Archive for Octubre, 2023

Algún lugar donde soñar, un libro de Virginia González Dorta

Martes, Octubre 31st, 2023

Virginia González Dorta es autora de 99 variaciones en torno a la barra, un insólito libro de microrrelatos que a quien les escribe le secuestró el corazón. La escritora regresa ahora con en Algún lugar donde soñar, un libro que no tiene nada que ver con el anterior aunque la escritora persiste en las historias cortas para contarnos con una asombrosa economía de palabras más de medio centenar de reflexiones sobre el viaje y la experiencia viajera. Es decir, que Algún lugar donde soñar recoge experiencias que reproducen con la forma de instantáneas su paso por diferentes lugares del mundo y las sensaciones que le produjo algunos sitios más allá del monumento o del museo que contiene objetos que, hasta el día de ayer, uno solo conocía a través de las fotografías de los libros o las imágenes en movimiento de una película.

Virginia González Dorta no se hace preguntas sobre el viaje ni cómo el mismo viaje nos cambia de alguna forma por dentro, sino de lo conmovedor que resulta observar en vivo y riguroso directo paisajes y paisanajes que en la mayoría de los casos no tienen demasiado que ver con nosotros mismos. En el caso del libro que nos ocupa, con la escritora viajera, una auténtica trotamundos que visita países y ciudades de la vieja Europa como África y a caballo entre oriente y occidente Turquía. El libro cuenta también algunos periplos que ha realizado por las mismas islas Canarias, lo que incluye la suya, Tenerife, en algunas de las páginas más bellas que se reúnen en este volumen que es como llevar la vuelta al mundo solo que en el bolsillo trasero del pantalón. Es decir, que se trata de una lectura que nos transporta a otras geografías sin necesidad de que te montes en un medio de transporte. Solo requiere imaginación.

Imaginación… Al principio pensé que uno de los inconvenientes de Algún lugar donde soñar era que cada uno de los cuadros que presenta Virginia González Dorta no contara como apoyo de una fotografía del lugar que describe con palabras pero me di cuenta que las imágenes eran perfectamente prescindibles porque lo que cuenta es, precisamente, la fuerza de las palabras y el poder evocador que de todas ellas hace la autora de este volumen clave para llevar si uno realmente viaja a los lugares que se retratan en el libro.

Cada pieza que compone la obra presenta así una descripción emocional del lugar que se visita, pongamos como ejemplo Chicago (De Chicago a las nubes se titula de hecho este segmento) así como información real sobre esta ciudad, una de las más importantes de los Estados Unidos de Norteamérica y cuna, me entero gracias a la obra de Virginia González Dorta, de los rascacielos.

Algún lugar donde soñar es un texto que debe de leerse a sorbos y no de una sentada ya que son tantos los lugares que se dibujan que hace necesario tomarse su tiempo para no terminar confundiendo ciudades y monumentos, sensaciones varias, complejas la mayor parte de las veces como es la de recibir y percibir una congoja que solo provoca la emoción cuando uno se enfrenta a una visión que rompe nuestra capacidad de apresarla con palabras. Y esto último es la sensación que tengo cuando leo este libro, un libro que no pretende ser una guía de viajes sino un contenedor de hermosas y vibrantes emociones que dejan ver cómo estos lugares, estos sitios, han ido forjando el carácter y la mirada que tiene como persona y viajera.

Retratos que son capaces en muy poco espacio de trasladar al lector a ciudades como, pongamos a modo de ejemplo, Nápoles. Esa Nápoles, caos y gracia, que describe la turbulenta belleza de una ciudad que es resultado de un mestizaje que se impregna no solo entre sus habitantes sino también en su paisaje urbano y que revelan las invasiones varias que han ido dejando a lo largo de la historia su grano de arena en esa ciudad que descansa en las faldas del Vesubio.

Tiene mucho de la autora este libro de viajes que no es exactamente un libro de viajes sino de notas sobre experiencias viajeras. De intentar retener la emoción de estar fuera y de conocer lo que se desconoce a través de palabras con las que habla primero su corazón y luego, en otro fragmento, su cabeza.

En Algún lugar donde soñar se celebra el viaje. Y esa celebración se lee en estas piezas reunidas e independientes, ordenadas alfabéticamente que resultan tan precisas a la hora de reflejar un espacio que queda encapsulado en una obra que, se aprecia, está escrita para transmitir emociones, las que sintió la escritora cuando estuvo frente Santa María de Eunate o paseó por la Líquida y literaria Dublín que, estoy casi seguro, le encantaría al gran escritor de viajes español, hoy desgraciadamente ausente, Javier Reverte, autor a su vez de un extraordinario libro de viajes a la isla esmeralda donde llevó como equipaje el Ulises de James Joyce, libro que nunca se cansó de recomendar hasta que se nos fue a la tierra desconocida de Avalon.

Saludos, suenan canciones irlandesas, desde este lado del ordenador

La historia con risa entra

Lunes, Octubre 30th, 2023

No es nada fácil lo que ha conseguido la periodista española Nieves Concostrina, que es acercar la Historia a toda clase de públicos con independencia de edad y de credo. Así lo dejó muy patente en la undécima edición del Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras Periplo, que se celebró del lunes 16 al domingo 22 de octubre en el Puerto de la Cruz.

El caso es que es tal su poder de convocatoria que gran parte del público se quedó el día de su charla sin entrar en el patio del Museo Arqueológico de la ciudad por limitaciones de aforo, lo que obligó gracias a la generosidad de la periodista a repetir una hora y media después su charla para que nadie se quedara sin escucharla y disfrutar de su sentido del humor, un humor que desarma y te deja en los huesos. Ese día, ese sábado que ya ha pasado a la historia, las carcajadas de los espectadores estremecieron las calles y plazas de La Ranilla.

Nieves Concostrina explicó que escribe para ser leída y también para ser oída mientras filosofaba en torno a la vida que es eso que pasa “mientras haces planes”.

Con más de cuarenta años dedicada al oficio de informar y divulgadora de la Historia con un sano sentido del humor, Concostrina se ha convertido en un personaje muy popular por sus intervenciones en la radio. De hecho, la mayor parte de los espectadores que se dieron cita en el escenario de Periplo (muy minimalista, más próximo a un set de televisión de los años 50 que a uno aburrido y funcional del siglo XXI) acudieron a su diálogo llamados por esa voz que les cuenta historias basadas en la Historia y cosas de muertos con sobresaliente sentido del humor. Y humor, mucho humor hubo en la doble conversación que mantuvo con el periodista Nicolás Castellano el sábado 21 de octubre, aunque más que diálogo fuera un monólogo en el que la periodista y escritora sacó a relucir su batería de reflexiones sobre la muerte y la Historia.

Nieves Concostrina, que trabajó durante quince años en el periódico Diario 16 y con la que uno puede perder el tiempo muy a gusto escuchando el retrato que hace del periodismo de la Transición en este país llamado España, simultanea su actividad radiofónica con la de redactora jefa de Adiós Cultural, que dirige su compañero Jesús Pozo.

La revista “va de muertos” y de muertos fue su intervención en Periplo donde dejó muy claro que es sanísimo reírse de la muerte, ese punto y final al que llegamos todos.

“Las muerte está relacionada con todo”, dijo. “Se dice que a las gentes de un lugar se las conoce por el estado en el que se encuentran su mercado y su cementerio. Si estos espacios están bien cuidados, es que los vivos están muy bien”.

La periodista aprovechó su estancia en el Puerto de la Cruz para visitar, no iba a ser menos, el cementerio. Pero no solo el católico sino también el inglés, el que se conoce popularmente como la Chercha y que es el primero que hubo en España y no el de Málaga, informó la periodista y escritora.

Después propuso hacer un recorrido sobre funerarias y cementerios con nombres vamos a decir extravagantes y que merecieron numerosas carcajadas por parte del respetable como el que lleva el nombre de Funeraria La Palma y La siempre viva (Alicante) o cementerio de Nuestra Señora de la Salud, que se encuentra este último en Córdoba. En cuanto a epitafios, recordó que el Perdóneme que no me levante que se le atribuye a Groucho Marx es falso, como falso es el que dicen que le dedicó a su suegra: Rip, rip… hurra.

Pero dejando de lado el humor negro, Nieves Concostrina considera como consideramos la mayoría que “los cementerios en España son bastante feos” aunque hay que visitarlos “porque te enseñan la historia de tu pueblo”.

La periodista defendió los cementerios municipales ante los parroquiales ya que los primeros son para todos y los segundos no, ya que están administrados por la iglesia y recordó que la gente se ríe con la muerte, lo que por otro lado y por contradictorio que resulte, es muy inteligente y encima sanísimo.

Que terminara hablando de todos estos temas, de la muerte y lo que rodea a la muerte, dio origen a Polvo eres, reflexiones que terminaron convirtiéndose en un libro por consejo de un oyente en los años en los que Nieves Concostrina trabajaba en Radio Nacional.

Fue en el Puerto de la Cruz y en el marco de Periplo, el Festival de Literatura de Viajes y Aventuras del Puerto de la Cruz donde anunció que su próximo libro llegará a las librerías el 22 de noviembre con el título de Acontece que no es poco. Aseguró que en la portada no habrá la imagen de un rey sino la de un Papa que lleva unos globos en la mano y recordó que una de sus incursiones en la literatura de ficción, Antonia, es una novela de no ficción inspirada en la vida de su madre, “una niña de la postguerra”. Este relato cuenta con algunos huecos que la periodista y escritora ha cubierto recurriendo a la ficción porque “no me acordaba de ellos” y admitió que pese a todo “no me sale escribir cosas con imaginación”.

Tras su intervención y el rugido de los aplausos, Nieves Concostrina se retiró a firmar ejemplares de sus libros siendo sustituida en el escenario por la también periodista y escritora mexicana Lydia Cacho. La hora del reloj marcaba pasada las ocho y media de la noche. Una hora después y sin perder un ápice de su humor, Concostrina volvió a subir al escenario para hablar y convencer a los indecisos de que la Historia con H mayúscula puede ser divertida. Y que la muerte, por mucho que insistan los beatos, también.

Saludos, polvo somos, desde este lado del ordenador

La IV edición de Aridane Criminal recuerda a Alexis Ravelo

Viernes, Octubre 27th, 2023

El Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, a través del Área de Cultura que dirige Marlene González, organiza el IV Aridane Criminal, un festival en el que el género negro y policial es el protagonista. Esta edición tendrá lugar del 17 al 20 de enero de 2024 y la mayor parte de sus contenidos recordarán al fallecido escritor grancanario Alexis Ravelo, todo un nombre propio del municipio.

Marlene González recuerda que Alexis Ravelo fue el fundador de Aridane Criminal, así como su director en las tres primeras ediciones.

“Alexis Ravelo nos dejó el 30 de enero de este año. Su marcha dejó un auténtico vacío en nuestro municipio. No sólo fue un referente de la novela negra española. Su obra y su legado están ligados a La Palma con la creación del Aridane Criminal y también en su novela Los milagros prohibidos, ambientada en la Semana Roja”, apunta la concejala.

Por su parte, el alcalde, Javier Llamas, espera que la IV edición del Festival sea un digno homenaje a Alexis Ravelo. Asimismo, destaca que Los Llanos de Aridane sigue dando pasos firmes para consolidarse como una ciudad que apuesta por las letras y por la cultura. “Confiamos en que este tipo de eventos sirvan de inspiración para nuestros talentos”, añade.

Aridane Criminal está financiado por la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias, bajo la coordinación del Instituto Canario de Desarrollo Cultural. Sus organizadores son el Área de Cultura del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane y el Cabildo Insular de La Palma. Casa África y la Cátedra Antonio Lozano de la Universidad de La Laguna también trabajan como colaboradores.

El acto de presentación del programa y del cartel de la IV edición tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Los Llanos de Aridane. En él participaron el viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Horacio Umpiérrez; el consejero de Cultura del Cabildo de La Palma, Pablo Díaz Cobiella; la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, Marlene González, y el director de la IV edición, el periodista Eduardo García Rojas, quien coge el relevo de Alexis Ravelo.

Homenaje a Alexis Ravelo

El Festival comenzará con la proyección en la plaza de España del largometraje La estrategia del pequinés (2019), un filme dirigido por el cineasta Elio Quiroga, que adapta la novela del mismo título de Alexis Ravelo, y obra por la que se hizo con el premio Hammett que concede la Semana Negra de Gijón.

Antes de la proyección, el especialista Javier Rivero Grandoso mantendrá una entrevista con Quiroga para desentrañar algunas de las claves de un filme que protagonizan Kira Miró, Unax Ugalde y Luis Zahera, entre otros actores.

El viernes, 19 de enero, se abordarán las adaptaciones cinematográficas de grandes obras literarias de la mano de Elio Quiroga y del cineasta tinerfeño Andrés M. Koppel, director y guionista de La niebla y la doncella, según la novela de Lorenzo Silva y cuya trama se desarrolla en la isla de La Gomera y se hablará en una mesa redonda de la relación que mantuvo el escritor grancanario con sus editores peninsulares, Elena Palacios y Gregory Dolz, de Siruela y Alrevés, respectivamente, y en la que también estará Jorge Liria (Mercurio), su editor en Canarias.

El último día del Festival algunos de los invitados de la cuarta edición participarán en un diálogo en el que recordarán al Alexis Ravelo amigo, más que al escritor. En ese encuentro participarán Marta Marne, José Correa, Paco Gómez Escribano, Javier Rivero Grandoso, Gregori Dolz, Elena Palacios, Pedro Flores y Carmen J. Nieto, bajo la moderación de la periodista Raquel Toste.

La fiesta concluirá con el espectáculo musical y hablado Letras a tiros, en el que intervendrá el escritor y editor Carlos Álvarez, que leerá fragmentos de novelas de Alexis Ravelo acompañado de la voz de Cristina Santana y del pianista Cristóbal Montesdeoca.

El programa de la IV edición de Aridane Criminal ha intentado respetar las secciones que en su día diseñó Alexis Ravelo, como son Cosecha roja. Panorama isleño, en la que intervendrán Arantxa Rufo y Carlos David Gutiérrez Robayna así como José Luis Correa (que publica nueva novela de su detective Ricardo Blanco en 2024) y Carmen J. Nieto.

Por primera vez, se abre un pequeño espacio a la poesía negra y urbana en el Festival con la intervención de Pedro Flores, gran amigo de Alexis Ravelo, y una de las voces más vibrantes del actual panorama poético canario. En cuanto a escritores de novela negra y criminal, está previsto que asistan y que presenten sus nuevas novelas, la uruguaya Mercedes Rosende (Mujer equivocada) y Paco Gómez Escribano (Narcopiso).

Saludos, el año que viene allí nos veremos, desde este lado del ordenador

Cuando los Rolling Stones llegaron a La Habana, una novela de Carol Zardetto

Miércoles, Octubre 25th, 2023

Se trata de una novela de estructura aparentemente sencilla, construida en capítulos muy cortos que agilizan la lectura. Escrita con un lenguaje que huye de cualquier artificio experimental, Cuando los Rolling Stones llegaron a La Habana más que la experiencia de una centroamericana que ingresa en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños es el retrato de la degradación de un país donde solo hay consignas aunque a estas alturas nadie le preste atención salvo los turistas que acuden en masa buscando sol y playa, mujeres y hombres que se prostituyen para resolver y aquellos que la visitan para empaparse de lo que queda de una revolución que despertó tantas esperanzas como hoy se desprecian.

Escrita por la guatemalteca Carol Zardetto es inevitable pensar cuando se lee un libro que parece que es una novela que haya mucho de autobiográfico en cada uno de los segmentos en los que se vertebra la obra. El retrato que hace no ya de La Habana sino de la misma Escuela, con miles de ranas croando y dando saltos por el exterior cuando cae la noche, así como el proceso que hace la protagonista junto a dos compañeras más para realizar un documental en un pueblo próximo a donde se encuentra el centro, refuerzan la sospecha que todo cuanto está escrito está capturado de una realidad que resultó si no tan extrema a la que cuenta en la novela sí al menos muy próxima a la que se dispersa por sus páginas.

Se aprecia además como sube el tono crítico hacia la realidad de un país que hace tiempo dejó de gritar con entusiasmo comandante en jefe, ordene. O aquello tan manido y trágico a la vez de Patria o muerte, venceremos y la socorrida Hasta la victoria ¡siempre! Que se han quedado en eso, frases cuya pintura revolucionaria se descascarilló hace ya mucho tiempo en los muros de la memoria.

La protagonista a raíz de ese documental que realiza en un pueblo cercano a la Escuela, descubre a través de lo que fue una vez una hermosa sala de cine una metáfora con la que reflejar la realidad de un país que lleva ya demasiados años sumido en una pesadilla. Cuba, que desde hace tiempo parece que está a punto de desmoronarse, se convierte en la novela de Zardetto en ese cine que hace años no proyecta película alguna porque al proyector –un modelo ruso–le falta desde hace años una pieza.

La aprendiz de cineasta comienza entonces a acariciar un proyecto que refleje a través de ese cine fantasma, descuidado ahora y con un techo en el que se reproducen las grietas, el hundimiento de una revolución que atraviesa en la novela uno de los momentos más dramáticos de su historia tras salir de lo que se conoció en la isla como Periodo Especial y que llevó a los cubanos al borde del abismo.

En algún momento, un cubano exclama a la protagonista que en Cuba la gente se muere literalmente de hambre y en otro se muestra el apartheid al que se somete a la población, a los cubanos, ya que sin dólares no pueden acceder a los hoteles y las diplotiendas, lugares estos últimos donde se encuentra un poco de todo.

El título de la novela como otras cosas que cuenta se viste con el disfraz de lo equívoco y de la metáfora. Algunos de los capítulos de la obra, muy cortos y en ocasiones extremadamente cortos, sirven a la escritora para radiografiar y de paso expresar sus opiniones en torno a una realidad que no es como la pinta el sistema cubano a través de sus altavoces oficiales. La Cuba a la que se acerca la protagonista es una Cuba que se acostó con el sueño de la revolución y se levantó al día siguiente con la amenaza de esa misma revolución. Un proceso, explica, que se acostumbró a devorar como Saturno a su prole. Esa prole a la que se llama a la acción desde las tribunas y que responde al nombre de pueblo, que es una palabra que sirve para muchas cosas pero sobre todo para adoctrinar a una población que está dejando de ser feliz, algo insólito entre los cubanos, pueblo (ahora sí) que se acostumbró a vencer las adversidades con una ancha sonrisa y si no, una sonora por estruendosa carcajada.

Es una lástima que esta novela de iniciación y también de frustración, que los sueños, sueños son, esté editada en Alfaguara solo que en su división mexicana. Para hacerse con ella, recomendaría que bucearan en Internet para leer un libro que por desgracia es de difícil acceso en España aunque quien les escribe tuvo la oportunidad de hacerse con un ejemplar durante la celebración a finales de septiembre pasado de la quinta edición del Festival Hispanoamericano de Escritores.

Lo de menos de Cuando los Rolling Stones llegaron a La Habana es, precisamente, la visita que realizó el grupo de rock británico a la capital cubana, título que es una metáfora como todo en este retrato feroz de un país que se degrada y que una vez fue ejemplo de vida para los oprimidos que vivían en otros territorios no necesariamente próximos a esta isla del Caribe. La novela incluye además de una mirada melancólica en torno a una utopía que se transformó en distopía una serie de interesantes reflexiones sobre el cine, y sobre el cine documental específicamente.

LO MEJOR: El hábil uso de la metáfora para contar el final de una utopía que acabó por transformarse en distopía

LO PEOR: Algunas de las reflexiones de la protagonista ya que a veces parece que olvida que ella misma viene de un país gobernado por una dictadura no de izquierdas sino de derechas

Saludos, I Can’t Get No, desde este lado del ordenador

Al sur de Tánger. Un viaje a las culturas de Marruecos, de Gonzalo Fernández Parrilla

Martes, Octubre 24th, 2023

La literatura es un buen pretexto para viajar y conocer otros territorios. Se escribe a propósito de Al sur de Tánger. Un viaje a las culturas de Marruecos, un libro que escribe Gonzalo Fernández Parrilla y que edita La línea del horizonte con mucho mimo, lo que multiplica si cabe el atractivo de enfrentarse a las páginas de un texto que introduce al lector, ese al menos ha sido nuestro caso, en otra realidad. La de Marruecos, un país vecino que está tan cerca pero sin embargo también tan lejos de España con el que a lo largo de los siglos mantiene una peculiar relación de amor y de odio. En ocasiones, con más odio que amor y en otras viceversa.

Gonzalo Fernández Parrilla conoce muy bien Marruecos, así que este libro, Al sur de Marruecos, no se trata de una guía turística al uso o destinada para trotamundos del mundo entero uníos sino de un atractivo trabajo en el que estudia el enorme poso cultural que caracteriza al país y las contradicciones que esa misma cultura somete y a veces devora las entrañas de un Marruecos que ya no es una evocación cinematográfica que heredamos gracias a clásicos del cine como Casablanca, sino una realidad que vale la pena conocer más allá de que forme parte de nuestro imaginario.

El libro resume las experiencias que su autor fue recogiendo de Marruecos desde que inició su primer viaje, a principio de los años 80, hasta la actualidad, en la que ha vuelto a revisitar una geografía que ha digerido y que pese a que la conozca, y que la sienta en su piel, le sorprende con cada regreso. El país muta. Y ese cambio se debe no solo a la velocidad que nos marca la existencia sino a sus propias gentes que observan con mirada distinta la tradición que heredaron de sus padres y abuelos.

No se trata de una guía de viajes pero sí que recomendaría a futuros viajeros a Marruecos que llevaran este libro encima por la información que facilita, por ese regalo que significa que veamos con otros ojos una realidad que va más allá de las ciudades monumentales y del bazar en el que se desarrolla un comercio que los europeos fantasean como el de Las mil y una noches. O ese caer rendido ante el esplendor de lo diferente. Una diferencia que va más allá de un idioma que en apariencia resulta ininteligible para nosotros y de una cultura y unas costumbres que no tienen nada que ver con las nuestras pese a que oriente y occidente estén –si uno se encuentra a este lado del estrecho– a un tiro de piedra.

Pero si hay un asunto que me ha atraído más que otro en este libro es el que se ocupa de las relaciones que a lo largo de la historia han mantenido España y Marruecos, relación que ha dado frutos hermosos como podridos. Como se anuncia en la contraportada se trata de un libro que propone no una historia de Marruecos sino relatos sugeridos por un viaje distinto a Marruecos.

Entre los protagonistas que aparecen en esta obra compacta, escrita con pulsión y mucho amor a ese país que se encuentra al otro lado del Estrecho destacaría los libros que acompañan a su autor por este periplo, lo que añade un poco de magia a un relato que cuida en todo momento con informar. Evitando dar una imagen eurocentrista de un país del que apenas conocemos nada si no se es un especialista en la materia. Por ello resulta tan agradecido sumergirse en estas páginas, y contrastar que Marruecos es una potencia cultural que sigue siendo injustamente desconocida en España, que siempre ha preferido vivir de espaldas a esa realidad.

El libro está estructurado en pequeños artículos en los que el autor repasa la literatura marroquí y su cine y su música. Evoca también algunos de sus centros urbanos, y destaca algunos elementos que ya forman parte de su cultura y que han heredado de España como es la fabricación de nuestros populares churros.

También, cómo no, se habla de la rica gastronomía que se cocina a ese lado del Estrecho y de la poesía y la irrupción de escritoras en un país muy marcado por una monarquía que prefiere vivir encerrada en palacio y una religión que domina el día a día desde la mañana hasta la noche.

Al sur de Tánger es una sobresaliente reflexión no ya del rito iniciático que significa todo viaje sino también como un documento para conocer y acariciar el alma que late bajo los ropajes alborotados de un país cuyas gentes son de una generosidad peculiar sobre todo para europeos cínicos y cansados. Gente que ya no tienen demasiada fe en el ser humano.

Saludos, se dijo, me dicen, desde este lado del ordenador

Inés Toharia: “La conservación es una obligación política aparte de personal”

Lunes, Octubre 23rd, 2023

Cine, registro vivo de nuestra memoria (Inés Toharia Terán, 2021) es un trabajo que para todos los que han tenido la suerte de haberlo visto supone un antes y un después ante su mirada al séptimo arte. La película cuenta el trabajo en la sombra que desarrollan las filmotecas de todo el planeta así como la labor generalmente callada de particulares que han conservado materiales que no han terminado por desaparecer gracias a su labor. De esto y más trata este documental que dirige con sobresaliente sentido del ritmo Inés Toharia Terán (Madrid, 1975), cineasta que ahora mismo está preparando dar el salto al cine de ficción tras otras experiencias documentales como El río que suena, reflejo del tiempo: Joaquín Díaz, que recibió el premio Espiello Rechira al mejor trabajo de investigación en Espiello. Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe y Palabras contra el olvido y La voz descalza.

Inés Toharia estudió Filología y completó sus estudios en cine documental en Barcelona y Gran Bretaña gracias a una beca de La Caixa y el British Council. Tras obtener una beca Fulbright y una ayuda de la fundación Andrew W. Mellon marchó a los EE. UU. donde se especializó en historia audiovisual y en preservación fílmica.

En 2011 volvió a España y se estableció en Urueña donde es cofundadora de la librería El Grifilm especializada en temas cinematográficos y la productora audiovisual de igual nombre.

– ¿Qué le llevó a rodar Film, the Living Record of our Memory?

“Había solicitado una beca para un curso de documentales y por casualidad descubrí el campo de la documentación que me pareció fascinante. El hecho de pedir la beca Fulbright se debe a que por entonces no había en España nada para estudiar este tipo de historias y al conseguir la beca pude irme a los Estados Unidos donde, entre otras actividades, impartían clases especializadas en conservación de películas que me abrió todo un mundo ya que me encanta la historia del cine y la técnica por todo lo que tiene de histórico y sociológico aparte de artístico. Claro que al cine en sus inicios no se le reconoció nunca como arte”.

- Después de rodar este documental y mostrar la delicada vulnerabilidad de los diferentes soportes audiovisuales ¿cómo observa el futuro de lo que conocemos comúnmente como cine?

“Desde el principio siempre se le dio por muerto aunque ahora somos sociedades muy audiovisuales. Tanto, que hoy en día y con teléfonos móviles de nueva generación aprendemos a hacer nuestros propios vídeos pero el problema es ¿qué hacer con todo esto?, ¿vale la pena guardarlo? Es muy caro. Lo que hace falta es concienciarnos que somos seres que contaminamos y en este escenario qué es lo que se debe seleccionar para preservar. Se están haciendo muchas cosas en cuanto a restauración de cine que antes eran impensables pero preocupa el hecho de que al generar tantos datos y al estar conectados las 24 horas del día se hace necesario que nos eduquemos en lo que implica usar todos esos datos porque los mismos aparatos que utilizamos emplean materiales contaminantes que no se pueden reciclar. Deberíamos detenernos y reflexionar hacia dónde vamos”.

- Usted defiende que la conservación tendría que ser una obligación política.

“La conservación es una obligación política aparte de personal. A nivel de archivos nacionales, las instituciones públicas lo han descuidado mucho”.

– ¿Cree que este mensaje por conservar estos materiales ha calado en la opinión pública?

“Me temo que no aunque hay gente que sí. Se nos han acercado estudiantes de cine que tras ver el documental quieren dedicarse a esto porque lo que mostramos no se enseña en las escuelas de cine. Es decir, la labor que desarrolla una filmoteca que no es solo la de exhibir películas, sobre todo las que no se conocen, sino la más importante que es su trabajo porque esas mismas películas se conserven. Por desgracia, es un proceso lento y muy poco reconocido”.

- En los últimos años se han recuperado películas que se creían perdidas y su descubrimiento nos ha enseñado que tenemos que reescribir la historia del cine.

“Son demasiadas las películas del cine mudo que han desaparecido aunque afortunadamente aparecen algunas que afectan forzosamente a reescribir la historia. Que estas películas existan se debe en algunos casos a casualidades y en otros a una persona que por una cuestión de conciencia decidió salvar ese material. Recuerdo escuchar una grabación del fundador de la Cinemateca francesa, Henri Langlois, en la que contaba con frustración cómo había descubierto en un mercadillo una versión de Salomé que no compró en ese momento y que después no ha vuelto a encontrar. En mi caso, a mi me gusta más el metraje documental aunque el cine es todo: la publicidad, el cine profesional, el particular… La Filmoteca de Cataluña tiene registros de operaciones de ojos en la clínica Barraquer que datan de los años 20 o incluso antes. La historia del cine se reescribe continuamente y sobre todo en Europa que ha hecho una historia del cine occidentalizada pero si abres el registro hay más y conoces a personajes como el tunecino Albert Sasama-Chikli, que es un pionero que pensaba mucho en la tecnología. Proyectó películas de los hermanos Lumière en Túnez y filmó bajo el agua y bastantes imágenes de la I Guerra Mundial pero no se habla demasiado de él aunque eso está cambiando. Pasa lo mismo con las mujeres cineastas porque siempre hubo mujeres cineastas, no tantas como hombres, pero sí que hubo mujeres cineastas”.

- En este relato ¿qué personajes destacaría como grandes responsables del rescate y conservación de materiales audiovisuales?

“A todos. A esa persona que creyó en algo y salvó ese material que más tarde ha sido clave para conocer mejor el pasado. Los archivistas son los héroes pero si me pides solo dos nombres diría los de Henri Langlois en los años 30 y Martin Scorsese, un cineasta que se interesa mucho por todo este campo y colaboró en la creación de The Film Foundation”.

- ¿Durante el proceso de rodaje hubo algún momento que le sorprendiera especialmente?

“Me preparaba mucho las entrevistas y los temas de las películas que íbamos a hablar pero en las conversaciones aparecían cosas inesperadas y casi te daba pena terminar cuando tenías que apagar la cámara pero seguías hablando y hablando porque descubres más pedazos de la historia. Me encanta la colaboración y por eso hay tantos testimonios en el documental y tan internacionales. En la actividad de preservación y archivo se colabora mucho. Y sí, el cine tiene mucho de foto y glamour pero también de labor de equipo”.

- No pudo hablar con Scorsese para el documental.

“Llegó la pandemia y no pudimos acabar algunas cosas que queríamos rodar en Portugal. Filmamos a Scorsese en Bolonia y quedamos en hacerlo en Nueva York con él y su montadora pero cuando fuimos estaba en pleno rodaje de El irlandés pero sí hablamos con la directora de The Film Foundation, Margaret Bodde”.

- Como cineasta, ¿qué diferencias encuentra entre un documental y un reportaje rodado en clave periodística?

“Para esta película el montaje tenía que ser rápido y ágil porque contaba con muchos testimonios. Hoy en día el documental tiende a huir de las explicaciones y de la gente que habla a cámara, se buscan recursos que no tengan nada que ver con lo periodístico pero a mi me encanta aprender con el cine. No me importan los reportajes porque hay mil maneras de hacerlo, estoy alerta a todo desde lo periodístico hasta lo experimental pero cada proyecto tiene su estilo”.

- ¿Después de esta experiencia está preparando algo nuevo?

“Hay varias ideas aunque ahora intento hacer algo más de ficción”.

- ¿Será su primer proyecto de ficción?

“Algo así aunque tengo algunos cortometrajes rodados en esa clave. Personalmente, me ha gustado siempre más el documental pero ahora he visto muy claro contar una historia con más narrativa. En broma, Javier Corcuera me acusa de traidora por pasarme al cine de ficción”

Título original: Film, the Living Record of our Memory
Año: 2021
Duración: 119 min.
País: Canadá
Dirección y guión: Inés Toharia Terán
Música: Robert Marcel Lepage
Fotografía: Daniel Vilar
Personajes entrevistados: Ridley Scott, Win Wenders, Fernando Trueba, Costa.Gavras, Laure Adler, Jonas Mekas, Ben Mankiewicz, Ken Loach. Patricio Guzmán, Vittorio Storao, Paula Félix Didier y Margaret Bodde.
Compañías: Coproducción Canadá-España; El Grifilm, Filmoption International. Distribuidora: Filmoption International
Género: Documental | Documental sobre cine

Saludos, luces, cámara y… acción, desde este lado del ordenador