Archive for Marzo, 2011

El libro de los doce

Jueves, Marzo 31st, 2011

Como en toda antología que se precie no están todos los que deberían de estar pero quién sabe, igual el éxito de Generación 21: nuevos novelistas canarios obliga a Ediciones Aguere –que publica este volumen en colaboración con Ediciones Idea– a una segunda, una tercera… o una cuarta entrega con nuevos nombres que ahora no aparecen registrados.

El libro, de unas 260 páginas, publica doce relatos y está antologado por Ángel Morales, quien explica en la introducción las razones que lo motivaron para organizar la publicación de Generación 21.

Se trata, en todo caso, del primer título que compila en un mismo volumen el trabajo narrativo de una serie de escritores nacidos la mayoría de ellos en la década de los años sesenta del pasado siglo XX, y cuyos derroteros creativos en contra de lo marcado por sus padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos literarios, tantea sin prejuicios y en ocasiones con una estimable voz que sabe a viento fresco la novela de género.

En Generación 21: nuevos novelistas canarios participan David Galloway (Santa Cruz de Tenerife, 1960), José Luis Correa (Las Palmas de Gran Canaria, 1962), Anelio Rodríguez Concepción (Santa Cruz de La Palma, 1963), Álvaro Marcos Arvelo (Santa Cruz de Tenerife, 1965), Santiago Gil (Guía, Gran Canaria, 1967), Cristo Hernández Morales (La Laguna, 1968), Javier Hernández Velázquez (Santa Cruz de Tenerife, 1968), Víctor Álamo de la Rosa (Santa Cruz de Tenerife, 1969), Nicolás Melini (Santa Cruz de La Palma, 1969), Pablo Martín Carvajal (Algeciras, 1969),  Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) y Víctor Conde (pseudónimo de Alfredo Moreno Santana, Santa Cruz de Tenerife, 1973).

Como se observa, un amplio abanico de narradores aunque llame la atención la notable ausencia de mujeres, aunque quiero pensar que es más que probable que muchas de ellas se incorporen en próximas entregas de esta feliz iniciativa.

En cuanto a los relatos incluidos en Generación 21 todos ellos ofrecen una variedad de estilos y propuestas interesantes. Y en algunos casos, significativamente atractivas.

El libro, que será presentado el próximo 29 de abril en la sede la Mutua de Accidentes de Canarias (MAC), en la capital tinerfeña, a las 18.30 horas, sirve además como  excelente carta de presentación para dar a conocer el trabajo de cada uno de ellos, así como para atisbar por donde se mueven los estilos y  tendencias de este grupo escogido de nuevos (aunque ya veteranos) narradores canarios. Así que merece la pena seguirles la pista a la mayoría.

Generación 21: nuevos novelistas canarios incluye los cuentos relatos Vino el azúcar (Víctor Álamo de la Rosa); Isabel y los visionautas (Víctor Conde); Vida, pasión y muerte de Felipe Marqués (José Luis Correa); Sin cara ni cruz (David Galloway); El encargo (Santiago Gil); Las seis caras del azar (Cristo Hernández): Los ojos de Henry Fonda (Javier Hernández Velásquez); Huellas en el barro (Álvaro Marcos Arvelo); La edad de Cristo (Pablo Martín Carvajal); Una superviviente, tal vez eso lo explica todo (Nicolás Melini); Otra vida (Alexis Ravelo) y El perro (Anelio Rodríguez Concepción). 

Saludos, caminante no hay camino, se hace camino al andar, desde este lado del ordenador.

¿Por qué haces el idiota, ‘Bambi’?

Miércoles, Marzo 30th, 2011

INTRO.

Un camarada de los que se parten del pecho me hizo entrega de este informe psiquiátrico. Yo tampoco le doy credibilidad al puñado de papeles del que me hizo entrega.

EL SUJETO.

El paciente creció viendo películas de dibujos animados donde los protagonistas se partían la cara y les salían los ojos de las órbitas y escupían olas de espuma cuando contemplaban a una cosita linda.

Esto nos hace pensar que el enfermo, fogueado en las artes del acoso y derribo y del derribo y acoso que les enseñaron aquellas fantasías animadas de ayer y hoy, sea inmune al tratamiento Walt Disney.

Hemos averiguado, sin embargo, que el sujeto se pone muy nervioso cuando le hablan de Bambi.

Al parecer vio la película con ocho años de edad y algo se quebró dentro de él.

No deja de repetir: ¡Déjame en paz, Bambi!

Así que recomendamos que se le aplique sobredosis de Bambi.

EL PACIENTE. CASI 70 AÑOS DESPUÉS

PACIENTE (escupiendo babas): ¿No lo entiende, doctor? ¡Solo imaginar que podré ver Bambi otra vez…!

DOCTOR: ¿Qué?

PACIENTE (llevándose las manos al cuello): ¡Póngame la camisa de fuerza y que me sometan a nuevas sesiones de electroshock!

DOCTOR. ¿Y una lobotomía?

PACIENTE (haciendo cuenta con los dedos): ¿Otra más, doctor?

DOCTOR (tosiendo): Me hablaba de Bambi. Continúe usted con lo de Bambi…

PACIENTE: Lo vi en un cine, doctor, del que guardo gratísimos recuerdos. Se llamaba  el Cinema Victoria y se encontraba justo debajo del Teatro Baudet, en la por aquel entonces avenida del general Molo hoy bautizada de las Islas Canallas.

DOCTOR (sacando la libreta de notas de uno de los bolsillos de su bata blanca): Siga, siga usted…

PACIENTE: En ese cine proyectaban de todo. Y durante un tiempo incluso se atrevieron a programar semana sí, semana no, extraños ciclos entre los que recuerdo uno dedicado al terror español.

DOCTOR (frunciendo el ceño): ¿Y vio usted esas películas?

PACIENTE: ¿Las de terror español? No. Era menor de edad, así que me limitaba a imaginarlas viendo sus carteles…

DOCTOR (decepcionado): Ya, ya…

PACIENTE: Pero como todo en esta vida el Cinema Victoria cerró. Ahora es un garaje. Es como si convirtieran una catedral en cancha de baloncesto. ¿Lo entiende, doctor?

DOCTOR: Haga el favor de continuar…

PACIENTE: Yo…. A veces cuando paso delante de lo que fue el Cinema Victoria quiero entrar en lo fueron sus tripas.

DOCTOR (levantando la ceja izquierda): ¿Sus tripas?

PACIENTE (algo molesto): Me refiero a estar dentro del garaje, doctor. No sé, igual tengo la esperanza de regresar a un pedazo despiezado y despiadado de mi infancia.

DOCTOR (pensativo): Mmmm, muy interesante pero volvamos con Bambi.

PACIENTE (tajante): No he vuelto a verla.

DOCTOR (se rasca la oreja derecha con el bolígrafo): ¿Por qué?

PACIENTE: Me da miedo.

DOCTOR (insistiendo): ¿Por qué?

PACIENTE: ¿Por qué? Porque me da muy mal rollo que maten a su santa madre.

DOCTOR (sorprendido): ¿A mi madre?

PACIENTE: A la de Bambi.

DOCTOR (subraya en rojo tres veces Bambi en su libreta): Ahhhh.

PACIENTE (nervioso): Luego conoce a sus amigos.

DOCTOR: ¿Qué amigos?

PACIENTE: En Bambi. Los amigos de Bambi, doctor. Primero el odioso Tambor.

DOCTOR: ¿Tambor?

PACIENTE (muy nervioso): Tambor. Odio a Tambor….

DOCTOR (falsamente preocupado): Relájese.

PACIENTE (más y más nervioso): Odio a Tambor.

DOCTOR (tranquilizador): Tómese una tila.

PACIENTE (echando espuma): Odio a Bambi. Odio a Tambor. Odio a…

DOCTOR (alarmado): Enfermera, haga argo.

ENFERMERA (canturrea mientras coge maternalmente la cabeza del enfermo): En un mundo mágico y de coloreeees…

Saludos, shhhhh, desde este lado del ordenador.

Tirar de la cadena

Martes, Marzo 29th, 2011

Ahora que se habla tanto de nueva literatura canaria no quisiera que pasara desapercibido (aunque no ha pasado porque ya va por su segunda edición) una novela que los críticos con caspa calificarían de antiliteraria y los lectores desprejuiciados como una divertida bomba de relojería entre las manos. Me refiero a la excesiva, escatológica, picaresca, revoltosa, vomitiva Islas Canallas, de Miguel Díaz Díaz Zurda.

Miguel Díaz Díaz Zurda fue uno de los miembros de bandas tan reconocidas en el universo alternativo y profundamente ideologizado del rock canario de los 80 como Escorbuto Crónico y Guerrilla urbana, un grupo hizo bandera roja y negra con sus canciones.

Y algo de eso queda en su debut literario. De producto con ganas de acoso y derribo cuando retrata con una ironía no exenta de excentricidades la vida y ¿obra?  de una familia bien lagunera que podría haber nacido perfectamente en Santa Cruz de Tenerife.

Es el retrato además de una iniciación hacia la nada más tonta. Aderezado con toneladas de alcohol y drogas. También una incómoda novela que arremete con furor despiadado hacia una sociedad –como es la nuestra– que no ha superado aún sus castas.

Unos porque aún tienen la sartén por el mango y otros por idiotez. O asumir la cómoda hipocresía de dejar las cosas como están.

Islas Canallas tiene, de todas formas, un fondo que trasciende lo que en apariencia pudiera resultar un relato con aspiraciones solo a provocar, y es que se trata de una historia turbadoramente vital y con sabor amargo, que no sabe a futuro ni a redención aunque la ironía que emplea su autor esconde, a mi juicio, una épica capacidad de rebeldía y resistencia que por derecho debe ocupar un puesto destacado en las nuevas corrientes literarias canarias.

Porque Islas Canallas es pionera en su género. Y porque su autor insiste –aunque ahora más en clave de ficción– con lo mismo en El triunfo de la golfería (1).

Y escribo un puesto destacado porque Islas Canallas –se lee en un par de horas– se mastica bien, se digiere mejor aunque te dé algún que otro retortijón. 

En Islas Canallas no hay odio sino puro y sano nihilismo, eso que tanto espanta a una caterva  de presuntos ilustrados.

Y ese puro nihilismo lleva al autor a escribir “Nadie le había visto. ERROR. En Tenerife siempre te ven. No importa donde estés, lo que parezca ni la hora que sea. Chivatos. Es lo único que sobra en la isla picuda”, al mismo tiempo que pelea con un retorcido sentido del humor de alto octanaje cropófilo contra la iglesia católica y sus tradiciones. Tan presentes en La Laguna. Y no solo en Semana Santa.

Entre otros, a mi uno de los mejores momentos de esta novela radical e irreverente es el episodio que describe el paso por las calles del Cristo lagunero.

Y eso que su autor no sabe explotarlo con dinamita. No obstante, me tomé la libertad de imaginarlo a mi gusto, por lo que le agradezco que me permitiera reconstruirlo y alterarlo a mi manera.

Con esto quiero decir que Islas Canallas, entre otras cosas, da ideas.

Y que habrá buena gente que las coja y otra buena gente que no. La mala gente, que también la hay, se limitará a tirar este libro a la hoguera donde no reina la vanidad y luego se refugiará en sus cuarteles de invierno a expiar sus culpas.

¿Será porque Islas Canallas es incómoda?

Quiero pensar que no.

En todo caso, Islas Canallas es una novela a la que le pueden superar sus pretensiones pero éstas no minan su capacidad vitriólica y gamberra.

Y solo por eso, a mi me parece un título (y un autor) muy a tener en cuenta en lo que se quiere llamar nueva generación literaria canaria.

(1) Islas canallas y El triunfo de la golfería están editadas en la colección Los 80 pasan factura de la editorial Lágrimas y Rabia.

Saludos, tirando de la cadena, desde este lado del ordenador.

Noticias sobre ese cine que tanto nos (dis)gusta

Lunes, Marzo 28th, 2011

PRIMER TRÁILER DE LA SENDA

Pese a que aún se está rodando en la Ciudad de la Luz, Alicante, ya se puede ver un primer tráiler de La senda, largometraje del cineasta canario Miguel Ángel Toledo.

El filme, coproducido por Era Visual, Totem Producciones, Tornasol Films y Castafiore Films, con el apoyo del IVAC, Canarias Cultura en Red y Canal 9, tiene un presupuesto de dos millones y medio de euros, de los cuales el ochenta por ciento lo aportan las productoras valencianas Era Visual, Tornasol Films y Castafiore Films y el veinte por ciento restante la productora Totem Producciones.

El rodaje en Ciudad de la Luz se va a prolongar durante ocho semanas. Una primera entrega de la película –a través de sus ventas internacionales–  se podrá ver en el festival de Cannes.

La Senda se inscribe dentro del terror psicológico para contar una historia que “surge con honestidad para tratar temas como la culpa, el autoengaño, el maltrato psicológico, y el fenómeno de la incomunicación en el ámbito familiar”, señaló su director, Miguel Ángel Toledo, que firma el guión del largometraje junto al también canario Juan Carlos Fresnadillo.

La senda está protagonizado por Gustavo Salmerón (Fuera del cuerpo), Irene Visedo (Cuéntame cómo pasó), y el niño Ricardo Trenor.

EN APOYO DEL FESTIVAL DE SITGES Y DE SU DIRECTOR

Entre otros directores de festivales de cine españoles que firman el manifiesto No a la censura. En defensa del Festival de Sitges y su director, se encuentra Claudio Utrera, responsable del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria cuya XII edición se celebrará entre el 1 y 9 de abril.

Los firmantes del manifiesto lamentan que el diario El País diera carácter de noticia a una filtración sobre la intención de la Fiscalía de Barcelona de presentar una denuncia en los juzgados de esta ciudad contra el director del Festival de Cine de Sitges, Ángel Sala, por la exhibición de la polémica película A Serbian Film en la última edición del certamen.

Entre otras cosas, el texto de apoyo dice: “Se trata de un hecho sin precedentes en la historia de los festivales de cine de España desde el restablecimiento de la democracia, y un atentado contra la libertad de expresión, y la libertad de trabajo, del actual director del Festival de Sitges, Ángel Sala, por cuanto debe ejercer su labor como gestor cultural en libertad sin más limitaciones que las determinadas por las exigencias profesionales de su cargo. El trabajo humano se basa asimismo en el libre albedrío, el cual se funda a su vez en la naturaleza humana.”

EL TRÁILER PROHIBIDO DE BLACKTHORN

El Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria acogerá el estreno de Blackthorn, película del director canario Mateo Gil.

Curiosamente, las primeras imágenes de la película, en la que la actriz Magaly Solier comparte escenas con Sam Shepard y Eduardo Noriega han sido retiradas de la red por la productora del filme, Arcadia Motion Pictures.

Según la página Cinencuentro.com un representante de la casa cinematográfica les informó que este primer tráiler no era el definitivo de la cinta, sino solo un video “para mercados internacionales de cine”.

Para ver imágenes de la película (que no tráiler) pueden hacerlo sin embargo pinchando este enlace de contenidos multimedia de Canarias 7  y hacerse una idea de lo que a simple vista parece que será un prometedor western que se desarrolla en tierras bolivianas.

EMBARGO

El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM número 67, Lunes 21 de marzo, página 913) anuncia que el Juzgado de los Social de Madrid hace saber que  “el procedimiento de ejecución número 323 de 2010 de este Juzgado de lo Social, seguido a instancias de doña Paloma Rodríguez López, contra la empresa Markab Creativos, Sociedad Limitada” estima el “embargo de los bienes de Markab Creativos, Sociedad Limitada, Mora de la Rubia Vicente, Sociedad Limitada Nueva Empresa, Made in Canarias Proyecto Atlantia, Sociedad Limitada,y don Vicente Mora de la Rubia“.

También requiere a estas sociedades y a “don Vicente Mora de la Rubia” que en el plazo de diez días “manifiesten relacionadamente bienes y derechos suficientes para cubrir la cuantía de la ejecución, con expresión, en su caso, de las cargas y gravámenes, así como, en el caso de inmuebles, si están ocupados, porqué personas y con qué título, bajo apercibimiento de que, en caso de no verificarlo, podrá ser sancionados, cuando menos, por desobediencia grave en caso de que no presenten la relación de sus bienes, incluyan en ella bienes que no sean suyos, excluyan bienes propios susceptibles de embargo o no desvelen las cargas y gravámenes que sobre ellos pesaren, y podrán imponérseles también multas coercitivas periódicas.”

El texto finaliza: “Y para que les sirva de notificación en legal forma a Markab Creativos, Sociedad Limitada, Mora de la Rubia Vicente, Sociedad Limitada Nueva Empresa,Made in Cana-Proyectos Atlantia, Sociedad Limitada, y don Vicente Mora de la Rubia, en ignorado paradero, expido la presente para su inserción en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid”.

Saludos, a esto es todo por hoy, desde este lado del ordenador.

Así quieren que sean las cosas (dictadores y el cine)

Domingo, Marzo 27th, 2011

I.- UNA CIERTA ANGUSTIA

Una de las películas que más me ha costado ver es Raza, filme dirigido por  José Luis Sáenz de Heredia y escrita por un tal Jaime de Andrade.

Resultaba incómodo exhibirla en aquellos tiempos.

Al parecer el filme estaba escrito por el tal Jaime de Andrade y había que coger con pinzas el mensaje que ofrecía sobre nuestra Guerra fratricida.

Y si bien hay un buen puñado de películas que se desarrollan en este período, la mayoría de ellas rodadas en la misma España del Cara al Sol como de La Internacional, en aquellos tiempos de entrenamiento cinéfilo y cinéfago Raza era como una incómoda asignatura pendiente.

II.- MOTIVO DE ALARMA

Esto que les cuento probablemente pasó a principio de los ochenta, cuando un amigo me avisó por teléfono que iban a proyectar Raza en el cine Price de Santa Cruz de Tenerife y como colofón a un acto de Fuerza Nueva. En aquella sesión iba a asistir su jefe nacional, una mutación de esa razaBlas Piñar.

No fui.

Y no sé por qué. 

Años más tarde la vi en un pase de la Filmoteca Española y como suele sucederme con esos títulos que se dicen de culto, al descubrirla sentí que me habían engañado. 

Raza es roña. 

Y pienso: No llega bien a su 70 aniversario.

Aunque resista…

III.- FRONTERAS SOMBRÍAS

El director de fotografía Néstor Almendros reflexionó sobre la atracción de los dictadores en el cine en un artículo que les invito a que lean si pinchan este enlace.

Benito Mussolini erigió a las afueras de Roma los estudios Cinecittá, y derrochó todo el dinero que tuvo a su disposición para que se rodara Escipión el africano (Carmine Gallone, 1937), una de romanos que expande el Imperio Romanos por la cara. 

El ministro de Propaganda del III Reich, Joseph Goebbels, construyó a la medida de aquel régimen que no  llegó a los mil años una industria del cine que sí fue capaz de competir en igualdad de condiciones con la todavía emergente estadounidense.

Pero fue más por Adolf Hitler que despuntara en aquella cinematografía una de las pocas mujeres que han pasado a la Historia del Cine como directora, me refiero a Leni Riefensthal, y de su importantísima contribución a lo que significa el documental como género cinematográfico.

La primera vez que vi una de sus películas, El triunfo de la voluntad (1935), me encontraba  en otro sitio que no era Canarias.

El documental –de casi dos horas de duración– muestra el desarrollo del congreso del Partido Nacionalsocialista en 1934 en Nuremberg, con la llegada de Hitler en avión bajo sones wagnerianos.

El filme no cuenta con voz en off, se limita a enseñar el antes y el durante de esta sesión.

Y como espectador sorprende como seduce la visión de miles de personas en perfecta formación bajo banderas con la cruz gamada. Y como esas mismas miles de personas grita enloquecida cuando ve subir a la tribuna de oradores –como si de una estrella de rock se tratara–  a Hitler.

Un Hitler al que tan bien supo ridiculizar ese judío que no fue judío llamado Charles Chaplin.

El caso es que cuando terminó aquella proyección hubo aplausos.

Y  que cuando nos vimos en la calle, ninguno de nosotros nos atrevimos a mirarnos a los ojos.

Leni Riefensthal logra algo parecido con Olympia aunque el filme en esta ocasión no tiene la carga ideológica de El triunfo de la voluntad.

La cineasta y también actriz llevó al cine más tarde Tiefland, adaptación del drama Terra Baixa de Àngel Guimerà, nacido en Santa Cruz de Tenerife aunque desde los nueve años residente en Barcelona.

Otro dictador con debilidad por el cine fue José Stalin.

La estupenda y hoy injustamente olvidada El círculo del poder (Andrei Konchalovsky, 1991) muestra esta afición al contarnos la historia del operador de cine judío que se convierte en testigo de los acontecimientos de la dictadura cuando es reclutado por el KGB para trabajar como proyeccionista privado de Stalin.

Explotando su perfil de destreza militar cabe destacar también en esta lista de dictadores seducidos por el cine La quinta ofensiva, de Stipe Delic, hoy la producción más cara de la ex-Yugoslavia y que fue rodada en el trigésimo aniversario de la batalla de Sutjeska –la más dura en la que participaron los partisanos yugoslavos contra el ejército de ocupación alemán durante la II Guerra Mundial– a la mayor gloria de Tito,  interpretado por el siempre convincente Richard Burton.

La lista de dictadores aficionados al cine continúa.

Es sospechosamente larga.

Entre otros, Fidel Castro, que impulsa la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños animado por su amigo el escritor Gabriel García Márquez, y en respaldar todo ese cine cubano que se rodó en los primeros años del triunfo de la revolución.

Entre otras, cabe destacar Historias de la revolución, de Tomás Gutiérrez Alea, y la extraña e insólita por poética Soy Cuba (1964), de Mijaíl Kalatozov. Filme que no fue bien recibido ni por cubanos ni por rusos precisamente por ser insólito y poético.

Paradojas de la vida, tuvo que ser un director norteamericano, Martin Scorsese, el encargado de revelarle al mundo los valores artísticos (y quiero pensar que propagandísticos) de una cinta de la que desconocíamos su existencia hasta hace apenas unos años.

IV.- EL GRAN NEGOCIO DE CHIRIJA

En el otro lado de la balanza – porque no fueron dictadores aunque quizás tuvieron la tentación de serlos, cabe mencionar el impulso que Franklin Delano Roosevelt y Winston Churchill prestaron al cine para que mostrara las excelencias de un sistema que como el nuestro hace frente hoy a las feroces y despiadadas dictaduras sean del signo que sean.

Frank Capra rodó algunas de sus mejores películas en aquellos tiempos. Y cineastas como David Lean fueron capaces de dejarnos las más emotivas y me temo que también patrióticas cintas en títulos como Sangre, sudor y lágrimas.

Así querían que fueran las cosas.

Y así quieren unos que sigan siendo las cosas.

Los titulitos corresponden a sendas novelas de Eric Ambler.

Saludos, socráticos, desde este lado del ordenador.

Cuando ‘Cleopatra’ comió carne fiesta en El Escobonal

Viernes, Marzo 25th, 2011

Si bien Andrés Chaves  ha sido el primero que se ha hecho eco de la estancia de la recientemente desaparecida Elizabeth Taylor en su columna de opinión en El Día, unos amigos me han enviado vía e-mail un artículo que me anima reinterpretar su paso por Tenerife porque se trata de un emocionado (y al parecer también fantasioso relato) sobre la breve estancia de la diosa en esta isla.

Su lectura, con independencia de que sea verdadero o falso, me ha hecho sonreír. Y con sonrisas es como se forjan las leyendas que no dejan de ser chistes que después todo el mundo se toma en serio.

Imaginad a la delicada Liz Taylor transitando en las por aquel entonces inhóspitas carreteras que conducían al sur de Tenerife con el fin de visitar unos terrenos que había comprado junto a su marido Richard Burton por la nada desdañable cantidad de 120.000.000 pesetas de la época. (Hagan la traducción en euros que yo no tengo cabeza). 

El cuento (¿verdadero? ¿falso?, que más dá… Es una leyenda) asegura que pasados cuatro meses la pareja de actores se desprendió de su parte –excepto al parecer de la alta meseta que Liz quiso conservar para construirse un hipotético castillo solo accesible por helicóptero– vendiéndolo al Banco de Santander.

Lo que me hace pensar en las razones de ¿por qué vendieron tan pronto lo que apenas meses antes habían adquirido? 

La leyenda continúa.

Se traslada a la actriz que se nos fue a Venus para que vea los terrenos que  adquirió.

En éstas, la Taylor siente enormes ganas de ir al baño y el automóvil se detiene en el Escobonal junto a un bar que se encuentra, casualidades de la vida, frente al pequeño cine de la localidad. 

Imagino así a la diosa con ojos violetas bajar apresuradamente del coche para desahogarse en el cuarto de baño del guachinche sureño.  

Y exclamar cuando entra en el aseo: What it is!!! mientras varias moscas vuelan burlonas a su alrededor.

No se oye tirar de la cadena cuando sale la señora Taylor del cuarto de baño. Su rostro, sin embargo, es de un extraño tono blanquecino, casi como si hubiera visto su peor pesadilla. O a Richard Burton cantar jarto de vino y con acento canario: una vieja seca, seca… 

Tras guardar en su bolso el pañuelo perfumado, se sienta en la mesa donde la espera su asesor financiero y quien dice contar la historia que quiero pensar es una deliciosa leyenda.

Aparece entonces la dueña del local, una señorona de las nuestras. Una mujer de mejillas sonrosadas y carnes generosas.

- Isabel, Isabel, ¡¡¡te voy a preparar una carne de cochino que no veas!!!

Liz tiembla. Sus ojos violetas se convierten en fuego.

- ¿Cochigno?- pregunta no obstante.

- Pig.- le dice el que nos cuenta la historia.

- ¡Carne fiesta!.- exclama la maga mientras reparte vino.

Y el bar comienza a llenarse de vecinos para ver a la Cleopatra.

- Yo no tener mucha jambre.- susurra la diosa.

Suena el inevitable timple.

- Yo querer ver tierras comprado…- susurra la diosa cogiendo de la manga a su alucinado asesor financiero.

- Es la Cleopatra.- grita el vecindario.

- Cleopatra... Está maciza la Cleoptara...- añade uno igual de bajito que la diosa. Podría ser el Marco Antonio del pueblo si nos ponemos shaskeperianos

Liz Taylor está ahora ante el plato de carne fiesta.

Las voces se apagan.

Todos observan expectantes como la actriz se lleva un pedazo a la boca.

Cleopatra lo mastica delicadamente. Tarda varios segundos en tragarlo.

- Good!.- exclama con una sonrisita con la que espera quedar bien.

- Cleooopatra, Cleoooptra, Cleooopatra.- cantan los allí reunidos.

Liz Taylor se acerca a su asesor financiero.

- Vende.- le ordena.

- ¿Vender? ¿Ya?.

- Vende, oh my God!!!

- Cleo… patra. Cleo… patra.- cantan entusiasmados los vecinos.

Liz Taylor sonríe mientras murmura mirando con sus ojos violeta a su asesor financiero.

- Tiene gracia… ¿pero no estaré ya en Venus?

Saludos, comiendo carne fiesta con Liz Taylor en –efectivamente– el planeta Venus, desde este lado del ordenador.