Archive for Abril, 2014

Un ‘Réquiem habanero por Fidel’

Miércoles, Abril 30th, 2014

Llega a mis manos Réquiem habanero por Fidel, una novela escrita por J. J. Armas Marcelo y que publica Alfaguara. Apenas la he mirado, aunque el volumen espera paciente el turno de lecturas si logro quitarme de encima el hechizo al que estoy siendo sometido con Pero hermoso, de Geoff Dyer, uno de esos libros que lees despacio porque disfrutas tanto con lo que cuenta y escuchas –es inevitable acompañar su lectura mientras suena de fondo los discos de los músicos de jazz que retrata su autor en el libro– porque necesitas prolongar la fascinación que te envuelve el tiempo que sea necesario. El tiempo que sea posible.

Descanso de tan grato momento con El reino de los cielos, de Silvia García, y novela por la que obtuvo el Premio Benito Pérez Armas 2012; así como con la relectura, mucho más sosegada que la primera vez, de Melmouth, el errabundo, de Charles Maturin, que cuenta con una excelente traducción de Francisco Torres Oliver, probablemente una de las personas que más sabe de literatura gótica en este país que se hunde en arenas movedizas.

Réquiem habanero por Fidel cuenta la historia de Walter Cepeda, coronel retirado de la Seguridad del Estado que “recibe una llamada telefónica de su hija exiliada en Barcelona que le anuncia la muerte de Fidel Castro. Revolucionario convencido, Walter pertenece a un mundo que se está desmoronando desde hace tiempo, que ha abandonado todo idealismo para caer en la pobreza, el aislamiento y la corrupción. La noticia desata en él un torrente de recuerdos. A oscuras, en la más grande soledad y con la banda sonora enloquecedora de los ladridos de una perra llamada María Callas, el viejo coronel hace balance de los sueños y los fracasos propios y ajenos hasta componer el epitafio de una época heroica y definitivamente perdida”.

El libro será presentado el 16 de mayo por el también escritor Santiago Gil en la sala de Ámbito Cultural, en Las Palmas de Gran Canaria.

No es nuevo un relato sobre cómo puede afectar a algunos el fallecimiento –muchos desean verlo ya como la crónica definitiva de una muerte cien veces anunciada– del líder de lo que se conoció como revolución cubana. Pienso en Las palabras y los muertos (Editorial Seix Barral, Colombia, 2007), del escritor cubano Amir Valle, y en la que uno de los hombres más cercanos al comandante en jefe, ¡ordene!, rememora ante el cadáver de Castro más de cuarenta años de historia cubana. Desde que, siendo un niño, se unió a los rebeldes en las montañas y se ganó la confianza del Fidel hasta convertirse en su sombra.

También hay mucho de ficción en esas monumentales memorias que escribió en el exilio el periodista del gobierno cubano, Norberto Fuentes, con su La autobiografía de Fidel Castro (Editorial Destino, 2006), un ciclópeo y desconcertante trabajo que, entre lo que cuenta que es verdad, recurre a los espléndidos trabajos que el catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz, dedicó en su momento a las relaciones diplomáticas entre España y Cuba a finales de los años cincuenta y principio de los sesenta en  Zona rebelde. La diplomacia española ante la revolución cubana (1957-1960) (Centro Cultura Popular Canaria, 1997) y Zona de Guerra. España y la revolución cubana (1960-1962) (Centro Cultura Popular Canaria-Librería Universal, 2001).

No sé si hay más volúmenes en los que se recree que hay dentro de la cabeza del líder cubano en sus horas finales si omito las numerosas biografías sesgadas que se han publicado sobre este personaje. Así como desconozco otros relatos y novelas en las que se fabule sobre lo que pasará en Cuba cuando se anuncie el fallecimiento del hasta ayer líder máximo de la revolución cubana. Por eso confieso mi entusiasmo en ponerme a leer cuanto antes este nuevo libro de Armas Marcelo, un escritor que dedica esta novela a uno de los grandes de la literatura no solo cubana sino escrita en español, Guillermo Cabrera Infante (“tremendo tipo que nunca se movió de La Habana. In memoriam); y a su mujer, Miriam Gómez (la belleza, que lo acompañó por todo el mundo).

Saludos, ¿hasta la victoria, siempre?, desde este lado del ordenador.

De Canarias Crea a la ínsula de Don Quijote

Martes, Abril 29th, 2014

* La consejera de Cultura, Deportes, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias, Inés Rojas, y el presidente de la Fundación CajaCanarias, Alberto Delgado, firmaron este martes, 29 de abril, un convenio de colaboración para afrontar una nueva edición del programa de movilidad Canarias Crea, una iniciativa que ha sido clave para que unos 8.000 artistas nacidos y residentes en las islas hayan podido mostrar sus creaciones fuera del archipiélago desde el 2005. El presupuesto de Canarias Crea para el 2014 es de 370.000 euros, de los que la Fundación aporta 70.000 euros. Las bases de la convocatoria, así como los formularios de solicitud, se encuentran en Canarias Crea.

* Más de un centenar de artistas, entre creadores plásticos y escritores, participan en El arte en la ínsula de Don Quijote, una iniciativa en la que se mezcla arte y literatura y que anima el museo El Quijote en el mundo, que se encuentra en el IES Mencey Acaymo, Güímar (Tenerife). El arte en la ínsula de Don Quijote es una gran exposición en la que colaboran más de sesenta artistas que será inaugurada el 12 de junio en la Sala Cochera de la Fonda Medina, donde permanecerá expuesta hasta el 2 de julio. Se prevé que el mismo día de su apertura se presente un volumen en el que colaboran una treintena de narradores con relatos y obras de teatro dedicados al ingenioso hidalgo creado por Cervantes, personaje protagonista también de las obras pictóricas. El museo El Quijote en el mundo cuenta en la actualidad con 420 ediciones de ochenta países.

Saludos, esto es todo, amigos, desde este lado del ordenador.

Regreso a la isla del tesoro, una novela de Andrew Motion

Lunes, Abril 28th, 2014

Nunca fui un niño travieso ni un mal hijo, pero eso no evitó que decepcionara a mi padre. El robo, el engaño, la crueldad… no me interesaban. Mis defectos eran de una clase menos grave, no iban más allá de una tendencia a vivir asilvestrado. Con frecuencia no hacía caso a los deseos de mi padre y a veces tampoco a sus órdenes. Me resistía a los planes que tenía para mí. Prefería mi soledad a la vida social que él quería que disfrutara.”

(Regreso a la isla del tesoro, Andrew Motion, colección Andanzas, Tusquets Editores. Traducción: Vicente Campos González)

¿Una segunda parte de La isla del tesoro?, ¿alguien osa poner sus sucias manos sobre un clásico de la literatura de aventuras? Ésta y otras cuestiones me asaltaron cuando llegó a mis manos Regreso a la isla del tesoro, de Andrew Motion, una novela que se ha vendido y publicitado como la continuación del célebre título de Robert Louis Stevenson sin percatarse del daño que estaba haciéndole a ella y a sus numerosos lectores,  que aún consideran el original un libro intocable y de relectura obligada.

Sin embargo, la inspiración de Motion es otra cosa. Fabula una historia que, partiendo del original, propone una nueva lectura con resultados –sorpresa– nada desdeñables para el purista así como para quien todavía no conoce –infelices ellos– el trabajo que nos legó el autor de, entre otras novelas, Secuestrado, Catriona o El señor de Ballantrae.

En Regreso a la isla del tesoro vuelven a aparecer, pero solo en su primera parte, Jim Hawkins, ahora dueño de una taberna que lleva el sospechoso nombre de La Hispaniola; y el mismísimo Long John Silver, que regenta en una callejuela escondida de Londres un tugurio que responde al sospechoso nombre de El catalejo.

Pero es un homenaje, como otros tantos que se diseminan con generosidad y manga estrecha a lo largo del libro de Motion. Un escritor y poeta que centra su atención, en esta (im)probable secuela, en sus dos protagonistas: el hijo de Hawkins y la hija de Silver para encender su sed de aventuras y arrastrarlos a la legendaria isla donde los sueños, sueños son.

Con el legendario mapa en las manos, Jim y Natty se embarcan en la Nightingale para surcar el océano en una de las mejores partes de esta vibrante aunque en ocasiones algo lenta singladura, presentando a su capitán y marineros, uno de ellos escocés, un tal Stevenson.

Serán jardineros –dijo otro que se llamaba señor Stevenson, un escocés muy delgado que solía estar encaramado en la cofa, donde hacía de vigía.

Natty y Jim, el capitán y la tripulación desafían tormentas y padecen penurias para desembarcar en tierra firme, donde dejan huellas en la arena de una playa que ya está dentro de mi particular mitología y territorio en el que vivirán nuevas experiencias. Aventuras que ofrecen feliz distracción y que permite reencontrar el lector resabiado con una geografía que conoce, que ama, que forma parte ya de su imaginario individual.

Regreso a la isla del tesoro se convierte así en una novela que bebe de las fuentes que dejó abiertas Stevenson, un libro que Andrew Motion adapta a su manera sin que en ningún momento abandone su aroma a mar. Olor que despierta en el lector un entusiasmo que no desaparece pese a que sepa que se trata de otra historia.

Otra historia que tiene mucho que ver –ha sido mi caso, al menos– con el relato que tanto le inspiró en su ya casi olvidada adolescencia.

La novela, estructurada en seis partes y que supera las trescientas páginas, se lee con endemoniada rapidez porque Motion tiene la capacidad de seducir al lector y de animarlo a continuar.

Ese mismo lector regresa a la antigua empalizada, conoce a nuevos personajes –como un esclavo negro que responde al nombre de Escocia– y se enfrenta contra piratas crueles y residuales, asesinos a los que se les encienden los ojos de odio cuando se les recuerda que Long John Silver vive… porque esta nueva isla del tesoro es un tributo a Stevenson. Universo que Motion revisa con delicado respeto, incluso cuando se atreve a añadir algo de color fantástico a la fauna y vegetación que crece en esa isla donde los sueños, sueños son.

La aventura como género cuenta con escritores mayores. Y Stevenson fue uno de ellos. Nos enseñó que la aventura de la vida es una continúa iniciación. Un proceso de transformación en el que sus personajes, sometidos a todo tipo de experiencias, aprenden a crecer y madurar.

Tras concluir Regreso a la isla del tesoro, creo que al señor Stevenson le hubiera hecho gracia esta novela. Que hubiera disfrutado con un libro en el que se nota un inmenso amor al escritor y a la obra original que lo ubicó entre los autores de referencia de un género que logró trascender con su potentísima lilteratura de evasión.

Andrew Motion le imprime aliento poético al relato, y sus descripciones resultan vistosas. Sobre todo las marineras, que no disgustaría a Stevenson ni a los leales que desde ese entonces se han sumado a su extravagante grupo de seguidores.

Por eso, no dejaría escapar Regreso a la isla del tesoro. Y no solo a los aficionados al extraordinario mundo del autor de La flecha negra.

Estoy ante un libro que conmueve. Y en el que disculpo incluso las libertades que se toma Motion para continuar con un clásico que nunca muere y deja estela. La estela que sobre la superficie del mar marca el Nightingale mientras navega por las mismas aguas que La Hispaniola.

Andrew Motion es consciente que nunca superará al maestro, pero imita y adapta sus formas y estilo. Las formas y el estilo de un escritor al que siempre le estaré agradecido por enseñarme lo mágico que puede resultar un libro.

Un libro, ya lo hemos escrito, que no necesita de segundas ni terceras entregas, pero sí de una novela que, como Regreso a la isla del tesoro, recuperara un tiempo que ya creía perdido porque los sueños, sueños son.

Saludos, no corta el mar, sino vuela, desde este lado del ordenador.

La estrategia del pequinés, de Alexis Ravelo, novela finalista al premio Dashiell Hammett

Sábado, Abril 26th, 2014

Tito, algo turbado, observaba de hito en hito a Cora, que, desde su lado de la mesa, prodigaba sonrisas y devolvía los halagos de la anfitriona. No tardó en comprobar por qué el Rubio había dicho que era desulmbrante. No solo resultaba muy atractiva, sino que sabía  hacer que la gente se sientiera a gusto  y desorientada al mismo tiempo.”

(La estrategia del pequinés, Alexis Ravelo, Alrevés, Novela Negra, 2013)

El escritor Alexis Ravelo, con su novela La estrategia del pequinés, es candidato junto a Rosa Ribas y Sabine Hofman por Don de lenguas; Horacio Convertini con El último milagro; Dolores Redondo por Los privilegios del ángel y Jorge Zepeda Patterson con Los corruptores, al Premio Dashiell Hammett, un galardón con el que la Asociación Internacional de Escritores Policíacos distingue cada año a la mejor novela negra en español y cuyo fallo tendrá lugar en la próxima edición de la Semana Negra de Gijón, que se celebrará entre el 4 y el 13 de junio en los terrenos de un antiguo astillero de la capital asturiana.

La estrategia del pequinés es la séptima novela de Alexis Ravelo, y ya comentamos en su momento nuestras impresiones en torno a este título, basta con pinchar este enlace y conocer lo que en su momento escribimos sobre ella. A nuestro juicio, y solo como adelanto, se trata de uno de los mejores trabajos del escritor, quien suele ambientar sus historias en Gran Canaria y cuenta en su producción con un personaje que ya forma parte del paisaje urbano de esta ciudad portuaria: Eladio Monroy.

Otro premio que concede la Semana Negra de Gijón, el Roldolfo Walsh y que reconoce al mejor relato basado en hechos reales, cuenta como finalistas en esta edición con Francesc Escribano, Francisco Ferrándiz y Queralt Solé, por Antonio Benaiges, el maestro que prometió el mar; Carlos Velázquez, con El karma de vivir al norte; y José Fernando Mota Muñoz y Javier Tébar Hurtado, con La muerte del espía con bragas.

Saludos, hoy estamos de celebración, desde este lado del ordenador.

Días maravillosos, un cuento de J. G. Ballard

Viernes, Abril 25th, 2014

Julio, 3, 1985, hotel Imperial, Playa Inglaterra

Las Palmas

(…) Este es un sitio extraordinario, a unos treinta kilómetros al sur de Las Palmas y sobre la costa, un complejo turístico flamante con todos los entretenimientos imaginables, que se pueden concertar con solo apretar el botón que está al lado de la cama. ¡Ahora mismo voy a pedir una hora de esquí acuático, seguida de masajes suecos y peluquero!

(Días maravillosos, relato incluido en Mitos del futuro próximo, J. G. Ballard. Traducción: Marcial Souto, Minotauro, 1990)

En ese afortunado libro de relatos que es Mitos del futuro próximo, el escritor J. G. Ballard ubica una de sus historias y con el título de Días maravillosos en un complejo turístico de Gran Canaria, una isla donde recalan para pasar sus vacaciones miles de turistas británicos, franceses y alemanes para pasar sus vacaciones ajenos –en el cuento que les cuento– a la experiencia que van a vivir.

Vuelvo a releerlo en unos días igual de presuntamente maravillosos como los que describe J. G. Ballard y es inevitable que se lo agradezca al escritor. Uno de esos autores que no terminaron nunca por gustar demasiado a los amantes de la ciencia ficción donde fue encasillado sin lógica alguna, mientras continúa fascinando a otros por su visión deformada –y yo qué sé si visionaria– de la realidad.

Junto a Brian Aldiss, un escritor al que sí podríamos ubicar en ese territorio donde ciencia y ficción se mezclan, J. G. Ballard es de lo mejor que la literatura anglosajona ha producido en cuanto a miradas caprichosas sobre lo que puede ser… Y no tienen nada que ver con dos ilustres compatriotas y me gustaría pensar que maestros: H. G. Wells y John Wyndham. Ahí radica el interés que todavía me suscitan sus obras, relativamente bien traducidas al español y tan delicadamente británicas.

Días maravillosos cuenta mucho en apenas ocho páginas. El cuento está escrito en forma de cartas muy breves, que funciona casi como un diario que firma Diana y personaje al que imagino como una de esas señoras de mediana edad y extranjera que quiere olvidarse de su cotidiana existencia tostándose al sol en las doradas y negras arenas de las playas del archipiélago; salir de discotecas y se apunta a toda clase de actividades marcianas que organizan los animadores de esos centros turísticos con todo incluido.

La clave del relato de Ballard es que a medida que se van sucediendo los días las cosas no son como parecen ser aunque Diana apenas lo intuya pero sí su acompañante…

Está prohibido salir del paraíso.

Escribe Diana: “Aparentemente, en vez de llevarse a la gente de vuelta desde las Canarias, las líneas áreas han estado mandando los aviones al Caribe para recoger el tránsito norteamericano que vuelve de las vacaciones. Los pobres británicos nos vemos entonces detenidos indefinidamente en el mismo bote. Lo más asombroso de todo es que una se acostumbra. La gente del hotel es un verdadero encanto, nos ha solucionado todos los problemas, ingeniándoselas para organizar entretenimientos de todo tipo. Hay un cabaret muy politizado, y un equipo arqueológico submarino va a rescatar una carabela española del fondo del mar. Para pasar el tiempo me he metido en un grupo de teatro amateur que piensa representar La importancia de llamarse Ernesto. Richard toma todo con una tranquilidad sorprendente. Quise despachar esto desde Las Palmas, pero no viaja hacia allí ningún autobús, y cuando Richard y yo salimos a pie nos perdimos en un laberinto de construcciones nuevas.”

El autor de novelas tan intensas y compulsivas como Crash o El mundo sumergido, revela poco a poco el por qué de esta situación, aunque siempre a través de las palabras de Diana, muy escéptica ante las señales de peligro que detecta Richard:

El tiempo transcurre como un sueño. La gente, perpleja, se apiña todas las mañanas en la recepción del hotel, tratando de conseguir noticias sobre el vuelo de regreso. En general todo el mundo está tomando esto con una calma sorprendente, mostrando ese auténtico espíritu británico. La mayoría, como Richard, es personal de dirección de industria, pero las firmas, gracias al cielo, se han portado maravillosamente, y nos han cablegrafiado a todos para que regresemos cuando podamos. Richard comenta cínicamente que con los presentes niveles de estancamiento industrial, y con el gobierno haciéndose cargo de las consecuencias, tal vez se alegren de tenernos aquí.”

Y escribe algo desconcertada pero sin demasiada preocupación que “aparentemente están dividiendo toda la isla en una serie de inmensos complejos turísticos autónomos: reservas humanas, los llamó Richard. Él calcula que ya hay aquí un millón de personas, en su mayoría trabajadores ingleses del norte y del centro.”

No vamos a desvelar el final, pero da que pensar la forma en cómo está escrito este relato –una gota de lluvia en la producción de Ballard– para sacar lecturas muy comprometedoras con la realidad presente.

Subrayé la primera vez “están dividiendo toda la isla en una serie de inmensos complejos turísticos autónomos.” Y hoy, sospecho las razones, he añadido dos signos de exclamación en el margen de la página.

Solo un cuento de J. G. Ballard.

El niño de El imperio del sol

(*) En la imagen Jorge Luis Borges y J. G. Ballard. Sophie Baker.

Saludos, no sabe, no contesta, desde este lado del ordenador. 

Próximamente

Jueves, Abril 24th, 2014

Elsa López, poeta y editora de Ediciones La Palma (www.edicioneslapalma.com) es la responsable de la colección eme::escritura de mujeres en español, a cuyo cargo está la también poeta y editora Nuria Ruiz de Viñaspre, galardonada este año con el Premio Racimo de Literatura 2013. Ya están en la calle lo tres primeros títulos de la colección, que espera presentar otros tres en octubre, que espera contar en breve con trabajos de Esperanza López Parada, profesora titular de literatura hispanoamericana en la Universidad Complutense de Madrid, entre otros. Por el momento, los tres primeros títulos de la colección son: El Emparrado de María Antonia Ortega, Jardín de arena de Julia Otxoa y por último, La jaula bajo el trapo de la argentina María Negroni. La colección eme avisa que contará también con un espacio para textos ensayísticos o filosóficos y que trascurridos unos meses todos los títulos se editarán además en formato epud, para poder descargarlos en cualquier dispositivo móvil de lectura. El 27 de mayo se presentará la colección en La Central de Callao (Madrid), en un acto en el que intervendrán: Elsa López, Nuria Ruiz de Viñaspre y las autoras María Antonia Ortega (Madrid), Julia Otxoa (Guipúzcoa) y María Negroni (Rosario, Argentina).  Más información de la colección: www.coleccioneme.wordpress.com / coleccióneme@edicioneslapalma.com

El 7 de mayo el escritor y militar Luis González Segura de Oro-Pulido presenta su novela Un paso al frente (Tropo Editores) en el salón de actos de la MAC, en la capital tinerfeña. El libro ha levantado ampollas en las fuerzas armadas españolas, ya que el autor “destapa las miserias del Ejército Español. El autor, militar en activo con participación en Afganistán y una experiencia de doce años, presenta una historia coral y de denuncia sobre la vida cotidiana de personajes de carne y hueso”, informa una nota de prensa de la editorial.

Saludos, no se lo cuenten a nadie, desde este lado del ordenador.