La Poeteca de Canarias recibe al colectivo Poetas en Rebeldía

Jueves, Septiembre 7th, 2023

La Poeteca de Canarias reanuda su programación cultural con un recital del colectivo Poetas en Rebeldía. El acto tendrá lugar este viernes 8 de septiembre, a las 19:00 horas, con entrada libre, en el quiosco del parque Javier Fernández Quesada (antiguo parque Los Dragos), situado entre las calles Heraclio Sánchez y Doctor Antonio González (La Laguna). El espacio que ocupa la Poeteca fue cedido por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna a la Asociación Cultural Tres Orillas para el desarrollo de este proyecto.
 
El recital se abrirá con unas breves palabras introductorias del coordinador de La Poeteca, Ramiro Rosón, dando paso a los siete autores que han confirmado su presencia en el acto (Alberto Díez, Loli Figueroa, Oscar Negrín, Esther Medina, Javier Mérida, Manuel Pérez y Roberto Rodríguez), y culminará con una sesión de micro abierto, en la que el público asistente podrá compartir sus propias creaciones poéticas si lo desea.
 
Poetas en Rebeldía, colectivo coordinado por el gestor cultural Manuel Pérez Marrero, suma en la actualidad un total de 51 miembros, con un grupo en Tenerife y otro en Gran Canaria, y se constituye como una asociación cultural cuyo objetivo consiste en dar voz a las causas sociales a través de la poesía, acercando la creación literaria a la sociedad en general, creando nuevos espacios para la práctica de la poesía escénica y promoviendo el trabajo de los escritores, artistas y músicos locales.
 
Desde el 6 de marzo de 2018, cuando ofreció su primer recital con un grupo de cinco autores, Poetas en Rebeldía ha desplegado una intensa actividad en la que ha colaborado con diversas causas, realizando campañas de visibilización y concienciación a través de la poesía social y reivindicativa. Esta actividad se ha plasmado en recitales organizados en todo tipo de lugares y eventos, como centros culturales, bares, colegios, festivales literarios e incluso a pie de calle, y en algunas ocasiones ha incorporado el teatro y la música junto a la palabra poética. Generalmente, estos recitales poseen un carácter benéfico, con el objetivo intrínseco de fomentar el gusto por la literatura, el compromiso social y el pensamiento crítico entre la población isleña.
 
Como propósito de futuro, Poetas en Rebeldía trabaja para expandirse en el archipiélago canario, con la aspiración de llegar a todas las islas. De este modo, en este año espera sumar a sus grupos de autores en Gran Canaria y Tenerife dos nuevos capítulos, uno en La Palma y otro en Lanzarote. Desde su perspectiva, este colectivo entiende la poesía como un arma cargada de futuro, tal y como la describía Gabriel Celaya, y su actividad no se limita al uso de la palabra, sino que también pretende aportar la presencia y el esfuerzo de sus integrantes para luchar contra los problemas sociales y ambientales de su entorno.

Saludos, se dice, desde este lado del ordenador

La torre encantada, una novela de Mariano Gambín

Lunes, Diciembre 19th, 2022

Mariano Gambín, con doce novelas ya publicadas, se ha convertido en un autor de referencia para aproximarnos al thriller canario escrito en Canarias. El escritor conoce las claves en las que se mueve y quizá sea por eso que por mucho que sus libros se parezcan unos a otros, al final el entretenimiento esté asegurado porque ante todo Gambín es un escritor de novelas de entretenimiento, muy alejado de una escritura compleja, que gusta más de la forma en cómo se cuenta que en el qué se cuenta.

Dicho esto, nada nuevo bajo el sol con su libro doceavo correspondiente a la serie que coprotagonizan Ariosto y su leal guardaespaldas Olegario, la intrépida periodista Sandra Clavijo, la arqueóloga Marta Herrero y el inspector Galán de la Policía Nacional, y que lleva por título La torre encantada. Con esto, se quiere decir que la nueva novela de Mariano Gambín reúne todos los ingredientes que lo convirtieron en una de las voces literarias más leídas del archipiélago tras su trilogía Ira Dei, un universo que casi parece que se mueve por sí solo y del que el mismo escritor ha intentado distanciarse en al menos dos novelas, El viento del diablo y El oro de Mauritania, esta última probablemente el libro más alejado del mundo Ariosto/Sandra/Marta/Olegario/Galán, al ser una novela digamos que muy apartada de la línea oficial que ha hecho conocido a su autor, quien por una vez se decantó por una trama internacional de altos vuelos en las que los protagonistas habituales de la serie Ira Dei apenas aparecían en sus páginas.

La torre encantada es una vuelta a los orígenes, una novela que sí se ajusta a la dinámica establecida por las anteriores de la saga. Es decir, que hay un misterio lagunero y una búsqueda, la del tesoro del legendario corsario Amaro Pargo, un personaje cuya vida real se confunde con la leyenda. En el libro también se encuentra un objeto de devota veneración religiosa que ha desaparecido de la iglesia de La Concepción y a cual se le atribuye poderes para sanar; una sociedad ocultista que no tiene demasiado de sociedad ni de ocultista (los masones asoman también la cabeza, pero la asoman con la discreción que los caracteriza) y una red de espías rusos que andan tras el venerado objeto religioso en una isla que, en manos de Mariano Gambín, se convierte en territorio de acción y de suspense.

Con esta fórmula, el escritor cocina una novela a lo Ira Dei y los resultados no decepcionan. Ni a sus seguidores ni a los que lleguen de nuevas a la serie ya que una de sus características es que con independencia del orden cronológico que marcan los libros, el lector se puede iniciar en estas aventuras con cualquiera de ellos, doce libros que, hasta la fecha, construyen un imaginario lagunero de misterio aunque personalmente recomendaría que se comenzase por la primera, Ira Dei, por ser la que dio origen a este curioso y atractivo fenómeno literario canario.

Si se han leído las anteriores novelas de la serie se notará que el escritor se siente cada vez más suelto y seguro con ellas. Y como pasa con las anteriores, si hay un personaje de “los buenos” oficiales que destaca en ésta por encima de los otros es Olegario, de quien el escritor nos da algunas pinceladas de su pasado. Tan cómodo se siente Gambín transitando por estas historias de misterios laguneros y ocasionalmente santacruceros (es más que probable que amplíe el radio de acción a otras localidades en futuras novelas) que en su empeño por dar credibilidad a estos relatos no duda en añadir elementos de nuestra realidad como fondo en sus novelas. En las que nos ocupa, La torre encantada, denunciando los atascos que se producen en las autopistas de la isla los días laborables y hecho que casi hace responsable en el libro que los héroes de la historia pierdan a los villanos que persiguen.

No es fácil lo que ha logrado construir el escritor a lo largo de esta docena de novelas, y no solo se apunta por el notable éxito que han alcanzado sobre todo en la ciudad de La Laguna, sino por dar identidad a unos personajes que libro a libro se han ido afianzando en sus estereotipos. Se tratan además de novelas extremadamente blancas, en las que el lector no encontrará demasiado drama y sí mucho de comedia, un humor que a veces aparece soterrado pero que se respira a lo largo y ancho de la obra, en especial cuando irrumpen los secundarios que el lector iniciado conoce de libros anteriores como Adela Cambreleng, entre otros. Si hay algún tipo de violencia, esta apenas consume un uno por ciento del relato, ya que éste prefiere profundizar en la investigación, en este caso cruzada (el objeto religioso que “suda”, el tesoro del legendario corsario tinerfeño) pero que convergen al final en un mismo espacio: la iglesia de La Concepción.

En este aspecto, y reconociendo las virtudes y defectos que reúne la novela, como que se tenga la sensación que supera la trescientas páginas más por llenar espacio que porque lo exija la historia, La torre encantada como los otros títulos anteriores del escritor está estructurado en capítulos alternos, todos ellos protagonizados por los diferentes personajes que forman parte del team, del equipo de investigadores que desde Ira Dei están ahí para resolver misterios y a veces, solo a veces, tropezarse con situaciones que parecen que proceden del más allá.

Saludos, misterio, misterio, desde este lado del ordenador

La afoto

Miércoles, Agosto 17th, 2022

No le he prestado demasiada atención al dicho que dice que la cara es el reflejo del alma pero basta ver la fotografía que días pasados se sacaron el alcalde La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez, y sus dos cuates junto al director de cine Álex de la Iglesia para darse cuenta que, carajo, pues va a ser que es una aplastante verdad. Verdad esa de que la cara es el reflejo del alma.

Los hechos tuvieron lugar hace unas semanas en Aguere, donde rueda el director de El día de la bestia la segunda temporada de 30 monedas, una serie, dicho sea de paso, que me parece un borrón negro negrísimo en la filmografía del cineasta pero nadie, ya lo dijo Dios, “es perfecto”.

Al parecer el alcalde y sus cuates, que son la concejala de Cultura y presidenta del Organismo Autónomo de Actividades Musicales (OAAM) del Ayuntamiento de La Laguna y compañera sentimental de Luis Yeray, ay, Yaiza López Landi y el concejal de Fiestas, Badel Albelo Hernández, se colaron en el trajín del rodaje para sacarse una afoto con De la Iglesia y colgarla más tarde en redes sociales para que los laguneros y los que no lo son descubriéramos que el primer edil de la antaño y hoy casposísima ciudad universitaria se codea no sé si con los famosos, pero sí con un director y guionista que cuenta ya con una larga relación de películas que, sospecho, no creo que ninguno de los tres que aparecen en la afoto conozca. Imaginemos el diálogo:

- Álex, Álex –porque el tuteo es imprescindible en este tipo de personas que no saben que este abuso de confianza delata que no conoce de nada al famosete de turno, en el caso de Álex de la Iglesia medio famosete sobre todo por sus primeras películas y porque su novieta es una chica muy guapa de Tenerife- a mi es que me encantó un montón Los otros y esa de Franco, que no sabía yo que un militar…

Como me escribe quien me envía el whatsapp con la fotografía del chiste, del alcalde y de sus cuates con Álex de la Iglesia, la jeta del cineasta es más que un poema. Yo diría que casi se trata de una declaración de guerra. De quita tus sucias manos de encima, mono asqueroso que es lo que le dice Taylor (Charlton Heston) cuando los gorilas lo atrapan en aquella ciudad de monos para nada monos de la película…

Me cuentan que el alcalde Yeray, la concejala Yaiza y el concejal Badel casi se ponen de rodillas delante de algunos miembros del equipo de rodaje para poder sacarse la afoto con el director de cine que, resignado y ya que estamos rodando aquí no vayamos a tener problemas, aceptó la invitación de quedar plasmado para la eternidad en una imagen que vale más que mil palabras.

Así que aquí lo dejo, a Yeray pasándole el brazo por encima a un Álex de la Iglesia que parece que está a punto de jiñar (hacer de vientre) y dos concejales que logran que me explique, por otro lado, que la cultura en La Laguna se haya replegado a sus cuartales de invierno porque ante este panorama… como que no, que resulta imposible… que mejor tirar la toalla o abrazar si no queda otra opción al maguerío que define en la actualidad la antigua ciudad de los Adelantados, título, por cierto, que hoy debería ser de los Retrasados. Por ir siempre detrás, por apuntarse a tomarse una afoto con el famosete de turno (te tocó, Álex, es lo que pasa por venir a rodar a provincias tan alejadas) sin tener en cuenta que lo que hacen es molestar a un tipo que está haciendo su trabajo pero esta esa es una de las cruces que lleva soportando La Laguna no solo por Yeray y sus cuates, la pandi que se sacó esa afoto en la que noto en falta a Santiago Pérez, que es probable que no pasara por ahí para quedar inmortalizado en la imagen.

Una imagen, ya se dijo, que a veces sí que vale más de mil palabras.

Saludos, el horror, el horror, desde este lado del ordenador

La Laguna acoge del 13 al 16 de octubre la Feria Provincial del Libro de Santa Cruz de Tenerife

Sábado, Julio 9th, 2022

Por fin hay fechas para la celebración de la Feria Provincial del Libro de Santa Cruz de Tenerife, actividad que muchos esperamos nos quite el mal sabor de boca que nos dejó la que hace unos meses visitamos en la capital tinerfela.

Como recordarán, desde el año pasado la Feria dejó de celebrarse en Santa Cruz, La Laguna asumió el compromiso de acogerla y se desarrolló en diciembre en la plaza del Adelantado. Ahora y mediante su página en Facebook, nos enteramos que anuncia nueva Feria Provincial del Libro de Santa Cruz de Tenerife del 13 al 16 de octubre en tres escenarios diferentes:

Plaza de la Concepción, Plaza de la Junta Suprema y Plaza de La Catedral.

Hasta ese entonces, habrá que ver el número de casetas que consigue reunir (se notó y mucho, la ausencia de varias librerías de la isla en 2021m entre ellas la de Lemus, que no suele acudir desde hace unos años a este encuentro por razones que un día explicaremos); los escritores y escritoras a los que se invitarán para que hablen y sobre todo firmen ejemplares de sus obras y el público que genera este encuentro tan necesario para el libro, los autores y sobre todo los lectores, su destinatario final.

Saludos, nos vemos, desde este lado del ordenador

El IEC rinde homenaje a los maestros canarios de la Historia

Viernes, Noviembre 12th, 2021

El Instituto de Estudios Canarios IECan organiza la segunda edición del ciclo de conferencias La renovación de la historiografía canaria a través de sus protagonistas que se celebra del 15 al 18 de noviembre. El ciclo se desarrollará en la Casa de Ossuna, La Laguna, desde las 18:30 horas. La entrada a las conferencias es gratuita, previa reserva de localidades a través del correo iecanarios@gmail.com. Además, la actividad será retransmitida en directo a través de los canales de Facebook y Youtube de la institución. 

Con este nuevo ciclo de conferencias, coordinado por Eduardo Aznar Vallejo y Roberto J. González Zalacain, el IECan pretende rendir tributo a algunos de los principales investigadores que desde Canarias profundizaron a lo largo del siglo XX en el conocimiento histórico. Figuras como las de Francisco Morales Padrón, Manuela Marrero Rodríguez, Agustín Millares o Alejandro Cioranescu serán revisitadas por parte de especialistas en la materia, con el objetivo de comprobar el grado de vigencia de sus aportaciones y proyectar hacia las nuevas generaciones de historiadores un balance actualizado de su producción.

Manuel Lobo, catedrático emérito de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, será el encargado de abrir las jornadas el lunes 15 de noviembre a las 18:30 horas. Lobo profundizará en la aportación de Antonio de Bethencourt a la historiografía canaria. A continuación será el turno de Carlos Castro Brunetto, quien ofrecerá la conferencia Jesús Hernández Perera, impulsor de la Historia del Arte en Canarias

Al día siguiente, el martes 16 de noviembre, Jorge Onrubia abrirá la segunda jornada de este ciclo dictando la conferencia Celso Martín de Guzmán, historiador y humanista. La obra de Marcos Guimerá Peraza ocupará la segunda intervención del día, a cargo de Pedro Bonoso González. 

Las conferencias Manuela Marrero Rodríguez. Investigación y enseñanza, impartida por Leocadia M. Pérez,  y La obra historiográfica de Alejandro Cioranescu, a cargo de Juan Manuel Bello León, completan la tercera jornada, prevista para el miércoles 17 de noviembre. 

Ya el jueves 18 de noviembre el ciclo se cerrará con el análisis de las aportaciones de Francisco Morales Padrón y de Agustín Miralles Carlo, realizadas por las investigadoras Elena Acosta y Leonor Zozaya, respectivamente. 

Esta segunda edición del ciclo de conferencias La renovación de la historiografía canaria a través de sus protagonistas está organizada por el IECan y cuenta con el patrocinio del Cabildo de Tenerife, del Ayuntamiento de La Laguna y de la Fundación CajaCanarias. 

Saludos, un tributo más que merecido, desde este lado del ordenador

Llevadme a ver el mar, una novela de Jorge Fonte

Martes, Marzo 9th, 2021

La aparición en la república de las letras de Jorge Fonte es relativamente reciente. Si no se equivocan sus perfiles biográficos, irrumpe en 2017 con un libro de cuentos de carácter erótico titulado Natalia y otros relatos solo para adultos, volumen al que, tres años después, añadiría una continuación con Milena Velba y más relatos solo para adultos. En 2018 presentó su primera novela, Una isla a la deriva, en la que se sirve de un hecho fantástico para promover una reflexión sobre el archipiélago y en concreto El Hierro, a la que se siente fuertemente atado por lazos familiares.

Jorge Fonte era conocido, no obstante, mucho tiempo antes por una serie de trabajos críticos sobre el cine y sobre algunos cineastas. En concreto, resultan muy interesantes las aproximaciones que realiza al universo imaginativo de Walt Disney, como creador y como fabricante de sueños; Woody Allen, al que ha dedicado varias obras que se ocupan, entre otras particularidades que definen la filmografía del director de Manhattan, sus abundantes referencias cinéfilas y musicales que aparecen en sus películas así como sendos estudios sobre Robert Zemeckis, Russ Meyer, Oliver Stone y Steven Spielberg, entre otros.

El escritor regresa ahora con Llevadme a ver el mar (Ediciones Idea, 2021) al territorio de la literatura de ficción con una novela que no tiene nada que ver con la primera (Una isla a la deriva), lo que revela a un autor inquieto que es capaz de escribir un texto con tintes extraordinarios a volcarse ahora con otro que no tiene nada que ver con el anterior, ya que se costriñe a los límites –en fondo y forma– que impone la novela histórica.

Llevadme a ver el mar se desarrolla en la ciudad de La Laguna a mediados del siglo XVII y está inspirada en un hecho real: la historia de amor que se tejió entre el noble Jerónimo de Grimón y Rojas con la monja sor Úrsula de San Pedro.
Se sitúa la acción en el año de “nuestro Señor” de 1651 y la ciudad, la isla, el archipiélago canario comienza a moverse con lentitud en dirección a un futuro incierto mientras su población permanece atada a viejas tradiciones y lealtades familiares que el paso de los años no ha disuelto en el aire. Y tradición que parece que se ha enquistado –de generación en generación– en la sociedad lagunera.

La novela está notablemente ambientada, por lo que las situaciones que plantea Fonte resultan muy creíbles. El escritor, a modo de guiño, da apellidos de amigos y conocidos a algunos de los protagonistas “no reales” de la historia pero que están ahí para facilitar lo que tiene de ficción un relato que procura en todo momento (y suele conseguirlo) respetar el hecho histórico que lo inspira.

El libro cuenta además con un índice de personajes (reales y no reales) para que el lector no se pierda con ellos ya que son casi medio centenar entre principales y secundarios. Se agradece esta guía porque resulta natural que a medida que se avanza en la historia (dividida en tres partes) uno se pierda con ellos. La mayoría, de todas formas, son fundamentales para sostener una narración que más que reflejar la armonía de la época, la ciudad de La Laguna como núcleo urbano que empieza a crecer y que cuenta con una estructura social claramente definida, se decanta por la pasión amorosa.

La novela, de todas formas, se desarrolla en el escalón más alto de la pirámide social: la nobleza, algunos de los cuales son nietos y bisnietos de los conquistadores que acompañaron a Alonso Fernández de Lugo, el hidalgo castellano que fue responsable de la incorporación definitiva de las islas Canarias a la Corona de Castilla en el siglo XV.

Llevadme a ver el mar cuenta con algunos peros… Entre otros destacaríamos el estilo que ha escogido Jorge Fonte para narrar esta historia, una imitación más irregular que regular de cómo se hablaba en aquel entonces en una islas ya sometidas. A mi juicio, más que situar al lector en la época que describe lo aparta de la misma por el tono solemne del lenguaje que mantiene a lo largo de toda la novela. Entiendo que se hizo así para dar credibilidad a su relato pero no termina de convencer una escritura que, por vicios de donde procede, peca la mayor parte de las veces de pomposidad. No termina tampoco de asumirse el número de páginas, más de trescientas, ya que la convierte en una obra demasiado extensa para narrar una historia de amor que no cuenta con demasiados matices. Sí que se agradece, por otro lado, el ánimo que tiene Fonte para informar de algunos hechos claves en la Historia de La Laguna, notas necesarias porque mucho de lo que se cuenta en el libro pudo pasar en verdad. No se nota, o al menos no escandaliza, que el escritor se haya arrogado la autoridad de “inventar” algunos neologismos porque “aportan buen ritmo y elegancia al texto”.

En conjunto, Llevadme a ver el mar cumple las expectativas. Se agradece el cuidado y la meticulosidad con la que Jorge Fonte cuenta esta historia de amores prohibidos en una ciudad de La Laguna que más que mirar a España y el nuevo mundo, se fija atolondradamente en sí misma al margen de los cambios que se producen a un lado y al otro del océano. Esas transformaciones que traen y se llevan los vientos de la Historia son detalladas también por el escritor para dotar de autenticidad el momento histórico en el que se desarrolla una ficción que bebe de la fuente de un hecho real que marcó a la antigua capital de Canarias.

El libro cuenta con una amplia bibliografía en la que se detallan las obras a las que recurrió Fonte para dar coherencia histórica a este relato de amores imposibles que se desarrolla en una ciudad que crece y que domina una pequeña nobleza con apellidos (muchos de los cuales han llegados hasta la actualidad); una iglesia que dirige la vida espiritual de sus habitantes y una clases populares en la que se mezcla lo mejor y lo peor de eso que llaman pueblo. Un pueblo mestizo que anda con esclavos de raza negra y mulatos que augura el futuro de un archipiélago atlántico que vive demasiado dentro y embobado de sí mismo.

Saludos, ya saben, desde este lado del ordenador