Mathenson) comprarse legalmente un disco, un dvd, un libro…

Por ello ni me declaro a favor ni en contra del combate que el Gobierno de España ha emprendido contra las descargas de contenidos protegidos por la propiedad intelectual, iniciativa que se ha llevado el primer batacazo al ser rechazada lo conocemos como Ley Sinde en el Congreso de los Diputados esta misma semana que ahora termina.

No entiendo muy bien, la verdad, de que va este asunto. Ni la utilidad de un proyecto legislativo que pretende, entre otros puntos, cerrar esa especie de isla de la Tortuga en la que se han convertido estos sitios a los que masivamente recurren los internatutas de este país para ahorrarse un dinero.

Así que planteo con ingenuidad analfabeta ¿si el Gobierno de España tuviera la autoridad suficiente para clausurar estos sitios no podría el consumidor español acceder a páginas similares pero ahora alojadas en otros países?

¿No será que hay un verdadero culpable del que nadie habla porque está por encima no ya del bien y del mal, sino de todos nosotros. Pobres consumidores mortales?

Y en este sentido, ¿por qué la Ley Sinde persigue a los creadores de estos piráticos territorios pero no a los operadores de telefonía?

¿Quién se lucra realmente de este estado de las cosas?

Es fácil señalar con el dedo a los usuarios de la red y acusarlos de que se han acostumbrado a vivir del cuento porque casi todo en Internet es gratis cuando no es así la cosa. El debate es mucho más amplio y complejo que reducirlo a los que están a favor (y paradójicamente) en contra del cierre de estos sitios web. De hecho, creo que esos millones de consumidores que descargan música y películas tienen más puntos en común con los creadores de los que ambos grupos piensan porque no son enemigos sino víctimas de unas circunstancias que se encuentra muy por encima de todos ellos.

Lo recomendable, a mi entender, es que ambos sectores ante la normativa antidescargas –incluida como disposición final en el texto de la Ley de Economía Sostenible (LES)– se vean las caras y sean capaces de llegar a un consenso que beneficie a estas partes en conflicto.

El problema es que la polémica Ley Sinde –muy mal vendida en cuanto a comunicación se refiere–  se encuentra ahora en manos de los partidos con representación en la Cámara, fuerzas a las que en verdad les importa un pimiento lo que suceda  aunque exploten esta polémica como otra piedra que poner en el camino a un Gobierno cuya mayor preocupación es la de no ahogarse antes de las próximas elecciones.

En este aspecto, no sé hasta que punto puede tener razón EAJ-PNV cuando reclama votar por separado la Ley Sinde al considerar que las medidas de protección a la propiedad intelectual deberían tratarse de manera separada a la Ley de Economía Sostenible. Arrugo las líneas de la frente, eso sí, cuando esta fuerza política insta a la creación de una comisión como la que existió para reformar la Ley de Propiedad Intelectual.

Sí que entiendo, en todo caso, que se deba buscar un marco que permita a los usuarios disponer de contenidos legales en la Red a precios asequibles con el objetivo, entre otros, de no perseguir ni criminalizar a los usuarios.

Según González-Sinde los creadores son conscientes de que su futuro y su presente depende absolutamente de que haya unas reglas del juego “justas y equitativas” en la Red aunque no puedo evitar una mueca de cansancio cuando afirma que si no es así “poco a poco perderemos patrimonio cultural, se dejarán de hacer inversiones y sólo tendremos una cultura de amateur”.

Me gustaría que la señora Sinde precisara que entiende por “cultura amateur” y cuál sería su reacción si esa “cultura amateur” también fuera víctima de esas isla de Tortuga. Ya saben, los responsables de las páginas de descargas de contenidos protegidos por la propiedad intelectual.

En definitiva, que me parece un debate demasiado complejo en el que ni los propios artistas españoles que han saltado a la palestra defendiendo la Ley Sinde parecen tener las cosas en claro.

Observo, eso sí, opiniones para todos los gustos y una división entre usuarios y creadores que no hacen bien a nadie.

Saludos, en el día de Navidad de este 2010, desde este lado del ordenador.