Menos de 2 minutos, una novela corta de Antonio Flórez Lage

Suele decirse que la nouvelle se encuentra a medio camino entre la novela y el cuento. Se trata, en todo caso, de lo que comúnmente se conoce como novela corta, un género que se práctica con frecuencia en Francia donde disfruta de éxito y prestigio que son dos palabras que no suelen ir emparejadas, aunque en España no termina de instalarse como sí pasa en el país vecino.

Quizá ese recelo editorial explique la razón de que el autor de Menos de 2 minutos, Antonio Flórez Lage, haya decidido autoeditársela porque las editoriales españolas no ven todavía con mucha claridad lo que los franceses conocen como nouvelle y los españoles como novela corta. Sea lo que sea, es un decisión del propio autor y como tal hay que respetársela. Se respeta también ese espíritu gamberro y transgresor que, lejanamente, emana de un libro que apenas supera las 130 páginas, sobre todo cuando intenta dar literariamente por cierto (al menos en la realidad alternativa que plantea) los catastróficos hechos que relata en la novela, que podría ubicarse en los territorios algo difusos de la novela negra y criminal pero también en la que plantea distopías para criticar los tiempos que vivimos aunque, en el caso de Lage, esa distopía, esa crítica a un sistema férreo y con voluntad totalitaria, se aprecie muy al fondo de un relato que lo que cuenta son las 24 horas de una revuelta popular y lo que originó estas protestas masivas: un vídeo en el que dos políticos, uno en el gobierno y el otro líder de la oposición, ponen de manifiesto que el debate, la discusión y las alternativas que se defienden y atacan en los órganos que están colegiados para ello son una soberana mentira.

Conozco de Antonio Flórez Lage una novela anterior, Gancho ciego, que publicó en 2021 en Siruela. El libro se trataba de un buen policíaco que se desarrolla prácticamente en el puerto de una gran ciudad que nunca se identifica. No obstante, y para quienes conozcan la capital grancanaria y el puerto por el que entran y salen viajeros, es un referente en una novela potente, escrita con frases muy cortas y directas que si bien no se complicaba demasiado en la trama, sí que presentaba un escenario que no suele ser habitual en este tipo de literatura aunque las zonas portuarias sirvan en muchas de estas novelas y películas de decorado perfecto al calor de la noche.

Pero contra todo pronóstico, y cuando muchos sospechábamos que Flórez Lage se iba a decantar por el género negro y criminal, publica Menos de 2 minutos, que sin renunciar a lo policíaco prefiere irse por otros derroteros, convirtiendo el relato en un altavoz a través del cual denunciar las carencias pero sobre todo las hipocresías que alienta el sistema democrático actual.

En este aspecto, el principal problema con esta novela son las ambiciones que el escritor propone en sus páginas, ambiciones que en mucho de los casos resultan desproporcionadas, que se salen del tiesto y que exigían mayor dedicación y volumen para si no resolverlas sí al menos desarrollarlas. De hecho, a veces se tiene la sensación mientras se lee que lo que se lee es como un borrador de lo que podría haber sido si Flórez Lage hubiera decidido trabajarla más mientras acomodaba con serenidad las dianas que iban a ser destino de sus demoledoras flechas críticas.

Y si bien no pasa esto exactamente, sí que se tiene la sensación una vez se finaliza la nouvelle que el libro necesitaba de cierto reposo. Ese reposo que a veces se recomienda a los escritores para quitar y añadir texto. Esa poda tan necesaria para que la obra final resulte lo más redonda posible.

Menos de 2 minutos está estructurada en capítulos (El inspector Varela, El general Gómez, Los cuatro amigos y El vídeo. También cuenta con una Nota del autor, aunque el autor siendo Flórez Lage invite al lector a un juego y es que piense que todo lo que ha leído ha sucedido de verdad. De hecho y en esta aclaración en la que nos cuenta cómo terminaron los personajes que en ella intervienen y la revuelta popular que incendió las calles de Madrid (porque el libro transcurre en la capital de España) el autor lo que plantea es un juego entre realidad y ficción que quizá sea la reflexión más interesante que se saque de un producto literario que si falla, si pierde fuelle, es precisamente por las ambiciones y la carga de denuncia con la que Flórez Lage impregna a la obra. Una obra que se lee muy bien, en la que pasan continuamente cosas y que está inspirada más que basada en la actualidad que vimos en esta España que hace tiempo dejó de buscar su lugar en el mundo.

No obstante, tiene su interés, al margen de otras consideraciones, los dardos que dirige Flórez Lage al mundo político que caracteriza la democracia española de nuestros días aunque encuentro más al escritor que atisbé en Gancho ciego en las escenas de acción, de broncas callejeras que cuando quiere denunciar la corrupción de un sistema que se fractura ante la indignación de la ciudadanía.

LO MEJOR
: No deja respiro al lector

LO PEOR: Los temas que aborda, demasiados grandes y complejos que terminan por sobrepasar el muy respetable espíritu de denuncia de la novela

Saludos, es lo que hay, ¿verdad Bubú?, desde este lado del ordenador

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