Archive for Junio, 2023

Púa, una novela de Lorenzo Silva

Miércoles, Junio 28th, 2023

La novela más reciente de Lorenzo Silva que llega a las librerías se titula Púa (Destino, 2023) y es un extraño a ratos híbrido entre la novela de espías con la policíaca. Un híbrido también con la de acción y de manera tangencial con la romántica aunque más que amor lo que haya en este libro sea la historia de cómo unos profesionales solitarios que han entregado su vida al trabajo quieren dejar de serlo en un mundo laboral, el suyo, bastante complicado para que mantengan relaciones lo que se dicen normales y corrientes.

Va a sorprender Púa a los seguidores que ha ido cosechando el escritor madrileño desde que comenzó su carrera literaria y me pregunto si esta sorpresa es para bien o para mal. El caso es que con Púa Silva da un volantazo a una trayectoria que hasta ahora había estado centrada en el ciclo de novelas que protagoniza la pareja de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro y sus novelas históricas, las mejores las que desarrolla durante la guerra de Marruecos. Sumaría también sus ensayos, aunque el último de ellos, Castellano, no deje de ser un híbrido entre la novela de no ficción y el relato pormenorizado de los comuneros castellanos. Esta obra le sirvió también al escritor para reflexionar sobre los nacionalismos que nacen y se reproducen en este país, llegando el autor a la conclusión que si hubo un primer movimiento en España que reivindicó su territorio este fue Castilla a través de los rebeldes comuneros. Tenga o no razón, es otra historia.

Si se observa la producción literaria de Lorenzo Silva de estos últimos tiempos el lector comprobará que algo está cambiando en su literatura. Tengo la sensación, sensación que se acrecienta con Púa, que el escritor se siente más suelto e incluso más escritor lo que le permite proponer apuestas como las que presenta en esta novela. Una novela donde todo parece que está a medio hacer, o en la que le preocupa más que sea el lector quién elija si es aceptable o no la ficción que nos propone.

Púa transcurre en un país del que no sabemos su nombre que no lleva precisamente una relación de amistad con otro país con el que hace frontera. Su protagonista, a quien se apoda Púa, trabaja en una organización que se llama –como también se conoce a la CIA– La compañía y en ella todos los hombres (porque son hombres) que prestan servicio en esta organización responden también a nombres de guerra.

Púa cuenta con un compañero, Mazo, con el que forma un eficaz binomio en las operaciones a las que lo destinan. Su jefe inmediato es Araña. También está Sombra y más allá el jefe que es Uno. Púa trabaja para este servicio que más que operaciones de espionaje se dedica a labores antiterroristas. Por eso se infiltra en el país vecino en el que anidan grupos violentos, su misión será la de neutralizarlos.

El propio escritor admite al final del libro que sobre las páginas de Púa sobrevuela la influencia de, entre otros autores, Kafka, Proust y Virginia Woolf, y si bien el peso de Kafka que se aprecia en este libro es notable, no diría tanto en cuanto a Proust y Woolf pero si lo afirma el escritor es que debe de ser así.

La novela está dividida en dos tiempos, que el escritor expone en capítulos alternos. En el presente, se nos cuenta la promesa que hace Púa a otro agente, Mazo, de proteger a su hija, Vera, sobre la cual pende la amenaza de los terroristas que, si bien no han podido acabar con la vida del espía, sí que pueden hacerlo con la de su descendiente, una mujer que se ha dedicado al que se conoce como oficio más viejo del mundo mientras que en el pasado Lorenzo Silva narra cómo fue captado Púa por La Compañía, su entrenamiento como agente y las primeras y difíciles misiones en las que intervino para proteger a su país de la amenaza terrorista.

No termino todavía de entender porque el escritor desubica la acción de la novela ni por qué a los personajes se les conoce por sus apodos y no por sus nombres reales (literariamente hablando) ya que, a nuestro juicio, no termina de contribuir al entendimiento de un relato que cuenta la historia de un hombre dedicado en cuerpo y alma a su trabajo, lo que implica que asuma muchas personalidades diferentes mientras pierde conciencia de quién es él mismo, de quién fue antes de terminar arrastrado por el vértigo de un mundo que libra como soldado una guerra sucia en la que muchas de sus víctimas son inocentes.

El narrador nos cuenta la historia en paralelo del pasado y del presente de su protagonista y araña pero solo en la superficie, los sentimientos encontrados ante los que se enfrenta Púa en su trabajo. Ese trabajo sucio que necesita de hombres de acero, capaces de separar su vida privada de la laboral.

Más cercano al espíritu de la estupenda novela que sobre la CIA escribió Robert Littell que del universo poblado de traidores que refleja John LeCarré en sus estupendas novelas, Púa es un híbrido que no termina de fusionar bien las tendencias, los géneros que confluyen en ella aunque como los otros libros de Lorenzo Silva, guste o disguste lo que escribe, se lee con pasmosa velocidad aunque el asunto, el meollo, el corazón de lo que cuenta no termine de estar demasiado trabajado.

LO MEJOR: La capacidad que tiene Lorenzo Silva para capturar la atención del lector

LO PEOR: La mezcla de géneros no termina de conseguirse, lo que repercute en el resultado final

Saludos, calor, más calor, desde este lado del ordenador

Carlos Javier Morales: “En el Opus Dei está todo hecho y todo por hacer”

Martes, Junio 27th, 2023

Carlos Javier Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1967) pertenece al Opus Dei, la Obra como se la conoce comúnmente, desde hace cuarenta años. Ahora cuenta de manera muy resumida su historia en Breve historia del Opus Dei (Alianza Editorial, 2023), un libro que nace con voluntad de divulgar los distintos episodios históricos de una organización religiosa que fue fundada el 2 de octubre de 1928 por el sacerdote católico Josemaría Escrivá de Balaguer (Barbastro, Huesca, Aragón, 9 de enero de 1902-Roma, Italia, 26 de junio de 1975).

A ojos de un profano la Obra tiene resonancias medievales aunque para sus iniciados es el camino adecuado para vivir, según el autor, el Evangelio. Sea una u otra cosa, con este libro el también poeta y escritor tinerfeño concibe un trabajo ameno e interesante sobre la Obra y su fundador. Contribuye también a dar a conocer el legado de una organización que trasciende fronteras y despeja algunas dudas que el profano puede guardar en torno a ella.

- Se han escrito muchos libros sobre la Obra pero ¿por qué sigue suscitando tanto recelo entre los que no la conocen? ¿Por qué esa mala prensa, alguna de ella escrita por ex miembros del Opus Dei?

 “Al principio, en los años posteriores a su fundación en 1928, parecía un escándalo a muchos cristianos –sacerdotes y laicos– que un hombre o una mujer metidos de lleno en su trabajo y en sus ocupaciones temporales pudiera ser santo. De ahí las primeras –y no tan primeras– incomprensiones. Hoy, casi un siglo después, en un mundo totalmente secularizado, lo que parece un escándalo es que un hombre y una mujer pretendan ser santos, más aún si desea serlo a través de las actividades profesionales y sociales. Para muchos ese propósito sonaría a música celestial si no fuera porque tratan de llevarlo a la práctica, día a día, muchas personas en todo el mundo. Personas que asumen responsablemente las consecuencias de sus propios actos en medio de la sociedad civil. El hecho de que algunos exmiembros hayan escrito textos negativos no responde a razones muy distintas de las anteriores. A ellas se pueden sumar, eso sí, algunos motivos personales”.

 - ¿Cómo ha cambiado el Opus Dei desde su fundación? 

“A principios de los años setenta (no sé si en 1972 o 1973), el fundador del Opus Dei dijo en una reunión familiar de miembros de la Obra (como comúnmente se llama a esta institución), que “en el Opus Dei está todo hecho y todo por hacer”. Totalmente de acuerdo: todo está hecho, porque el mensaje de san Josemaría Escrivá, predicado por inspiración divina, había calado en la vida de muchas personas de diferentes razas, países y condiciones sociales. Lo mismo ocurre con el Evangelio: el mismo mensaje de hace dos mil años sirve para vivificar a muchas personas actualmente. Sin embargo, también como el Evangelio, el mensaje del Opus Dei es siempre nuevo e innovador, porque cada situación de la vida personal y social es distinta en cada época y lugar, y hay que afrontarla con la novedad que siempre supone el amor a Jesucristo”.

 - ¿Qué diferencia a un miembro de la Obra de otros católicos practicantes?

 “Nada, porque los miembros de la Obra son precisamente eso: católicos practicantes. Lo único que asume como específico un miembro del Opus Dei es que, sea laico o sacerdote (la gran mayoría somos laicos), ha de tener la misma meta: ser santo. No obstante, esa santidad ya está en el Evangelio de Jesucristo, y la Iglesia, después del Concilio Vaticano II, ha vuelto a predicarla como un deber irrenunciable. En este sentido, lo que ofrece el Opus Dei, a mi parecer, es un modo muy concreto de vivir el Evangelio en medio de los mil avatares de cada día, sin rebajar el mensaje ni la meta, tratando de evitar toda la mediocridad a la que uno tiende por inercia”.

 - ¿Cómo han recibido los miembros del Opus Dei su libro?

“El libro ha aparecido en enero de este año 2023, en la colección El libro de bolsillo de Alianza Editorial. Institucionalmente, el Opus Dei no se ha pronunciado sobre el valor de este trabajo, ni creo que lo haga, porque mi Breve historia del Opus Dei está totalmente escrita con mi estilo y no pretende ser ningún documento oficial de la Prelatura. No obstante, me alegra la gran cantidad de mensajes y comentarios que me llegan de miembros de la Obra de un sitio y de otro asegurándome que no se puede decir nada más y nada más claro en tan pocas páginas. Incluso reconocen que han aprendido mucho, como he aprendido yo. No me ha llegado ningún comentario negativo: si lo hay, que puede haberlos, todavía nadie me ha dicho nada al respecto”.

- En el libro además de contar la historia de la Obra escribe sobre su experiencia personal, ¿cómo fusiona ambos relatos?

 “Yo pretendo contar en 337 páginas (podrían ser muchas más, pero no he querido) lo que sé de la historia del Opus Dei desde el 2 de octubre de 1928, cuando un sacerdote de veintiséis años recibe de Dios un mensaje específico y revolucionario, hasta la actualidad. Me he documentado muy bien, pero no durante unos meses o un año, porque llevo estudiando y asimilando la historia del Opus Dei desde el mismo día en que pedí la admisión. Me ha resultado siempre algo fascinante desde el punto de vista cristiano y desde el punto de vista histórico. Además, como no soy un historiador profesional, sino un poeta y un ensayista, no me he limitado sólo a las fuentes escritas, sino a lo que he observado con mis ojos y a lo que me han contado en conversaciones informales muchos miembros de la Obra que conocieron personalmente al fundador y que hoy, en gran parte, han fallecido. Para mí es tan importante lo que me cuente un testigo fidedigno como lo que encuentre por escrito entre los miles de documentos de un archivo; aunque siempre he contrastado mi información con fuentes escritas”.

- ¿Le puso algún tipo de condición la Editorial para escribirlo?

 “La única condición que me puso el editor, al que conozco y con quien he trabajado desde hace casi treinta años, es que el libro pudiera interesar a cualquier lector que sienta alguna curiosidad por el Opus Dei, fuese cercano o totalmente ajeno a esta institución. Asimismo, al no ser Alianza una editorial religiosa, sino una empresa cultural nacida en 1966 con una vocación liberal, recuerdo que me pusieron otra condición: que mi libro no contuviera ningún ditirambo ni otro tipo de elogios hacia el fundador o hacia su empresa espiritual. De hecho, nunca hablo de san Josemaría, sino de Josemaría Escrivá de Balaguer, como personaje histórico que es. Por lo demás, después de entregar el original, la editorial no me ha quitado ni una coma”.

- En la contraportada se lee que en este libro el lector encontrará grandes aventuras espirituales y humanas sin obviar los errores cometidos por algunos de sus miembros, ¿a qué errores se refiere?

 “Mira: en toda institución donde hay hombres y mujeres, por muy santos que queramos ser, siempre hay errores y meteduras de pata. Algunos de los que aparecen en mi libro (que no pretende ser una lista de agravios) se deben a la errónea comprensión del mensaje del Opus Dei que, con muy buena voluntad en la mayoría de los casos, han realizado diferentes miembros a lo largo de su historia. Téngase en cuenta que el fenómeno espiritual del Opus Dei es tan novedoso que uno mismo, por muy fiel que quiera ser a ese espíritu, puede desviarse de su finalidad propia si se atiene a lo que se ha hecho habitualmente en la praxis histórica de la Iglesia. Léase, por ejemplo, lo que escribo acerca de las llamadas “obras comunes de apostolado”, que desaparecieron como tales en 1966, al comprobar el propio fundador que no encajaban con la absoluta libertad personal con que cuentan los miembros del Opus Dei en todas las cuestiones profesionales, políticas y, en general, en los distintos debates sobre la actuación temporal de cualquier ciudadano, que eso es un miembro del Opus Dei”.

- ¿Quién fue Josemaría Escrivá de Balaguer?

 “Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975) fue un sacerdote español que en 1928, a los tres años de recibir su ordenación, recibió un mensaje muy concreto inspirado por Dios: la necesidad de que todos los cristianos y, por extensión, todos los hijos de Dios, buscasen la santidad, el amor sin límites a Dios y al prójimo, en el ejercicio del trabajo profesional de cada uno, sea el que sea, y en las mil circunstancias de la vida ordinaria. Además del mensaje, la inspiración divina incluía también el encargo de fundar una institución eclesial que difundiese ese mensaje por todo el mundo y ayudara a vivirlo a las personas más variadas. Aunque Escrivá de Balaguer tenía grandes dotes intelectuales y espirituales, desde ese día dedicó todas sus energías a predicar este mensaje y a poner en marcha e impulsar en todo momento dicha institución, con la ayuda de sus consejos de gobierno en los niveles general, regional y local”.

- ¿Cómo vive La Obra la Guerra Civil?

 “A cada uno de los pocos miembros de la Obra que había entonces (las cifras y otros datos están en mi libro, junto a otras concreciones) la Guerra Civil lo sorprendió en las situaciones más variadas, como ocurrió a la mayoría de los españoles. Escrivá de Balaguer y sus hijos espirituales, en medio de dificultades de diversa índole, trataron de mantener el espíritu de paternidad, para el fundador; de filiación, para sus hijos, y de fraternidad entre ellos mismos. Si se perdía esta unidad espiritual y moral, todos, entonces y ahora, sabían que la Obra era una empresa en quiebra. Los que permanecieron fieles a estos vínculos, vividos por amor a Jesucristo y a su Iglesia, sacaron adelante el Opus Dei en los años posteriores, contando siempre con la acción amorosa de Dios. Al final de la Guerra, en abril de 1939, la Obra era el fundador, doce hijos varones y dos mujeres”.

- ¿Y durante el régimen de Franco?

 “Durante el régimen de Franco cada uno siguió su propio camino personal, en unión con el fundador  y con sus hermanos para todo lo que se refiere al fin espiritual del Opus Dei. Así también ha sucedido después. Materialmente, desde 1939, sus hijos numerarios (una minoría con compromiso de celibato en medio del mundo) extendieron el mensaje y los centros de la Obra por España y por los cinco continentes. Pero, volviendo a lo de Franco, creo que la relación de diversos socios con los dirigentes españoles de entonces (otros se mantuvieron totalmente al margen y aun en contra) queda bastante clara en el epígrafe de mi libro Algunos miembros del Opus Dei en el gobierno de Franco. Creo que se han sacado de quicio muchas cosas sucedidas en este período”.

- ¿Qué pasó con el periódico Madrid?

“A mi parecer, un desastre contra la libertad y la dignidad humanas. El diario Madrid, nacido en 1939, fue comprado mayoritariamente en 1966 por un miembro del Opus Dei, Rafael Calvo Serer, catedrático de Filosofía en la Universidad de Madrid, que por aquellos años ejerció una continua lucha intelectual y personal en favor de la democracia, en unión con el nuevo director del periódico, Antonio Fontán, catedrático de Filología Latina en la misma universidad y miembro del Opus Dei. El gobierno de Franco clausuró la publicación de este diario durante varios meses en tres ocasiones, que van de los años 1968 a 1971, cuando la prohibió definitivamente. La sociedad editora, envuelta en deudas, tuvo que vender el edificio donde el diario tenía su sede, en Madrid, en la esquina de las calles General Pardiñas y Maldonado. Luego, en 1973, el régimen ordenó la demolición total del inmueble, para que no quedara ni rastro de aquella empresa”.

-¿Qué momentos destacaría de su expansión nacional e internacional?

 “De la expansión por España da buena muestra la fe del fundador y de sus hijos durante los años que van de 1939 a 1946, cuando Escrivá de Balaguer trasladó su residencia a Roma. En el libro cuento algunos de los avatares que, a mi juicio, resultan más significativos en esta aventura. A partir de 1946 comienza el establecimiento de nuevos centros en Portugal y otros países europeos. En 1948, en México y Estados Unidos. En los años 50, abren camino diferentes miembros del Opus Dei en Japón y en Kenia. Durante los sesenta, continúa esta expansión por distintos países de esos continentes y se establecen los primeros miembros en Australia. Actualmente el Opus Dei realiza su labor estable en 68 países de los cinco continentes”.

- ¿Y cómo se explica esta expansión?

“Realmente es muy difícil de explicar a una persona que no tenga fe en Cristo. Pienso que todo el fenómeno espiritual que supone el Opus Dei para la Iglesia y para el mundo resulta difícil de entender para una persona sin fe, porque la Obra es una institución que se entiende a sí misma como inspirada por Dios. En lo relativo a la expansión internacional, que llegó a 32 países en vida del fundador, esta extensión geográfica formaba parte del mensaje fundacional. Y es que san Josemaría explicó desde el principio que el Opus tenía una entraña católica y universal y, desde luego, no había venido a resolver la difícil situación religiosa de España a finales de las décadas de 1920 y 1930. Por eso Escrivá de Balaguer quiso que sus hijos de la primera generación vieran la Obra arraigada en personas de muy diversos países, razas y culturas”.

- Juan Pablo II canoniza al fundador del Opus Dei. ¿Qué méritos tuvo para recibir esta distinción?

“Pues, como todos los santos, los méritos de Cristo, a los que san Josemaría correspondió con un amor heroico, siempre arropado en los brazos de Dios Padre y mirando a Jesucristo con la luz del Espíritu Santo”.

- ¿Cómo son las relaciones con el Papa actual?

“Muy buenas, como con sus predecesores. Si algo tenemos claro los miembros del Opus Dei, es que somos Iglesia y venimos a servir a la Iglesia, cuya cabeza visible es el obispo de Roma, vicario de Cristo. Si nuestra santificación no se realizara dentro de la Iglesia, tanto diocesana como universal, nuestra misión no tendría ningún sentido. Y, para ser Iglesia, estamos siempre unidos al sucesor de Pedro, por dentro y por fuera: sin unión con el sucesor de Pedro, que es ahora el papa Francisco, un católico o una institución católica no es absolutamente nada. Será un sarmiento separado de la vid y se secará enseguida, como dice Jesús en el capítulo 15 de san Juan”.

- ¿Cuál es la situación de la mujer dentro de la obra?

“Igual que la del hombre: todos tenemos la misma responsabilidad de edificar la Iglesia según el espíritu peculiar del Opus Dei. Tal igualdad se manifiesta también en los consejos de gobierno que ayudan al Prelado y a sus vicarios. Esto parece muy normal en pleno siglo XXI, pero en 1930, cuando el fundador empezó la labor con las mujeres, resultaba muy llamativo que las mujeres del Opus Dei realizaran un trabajo profesional con la misma competencia y con la misma responsabilidad espiritual y económica que los hombres. Si los hombres del Opus Dei vivimos de nuestro trabajo, de modo que no hay ninguno que sea un “mantenido”, con las mujeres ocurre exactamente lo mismo”.

- ¿Qué libros recomendaría para acercarse a su mensaje a los que son profanos?

 “Ya que me lo preguntas, te recomiendo, sin dudarlo, el mío, Breve historia del Opus Dei, publicado este año, todavía calentito, en una colección de bolsillo que llega a todas las librerías de los países de habla hispana. Hay, por supuesto, otros muchos libros sobre el espíritu del Opus Dei, su historia y la vida de muchos de sus miembros. Si tuviera que señalar uno más, sin duda sería uno del fundador: Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, publicado en 1968 y con numerosas reediciones hasta hoy. San Josemaría, que tenía el don de la palabra, y de la palabra clara, explica ahí todas las dudas que a una persona muy profana en la materia le puede plantear el Opus Dei”.

- ¿Qué exigencias se deben cumplir para formar parte del Opus Dei?

 “Tener vocación, es decir, una llamada personal de Dios para edificar la Iglesia según el camino de santificación laical enseñado por san Josemaría. Y esa vocación puede recibirla cualquier cristiano, trabaje en lo que trabaje”.

- ¿Y por qué Opus Dei?

“Lo explico con detalle en mi libro, pero, para no alargarme mucho más, te diré que se llama Opus Dei (Obra de Dios) porque en 1928 Josemaría Escrivá no quería fundar nada: lo hizo porque vio que era un deseo expreso de Dios y que sería Dios quien lo sacaría adelante”.

 - ¿Hasta qué punto cree que el Opus Dei puede haber afectado a su producción literaria, especialmente la poética?

“En todo y en nada. En todo, porque me ha hecho reconocer en mi trabajo, también en mi trabajo poético, un camino de santificación, de encuentro con Cristo. En nada, porque gozo de la misma libertad que cualquier otro poeta y ensayista, sin otros límites que los que marca la revelación cristiana. Pero la revelación cristiana, en realidad, no es un límite: es una luz que amplía el horizonte de todas nuestras preocupaciones humanas”-

Saludos, calor, desde este lado del ordenador

¡¡¡Qué vienen los bárbaros!!!

Lunes, Junio 26th, 2023

Dicen, cuentan, que la novela histórica es uno de los géneros que más se leen en España. No sé si será verdad, pero algo debe de serlo cuando las librerías le han buscado un espacio aparte, independiente, que sirva de reclamo para los lectores que gustan de este tipo de literatura.

No hace mucho, un escritor español de novela histórica que practica también otros géneros me contaba que cuando escribía este tipo de libros no se esforzaba por hacer literatura sino por seguir el curso de una historia que, ante todo, debía de entretener y resultar convincente, lo que le obligaba a esforzarse con la documentación y la capacidad para contextualizar el relato. El fin era imprimir solidez a la narración y, al mismo tiempo, hacerla creíble.

El escritor me dijo en aquella conversación que no se molestaba mucho en otras cuestiones como el diseño de personajes y la capacidad para ahondar en sus emociones, zanjando la charla admitiendo que le resultaba más fácil escribir novela histórica que cualquier otra. Y tuviera o no razón, creo que este sigue siendo uno de los mayores problemas de esta literatura de género.

José Zoilo (debe ser uno de los pocos casos en los que el escritor firma con su nombre propio y no con su nombre y apellido) cultiva la novela histórica desde hace unos años. En 2019 publicó El alano, que dio origen a dos novelas más de la trilogía Las cenizas de España y que fueron Niebla y acero y El dux del fin del mundo. A estas le siguieron El nombre de Dios y Lordemano. Con La frontera de piedra, que es su libro más reciente, recibió el Premio Narrativas Históricas que concede la editorial Edhasa.

La novela se desarrolla en el último cuarto del siglo IV en Europa oriental, un periodo histórico en el que parece que se ha especializado José Zoilo, quien desarrolla su experiencia narrativa en un escenario que me parece muy atractivo, como son las primeras señales que recibe el ya dividido imperio romano ante la llegada de unos pueblos salvajes formados por extraordinarios jinetes y guerreros conocidos como hunos. Son ellos la vanguardia de lo que muchos años después significará para este trozo del continente las invasiones bárbaras al mando de Atila, aunque en el tiempo en el que se desarrolla la novela Atila no ha nacido.

Acercándose a la frontera de piedra (que se llama así porque hasta aquí llegaba el poder de una Roma dividida entre oriente y occidente) comienzan a reunirse pueblos que se repliegan ante el empuje de los hunos. Estas tribus esperan contar con el apoyo del Imperio para poder vivir en paz en territorios que no les pertenecen, lo que no es obstáculo para que en algunas ocasiones y por cuestiones estratégicas pacten con el enemigo (los hunos) mientras buscan un lugar en el que vivir. Otros, por el contrario, esperan refugiarse bajo el ala protectores de un poder, como es el romano, que ya no es lo que fue, aunque sigue siendo una fuerza colosal.

La novela, divida en dos partes, comienza en el año 363 y culmina en el verano de 378, un arco cronológico muy amplio que le permite al autor presentar a sus protagonistas y seguirlos a través del tiempo hasta la batalla final… Se trata además La frontera de piedra de una novela coral, en la que intervienen muchos personajes (históricos o inventados) aunque haya dos que sobresalen del resto como son Safrax y Goar, ambos muy jóvenes, hijos del pueblo alano que reparte a sus hijos entre los que son educados por Roma para convertirlos en soldados que protejan sus fronteras como los que se quedan con los suyos y reafirman sus señas de identidad ante una tierra en la que ya asoma por su horizonte más oriental los hunos y en el occidental la vieja y ya erosionada Roma.

No se trata, pese a su notable número de páginas, más de medio millar, de una novela que se haga pesada en su lectura aunque muchas de las páginas no aporten demasiada información a un libro que se complica al intentar contar a través de sus protagonistas las negras tormentas que agitaron la historia de aquellos días. La novela, además, concluye con una de las batallas más importantes de aquel tiempo como fue la de Adrianópolis, de hecho, se tiene la sensación a medida que se pasan las páginas que todo el libro está escrito para llegar a narrar este feroz combate que preludia lo que sucedería muchos años después en esta castigada parte de Europa.

Se diseminan por la trama personajes que además de Safrax y Goar formarán parte de una batalla que tiñó de sangre un territorio en el que se ha vertido demasiada sangre a lo largo de la Historia (con H mayúscula).

Como otras novelas históricas que se escriben en España, y que imitan bastante el fenómeno anglosajón, donde este género disfruta de popularidad, La frontera de piedra una vez se finaliza su lectura, deja muchas preguntas en el aire que, imagino, quedarán resueltas en otra novela de lo que presumo lleva camino de convertirse en una saga. El resto es un ejercicio de entretenimiento que cumple con corrección su objetivos, es decir, que no aburre.

Para los que nos acercamos a este libro y al periodo en el que centra la acción, creo que es necesario que el lector no iniciado se informe antes del complejo periodo histórico en el que se desarrolla La frontera de piedra ya que no es suficiente la información que aporta José Zoilo en la nota final.

LO MEJOR: Las descripciones de la batalla de Adrianópolis. Vívida e intensa

LO PEOR: No terminan por conmover los protagonistas aunque es probable que adquieran dimensión en otras novelas de lo que parece será una saga

Saludos, a por ellos, desde este lado del ordenador

Nace Palabras al límite

Miércoles, Junio 21st, 2023

A pesar de que son malos tiempos para la lírica, o eso parece, nace en el archipiélago un nuevo proyecto editorial con entusiasmo para expandirse a otros horizontes y que responde al nombre de Palabras al límite, una extensión de una asociación que bajo la misma denominación llega para agitar las habitualmente tranquilas aguas del mundo de la edición a este lado del Atlántico.

Al frente de esta iniciativa se encuentra el poeta y escritor Roberto Toledo Pallicer, que ha firmado con Jorge Liria, responsable de Mercurio Editorial, un acuerdo de colaboración para distintos proyectos con acento cultural.

En la línea editorial, Roberto Toledo asume la dirección de todas las publicaciones de Palabras al límite, actividad que desarrollará con “total independencia y autonomía de gestión”, dice el poeta y escritor tinerfeño.

Este proyecto se presentará el viernes 30 de junio en el marco del VII Artebirgua, en Risco Caído, un encuentro que dura cinco días (del 28 de junio al 2 de julio) y con una apretada agenda de actos en las que habrá un poco de todo, desde conferencias, mesas redondas, recitales hasta convivencia de escritores del archipiélago.

Ya hay tres títulos publicados en la colección de Poesía, trabajos que firman Cecilia Domínguez Luis (Tríada), Ernesto Suárez (Poemas de la cuesta de Abisinia); Carlos Caraballo (El cuerpo) y próximamente se dará a conocer un volumen de relatos, Hortus Hesperidum, que reúne narraciones de Elsa López, Félix Hormiga, Cecilia Domínguez, Ángel Sánchez, Juan José Mendoza, Daniela Martín Hidalgo, Manolo Yanes y Roberto Toledo Pallicer. En cuanto a Poesía, están ya en galeradas libros de Ángel Sánchez y Félix Hormiga.

El creador plástico Augusto Vives es el autor de las ilustraciones de este proyecto editorial cuyos primeros cimientos se pusieron hace ya tres años.

Saludos, mucha suerte, desde este lado del ordenador

Menos de 2 minutos, una novela corta de Antonio Flórez Lage

Martes, Junio 20th, 2023

Suele decirse que la nouvelle se encuentra a medio camino entre la novela y el cuento. Se trata, en todo caso, de lo que comúnmente se conoce como novela corta, un género que se práctica con frecuencia en Francia donde disfruta de éxito y prestigio que son dos palabras que no suelen ir emparejadas, aunque en España no termina de instalarse como sí pasa en el país vecino.

Quizá ese recelo editorial explique la razón de que el autor de Menos de 2 minutos, Antonio Flórez Lage, haya decidido autoeditársela porque las editoriales españolas no ven todavía con mucha claridad lo que los franceses conocen como nouvelle y los españoles como novela corta. Sea lo que sea, es un decisión del propio autor y como tal hay que respetársela. Se respeta también ese espíritu gamberro y transgresor que, lejanamente, emana de un libro que apenas supera las 130 páginas, sobre todo cuando intenta dar literariamente por cierto (al menos en la realidad alternativa que plantea) los catastróficos hechos que relata en la novela, que podría ubicarse en los territorios algo difusos de la novela negra y criminal pero también en la que plantea distopías para criticar los tiempos que vivimos aunque, en el caso de Lage, esa distopía, esa crítica a un sistema férreo y con voluntad totalitaria, se aprecie muy al fondo de un relato que lo que cuenta son las 24 horas de una revuelta popular y lo que originó estas protestas masivas: un vídeo en el que dos políticos, uno en el gobierno y el otro líder de la oposición, ponen de manifiesto que el debate, la discusión y las alternativas que se defienden y atacan en los órganos que están colegiados para ello son una soberana mentira.

Conozco de Antonio Flórez Lage una novela anterior, Gancho ciego, que publicó en 2021 en Siruela. El libro se trataba de un buen policíaco que se desarrolla prácticamente en el puerto de una gran ciudad que nunca se identifica. No obstante, y para quienes conozcan la capital grancanaria y el puerto por el que entran y salen viajeros, es un referente en una novela potente, escrita con frases muy cortas y directas que si bien no se complicaba demasiado en la trama, sí que presentaba un escenario que no suele ser habitual en este tipo de literatura aunque las zonas portuarias sirvan en muchas de estas novelas y películas de decorado perfecto al calor de la noche.

Pero contra todo pronóstico, y cuando muchos sospechábamos que Flórez Lage se iba a decantar por el género negro y criminal, publica Menos de 2 minutos, que sin renunciar a lo policíaco prefiere irse por otros derroteros, convirtiendo el relato en un altavoz a través del cual denunciar las carencias pero sobre todo las hipocresías que alienta el sistema democrático actual.

En este aspecto, el principal problema con esta novela son las ambiciones que el escritor propone en sus páginas, ambiciones que en mucho de los casos resultan desproporcionadas, que se salen del tiesto y que exigían mayor dedicación y volumen para si no resolverlas sí al menos desarrollarlas. De hecho, a veces se tiene la sensación mientras se lee que lo que se lee es como un borrador de lo que podría haber sido si Flórez Lage hubiera decidido trabajarla más mientras acomodaba con serenidad las dianas que iban a ser destino de sus demoledoras flechas críticas.

Y si bien no pasa esto exactamente, sí que se tiene la sensación una vez se finaliza la nouvelle que el libro necesitaba de cierto reposo. Ese reposo que a veces se recomienda a los escritores para quitar y añadir texto. Esa poda tan necesaria para que la obra final resulte lo más redonda posible.

Menos de 2 minutos está estructurada en capítulos (El inspector Varela, El general Gómez, Los cuatro amigos y El vídeo. También cuenta con una Nota del autor, aunque el autor siendo Flórez Lage invite al lector a un juego y es que piense que todo lo que ha leído ha sucedido de verdad. De hecho y en esta aclaración en la que nos cuenta cómo terminaron los personajes que en ella intervienen y la revuelta popular que incendió las calles de Madrid (porque el libro transcurre en la capital de España) el autor lo que plantea es un juego entre realidad y ficción que quizá sea la reflexión más interesante que se saque de un producto literario que si falla, si pierde fuelle, es precisamente por las ambiciones y la carga de denuncia con la que Flórez Lage impregna a la obra. Una obra que se lee muy bien, en la que pasan continuamente cosas y que está inspirada más que basada en la actualidad que vimos en esta España que hace tiempo dejó de buscar su lugar en el mundo.

No obstante, tiene su interés, al margen de otras consideraciones, los dardos que dirige Flórez Lage al mundo político que caracteriza la democracia española de nuestros días aunque encuentro más al escritor que atisbé en Gancho ciego en las escenas de acción, de broncas callejeras que cuando quiere denunciar la corrupción de un sistema que se fractura ante la indignación de la ciudadanía.

LO MEJOR
: No deja respiro al lector

LO PEOR: Los temas que aborda, demasiados grandes y complejos que terminan por sobrepasar el muy respetable espíritu de denuncia de la novela

Saludos, es lo que hay, ¿verdad Bubú?, desde este lado del ordenador

Ceniza en los ojos, una novela de Jean Forton

Lunes, Junio 19th, 2023

Cada cierto tiempo uno tiene la fortuna de encontrarse con libros que lo sacuden, que lo sorprenden, que lo conmueven también. Llega a mis manos una novela y un autor al que desconocía pero que desde hoy ya forma parte de esa gran familia que me acompañan a través de sus libros. El escritor se llama Jean Forton y la novela Ceniza en los ojos (Blakie Books, 2011).

Quiso la muerte arrebatarnos a Forton cuando comenzaba a brillar su nombre en las letras francesas, quiso la suerte que su mejor obra, Ceniza en los ojos, quedara flotando en el océano de la ignorancia que rodea al de la república de las letras. Y eso tratándose de una novela cruel pero no despiadada, que en la contraportada advierte que algunos incluso comparan con la Lolita, de Vladimir Nabokov, porque se trata de la seducción de un hombre mayor a una adolescente… Pero hasta ahí las comparaciones porque ambas obras dibujan seducciones diferentes y sobre todo personajes femeninos que son como la noche al día.

Ceniza en los ojos se mete por otros callejones, explora otros caminos, todo ello narrado en primera persona por el protagonista, por ese hombre mayor que comienza a sentirse viejo y que contempla su alrededor con una ceja levantada como si lo que se moviera a un lado y al otro de su persona no significara nada.

Además, se trata de una voz, la del protagonista, que se rechaza ya que lo que oímos a través de sus palabras resulta la mayor parte de las veces desdichado. Se proponen reflexiones teñidas de cinismo que labran el carácter de un personaje, el protagonista, tremendamente narcisista aunque lastrado por las circunstancias de una vida que lo lleva a la deriva.

La seducción de Isabelle, la bella adolescente por la que siente el flechazo y a la que seduce tras un largo proceso de encuentros que finge casuales, dan espesor a un libro incómodo. Incómodo porque como toda seducción amorosa tiene mucho de mentira e incómodo porque la relación de seducción que cuenta resulta muy políticamente incorrecta.

Teniendo en cuenta que Ceniza en los ojos solo se “recuerda” por recordar a la Lolita de Nabokov, el libro de Jean Forton se suma a esa literatura que nació con vocación de polemizar. La adolescente de Ceniza en los ojos, Isabelle, es un personaje que cae en la tupida red de manipulaciones que teje como una araña a su alrededor el protagonista de la novela.

Isabelle al principio lo evita pero termina por claudicar ante la insistencia de un hombre mayor que comienza a darse cuenta que envejece. Nos cuenta una vez la somete, cómo la deja de amar y se burla de su inocencia y de su soledad. Isabelle no tiene amigas y mantiene una relación muy tirante con sus padres.

Jean Forton hace que su protagonista explore todas las debilidades de Isabelle con el único fin de llevarla al dormitorio. Una vez conseguido el objetivo, la abandona como agua sucia. Ahora observa a su victima con otros ojos. Ya no es objeto de su deseo.

Son pocos los personajes secundarios que desfilan en esta novela que desconcertará a quien se acerque a ella. En la casa en la que vive, la habitación del protagonista está al lado de la de Nicolas, un hombre feroz que a veces lleva al cuarto a su amante. Luego está la amante, que juega un papel muy importante; y el hermano de quien nos cuenta sus deslices sentimentales así como su cuñada, un mujer que lo detesta.

En cuanto al estilo, excelente la traducción al español de Palmira Feixas, está escrito de manera fluida. Estructurada en capítulos cortos y muy cortos, no se deja nada al azar en estas confesiones de un pecador injustificado que busca con estas memorias a lo Barba Azul congelar en el tiempo una experiencia que sabe prohibida pero que está ahí, precisamente en lo prohibido, el germen de su escritura y el germen de una historia que como todas las historias que son buenas de verdad, no dejará indiferente a nadie.

Lástima que no se haya reeditado Ceniza en los ojos pero si por algún casual tienen la oportunidad de encontrarla, les sugeriría que se hicieran con un ejemplar porque novelas así ya no se escriben, y mucho menos con ese sentido de la moral que disgustará a la mayoría, esa mayoría que no sabe otra cosa que repetir como un mantra lo que les dictan desde la televisión y sobre todo desde las redes sociales.

Es inevitable, una vez se termina de leer Ceniza en los ojos, que asalte al lector la inquietante sensación de que, efectivamente, es muy difícil que una novela con este discurso (más allá del amor canalla que siente un adulto hacia una joven) no vaya a suscitar debates y sobre todo limpiar la ceniza que muchos acumulamos en los ojos.

LO MEJOR: La sensación de desconcierto que asalta al lector ante una novela que aún resulta tan políticamente incorrecta

LO PEOR: Que su autor, Jean Forton, continúe siendo un perfecto desconocido

Saludos, a todas y a todos, desde este lado del ordenador