2021: Dieciocho libros a tener en cuenta

Martes, Enero 4th, 2022

Todos los títulos que se presentan, y salvo uno, se editaron el año pasado. En la relación, hay novelas y libros de cuentos, dos de ellos por una editorial que renació en 2021, como fue Nectarina. Se omiten ensayos y obras especializadas, la mayoría de las que tuvimos noticias excelentes, pero fuerza mayor, el espacio, nos convencieron finalmente para descartarlas aunque animamos a los interesados a que consulten nuestro resumen general de Un año literatura en Canarias, si desean conocer algo más de todas ellas.

1.-Gancho ciego, Antonio Flórez Lage, Siruela Policíaca.- Entre las lecturas que nos sorprendieron gratamente este año se encuentra esta novela que se desarrolla en un ambiente portuario sin determinar que el escritor construye con rigor y señas de identidad propias, casi como si su pretensión fuera la de armar un territorio mítico donde la ley solo es la que marcan los más fuertes.

2.-Teneyda y otros relatos, Alfonso García Ramos, Nectarina Editorial.- Tras aparecer en 2011 y desaparecer tiempo después, Ayoze Suárez, su editor, recupera de nuevo el sello editorial con seis títulos, más dos dedicados a la novela negra, que publica novedades y libros que pedían a gritos su recuperación. Uno de ellos fue Teneyda, volumen que reúne otros cuentos del que, a nuestro juicio, sigue siendo uno de los grandes escritores canarios de todos los tiempos, el también periodista Alfonso García Ramos.

3.-El delator, Juan Manuel García Ramos, Mercurio.- Si hubo un libro, más allá de los literario, que suscitó divisiones y controversia en 2021, fue sin duda alguna esta novela que, por desgracia, no suscitó el debate al que al que estaba llamada sino a un cruce de comentarios que a favor y en contra restaron contenido pero no polémica a una historia que tiene, entre otros protagonistas, al poeta Domingo López Torres, ejecutado por el ejército rebelde frente a las costas santacruceras en febrero de 1937.

4.-Atis Tirma, Ulises Martín Hernández, colección Narrativa, Baile del Sol.- Una sobresaliente novela histórica sobre la conquista de la isla de Gran Canaria, narrada con vigoroso pulso narrativo y sin tomarse demasiadas licencias. Uno de los protagonistas del relato es Juan Mayor, un canario que hace de intérprete al invasor, y la joven canaria Vidinah. Muy recomendable si gustan de este tipo de literatura.

5.-El año que no viajé a Buenos Aires, Saray Encinoso, Ediciones Menguante.- La escritora y periodista tinerfeña escribió este libro como respuesta a un viaje que frustró la pandemia y el estado de alarma que confinó en sus casas a la ciudadanía. Que no pudiera marchar a la capital de la Argentina no arredró a la autora quien, finalmente, consiguió cumplir uno de los sueños de su vida: viajar con la imaginación a la ciudad que baña el Río de la Plata.

6.-Traficantes de historias, Juan R. Tramunt, Editorial Siete Islas.- Se trata de una novela comprometida que plantea interesantes y, a mi juicio, novedosas miradas sobre la inmigración irregular. Protagonizada por un hombre que decide empezar de cero, inicia su proceso de transformación como profesor de Lengua y Cultura española en un centro de Integración de Emigrantes en la isla de Gran Canaria. Luego…

7.-El niño de la tienda de telas, Jesús Ibrahim Chamali, Puentepalo.- El libro reúne narraciones que retroceden al lector a la infancia del autor, cuadros que recogen experiencias que van forjando la iniciación de su protagonista a medida que se adentra en el sendero de la vida. Habrán relatos que gustarán más que otros pero en conjunto es una obra que nos hizo emocionar.

8.-Llevadme a ver el mar, Jorge Fonte, Ediciones Idea.- Ambiciosa novela histórica del escritor Jorge Fonte, especializado hasta hace relativamente pocos años en atractivos libros de cine (probablemente sea la persona que más sabe de Woody Allen y Walt Disney en España) y ahora novelista que se atreve a embarcarse en una historia “basada en hechos reales” que sucedió en la ciudad de San Cristóbal de La Laguna durante la primavera de 1651.

9.-Idealistas (la casta del orgasmo), Eduardo Montelongo, colección Narrativa, Baile del Sol.- El autor de la novela es uno de los mejores escritores de su generación, prueba que deja en una serie de libros anteriores donde tantea la literatura de viajes y aventuras en libros como Cuaderno afortunado y Johanna. Con Idealistas da un salto de gigante y sin red a una literatura a la que no nos tenía acostumbrado y si bien no termina por ser redonda ya que sus ambicionas la devora, se aprecia en muchas de sus partes los mimbres de un gran escritor ahora en fase de evolución.

10.-Mediodía eterno, Santiago Gil, Cabildo de Gran Canaria.- Con esta novela el escritor grancanario visualiza una evolución tanto en estilo como en la forma que ya venía anunciando en El gran amor de Galdós, aunque en esta ocasión el protagonista de su historia sea el pintor José Jorge Oramas, cuya luz dejó de brillar cuando aún no había cumplido los 25 años. La obra obtuvo el Premio Internacional de Novela Benito Pérez Galdós.

11.-A orillas del Guiniguada, Juan José Medina, Mercurio.- Difícil lo tuvo que tener el jurado del Benito Pérez Galdós 2020 a la hora de conceder o no el Premio a esta novela, distinción que finalmente se llevó Santiago Gil por Mediodía eterno, resultando accésit el título de Juan José Medina quien escribe, sin perder de vista el rigor histórico, sobre la influencia del obispo Antonio Pildain en la vida social, política y religiosa de la diócesis de Canarias desde 1937 a 1966. Muy recomendable.

12.- Las terribles historias, Cecilia Domínguez Luis, Nectarina Editorial.- El libro reúne más de una veintena de relatos cortos que sorprenderán a los que siguen la obra de la escritora y poeta ya que pertenecen la mayoría de ellos a sus primeras incursiones literarias. Muchos de los cuentos resultan inquietantes y en alguno de ellos hay homenajes velados o no a grandes escritores de la literatura universal como Poe, London y Stevenson.

13.- Indivisa Manent, Javier Hernández Velázquez, Editorial Adarve.- Novela ganadora del I Premio Internacional de Novela Adarve Negra, el escritor tinerfeño propone un relato muy violento y en clave western que tiene lugar en un pueblo sin ubicar en el norte de Tenerife al que llega su protagonista tras pasar una larga temporada en la cárcel y con una idea fija en la cabeza: venganza. La novela casi coincide en librerías con otro título de su autor, Un país en llamas (M.A.R. Editor).

14.- Entre el agua y el suelo, Cristi Cruz, ediciones Aguere/Idea.- Se publicó en 2020 pero lo leímos en éste que ya se nos fue. El libro, que se estructura en cinco partes, mezcla la literatura de viaje con la reflexión personal, dando como resultado un sobresaliente volumen en el que el lector además de viajar a distintas ciudades del planeta, percibe también la transformación interior, el viaje hacia adentro, de sus protagonistas.

15.- Lordemano, José Zoilo, Ediciones B.- Se trata de la nueva novela histórica que escribe este escritor tinerfeño tras la trilogía Las Cenizas de Hispania y El nombre de Dios. En esta ocasión, invita al lector a tierras vikingas y de la España del siglo IX, contando la presencia de los bárbaros del norte en un país entonces fragmentado en muchas naciones.

16.- Ella quiere ser sorda, Elsa López, Ediciones Remotas.- El libro recopila 16 narraciones cortas de la escritora, impulsora de Ediciones La Palma, la mayoría publicados con anterioridad aunque también incluye algún relato inédito en una edición muy cuidada y trabajada de Ediciones Remotas.

17.- Talón, Nicolás Melini, Franz Ediciones.- El volumen reúne 17 relatos de un escritor que se mueve mucho mejor en este territorio que en la novela y la poesía. Los cuentos, con todo, quizá sorprendan a los que conocen anteriores libros de su autor, aunque en el fondo de subyace una obsesión que encuentro habitual en su autor, solo que ahora intenta reflejar las cicatrices que nos lega la experiencia cotidiana.

18.-Nosotras somos humanas, Carmen de la Rosa, CajaCanarias Fundación.- La escritora obtuvo con este libro el Premio de Relato Corto Isaac de Vega 2020 (se declaró desierto en la edición de 2021), aunque se publicó el año pasado, una recopilación de relatos que, por una vez, nos hizo pensar que el jurado estuvo acertado con su elección ya que los diez cuentos que reúne el libro demuestran que nos encontramos ante una autora que sabe manejarse en las historias cortas y en los géneros que toca, a los que imprime en todos estos cuentos de un llamativo y muy atractivo sello personal.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

El delator, una novela de Juan-Manuel García Ramos

Martes, Marzo 16th, 2021

No es El delator (Mercurio Editorial, 2021) un libro cómodo. Ya lo advierte su autor, Juan-Manuel García Ramos en el prólogo, “prólogo de salvaguardia”, en el que explica las razones que lo llevaron a escribir una obra siendo consciente –es una suposición– que lo que iba a exponer no iba a gustar a demasiada gente.

Esto hace que cualquier reflexión en torno a este libro resulte difícil e incluso contraproducente. El propio escritor narra una versión de los hechos, la muerte y desaparición del poeta tinerfeño Domingo López Torres, incómoda ya que acusa (veladamente, es verdad) a algunos de los integrantes del grupo que aglutinó la revista Gaceta de Arte de la delación, encierro y posterior ejecución del poeta santacrucero.

Para apoyar el hilo de esta investigación literaria, Juan-Manuel García Ramos se basa en “revelaciones” y “testimonios directos de familiares allegados” de una víctima que pone nombre y apellido a tantos y tantos desaparecidos por la represión militar iniciado el golpe de Estado en contra de la II República en la islas Canarias. Recurre García Ramos a la especulación literaria, sabedor de que su libro (crónica, afirma el autor) caerá como un mazazo entre los que defienden la versión oficial, la dignidad antes durante y después de la guerra de los miembros de Gaceta de Arte que sobrevivieron a la represión pero no al miedo feroz que alimentó sus vidas en aquellos años de plomo.

La intención de El delator no es solo la de cuestionar el protagonismo durante la Guerra Civil de los que integraron Gaceta de Arte, uno de los pocos referentes culturales sagrados de los que podemos enorgullecernos los nacidos y residentes en esta tierra, sino la de reivindicar la figura más como víctima propiciatoria que como poeta de Domingo López Torres, que sigue siendo con otros uno de los personajes menos conocidos y reivindicados de aquel grupo adelantado a su tiempo. También la única víctima de aquellos desgraciados años.

Para construir la obra, Juan-Manuel García Ramos se ha servido además de las fuentes mencionadas, de la literatura que se ha escrito sobre Gaceta de Arte y algunos de sus miembros más destacados. Mezcla con oficio una gran variedad de géneros que convierte esta “crónica literaria”, este relato que noveliza hechos basados en la realidad, en una obra híbrida que tiene mucho de policíaco pero también de ensayo y de lo que ahora se conoce como novela de no ficción, aunque esto último no lo sea en su sentido más estricto.

El delator propone muchas lecturas, entre otras una marcadamente moral que sirve, algo forzadamente, para defender la dignidad vital y como artista de Domingo López Torres, un hombre comprometido con el socialismo que vivió de lo que sacaba explotando un estanco próximo a la plaza de la Candelaria, creo, si no me equivoco, de La Constitución por aquel entonces. Juan-Manuel García-Ramos tiene la capacidad de humanizar al poeta, de hacer creíble un personaje literario llamado Domingo López Torres mientras se pregunta quién y la razón de su delación. Y da una respuesta velada sobre la persona que pudo ser –no proporciona sin embargo pruebas materiales que acusen a uno o varios de la traición– ya que deduce que fue alguien muy cercano, un amigo y compañero de Gaceta de Arte.

El libro está planteado más que como una crónica como un reportaje literario que no periodístico porque los hechos aquí son factibles de ser manipulados, pero sí recupera y vindica además del poeta a otros personajes que sufrieron represión y en algunos casos la muerte como Luis Rodríguez Figueroa y José Antonio Rial, este último sobreviviente de la represión y autor de un libro fundamental que escribió en el exilio para conocer desde dentro la brutal represión de los rebeldes: La prisión de Fyffes. Hay mucho de esta obra en El delator, sobre todo en las escenas que se desarrollan y describen desde dentro de esa cárcel improvisada en la empaquetadora de plátanos que se encontraba entonces a las afueras de Santa Cruz de Tenerife.

Resulta curioso que las últimas novelas de Juan-Manuel García Ramos se encasillen en el género histórico. Se acomoda a él El guanche en Venecia, El zahorí del Valbanera y por supuesto El delator. Se tratan de tres obras comprometidas y cada una de ellas propone una atractiva y también discutida revisión de capítulos claves en la Historia de Canarias como lo fue la resistencia final de los primeros pobladores de Tenerife contra los conquistadores castellanos; el exilio de los canarios a principios de siglo a América, en este caso Cuba y ahora Gaceta de Arte y la Guerra Civil. No obstante, si llega a tocar la fibra sentimental es, precisamente, con El delator porque se desarrolla gran parte en un tiempo no tan reciente pero que sigue estando ahí al ser episódicamente recuperado por unos y por otros: La Guerra Civil. En este caso, narrada con la melancolía de quien sabe que no va a ser entendido, que provocará rechazo por cuestionar la versión oficial y las actitudes que, según el libro, mantuvieron algunos de los miembros de Gaceta de Arte cuando los militares se hicieron con el poder en las islas.

El delator parece –pero no creo que fuera esa la intención– demoler el espíritu cohesionador de aquel grupo tan representativo en la vida intelectual y artística canaria ya que trascendió fronteras, invitó al padre del surrealismo André Breton a conocer la isla y editó una revista hoy casi objeto de culto. El libro se cuestiona el papel de alguno de ellos cuando las cosas se quebraron a partir de mediados de julio de 1936 pero no dice esto fue así sino que escoge y ordena suposiciones que hacen sospechar que las cosas no fueron como nos la han contado.

Recomiendo una aproximación a El delator con distancia y objetividad y la esperanza de que si gusta (y reúne todos los elementos para gustar) despierte el interés por conocer a un grupo de poetas, escritores, artistas e intelectuales que además de la revista y traerse a Breton y endeudarse por ese viaje, organizaron dos exposiciones surrealistas que pese a la calidad de sus obras apenas tuvo repercusión en la pacata sociedad tinerfeña de los años 30.

El delator, con todos sus peros, no hay que tomárselo al pie de la letra como obra histórica pero sí como una inteligente especulación sobre el destino final de Domingo López Torres.

El libro se lee de un tirón, está escrito con emoción contenida y reivindica la sangre vertida del poeta –una voz silenciada– porque salvó a sus amigos y compañeros de Gaceta de Arte.

Saludos, resignado y sin miedo, desde este lado del ordenaor

Un archipiélago mestizo

Miércoles, Marzo 10th, 2021

Tras la conquista, qué palabra, la Historia de Canarias es la de un intenso proceso de mestizaje en el que se mezcla en un todo los primeros pobladores de las islas con las gentes que cruzaron el mar para construir una nueva vida en estos peñascos diseminados a este lado del océano Atlántico.

La literatura que se escribe en el archipiélago no ha explotado todavía con la fuerza que se merece cómo se transformó la sociedad canaria tras ser sometida por los europeos, aunque hay algunos ejemplos significativos que han ahondado con mejor y también con peor fortuna en lo que implicó esa mutación. El mestizaje entre las gentes que venían del mar con los que vivían en las islas a través de los años y los siglos.

Lo interesante de estas obras es, a nuestro juicio, la reflexión por poco profunda que resulte, que se plantean los autores entre los primeros pobladores de Canarias con los que llegaron después, con la espada en una mano y la cruz en la otra, con el fin de ser los embriones de lo que más tarde serán los canarios, resultado en la actualidad de aquella mezcla tan característica y habitual en los territorios de frontera.

Pese a su atractivo, no ha sido un tema que haya generado mucha literatura quizá porque aún desconcierta la verdad de donde procedemos: una sociedad en constante evolución, mezclada, con sangre castellana, andaluza, indígena, flamenca, portuguesa, africana, entre otras, que da una idea de la mixtura de un pueblo que aún vive de espaldas a su origen. Un origen que no procede precisamente de los primeros pobladores, aquella raza que según la canción “nació en la Historia para vivir en la leyenda”, sino de los que llegaron más tarde, se mezclaron y buscaron un sitio en el que establecerse antes de que el sueño americano llamara a su puerta.

Nos hemos centrado pues en este recorrido en las novelas y cuentos que desde la perspectiva del siglo XX y XXI han desarrollado sus historias después de la conquista hasta el siglo XVII, aprovechando la reciente publicación de Llevadme a ver el mar, de Jorge Fonte, que se desarrolla en una La Laguna que todavía puede ser reconocida en algunas de sus calles y plazas. Omitimos, aunque el arco temporal en el que ubicamos estas obras sea una constante temporal en los thriller de Mariano Gambín, un puñado de obras por desconocimiento pero los títulos que se comentan están aquí porque, a nuestro juicio, encarnan lo más representativo de una literatura que si tuvo alguna pretensión fue la de mostrar a sus lectores cómo era Canarias en unos tiempos donde comenzaba a tomar conciencia de sí misma.

Se menciona como antecedente el canario que forma parte de la expedición de Pedro de Ursúa y en la que se encuentra Lope de Aguirre, y que la pluma de Ramón J. Sender describe en La aventura equinoccial de Lope de Aguirre como un personaje “taimado y peligroso”.

Entre los primeros títulos que imaginaron cómo pudo ser aquella Canarias de frontera, un territorio dado al mestizaje y última escala antes de navegar por el Atlántico rumbo a las Américas, se destacaría por su singularidad Benartemi o El último de los canarios, de Agustín Millares Torres, novela notablemente influenciada por El último mohicano de J. Fenimore Cooper. La obra transcurre en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria una decena de años después de la conquista con una buena parte de la población aborigen reducida a la esclavitud. Algunos rebeldes canarios se han refugiado en los montes y atacan de cuando en cuando la ciudad, si bien es cierto que cada vez son menos y mucho más esporádicas sus incursiones. El jefe de todos los rebeldes es Benartemi, al que el pueblo ha convertido en un mito y los castellanos en el mismo diablo, aquel al que debe darse muerte.

Islas afortunadas. Retablo pintoresco de vida colonial (J. García de Vegueta, Ediciones Aymá, 1944) propone un recorrido de ambientación histórica precisamente en los siglos que nos ocupan, comenzando su recorrido por Tenerife para finalizar en la legendaria San Borondón. El autor explica en el prefacio de la obra que su libro recoge leyendas en contadas ocasiones y que su objetivo era fijar la atención en la Historia del pueblo que habita las islas si bien reconoce que “no es tarea fácil dar nueva vida a los personajes que yacen olvidados en los archivos. La historia de los antiguos Purpurista o Hespérides es una intrincada maraña, y hemos tenido que abrir una brecha para encontrar a nuestra gentecilla”.

El libro Islas afortunadas… ofrece así un interesante recorrido a medio camino entre la realidad y la ficción de un archipiélago que comenzaba a adaptarse a la civilización europea.

Si tiene un pero este libro es que está escrito con el español de su tiempo, lo que puede lastrar su lectura a los lectores actuales siempre caracterizados por las prisas y la impaciencia.

Esa misma Canarias que comenzaba a españolizarse marca la época en las que se desarrolla La pluma del arcángel, de Carlos Álvarez, y obra por la que obtuvo el premio Benito Pérez Armas. Álvarez, soriano de nacimiento pero isleño de corazón, insistiría años más tarde en la novela histórica con La señora. Doña Beatriz, señora de Gomera y Fierro, centrada en la vida de Beatriz de Bobadilla en La Gomera pero no ahondaremos en ella porque se salta la línea temporal que hemos establecido de relatos que se ocupan de las Canarias después de ser conquistadas aunque eso no le resta mérito a una obra en la que el escritor y guionista pretende dar otra visión de quién fue la señora de La Gomera y El Hierro muy alejada de la visión insultante y descalificadora que hasta la fecha habían acuñado muchos historiadores sobre doña Beatriz.

La pluma del arcángel sin embargo sí que se adecua a las intenciones de este artículo ya que el escritor ubica la acción a inicios del siglo XVI, cuando el inquisidor Fernán Ximénez llega a Canaria, “rincón del Imperio donde las costumbres se han relajado bastante, dispuesto a imponer su viejo rigor toledano”. Su llegada, sin embargo, no es celebrada por casi nadie en este pequeño microcosmo de la sociedad colonizadora, y que encarnan en el libro el gobernador Diego de Herrera, hombre pragmático que teme que los excesos de la Iglesia hagan de su isla un lugar inevitable; el mujeriego teniente Múxica, brazo derecho del gobernador; el pescador y visionario Antón Carreño; Martín Toscano, rico comerciante y judío converso; Nemesio Quiroga, pregonero, recadero y hombre para todo del teniente Múxica; o la vieja Farfana, prostituta y hechicera.

La novela, prácticamente inencontrable en papel, se puede descargar en la página web de Hora Antes Editorial por el módico precio de tres euros.

Premio Benito Pérez Armas también por El corsario de Lanzarote, Francisco Estupiñán narra en esta novela las peripecias de una poderosa familia canaria del siglo XVI y de paso reflexionar sobre “cómo fue la construcción de Canarias y cómo es hoy Canarias a través de esta construcción”.

La obra se centra en un personaje real de la Historia del Archipiélago, Agustín de Herrera y Rojas, marqués de Lanzarote, mestizo por el que corría en sus venas sangre de nobles castellanos con la de los conquistadores normandos y los primeros pobladores del archipiélago en unos años en los que comenzaban a instalarse los primeros cimientos de la sociedad canaria.

El libro reincide en las correrías que tanto los naturales de las islas más orientales del archipiélago como los africanos que tenían como vecinos hacían unos con otros con el fin de intercambiar rehenes, hacer pillaje y cualquier otro trabajo con el que sacar algo de dinero. A mal tiempo, buena cara.

Francisco Estupiñán insistiría en la misma época en Negro Juan, donde noveliza la vida de Juan Garrido, el único hombre de raza negra y condición libre del que existe constancia documental, muy escasa, sobre su participación en la conquista y colonización de América.

Juan-Manuel García Ramos se ocupa también de este periodo en El guanche en Venecia, novela que transcurre durante el verano de 1496, una vez culminada la conquista de Tenerife, cuando siete de los derrotados menceyes guanches, uno de ellos Bencomo de Taoro, son conducidos ante la Corte de los Reyes Católicos por el capitán-conquistador Alonso Fernández de Lugo. La historia, sin embargo, se desarrolla más en la Venecia del título que en la isla de Tenerife aunque la primera y última parte sí que se desarrolla en la isla.

Ni el siglo XV ni en el XVI sino en el XVII se ambienta La sombra y la tortuga, de Alberto Omar, interesante retrato de la sociedad tinerfeña de frontera donde lo religioso y pagano se mezcla sin estridencias, dando verosimilitud a un relato que se desarrolla en su mayor extensión en la ciudad de La Laguna, ahondado en las diferencias sociales y las fisonomías de los grupos cerrados que existían entonces en la ciudad.

Otras novelas que se han ocupado de este periodo son Ponte en mi piel, de Emma Lira, que se desarrolla en Tenerife durante el siglo XVI y que explica la historia de Petrus Gonsalvus, un personaje que existió y que recorrió las cortes europeas por su abundante vello y El baúl de los cangrejos, de Javier González y novela en la que propone un viaje a través de los siglos de una familia que se establece en el Puerto de la Cruz desde el XVI hasta nuestros días.

Historias de complicado andamiaje, El baúl de los cangrejos como bien explica en el prólogo el escritor y periodista tinerfeño Juan Cruz Ruiz coincide con las intenciones con las que abordamos este artículo ya que “los herederos de esos conquistadores, en su inmensa mayoría luego fueron considerados como canarios, porque lo eran, mezclaron sus sentimientos de dependencia y su reticencia ante los conquistadores y no lograron zafarse de esas ataduras morales o económicas y optaron más por magnificar las leyendas que por rebuscar en los hechos de la historia”.

La literatura sobre piratería ha dado también origen a varios libros que se desarrollan de manera indirecta la mayor parte de las veces en Canarias. Destacaríamos al ceñirse a nuestro corsé temporal novelas como Alí, el canario. Un corsario berberisco, de Moisés Morán Vega y que se desarrolla en el siglo XVII y que recrea la vida de Simón Romero, nacido en el año 1639 en la calle Triana de Las Palmas de Gran Canaria y que a los 16 años fue capturado por un corsario argelino cuando pescaba en las costas de berbería, en África. No obstante, la literatura de piratas se desarrolla mayoritariamente en el XVIII y XIX, siglos en los que aparecen dos mercenarios de origen canario cuya leyenda se confunde con la realidad como Amaro Pargo y Ángel García, Cabeza de perro, este último más mito que otra cosa en opinión del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz, quien afirma que es un personaje literario que aparece en la novela Sor Milagros o secretos de Cuba: novela histórica contemporánea ilustrada, escrita por Aurelio Pérez Zamora en 1895 y publicada en 1897.

Es muy probable que haya algún título más que se desarrolle en estos dos siglos de Historia de Canarias, periodo que, quién sabe, despertó la imaginación de un escritor con independencia de su sexo con el objetivo de corregir algunos de los conflictos que seguimos arrastrando de “nuestro pasado común”. Defiendo que, pese a sus atractivos, continúa tratándose de un periodo no demasiado frecuentado en la literatura que se escribe en Canarias. Sin embargo, y como dijo el poeta, la esperanza me mantiene.

Saludos, leer, leer, leer, ¿esa es la cuestión?, desde este lado del ordenador

Libros con acento canario (o de aquí)

Miércoles, Enero 16th, 2019

Canarias y la atlanticidad es un libro de Juan-Manuel García Ramos publicado por Félix Hormiga el año pasado en el servicio de publicaciones del Cabildo de Lanzarote en el que se recoge la última versión de este enunciado conceptual (Canarias y la atlanticidad) junto a dos textos críticos que firman el catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna, Ramón Trujillo Carreño, y el que fuera profesor titular de Literatura Española en el mismo centro universitario, Juan José Delgado. Para Juan-Manuel García Ramos este texto, que está exquisitamente presentado, pretende ser “una definición de la cultura insular con todas sus consecuencias”.

La edición crítica que Roberto García de Mesa ha elaborado de la Facción española surrealista de Tenerife, de Domingo Pérez Minik, tiene ya lugar y fecha de presentación. Será el viernes 1 de febrero en el Ateneo de La Laguna y está previsto que acompañen a García de Mesa los escritores y periodistas Juan Cruz y Sabas Martín.

La editorial Torremozas publica un libro que reúne los primeros poemas de la escritora grancanaria Natalia Sosa, una de las grandes olvidada de las letras canarias. El libro se titula No soy Natalia y lo coordinada la investigadora canaria Blanca Hernández Quintana.

El Aguere Espacio Cultural acogerá el sábado 26 de enero y a partir de las 21 horas la presentaciòn del libro Nuestros 80. Cuando las bandas urbanas morábamos las calles de Santa Cruz, un libro escrito por El cuarto gato que edita Los 80 pasan factura. Esta actividad forma parte del concierto de presentación del disco Blow me up, de The Vinilos junto a la actuación de Javier Dorado. La fiesta finalizará con los dj’s Jimmy Wilde & David Making Time.

Saludos, esto se mueve, desde este lado del ordenador

Una Biblioteca Atlántica desde Canarias

Jueves, Abril 27th, 2017

Dos días después del Día del Libro y apenas a un mes de la celebración de la Feria del Libro en las dos capitales canarias, la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias ha dado a conocer sus líneas de trabajo con la literatura y el libro con el anuncio de reforzar la colaboración con las editoriales de las islas así como la de visualizar a los escritores de las islas que no llegan a los 35 años a través de la colección Nuevas Escrituras Canarias que, imagino, habrá que conocer cuando comience su andadura.

El departamento que dirige Aurelio González presentó también la puesta en marcha de otra colección, Biblioteca Atlántica, que bajo la dirección de José Gómez Soliño y Juan-Manuel García Ramos publicará autores de la Macaronesia (Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes).

Los cuatro primeros volúmenes, aunque solo tengo en mis manos los últimos tres son Narrativa, de Antonio López en una edición al cuidado de Nieves María Concepción Lorenzo; El barranco, de Nivaria Tejera, con prólogo de Antonio Álvarez de la Rosa; Él, de Mercedes Pinto, con una introducción de Alicia Llarena y El cacique, de Luis Rodríguez Figueroa con un estudio preliminar de Juan José Delgado.

Los próximos libros de la colección –se prevé publicar dos o tres al año—corresponderán  a escritores de las otras islas que forman los cinco archipiélagos de la Macaronesia y si bien la iniciativa promete, está bien, muy bien, no estamos muy seguros de su continuidad en el tiempo ya que salvo los volúmenes lujosamente encuadernados de la Biblioteca de Artistas Canarios (BAC) ninguna de las colecciones que ha editado el Gobierno canario ha tenido demasiada suerte, aunque resultaran tan atractivas y necesarias como la Biblioteca Básica Canaria.

Además de la Biblioteca Atlántica, la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias presentó, precisamente, el tomo 53 de la colección BAC, dedicado a Carmela García y escrito por Yolanda Peralta Sierra.

Saludos, navegantes, desde este lado del ordenador.

Las claves del universo mágico de Macondo

Lunes, Agosto 22nd, 2016

El próximo año se celebra el cincuenta aniversario de la publicación de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927 – Ciudad de México, 17 de abril de 2014), la novela que reveló al mundo el fascinante universo de Macondo y un título que está considerado desde ese entonces como uno de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.

El Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna y adelantándose a la celebración, recupera en sus cuadernos de Filología y en la colección Estudios y ensayos, Una teoría de la lectura: Cien años de soledad, del profesor y escritor Juan-Manuel García Ramos, un texto imprescindible para acercarse a esta obra y libro en el que se recogen reflexiones personales y otras que tuvieron su origen en debates “llevados a cabo durante más de diez años con alumnos y alumnas matriculados en mis asignaturas Textos Hispanoamericanos Contemporáneos y Narrativa Hispanoamericana Contemporánea: Grandes voces”, que impartió García Ramos en la Facultad de Filología de la Universidad de La Laguna y en el que primó, como metodología de trabajo, “leer, pensar, debatir, contrastar y escribir”.

Dividido en cuatro partes, el volumen estudia lo pretextual, lo intratextual, lo intertextual y lo extratextual de la novela más conocida y celebrada de Gabriel García Márquez y propone una serie de pautas que animan a volver a leer esta obra con las miradas que aportan la lectura de este ensayo.

Gabriel García Márquez contó en cierta ocasión que la idea original de la obra nació en 1952 durante un viaje que realizó a su pueblo natal, Aracataca, en compañía de su madre. Macondo, al parecer, había hecho ya su aparición en el relato Un día después del sábado, que fue publicado en 1954, aunque tomaría cuerpo finalmente en esos Cien años de soledad que, casi al final del libro, menciona a las islas Canarias: “Recordando que su madre le había contado en una carta el exterminio de los pájaros, había retrasado el viaje varios meses hasta encontrar un barco que hiciera escala en las islas Afortunadas, y allí seleccionó las veinticinco parejas de canarios más finos para repoblar el cielo de Macondo. Esa fue la más lamentable de sus numerosas iniciativas frustradas. A medida que los pájaros se reproducían, Amaranta Úrsula los iba soltando por parejas, y más tardaban en sentirse libres que en fugarse del pueblo. En vano procuró encariñarlos con la pajarera que construyó Úrsula en la primera restauración. En vano les falsificó nidos de esparto en los almendros, y regó alpiste en los techos y alborotó a los cautivos para que sus cantos disuadieran a los desertores, porque éstos se remontaban a la primera tentativa y daban una vuelta en el cielo, apenas el tiempo indispensable para encontrar el rumbo de regreso a las islas Afortunadas.”

Juan-Manuel García Ramos explica que lo que buscaba con estas clases “era que el alumno partiera de su propia experiencia lectora, de su patrimonio referencial, de su medio, de su historia, de su sentido estético e ideológico, de su sicología”, por lo que está Teoría de la lectura de Cien años de soledad aporta un interesante viaje al interior de una novela que ha conseguido lo que solo alcanzan las grandes novelas, que sean eternas.

El trabajo de Juan-Manuel García Ramos se convierte así en una referencia para acercar al lector a este clásico de la literatura, y sirve también a modo de complemento como faro que ilumina las sombras del paisaje y los protagonistas que forman parte de este clásico sin discusión de la literatura del siglo XX.

Saludos, allá lejos, desde este lado del ordenador.